¿Te gustaría que tu proyecto sea publicado junto a lo mejor de la arquitectura en México? Inscríbete ahora a nuestra convocatoria para el Bianuario Arquine 2025.

Columnas

Enrique Dussel en la arquitectura (I)

Enrique Dussel en la arquitectura (I)

8 enero, 2025
por Juan Manuel Heredia | Twitter: guk_camello

Al conmemorarse el primer aniversario de su muerte, acaecida el 5 de noviembre de 2023, escribo estas líneas sobre la obra de Enrique Dussel y su relación con la arquitectura. Filósofo, historiador y teólogo, Dussel produjo una obra impresionante no solo por su originalidad y riqueza sino también por su vastedad y carácter multifacético. Más allá de sus contribuciones especificas a las tres disciplinas en las que se formó, su obra es una invitación para que otros, desde distintos campos del conocimiento, la acción y la producción, amplíen los horizontes por él abiertos, reencaucen los propios o abran horizontes nuevos.

Nacido en La Paz, Mendoza, en 1934, Dussel estudió filosofía en la Universidad Nacional de Cuyo. En 1957 emigró a Europa para estudiar un doctorado en filosofía en la Universidad Central de Madrid y después otro en historia en La Sorbona. Estudiando simultáneamente teología en París y Münster, Dussel finalmente regresó a Argentina en 1967, diez años después de su partida. En Argentina, Dussel fungió como profesor de ética en la Universidad Nacional de Resistencia y posteriormente en su alma mater, en Mendoza. Su viaje trasatlántico, sin embargo, marcaría por siempre su obra posterior y los argumentos y convicciones en ella desarrollados. En efecto, en ese primer viaje, Dussel pudo trasladarse a muchos y contrastantes lugares, conociendo la África de norte, las dos Europas (norte y sur) y el Levante, región esta última en donde —en Nazaret— trabajó como obrero por dos años. Estas experiencias lo llevarían a conocer un mundo distinto al suyo, pero también a reconocerse como latinoamericano “fuera de la ‘historia universal’” pero inevitablemente ligado a ella. Su aprendizaje bajo filósofos y teólogos como Paul Ricouer, Xavier Zubiri, Paul Gauthier y Claude Tresmontant, y su lectura atenta de Martin Heidegger, Edmund Husserl y Maurice Merleau-Ponty, lo aprovecharía de manera inteligente y no imitativa para —mediante una lectura contrastante con la historia, la realidad, y la tradiciones latinoamericanas— resultar en su labor como co-fundador de dos corrientes de pensamiento muy importantes en América Latina: la Teología y la Filosofía de la liberación.

Entre otros tránsitos, Dussel fue, vino y regresó de la fenomenología al marxismo, de la deconstrucción a la teoría de la dependencia, de los clásicos a la ética del discurso, etcétera, articulando con el tiempo un pensamiento sui-generis caracterizado por su gran apertura pero también por su gran criticidad, muchas veces resumidas en su estar “con”, “en contra” o “más allá” de los autores de los que aprendía y “subsumía”. Más de medio siglo después, es posible comprender el alcance de su obra y de esas dos corrientes de pensamiento ya que son identificables en los giros políticos hacia la izquierda que—con todo y reveses— el pueblo latinoamericano ha protagonizado desde los años ochenta hasta el presente y —en el ámbito académico pero de forma aún más global— en el surgimiento del pensamiento decolonial contemporáneo. Me es imposible resumir y profundizar en una vida y una obra tan prolíficas como las de Dussel (máxime que como arquitecto no cuento con las herramientas apropiadas para hacerlo). Quisiera limitarme por lo tanto a apuntar algunos aspectos de su obra que me parecen relevantes para la arquitectura, tanto en los ámbitos académico, intelectual y profesional.

“Arquitectónica” dusseliana

Existen varios textos de Dussel en los que aborda temáticas arquitectónicas implícita o explícitamente. La arquitectura siempre estuvo presente en su pensamiento, siendo de hecho una disciplina que alguna vez consideró estudiar y ejercer. Quizá no es casualidad que su obra filosófica haya sido escrita con tan alto grado de sistematicidad que él mismo llegaría a llamar en ocasiones “arquitectónica”. Tres dimensiones humanas —la ética, la política y la productiva— muestran este carácter mejor que otros. Su Ética, desarrollada en varios tomos desde principios de los años setenta, culminando con su Ética de la liberación en la edad de la globalización y la exclusión—quizá su obra magna—, su Política, desarrollada desde finales de los años noventa, culminado con los tres tomos de su Política de la Liberación y su Estética, desarrollada desde mediados de los años setenta (en la forma de una Poiética) y culminando con su inédita pero próxima a aparecer Estética de la liberación, bien pueden llamarse un “monumento” al pensamiento filosófico e histórico latinoamericano. Contra Bataille, en Dussel, la “metáfora arquitectónica” no simboliza la autoridad represora de la libertad humana sino el camino mismo de su liberación. De forma más tangible, su filosofía no se comprendía tan solo textual o verbalmente, sino también de forma gráfica y hasta geográfica. En efecto, tanto en sus escritos como durante su clases y conferencias Dussel se apoyaba en diagramas explicativos y mapas esquemáticos cuya tarea era esclarecer conceptos y procesos muchas veces complejos. En sus charlas, de hecho, era costumbre verlo delante de un pizarrón saturado de imágenes dibujadas con gran destreza y anotadas con nombres y fechas claves, así como con flechas señalando relaciones causales y de otra índole. Dado el carácter anti-Eurocéntrico de su filosofía, su uso, en realidad su dependencia de estas imágenes, especialmente de mapas, era más una necesidad que una añadidura. En efecto, su apelación a la geografía era al mismo tiempo una apelación a la geopolítica como una dimensión crucial en la comprensión de los procesos filosóficos y políticos de la modernidad, procesos que, en su visión, eran mundiales desde su origen.

Artículos del mismo autor

PRODUCTOS RELACIONADOS

ARTÍCULOS RELACIONADOS