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Goeritz entre dos obras idénticas

Goeritz entre dos obras idénticas

5 abril, 2015
por Alberto Odériz | Instagram: alberto_oderiz

¿Qué tienen en común Brecht, Duchamp,  Alban Berg, Gropius, Klee, Moholy, Grosz, Kandinsky, Picasso, Kafka, Mann, Wiene, Chagall? ¿Y arquitectos y artistas mexicanos como O’Gorman, Barragán, Reyes, Friedeberg, Cuevas, Escobedo o Legorreta? Pocos artistas son justificados con tanta vehemencia a partir de las referencias de las que partió y también de aquellas que desató como Mathias Goeritz (Danzig, Prusia 4 de abril 1915 – ciudad de México 4 de agosto 1990). Explicamos El Eco con El Gabinete del Doctor Caligari o con las ruinas de Mitla, y las Torres de Ciudad Satélite con las de Gimignano o con la monumentalidad de Teotihuacán.

La figura del polifacético artista parece encadenada entre los que estuvieron antes y los que llegaron después, encerrado cronológicamente como un eslabón coherente y necesario en la Historia del Arte en México. Pero la historia es enemiga del artista. En la maleta con la que llegó a México, por septiembre de 1949, cabían indistintamente el Dadá, el Expresionismo o  la Bauhaus, todas las referencias servían, pero no todo valía. Como una antología andante (antes de ejercer de artista estudió Historia del Arte) utilizó las herramientas a su alcance para responder a un único objetivo: “Mi obra (…) es fundamentalmente de preocupación ética” (1). Interés común con el resto de las vanguardias y que será radicalmente opuesto a lo que estará por llegar. Para Goeritz, y para las vanguardias, la renovación del arte es una obligación ética antes que estética, pertenecían a ese mundo que por encima de cualquier resultado formal debía aspirar a una exigencia mayor y cuyo fin último era transformar la sociedad. Objetivo que compartía en México con sus rivales artísticos de la Escuela Mexicana, el arte oficial que representaban los muralistas; de ahí que podamos intuir que las polémicas con este grupo espoleaban al alemán en sus ideas y que de esta primera confrontación surgiera alguna de sus mejores obras.

 

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Con la llegada de los sesenta, el espíritu crítico de Goeritz gira hacia un nuevo adversario, aquél que le reconoce como referente: el arte de las vanguardias empieza a triunfar pero sin transformar ni un ápice a la sociedad. No es de extrañar que cuando el proyecto ético empieza a decaer en detrimento del nuevo arte –la proliferación de lo neo, corrientes artísticas cuyo mérito mayor era llegar después de lo anterior–, el alemán recurra a la sátira, a la crítica feroz, al panfleto, a la exigencia máxima hacia sí mismo. Es la época de sus manifiestos “Estoy harto” (2), “Please Stop” (3) y “El arte plegaria contra el arte mierda” (4) donde reclama lo que parecía evidente, que no había continuidad entre las vanguardias y las post-vanguardias. Que sin la exigencia ética, el único parecido que quedaba entre los monocromos dorados de Goeritz (5) y los de Yves Klein (6) era que son idénticos. La obra era la misma pero “Klein creía en la importancia de su yo y yo sólo creo en la de Dios” y añadía, “es que los extremos se tocan” (7). A partir de entonces el programa ético que acompañó a las vanguardias durante medio siglo entrará en crisis y su sustituto adoptará las mismas formas pero domesticadas, un arte –y arquitectura– perfectamente inofensivo  al que Goeritz nunca quiso pertenecer.

03_Manifiesto Please Stop 04_Manifiesto L art priere contre l art-merde 02_Manifiesto_Estoy harto

Mathias Goeritz – Mensaje metacromático(1960) – e Yves Klein – Gold monochrome (1960)

1. Arquitectura México, Diciembre de 1961

2. Manifiesto “Estoy harto”, Ciudad de México. 4 de Noviembre 1960. Archivo de CENIDIAP-INBA. Fondo Mathias Goeritz

3. Manifiesto “Please Stop!” Nueva York. 17 de Marzo de 1960. Archivo de CENIDIAP-INBA. Fondo Mathias Goeritz

4. Manifiesto “L’art priere contre l’art-merde” (El arte plegaria contra el arte mierda), París, Mayo de 1960. Archivo de CENIDIAP-INBA. Fondo Mathias Goeritz

5. Mathias Goeritz, “Mensaje metacromático”. 1960 (46.3×35.2)

6. Yves Klein. “Monochrome gold, valeur or” 1960 (59×44.5)

7. Mathias Goeritz “Una defensa” Arquitectura México, núm.80. Diciembre 1962

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