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La inestabilidad de la profesión

La inestabilidad de la profesión

21 agosto, 2014
por Arquine

por Michel Rojkind | @rojkind_arq

10599213_10152410749792669_263713901134869265_nExtracto del libro ‘Sobreestimulación’ de Michel Rojkind, sobre el que ofrecerá una plática y una sesión de firmas este sábado 23 dentro de la Venta de verano

1. Debemos aceptar la inestabilidad. No es que me interese la hiperadaptación, el que algo sólo sirva para una sola cosa. Al contrario. La adaptación literal, excesiva, está condenada al fracaso si las condiciones cambian. Una cosa puede tener muchas funciones. Por eso es que me interesan los híbridos y los estados fluidos; el poder predecir lo que sucederá se ha vuelto exponencialmente más difícil. No hay ninguna duda de que se trata de un nuevo mundo. Como menciona el científico DJ Patil: “Las próximas décadas estarán definidas más por la fluidez que por ningún paradigma nuevo o establecido. Si existe un patrón constante, es que no hay patrón”.

2. Tampoco creo en la autosuficiencia, un discurso de moda y algo gastado de lo autosustentable, lo que se basta a sí mismo. Estoy interesado en una nueva generación en donde los nuevos edificios pueden dar mucho a otros, no solamente en los que pueden generar su propia energía. En cómo algo, sea un objeto o un edificio, puede sumarse a un sistema mayor, tomar algo de ese sistema y al mismo tiempo dar otras cosas a cambio. Es una simbiosis. La pregunta que se debe plantear a cualquier objeto o cualquier edificio es ¿qué hace? o ¿qué más hace? Necesitamos que pasen más cosas que la simple construcción de algo. Si un proyecto no es parte de una construcción social más grande, entonces no tiene sentido.

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3. La educación del arquitecto me parece que irá por el mismo camino: menos especialización, más herramientas para ser catalizador de situaciones en cambio constante. En algún momento dejaremos de llamarnos arquitectos o sólo arquitectos y tendremos que aprender muchas cosas de maneras mucho más diversas de lo que ahora sucede en la mayoría de las escuelas. Supongo que la enseñanza y el aprendizaje de la arquitectura se alejarán cada vez más de una profesión estable tan definida, y se verá transformada tanto por las herramientas, materiales y técnicas constructivas nuevas, como por las condiciones que le permiten existir a esta arquitectura. Las estrategias serán enseñanzas básicas para poder gestionar arquitectura en estos tiempos, sumadas a la prueba de ideas en medios sociales que se manejan a velocidades muy distintas a las que marcan los ciclos escolares y sin coincidir con ellos.

Pocas carreras tácticas nos entrenan para una era en donde la habilidad más importante es poder adquirir nuevas habilidades.

Todas estas cosas se complementan y engrandecen entre sí para poder aceptar plenamente el cambio.