La topografía ondulada "hundida" del techo forma una especie de paisaje marciano, lo que invita a los niños a correr, jugar e interactuar con él y entre ellos. Cuando se combina con el patio antiguo, los árboles viejos y el cielo infinito, un ambiente surrealista inspira a los niños a pensar, reflexionar y perseguir infinitas posibilidades.
diciembre 2020