12 enero, 2022
por Janet Sanz
Este texto forma parte del libro BCNECOLOGIA. 20 años de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona.
Puedes adquirir tu ejemplar aquí.
Veinte años después no hay duda de que la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona ha sido imprescindible en la definición del nuevo modelo urbano de la ciudad de Barcelona. La Agencia y su equipo de profesionales han liderado un conjunto de acciones a lo largo de estos años que han situado nuestra ciudad al frente de la transformación urbana en el ámbito internacional.
Personalmente pienso que hay tres grandes aportaciones de la Agencia a la ciudad que no podemos olvidar. En primer lugar, y seguramente el gran motivo por el que será recordada, gracias a la Agencia, la ecología entró en la planificación urbana. Algo que hoy nos parece tan básico, en el año 2000, cuando se creó la Agencia, fue un cambio radical y una innovación en la manera de hacer ciudad, de hacer urbanismo y de pensar la movilidad. Esto se lo debemos a gobiernos valientes, de izquierdas y ecologistas, que entendieron la importancia del ecologismo y demostraron que podía hacerse planificación urbana desde una perspectiva medioambiental, y dieron respuesta a los efectos de la crisis climática que ya empezaba a afectar al funcionamiento de la ciudad y la vida de los vecinos y las vecinas. Después de 20 años, urbanismo y medio ambiente son dos conceptos inseparables. Por ello, también gracias a la Agencia, tenemos la suerte de ser una ciudad preparada para liderar el urbanismo sostenible del siglo XXI.
En segundo lugar, la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona se ha convertido en un espacio de reflexión y previsión de las políticas públicas con visión transversal y a medio y largo plazo. Se ha demostrado muy útil que la Administración pública tuviera espacios que dependen de ella pero que existen de forma separada para poder pensar la ciudad más allá de los mandatos. Que la Agencia haya podido tener este espacio para desarrollar modelos y propuestas ha sido un éxito, y una de las pruebas es que ha podido exportar este conocimiento creado a otras ciudades, tanto nacionales como internacionales.
La tercera aportación, y para mí la fundamental, es que ha sabido adaptarse a los retos de la ciudad. La Agencia se creó el mismo año en que empezaba el siglo XXI, con todos los retos que el cambio de siglo estaba a punto de comportar, y siempre ha podido ir un paso por delante a la hora de plantear los retos urbanísticos más importantes. Si repasamos las grandes transformaciones que la ciudad ha impulsado en los últimos años se demuestra que la Agencia ha sido un agente imprescindible en su definición. Las principales transformaciones urbanas que han redefinido la ciudad son el modelo de supermanzana y la red ortogonal de autobús. Nuevos modelos ideados hace casi una década que han sido precursores de una nueva manera de entender la ciudad que pone a las personas peatonas, el verde y el transporte público en el centro.
Ahora, todo este legado y este conocimiento proseguirán dentro de Barcelona Regional, a la que se ha adherido recientemente el equipo de la Agencia. Y es que, gracias a todo este trabajo, podemos concluir que en Barcelona la ecología ha venido para quedarse, porque sin ecología no hay vida.