6 diciembre, 2021
por Arquine
Para Anónima, el juego está implícito en una relación entre el cuerpo y un objeto que puede ser el espacio arquitectónico, el juguete, el aparato de juego; un dispositivo de extensión del mismo cuerpo hasta la ciudad entera. Un juego que se modifica. Anónima es una plataforma de prácticas espaciales que mantiene un interés por la evolución que hemos tenido como habitantes en la ciudad, y la relación que existe entre nuestro cuerpo y la ciudad. Sin la ciudad como objeto no podríamos tener, por ejemplo, el skateboarding; el BMX en su estilo libre o el ciclismo urbano, el parkour u otras prácticas espaciales derivadas de la música como el punk, emo, dark, hip hop, breakdance o el grafiti.
Pero el problema del playground es la barda que se instala en la mayoría de los remanentes que destinan para colocar juegos infantiles. Esa frontera es para dar una falsa seguridad, pero es una barda que ni siquiera toma en cuenta la visual, así como la perspectiva del niño. Más para que no entren los adultos, esa barda funciona para que no se salgan los niños. Otro problema es la tematización del mobiliario urbano de juego, objeto que los políticos han tratado de imponer por cuestiones económicas como algo sellado, hermético y hecho con plástico que genera un espacio público tupperware que destruye la imaginación y la acción. Actualmente, el control y la estandarización está en el mobiliario urbano de juego, desde el espacio restrictivo para no poder realizar ciertas prácticas —no pisar el pasto, no jugar a la pelota, no patinar— y la sectorización de los espacios de juego, hasta la falta de diseño en todos los niveles que se ha dejado de pensar y hacer para estos espacios.
Si bien en las empresas que se dedican a la fabricación de este mobiliario urbano de juego existen departamentos de diseño para explorar nuevas posibilidades, éste termina enfocándose más en el material y su economía que en la vivencia y experiencia. También, desde la gobernanza existe el total desconocimiento de la infraestructura y equipamientos lúdicos existentes y novedosos para la planeación y desarrollo de espacios. Se ha empezado con una destrucción masiva de un patrimonio lúdico que fue diseñado por artistas y arquitectos.
¿Se necesitará una sociedad protectora de animales de concreto?, ¿una catalogación de las estructuras lúdicas en los parques, plazas, deportivos y jardines de la ciudad? En Anónima hemos trabajado en los diferentes niveles de juego que enunciamos anteriormente, desde el cuerpo y su interacción con el espacio de la arquitectura hasta el de la ciudad. Haciendo una revisión de los proyectos que hemos desarrollado, proyectado, mentalizado y materializado lo más importante es que hemos trabajado con el afecto, con la memoria, con el recuerdo; con la reverencia al pasado más que con la referencia; con detonar la imaginación del usuario; con el paisaje; con invitar a la acción en todas las superficies del objeto; con los impulsos y con las energías entre los sujetos y los objetos en lugar de sus fuerzas; y a veces con esa necedad contradictoria de buscar la seriedad en lo lúdico. Con orden, tensión, movimiento y entusiasmo, la ciudad ha sido nuestro campo de juego y en ella seguiremos jugando.