La llegada del verano siempre va asociada, en términos futbolísticos, al mercado de fichajes, en especial en Europa, donde las temporadas están justo ahora en transición.

El lenguaje del deporte en ese momento es conocido y genera una importante atención social: que si rumores, quién jugará dónde; que si datos duros, cuánto costará el fichaje más caro del año, quién acaparará mayor número de portadas. No es anormal entonces que muchos medios usen sus términos para describir desde aspectos tan diversos como la política o los negocios. También la arquitectura se deja influenciar por él, como pone en evidencia el titular del periódico español El País para anunciar que RCR, los arquitectos ganadores del Pritzker 2017, estarán en la primera Bienal de Arquitectura de San Sebastián, auspiciada por el Ayuntamiento de aquella ciudad. El medio usa, justamente, la expresión “fichar” para referirse a la presencia del trío catalán en el evento, ofreciendo la conferencia inaugural y una exposición retrospectiva sobre su obra, Creatividad compartida, que ya se expuso en 2016 y que fue reseñada en este mismo blog.

RCR han pasado de vivir lejos de las cámaras de los medios no especializados —no tanto, como se ha dicho, de aquellos dedicados a la difusión de la arquitectura, como prueban, por ejemplo, los últimos monográficos de Arquitectura Viva o El Croquis —  a ser abanderados de una forma de ser y hacer —el periódico usa expresiones como ‘artesana’ o ‘minimalista’ —  que ha puesto a la arquitectura de la península ibérica en el foco internacional  — en especial si se suma el reciente, y para algunos inesperado, León de Oro que recibió el pabellón de España en la pasada Bienal de Venecia  . Pero es que la búsqueda del impacto que sufren muchos medios en el mundo contemporáneo hace que las noticias se enfaticen en especial con conceptos que, bien mirados, no se saben muy bien qué significan  —como esa idea de que el Pritzker equivale a un Nobel—  y que han atrapado a los arquitectos catalanes dentro del ahora tan renegado star-system. Por ello, y quizá contra ellos mismos, su presencia es descrita por muchos como un valor más futbolístico que arquitectónico. Surge la duda: ¿tenerlos en tu “equipo” es un valor sólo por lo que la visibilidad de su nombre da?, ¿se usa esa terminología sólo por hacer más accesible qué significa o se está poniendo el trabajo un paso por detrás del nombre?, ¿es ésa la misma estrategia que hay tras su elección como comisarios del pabellón catalán en la Bienal de Arquitectura 2018?

El contrapunto lo pone la noticia que estos días se dio en la ciudad de Londres. Su alcalde, Sadiq Khan, anunció que ha “fichado”  — por replicar el término —  a 50 destacados arquitectos, entre los que destacan nombres como David Adjaye, Alison Brooks o Sadie Morgan, para que trabajen como consejeros de la ciudad y generen ideas. La noticia es importante. Los arquitectos, cuando trabajan como parte de un equipo integral de diseño urbano, pueden aportar mucho, como pusieron a prueba los casos de la transformación de Medellín o la Barcelona olímpica. Claro que, para ello, hace falta primero voluntad política y la decisión de tener un proyecto claro de ciudad, alejada de ocurrencias y demás infortunios.

La diferencia entre lo que parece apuntar San Sebastián  — una serie de ponencias y exposiciones —  y lo que está proponiendo la City —una voluntad política por definir un programa claro de ciudad, alejada de las ocurrencias y demás infortunios, que permita, desde el diseño y la política, atajar aquellos problemas que enfrenta una urbe— es sustancial, porque más allá de los Messis o Cristianos que quiera crear la prensa, lo cierto es que la arquitectura, si se piensa estratégicamente como parte de un equipo, tiene mucho que decir y aportar a los discursos contemporáneos.