9 octubre, 2013
por Paola Santoscoy
Cuando Daniel Mont y Mathias Goeritz concibieron el Museo Experimental el Eco en 1952, Goeritz tenía en mente la integración plástica como el vehículo que posibilitaría una máxima emoción al hombre moderno. Pensar este Gesamtkunstwerk europeo en el contexto mexicano —en la colonia San Rafael de la ciudad de México— resultó en un proyecto visionario en cuanto a imaginar un espacio dedicado a las artes, un espacio donde lo central no sería la acumulación de obras, sino la experiencia artística y lo transitorio. Un museo sin colección, un espacio multidisciplinario para obras y exhibiciones temporales, y para situaciones y eventos. Todo enmarcado por una arquitectura emocional heredera de los preceptos de la arquitectura moderna. El Manifiesto de la arquitectura emocional (1954) enunciaba entonces abiertamente una negación a comulgar con la racionalidad exacerbada de la arquitectura moderna. En cambio, apostaba por una arquitectura que, usando los medios y materiales modernos, considerara una “elevación espiritual”:
“Partiendo de la convicción de que nuestro tiempo está lleno de altas inquietudes espirituales, EL ECO no quiere ser más que una expresión de éstas, aspirando —no tan conscientemente, sino casi automáticamente— a la integración plástica para causar al hombre moderno una máxima emoción”. Las características del edificio y las posibilidades de usar y transformar distintos espacios daban al lugar su vocación experimental. Sin embargo, hoy día es necesario preguntarse de nuevo qué se entiende por experimental en un espacio cuyo legado histórico se define por eso, y que es en la actualidad parte de la Universidad Nacional Autónoma de México. Los distintos momentos y ocupaciones del edificio, a lo largo de seis décadas —de museo experimental a restaurante, a bar, a foro de teatro y a muchas cosas más, que tal vez aún no están registradas— son también parte de ese legado. ¿Cómo partir de las ideas de Goeritz para también ponerlas en conflicto, trascenderlas o bien discutirlas desde el presente? Hoy día, el Museo Experimental el Eco investiga, documenta, preserva y difunde el legado multidisciplinario de Mathias Goeritz para provocar así, en el presente, experiencias significativas desde los procesos artísticos. Activa prácticas del arte en torno a la reflexión espacial, y opera como una caja de resonancia y tensión entre la modernidad y lo contemporáneo. Con sus programas, el Eco propicia el diálogo con las comunidades y los públicos vinculados a la programación, manteniendo vigente la pregunta sobre lo experimental.
Abstracción temporal y Arquitectura emocional concebidas como memorias de la programación del museo en 2010 y 2011, respectivamente, y de las preguntas elaboradas desde el museo durante un año, pero también concebidas como libros de ideas. Esta manera de pensar una memoria institucional abre la posibilidad de trazar otras líneas de investigación, así como de intereses presentes y futuros. De tal modo que la pregunta por la experimentación se extiende al campo editorial con Re vista 2012. Un ejercicio “post”,es decir, que se hace después de ocurridos los proyectos y las reflexiones alrededor de éstos, conversaciones expandidas y ejercicios textuales y visuales de relación alrededor de la programación del museo. Los proyectos realizados durante un año, comisiones a artistas y curadores, el concurso para el Pabellón Eco, la Barra Eco, el Archivo vivo y las residencias toman aquí una nueva vida y se reordenan bajo otros criterios que no incluyen la cronología. Mirar atrás para imaginar lo que viene es ver de nuevo los procesos y los intereses que animaron cada proyecto, re visitar un año de trabajo a partir de distintas voces y de todo aquello que no es la obra terminada, sino un antes, un durante y un después. Construir otras lecturas, abrir otras preguntas y constituir una nueva experiencia editorial en colectivo.
Este es el texto con el que Paola Santoscoy, directora de El Eco, presenta la publicación Re vista 2012, memoria expandida de la programación del museo en ese año.