De la interconexión (y las dimensiones) al amor tácito: una conversación con Damián Ortega
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¡Felices fiestas!
26 noviembre, 2014
por Mariana Barrón | Twitter: marianne_petite | Instagram: marianne_petite
Mariana Barrón: Primero nos gustaría hablar acerca de los Juegos Olímpicos, nos gustaría saber cómo te sentiste al entrar en este proyecto cultural, y me refiero a cultural en forma masiva, eran los Juegos Olímpicos de 1968, uno de los primeros juegos que involucro eventos culturales como la cuestión musical, el entorno urbano diseñado por Mathias Goeritz o el arte público.
Lance Wyman: Todo lo que describes fue un proceso lento. Cuando entré, los Juegos Olímpicos de 1968 no eran todo lo que has mencionado. El proyecto fue un concurso de dos semanas para los materiales gráficos; llegué con un diseñador británico; comenzamos a trabajar la imagen gráfica en base a los cinco anillos del símbolo olímpico y considerando tres lenguajes: español, francés e inglés. Entre estas reglas, había otras impuestas por Pedro Ramírez Vázquez como no diseñar imágenes obvias de los mexicanos como dormidos en un cactus ó con sombrero. Se tenía que diseñar una imagen del México moderno para dar una percepción de la sociedad moderna mexicana. Así que fue básicamente con lo que empecé a diseñar la imagen de las Olimpiadas.
Cuando era niño lo que recordaba de México era el boxeo, recuerdo cuando Salas –un boxeador mexicano– peleo contra un norteamericano en los 50’s o 60’s; el boxeador mexicano ganó y, después de la pelea, todos subieron al ring para ponerle un sombrero y se colocó una bandera de México en los hombros para celebrar. Así que llegue aquí saliendo del aeropuerto vi el color en los edificios, como la gente pintaba sus muros y sus anuncios publicitarios. Fue como mágico y hermoso.
MB: Así que estas imágenes que tuviste fueron inspiradoras para lograr el lenguaje característico del metro o de las olimpiadas
LW: Absolutamente, uno trae la cultura propia al trabajo y México era una cultura muy diferente mía. Quiero decir, en comparación con la occidental, toda la historia que tenemos gira en torno a una base muy inglesa así que estas experiencias iniciales fueron un gancho hacia el desarrollo que tuve después.
MB: Volviendo al concurso sobre la imagen de las olimpiadas, ¿después que pasó?
LW: Claro, mencioné previamente el proceso de trabajar con los cinco anillos, donde descubrí que, con la geometría de estos, se podían hacer las letras que iban a decir México y los números 6 y 8. Todo se fue descubriendo a lo largo del proceso. Fue divertido.
MB: Y tenemos muchos productos que vinieron con el México 68, ¿participaste en el diseño de vestidos, souvenirs, etc?
LW: Bueno, como lo había mencionado, todo fue parte de un proceso y había cinco áreas diferentes con cinco directores. Estaba Eduardo Terrazas, encargado del diseño urbano, Beatriz Trueblood, que era la directora de publicaciones donde desarrollo una hermosa forma de estructurar la parte gráfica. También hubo un grupo de alumnos de la Ibero que estudiaron el desarrollo de los iconos. A partir del siglo XX, este tipo de eventos como los Juegos Olímpicos se convirtieron en espectáculos, casi rituales, donde todo el mundo colabora y el diseño gráfico toma mucha mas relevancia para hacer que la gente participe.
Siempre se puede descifrar y dar significado. Era un poco complicado dar instrucciones de cómo encontrar el camino al estadio o a un deporte específico. Uno relaciona los símbolos cuando se llega al estadio con un código codificación para el día de la entrada, para la zona del estadio, para encontrar su asiento… era un lenguaje visual salió a resolver otros problemas. Por ejemplo tuvimos unos stands preolímpicos, yo diseñé 2 de éstos sistemas hechos de siluetas y se usaron las siluetas para expresar el deporte, para que, cuando entraras al estadio, las siluetas representan pasos que se tiene que tomar para llegar a lo que quieres. Es una manera de identificar cuándo se quiere ir y cómo llegar allí. Básicamente se usó un sistema icónico o un sistema de formas expresivas simples para dar la información y dirección.
