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Columnas

Fuimos modernos

Fuimos modernos

7 junio, 2018
por Natalia Contreras

 

La exposición Fuimos modernos. Diseño hecho en México 1940 – 1980, presentada por el Museo de Arte Moderno en colaboración con Design Week México y World Design Capital, explora las maneras en las que el diseño mexicano tomó forma a mediados del siglo XX.

La muestra hace énfasis en el impacto que tuvo el proceso de desarrollo estabilizador, mejor conocido como el “milagro mexicano”, en la evolución del diseño industrial en México. Una de las características de este modelo económico, consistió en buscar estabilidad a partir del resguardo de la economía local. Esto se lograba a través de diversas medidas proteccionistas tales como la limitación de las importaciones y el fortalecimiento de la industria nacional, lo cual impactó directamente el desarrollo de varios campos creativos, siendo el diseño industrial uno de los principales ejemplos de este fenómeno de desarrollo.

Conforme la clase media se fortalecía, también lo hacía la demanda de artículos de diseño y esto se manifiesta de forma explícita en la diversidad de la oferta, por lo que es posible ver objetos que van desde lo francamente kitsch como las figuras de cerámica de perros campeones hechos por Cerámica de Cuernavaca, hasta piezas con una línea más moderna como la silla de varilla de hierro diseñada por Clara Porset. Al acercarnos a la década de los 70, el modelo económico del desarrollo estabilizador fue entrando en una crisis provocada por diversos factores, entre los que destacan la falta de un plan de apertura gradual a empresas extranjeras y la distribución desigual de los beneficios económicos generados por el crecimiento logrado en años anteriores. El abandono de la política proteccionista favoreció que empresas nuevas entraran al mercado nacional ofreciendo productos con características y precios con los que la oferta local no pudo competir, esto provocó que muchas empresas nacionales fueran a la quiebra dejando el terreno del diseño industrial prácticamente en manos extranjeras.

En la última sección, hay un muestrario de materiales y piezas utilizadas en el diseño de interiores que busca encapsular las principales tendencias de la época, tarea que se complica tomando en cuenta el cambio en el gusto popular durante las cuatro décadas que se exploran en la exhibición, sin embargo, resulta cuando menos interesante ver las coincidencias y contrastes que existen con las propuestas de diseño que se presentan hoy en día, siendo el interés por la sustentabilidad ecológica de los materiales una de las mayores discrepancias que se resaltan en la muestra.

El diálogo entre el diseño industrial y otras ramas creativas es constante, a lo largo del recorrido, vemos muestras de ilustración, diseño editorial, fotografía arquitectónica, diseño gráfico y artes plásticas en una disposición    que bien nos podría recordar más a un showroom de interiorismo que a una exposición, lo que nos permite imaginar (o recordar, según sea el caso), cómo se habitaban los espacios tanto públicos como privados en esa época de esplendor económico. La muestra curada por Iñaki Herranz (en colaboración con Aldo Solano y Dolores Cobielles) además de ser un recorrido nostálgico por una época de bonanza de la historia de México, es una invitación a revisar qué es lo que ya se ha logrado en las diferentes áreas del diseño y cómo podemos retomar la relación con el mismo no sólo como consumidores sino también como creadores y productores.

Fuimos modernos. Diseño hecho en México 1940 – 1980 estará en el Museo de Arte Moderno del 2 de junio al 2 de septiembre de 2018.

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