Gobierno situado: habitar
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¡Felices fiestas!
9 noviembre, 2015
por Alejandro Hernández Gálvez | Twitter: otrootroblog | Instagram: otrootroblog
Tras unificar a distintas compañías que prestaban el servicio, en 1921 la General Post Office británica empezó a instalar cabinas telefónicas. Del primer modelo, conocido como K1 —quiosco número 1—, se instalaron 6,300, en tres variaciones, ninguna completamente roja. En 1923 se empezó a pensar en el diseño de un nuevo modelo. En 1924 la Royal Fine Art Commission estableció las bases para un concurso, invitó a tres arquitectos y para 1925 descartó las propuestas de Sir Robert Lorimer y Sir John Burnet y seleccionó la de Giles Gilbert Scott, que llegaría a ser el quiosco número dos, K2, y del que se producirían entre 1926 y 1935 mil setecientos, pocos comparados con el K1.
Sir Giles Gilbert Scott nació el 9 de noviembre de 1880 en Hampstead, Inglaterra. Su padre y su abuelo también fueron arquitectos. George Gilbert Scott Jr., padre de Giles, siguió los pasos de su propio padre en el estilo neogótico que el abuelo, Sir George Gilbert Scott, dominó con éxito. Antes de que Giles cumpliera cuatro años, su padre fue declarado con problemas mentales y recluido en un hospital. Cuando creció, Giles entró a trabajar como aprendiz con Temple Lushington Moore, un arquitecto que había sido alumno de su padre. En 1901, entró al concurso abierto para diseñar la Catedral de Liverpool, al que se habían inscrito 103 arquitectos, incluidos Temple Moore y Charles Rennie Mackintosh. Con sólo 21 años, Giles Gilbert Scott ganó el concurso. Hubo quien afirmó que era digno representante del genio de su familia, aunque nunca conoció a su abuelo y a su padre lo vio, según él mismo, dos veces después de que este fue internado y murió cuando Giles tenía 17 años. La construcción de la Catedral de Liverpool inició en 1904 y en 1910 Scott revisó su diseño. Cuando murió, en 1960, aun faltaban dieciocho años para que se terminara la obra.
En 1930 la London Power Company contrató a Scott como consultor arquitectónico para la central eléctrica de Battersea. Sobre el diseño de la planta, a cargo del ingeniero eléctrico Leonard Pearce, Scott decidió que los muros exteriores fueran de ladrillo y que las cuatro chimeneas tuvieran la forma y proporción de columnas clásicas. La primera fase de la planta se terminó de construir en 1934 y la otra nave hasta después de la Segunda Guerra. En 1935, Scott diseñó una segunda versión de la K2, la K6, que es la más conocida, pues se instalaron entre 1936 y 1968 cerca de 60 mil unidades. Scott diseñó la K6 para celebrar los cincuenta años de la coronación del rey Jorge V. Formada por piezas de fierro fundido ensambladas que se desplantan de una base de concreto y tradicionalmente pintadas de rojo, aunque en 1949 la Royal Fine Arts Commission autorizó que en zonas rurales se pudieran pintar en otros colores. El techo de la K6 es prácticamente el mismo que el de la K2: un homenaje a la arquitectura de John Soane. En 1952, la London Power Company volvió a encargarle el diseño de una planta de energía a Scott, la de Bankside, que se terminó en 1962 y dejó de funcionar en 1981. En riesgo de ser demolida, la central eléctrica de Bankside se salvó definitivamente cuando en 1994 la Tate Gallery anunció que sería la sede para la Tate Modern y convocó a un concurso internacional que ganaron Jacques Herzog y Pierre de Meuron.
Además de la Catedral de Liverpool, Scott diseñó otros edificios religiosos, aunque nunca tantos como su famoso abuelo. Sin embargo, las dos versiones de la cabina telefónica o las dos estaciones eléctricas, la de Bankside transformada en la Tate Modern y la icónica de Battersea, sin duda uno de los edificios más renombrados del skyline londinense, son probablemente sus obras más conocidas. La famosa frase de Pevsner —“la Catedral de Lincoln es una obra de arquitectura, un cobertizo de bicicletas es un edificio”— tendría seguramente que ser replanteada con la obra de Scott: la Catedral de Liverpool es una obra de arquitetura, como también puede serlo una central eléctrica o una cabina telefónica.
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