19 octubre, 2017
por Arquine
El número 76 de la Revista Arquine estuvo dedicado a la arquitectura que responde a condiciones de urgencia y que asume una posición explícita y directa ante ciertas condiciones económicas y sociales. Para fomentar el diálogo y ofrecer una mirada múltiple diversos arquitectos y estudios de todo el mundo lanzaron sus respuestas sobre los compromisos de la arquitectura frente a los fenómenos sociales como la pobreza o la precariedad. Hoy recuperamos las respuestas de Léopold Lambert.
Léopold Lambert es arquitecto, escritor y editor. Algunos de sus proyectos son la publicación The Funambulist, la plataforma de entrevistas Archipelago y la serie de libros The Funambulist Pamphlets —diez tomos con títulos como literatura, ciencia ficción, Palestina, Occupy Wall Street, entre otros. La editorial DPR_Barcelona publicó su primer libro, Weaponized Architecture, en el que examina “la inherente instrumentalización de la arquitectura como un arma política.”
1.¿Cuáles son las condiciones — sociales, políticas, económicas o ambientales— que hoy se plantean como más relevantes para la arquitectura y la ciudad? ¿Ocupan la desigualdad y la pobreza un lugar preponderante?
Para mí, cuando se dice social, político, económico o ambiental, estamos hablando de condiciones necesariamente políticas. Es una palabra que puede reunir todo porque, esencialmente, es la condición que determina cómo queremos vivir unos con otros. Resulta necesario en cualquier ciudad, en cualquier momento de la historia, y ésta es una de las condiciones más importantes. La desigualdad puede ser particularmente fuerte. Vemos muchos programas políticos que se emprenden porque la desigualdad es algo que los arquitectos pueden abordar.
2. Esas condiciones, ¿cómo pueden encararse explícitamente desde el campo de la arquitectura?
Es interesante cómo interviene la arquitectura. Lo que hace la arquitectura es aumentar esas condiciones y programas políticos en algo físico. El debate aquí es que la arquitectura es mucho mayor que lo que hacen los arquitectos. De alguna manera, necesitas verte organizado. Existe un fuerte poder político en la arquitectura, pero esto no significa que los arquitectos tengan mucho poder. Tienen una buena forma de agenciar y articular para tomar decisiones y hacer programas, pero es muy importante desorganizar esas esferas de la arquitectura y los arquitectos.
3. ¿Qué caso de arquitectura que se planteó ese tipo de intereses, recientemente o en el siglo pasado, sería un ejemplo, exitoso o fallido, y qué podemos aprender hoy de él?
Cierta arquitectura, la más violenta, es la más exitosa en lo que busca hacer, esto es, implementar programas violentes. De alguna manera cuando decimos exitosa debiéramos preguntarnos en relación a qué intenciones. Puedo pensar en ejemplos en Palestina o en París. Hay obviamente muchos y es difícil hablar de ejemplos. La arquitectura decolonizadora es un ejemplo que ha funcionado por un tiempo, realmente se pregunta de qué se trata la arquitectura humanitaria. También podemos encontrar algunos ejemplos en los suburbios de parís que cuestionan el modo como esos lugares son organizados.