MB: también diseñaste la gráfica de de las estaciones de metro. Cuando hablamos de ello surgen muchos temas como el simbolismo y los iconos culturales. Cada uno tiene una historia, ¿ tienes historias de alguno símbolo en particular?
LW: Hay un montón de historias. Pino Suárez es una de mis favoritas. Tuvimos un momento difícil para encontrar algo con lo que representar la estación. Pino Suárez fue un presidente y fue asesinado en una oficina, no es un muy buen principio así cosa en un símbolo. Él escribió poesía, pero no era muy bueno en eso. En el proceso de buscar alguna forma de identificación de la estación se encontró la pirámide, la pirámide del viento. Siempre siento que estaba recibiendo ayuda de los aztecas para encontrar cómo representar a la estación. Ésa es probablemente una de las primeras estaciones en las que no teníamos ni idea de que hacer, quiero decir, en otras estaciones tampoco tuvimos idea pero el proceso era diferente.
Otra de mis historias favoritas fue con Juanacatlán con la idea de la mariposa. Resulta que cerca del metro había un calle llamada mariposas, entonces de inmediato pensé en eso como símbolo y me dijeron que no podía usarla pero no me dieron razón alguna. Finalmente conseguí quedarme con esa imagen donde después me explicaron que en un inicio no se quería la forma de mariposa como símbolo debido a que antiguamente esa calle era de prostitutas.
MB: Y, por ejemplo, los patos ¿por qué los patos en la estación Candelaria?
LW: Mucha de la investigación fue hecha dando vueltas. Yo tenía dos personas trabajando conmigo, uno era Arturo Quiñones que me mostraba mucho la ciudad. En el área de la estación nos dimos cuenta que había un espacio llamado ‘Candelaria de los patos’, donde los criminales se reunían, esto ya no sucede pero, en aquel entonces, creíamos que era el símbolo perfecto para identificar el área.
MB: Todo este tipo de gráficos ha evolucionado a las estaciones de Metrobus y me refiero a esto por la importancia de cómo se desarrolla desde la imágenes.
LW: Es eso. Y también el hecho que tienes una cultura muy visual y aprecias los gráficos. Te diré algo que es muy sorprendente para mí, una vez di una plática donde se hablaba de mapas. Había chicos de Nezahualcoyotl que estaban mapeando la luna. Hubo dos sesiones de la platica y luego un descanso, así que mi esposa y yo fuimos con ellos; decían que entendían Marte mejor que el mundo, que tenían muchos datos de los satélites, pero en la misma platica había una chica que estaba haciendo su doctorado en Yale y estaba haciendo unos mapas de los limites en ciudad de México que determinaban donde había construcciones y calles, parecía un mapa del metro lleno de símbolos. Creo que la idea de usar un lenguaje visual es muy insidiosa en sí, me acaba de golpear porque creo que estaba tan impresionado por la búsqueda de mi propio mundo aquí que yo ni siquiera sabía que existía, y es muy simpático el medio ambiente que se ha creado para ella.
MB: Estos problemas son muy importantes, están en una cultura que no es la tuya y tuviste esta oportunidad de unirte a tu forma de conocer la vida y en cómo conocemos nuestra vida en la ciudad.
LW: Yo era un diseñador pobre que vino aquí. Tenía mucha experiencia en Nueva York y en Detroit y no estaba tan perdido para no ir a cenar.
MB: ¿Y cómo llegaste a esta exhibición?
LW: Todo es muy interesante porque me transporta a ese tiempo de los Juegos Olímpicos. En el movimiento estudiantil se usaron estos elementos, y para mí personalmente, me gustaría tener el tiempo para dar ejemplos de cómo la gente reinterpreta esto. Es hermoso. Desafortunadamente el diseño grafico se esta volviendo no disponible. Los últimos Juegos en Londres no se podía usar ningún gráfico. Los juegos olímpicos han cambiado, todo lo que se hace es mas universal y la gente no se identifica con ellos. Mi trabajo es distinto a esto.
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