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La nube y la tempestad: Entrevista con Derzu Campos

La nube y la tempestad: Entrevista con Derzu Campos

11 septiembre, 2018
por Natalia Contreras

El impacto que tiene la arquitectura en las artes muchas veces se manifiesta de manera inesperada. Justamente eso es lo que pasa en la obra de Derzu Campos, artista mexicano que actualmente presenta su exposición La nube y la tempestad en la galería Breve. Si bien su obra no habla de la arquitectura como objeto de estudio, sí la retoma como un posible punto de partida para construir tensiones narrativas e históricas y explorar sus propios intereses.

Natalia Contreras: La propuesta que estás presentando en Breve tiene mucho qué ver con la idea de construcción de utopías y la deconstrucción de las mismas ¿En qué consiste La Nube y la Tempestad y cómo empezaste con este proyecto?

Derzu Campos: Empecé con esto hace como tres o cuatro años, cuando estaba viviendo en Londres. Me imagino que la ciudad sí tuvo un impacto significativo en mi percepción, tanto urbanísticamente como en mi entendimiento de cómo funciona la ciudad y las influencias culturales que intervienen en la misma. También afectó el momento que se estaba viviendo ahí, justo era el pre-Brexit y la crisis de refugiados se volvía cada vez más intensa, además, en México se dio lo de Ayotzinapa y la guerra del narcotráfico estaba muy fuerte, todo eso generó este interés en ver por qué había tantos sentimientos, digamos apocalípticos y catastróficos, y ver por qué la psique social estaba metida como en ese tema. Esa es la base de dónde surge todo esto, luego ya hay dos partes más específicas, una relacionada a las obras y otra relacionada a la parte teórica detrás de las mismas, como la teoría de la fantología de Jacques Derrida que va en contra de lo que escribe Fukuyama en El fin de la Historia que es cuando se da el colapso del bloque soviético y se empieza a hablar abiertamente del neoliberalismo y de cómo este sistema empieza a permear en el mundo como si sólo hubiera una forma de construir una economía. Pero lo que dice Derrida, que me parece interesante, es que en cada momento siempre hay espectros del pasado y del futuro que habitan en el momento presente, aunque pareciera que ciertos pasados ya colapsaron o que ciertos futuros nunca llegaron a suceder, siempre está el espectro de eso en el presente. Yo retomo esta idea y la aplico por un lado a todo lo que fue el estilo brutalista en la arquitectura.

 

NC: Al ver la obra puede surgir la idea de que estás retomando la arquitectura brutalista como representación de la narrativa de un momento muy específico de la modernidad, ¿cómo y por qué utilizas este elemento en la construcción de tu obra?

DC: Porque justo el brutalismo fue un estilo que en su momento fue realmente revolucionario, fue ir en contra de los principios estéticos que se tenían hasta el momento, era tener construcciones casi monolíticas con los materiales expuestos, además, casi todos los proyectos fueron de carácter social, esto es muy importante porque forma parte de esta etapa de los Estados benefactores posteriores a la segunda guerra mundial. Muchos de estos edificios son multifamiliares, hospitales, universidades bibliotecas o sedes gubernamentales con una idea institucional que tenían el fin de apoyar a la sociedad y darle seguridad en un discurso que ya nos resulta utópico.

NC: En el texto curatorial de Helena Lugo se hace referencia a Daniel Defoe, ¿cómo integras su obra a tu discurso?

DC: La otra fuente para esta misma serie es un libro de Daniel Defoe llamado Diario del año de la peste (1722), que es como una crónica ficticia (porque lo escribe casi 100 años después de lo que pasó) de un brote de peste negra en Londres. Y me parece muy interesante por dos cuestiones: una, porque hace un mapeo de Londres en donde va señalando los edificios en dónde la gente tenía la peste y hace un recorrido de las calles y los diferentes sectores de la ciudad. La segunda cuestión que me parece interesante es que habla de cómo respondía la gente a todo esto, él describe cómo desde antes de que llegara la peste había una sensación ominosa en el aire y la gente se empezaba a meter en cuestiones místicas y a ver señales en todo, entonces yo tomo algo de eso y lo extrapolo a lo que está pasando ahora con este temor constante que tenemos frente a los continuos colapsos que nos ha tocado presenciar, como el de la crisis del 2008 que fue un poco el momento en el que se empezó a romper esta idea de las estructuras indestructibles. Justo la idea fantológica es el colapso de tiempos, hacer una mezcla de pasados, futuros y presentes y tomarlos en su potencialidad como idea.

NC: ¿De dónde viene el título de las obras?

DC: Las imágenes se llaman Do You Remember 1979?  Y el título funciona de dos maneras, por un lado, hace referencia al momento en el que Margaret Thatcher entra al poder y colapsa todo el sistema de seguridad social de Gran Bretaña y empieza a privatizar todo, empezando por la vivienda, de hecho, comisionó una investigación sobre urbanismo para desacreditar este tipo de construcciones con enfoque social y dar pie a justificar la privatización del desarrollo urbano. Por otro lado, 1979 es un año antes de que yo naciera, por lo que crecí con la carga histórica de este tipo de acontecimientos y construcciones. Pasé mi infancia en la facultad de arquitectura de la UNAM, en contacto con este tipo de edificios, eso me marcó y se ve reflejado en la obra.

La exposición La nube y la tempestad, podrá ser visitada hasta el 15 de septiembre de 2018 en la galería Breve (Berlín No. 37, Col. Juárez, Ciudad de México).

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