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Habla ciudad: Tokio, la externalización de lo doméstico

Habla ciudad: Tokio, la externalización de lo doméstico

16 enero, 2019
por Arquine

Por Esaú Acosta y Alba Balmaseda

Presentado por:

Tokio ya no es ciudad para la mujer nómada y su cápsula perfectamente diseñada para acoplarse a cualquier punto de la aquella, tal y como anticipaba Toyo Ito en los años 80. Con un 43% de población single inmersa en la aceleración constante de sus ritmos de vida, es imposible cargar con ni siquiera la minúscula responsabilidad que representa esta pequeña pertenencia. La gran movilidad social que impera en las ciudades hipercapitalistas implica que se otorgue cada vez más valor al inmediato acceso a servicios, comodidades y experiencias.

Nuevos cuerpos para retos contemporáneos. La externalización de lo doméstico habla de espacios donde los ciudadanos acceden a estilos de vida mediante el pago de vivencias. La vivienda se descompone, ya ni siquiera es algo que se alquila o se compra, sino que se ha transformado en un conjunto de escenarios domésticos. Un cuerpo fragmentado y disperso por la ciudad, donde la cultura del acceso funciona como aglutinante. Una mercantilización total de los espacios vitales. Entonces, ¿dónde está lo doméstico? Es difícil encontrarlo como ente aislado y propio. Aparece diseminado en esta red de objetos y experiencias que lo emulan. Lo doméstico está desplegado en un amplio catálogo de atmósferas de lo cotidiano que han desaparecido de la vivienda. Espacios de intimidad en forma de Love Hotel donde uno accede a una noche de placer y experiencias preconfiguradas: simulaciones de habitaciones de corte tradicional japonés o psicodélicas según el gusto del cliente. O espacios de afectos, como los Soineya, tiendas donde se paga para dormir abrazados y recibir el calor y el afecto que tanto demanda una sociedad con una tasa tan alta de hogares unipersonales. Otro ejemplo son los Neko Café, espacios tranquilos donde se paga por disfrutar de la ficción de tener una mascota. Todas estas experiencias se ofrecen revestidas de un valor añadido que consiste en el disfrute de una vivencia particular y exclusiva. Sólo nuestro fluir y la relación que nosotros establecemos con estas formas de domesticidad nos pertenecen. 

Esta transformación se está produciendo en Tokio. El uso por tiempos compartidos y el acceso inmediato como estilo de vida son los elementos fundamentales con los que se está configurando la ciudad. Todo ello es sólo el principio de la transformación de las formas de residencia. En un nivel más profundo, el significado de la casa, que siempre se basó en la identificación geográfica y los espacios de las personas, da paso ahora a un nuevo sentido: el habitar como un acontecimiento a corto plazo y de consumo instantáneo. El sujeto tradicional y su apego a un lugar físico se desvanece generando un habitante global y multi-articulado. Nos invade la sensación cotidiana, política e íntima, de que la realidad está en proceso de desintegración. Las cosas no acumulan, ni sedimentan, casi no hay tiempo para nada. Los bienes tradicionales se tornan servicios y mientras se diluyen las imágenes de los inventarios de objetos en propiedad a lo Peter Menzel.

¿Te imaginas que una mañana despiertas y toda tu vivencia doméstica se convierte en una experiencia de pago?.


Este texto se publicó en Arquine No. 67 | Habla Ciudad, con motivo de la primera edición del Festival de Arquitectura y Ciudad MEXTRÓPOLI. Aparta la fecha y acompáñanos a vivir la ciudad extraordinaria en su próxima edición que tendrá lugar del 09 al 12 de marzo de 2019. 

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