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10 octubre, 2016
por Arturo Ortiz Struck
El miércoles 21 de septiembre se presentó en Bellas Artes la conferencia del arquitecto e historiador Rafael Fierro, llamada “La Villa Boari.” El trabajo que presentó se inscribe dentro de un cuerpo de investigación muy extendido denominado Grandes Casas de México, dedicado a sistematizar una historiografía sobre la arquitectura de residencias en la ciudad de México realizadas a fines del siglo XIX y principios del XX. El cuerpo de este trabajo de investigación se puede consultar en: grandescasasdemexico.blogspot.mx.
Dentro del contexto de esa investigación, Rafael Fierro documenta de manera precisa la casa del arquitecto italiano Adamo Boari, que como es sabido, fue el encargado del proyecto del palacio de Bellas Artes.
La conferencia consistió en desarrollar un campo de conocimiento al rededor del contexto y la temporalidad de la vida del arquitecto italiano, para explicar la casa de concreto aparente y sin ornamento que construyó en 1907 en la esquina de Insurgentes, Álvaro Obregón y Monterrey en la colonia Roma, sobre un predio triangular que hoy es un parque.
Rafael narró con precisión la vida de Adamo Boari, quien estudio ingeniería ferroviaria en el norte de Italia, su paso laboral por Brasil, así como su desplazamiento a Nueva York debido a razones de salud. Posteriormente describió su participación como ingeniero en la construcción de la Exposición Universal de Chicago en 1893, también conocida como World’s Columbian Exposition, así como su ingreso a la escuela de arquitectura en la Universidad de Chicago. Explico el inicio de su vida profesional como arquitecto en la oficina de Louis Sullivan donde convivió laboralmente con Frank Lloyd Wright, así como su posterior independencia al colocar su propio despacho, que estaba en el mismo edificio donde Wright también había puesto su oficina al independizarse de Sullivan.
Durante la conferencia, Fierro describió que, establecido en Chicago, Adamo Boari participó de manera activa como crítico y analista en los medios especializados de arquitectura y en concursos de todo tipo, hasta que en 1897 ganó el concurso internacional convocado por Porfirio Diaz para realizar el nuevo edificio legislativo de México, que finalmente fue dado a otro arquitecto y que nunca se terminó, lo único que nos queda de recuerdo es el Monumento a la Revolución. Sin embargo, Adamo Boari viene a México donde le comisionan el edificio de Correos, de estilo neogótico pero con estructura de acero y que se encuentra en la esquina de Tacuba con Eje Central, así como el Templo Expiatorio en Guadalajara y muchos otros edificios en el interior del país hasta que finalmente obtiene la comisión para el Palacio de Bellas Artes.
A partir de este momento la conferencia de Rafael Fierro hace un preciso recorrido por todas las ciudades que Adamo Boari visito con la finalidad de conocer las nuevas expresiones de arquitectura, así como los grandes teatros y salas de conciertos del mundo. Su viaje inicia en Nueva York y Chicago, donde visita a su antiguo colega Frank Lloyd Wright y conoce su trabajo. Posteriormente viaja a Europa, a la Escala de Milán, la Opera en Paris, y muchas otras salas de concierto, pero también visita Viena donde conoce el trabajo que en ese entonces representaba la vanguardia europea: la Secesión Vienesa. En particular visito el Pabellón de la propia Secesión que había concluido en 1897, trabajo de Joseph Maria Olbrich.
Desde la perspectiva técnica, Rafael Fierro explica las nuevas tecnologías que se estaban utilizando en Europa para la construcción en ese momento, el uso aparente del acero, pero también la invención del concreto armado que hasta ese momento no se había utilizado en México, mostró diferentes proyectos que se estaban desarrollando con las nuevas tecnologías, así como aquellos edificios que Boari visito en su viaje para concebir y desarrollar Bellas Artes.
La conferencia por un momento se concentró en el palacio de Bellas Artes, pero por una razón muy específica, que tiene que ver con explicar en términos históricos la importancia de cómo en ese momento Adamo Boari estaba realizando el edificio con la tecnología más moderna y avanzada que había en el mundo, desde la cimentación, la estructura de acero y un sin fin de especificaciones técnicas que hablan del edificio el más sofisticado que hasta ese momento se había construido en México. Pero también la concepción urbana del edificio y las influencias que tuvo para construirlo, los diferentes artistas y escultores convocados para participar en las fachadas. En fin, esta parte de la exposición de Rafael Fierro merece otra conferencia, que lamentablemente interrumpió para continuar con la villa Boari.
Después de que Rafael Fierro explico con lujo de detalle todo aquello que influyó en Boari para realizar su propia casa, de haber colocado –en sus propias palabras– todos los ingredientes, comenzó a describir esta construcción que consistía en un cubo de concreto aparente de dos pisos y un medio nivel, sin ningún ornamento en las fachadas, una composición arquitectónica de líneas rectas, y aperturas geométricas, que conforman una expresión de arquitectura moderna propia de Viena en 1907, colocada en Insurgentes. El análisis de Rafael es muy importante pues, en mi opinión, esta señalando la primera pieza de arquitectura moderna en México, pero que fue simultánea a las primeras obras de arquitectura moderna en Europa. Adamo Boari realiza el tránsito de la arquitectura ecléctica de estructuras de acero forradas con piedra, a una arquitectura de estructura aparente. Además de que las plantas arquitectónicas muestran una concepción moderna del espacio que incluía una azotea verde o Roof Garden. Rafael enfatiza la importancia de la expresión arquitectónica al retomar un comentario del arquitecto Antonio Rivas Mercado dice en sus notas para febrero de 1909: “Boari se mudó a su casa en la colonia de Orrin; el cubo de concreto es moderno y novedoso, sin adornos y con una terraza al poniente que resultará muy agradable en día de carreras. Los hierros son de Romero Soto y los de la reja se repiten en el remate” Posteriormente Rafael narró el destino de la casa en el tiempo: el jardín fue recortado para colocar una gasolinera, posteriormente la casa fue habitada por Antonieta Rivas Mercado y en un momento dado, la hija de Boari vendió la casa que fue demolida para dar lugar a dos edificios, uno de ellos se cayo en los sismos de 1985 y el otro sufrió serios daños estructurales por lo que tuvo que ser demolido.
Invito a los lectores a visitar el Blog de Rafael Fierro y en particular a conocer la generosa explicación que hace en su él sobre la Villa Boari. Finalmente quiero resaltar la importancia del trabajo de Rafael Fierro, no sólo por la extraordinaria conferencia que impartió la semana pasada en Bellas Artes, con literalmente miles de imágenes coordinadas con cada idea y pieza de información, pero principalmente por generar un archivo histórico de la arquitectura en México que en mi opinión es de gran relevancia y que pone el acento en lo que en algún momento Octavio Paz mencionó sobre la obra de Teodoro Gonzalez de León: “la literatura y las artes son hijas de la Memoria y las obras que inspira la Memoria tienen la propiedad de despertar a los pueblos y recordarles qué y quiénes son”.