10 noviembre, 2019
por Arquine
Cada arquitecto crea automáticamente una exhibición permanente. Cada edificio es una escultura.
Juliaan Lampens
La cita que sirve de epígrafe a esta nota es parte de la respuesta que dio Lampens a Hans Ulrich Obrist cuando le preguntó qué le hizo cambiar su deseo de ser pintor por el de ser arquitecto. “Según mi maestro, tenía talento para el dibujo. Mi padre, que era carpintero, quería que yo siguiera una carrera técnica y aprendiera dibujo arquitectónico en la escuela de arquitectura. Aunque la pintura era mi gran amor y mi pasión, me sentí inmediatamente en casa en la arquitectura, quizá porque está en la intersección de dos elementos: el artístico o espiritual y el constructivo, la realización práctica de algo que permanece. Cada arquitecto crea automáticamente una exhibición permanente. Cada edificio es una escultura.”
Lampens nació en 1926 en De Pinte, cerca de Gante, Bélgica. Entre 1946 y 1950 estudió en la Sint_Lucasschool en Gante, una escuela de educación artística y artesanal. Al salir abrió su propia oficina y construyó varias casas, pero su obra dio un giro a partir del diseño de su propia casa, en 1960. Angelique Campens explica que ese giro se debió en parte a la influencia de la Feria Mundial de 1958 en Bruselas: “Lampens tuvo una profunda influencia de esa feria. Una vez dijo que «cualquier belga con salud visitó la feria. Fue en parte debido a la exposición de arquitectura moderna que ese estilo se volvió aceptable en Bélgica. Las masas vieron las posibilidades de la tecnología y empezaron a creer en la arquitectura moderna y pensé que el clima estaba listo para construir de la manera moderna en Bélgica.»”
En la entrevista con Obrist, Lampens habla de los dos grandes modelos de arquitecto a finales de los años 50: Le Corbusier, el escultor, y Mies, el estructurista. También, al hablar de su uso de plantas libres en los proyectos de vivienda que diseñó, le dice a Obrist que “vivir juntos es algo racional. Una pareja decide vivir juntos, eso es una decisión racional. Se hacen acuerdos. Es lo mismo con una casa de planta libre. Los residentes dejan en claro sus acuerdos sobre quién, cuándo y dónde.” Y remata con lo que podríamos tener por su breve teoría de la privacidad: “Tantas cosas se han visto ya por el ojo de una cerradura que, ¿para qué necesitamos ya el ojo de la cerradura?”
Campens explica que Lampens “trabajó casi exclusivamente con concreto, madera y vidrio. Formalmente sus casas fueron diseñadas para mostrar armonía entre el interior y el exterior y la naturaleza del entorno. Los límites, la orientación y las visuales eran algo central en la disposición y construcción de las casas, que típicamente están cerradas por completo de un lado, pero totalmente abiertas a la naturaleza del otro.”
Juliaan Lampens murió a los 93 años el pasado 6 de noviembre.