De la interconexión (y las dimensiones) al amor tácito: una conversación con Damián Ortega
"Damián Ortega: Pico y Elote" se exhibe ahora en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Conversamos ahora con el [...]
🎄📚Las compras realizadas a partir del 19 de diciembre serán enviadas a despues de la segunda semana de enero de 2025. 🎅📖
¡Felices fiestas!
7 mayo, 2014
por Mariana Barrón | Twitter: marianne_petite | Instagram: marianne_petite
Partiendo de los hechos o situaciones que se presentan en una ciudad con la magnitud de ciudad de México, Los Ángeles o con una medida más compacta como Oporto surge un breve momento de comparación y cuestionamiento ante lo que se percibe de ellas y lo que se entiende por ciudad. ¿Cómo vivo en ella?¿Hasta donde esta percepción de la ciudad influye en el espacio público y su utilización de parte de los sujetos? ¿Acaso será que lo público puede recompensar esa desconexión que a veces se presenta entre sujetos en una inmensa o compacta ciudad? Las posibles respuestas podrían ser influidas por varias disciplinas o formas de pensamiento que muy probablemente pueden ir más allá de lo cuantitativo y generar algo más cualitativo, sin verdades absolutas. Idealmente se daría una conjunción de ideas y experiencias compartidas entendiendo la ciudad como algo que es persistentemente heterogéneo.
A todo ello me permito citar una postura que Jordi Borja comenta en su libro El espacio público, ciudad y ciudadanía: “La ciudad es el continente de la historia, es el patrimonio colectivo en donde tramas, edificios y monumentos combinados con recuerdos, sentimientos y momentos comunitarios encuentran vínculos sociales y valores culturales”. Definir ciudad es casi tan subjetivo como definir otras situaciones o conceptos -amor, arte, bello, feo- pero es necesario generar puntos de partida para las prácticas individuales o colectivas en las ciudades, cuyos espacios por naturaleza resultan conflictivos. Estos conflictos se producen de la variedad histórica que las ciudades representan, como por ejemplo en sus funciones -industriales, administrativas, capitales políticas, ciudades de servicios, ciudades portuarias y turísticas- cuya complejidad de categorización se rompe en las ciudades grandes donde coexisten diversas formas de trabajo y culturas, donde los ciudadanos desarrollan su propia división territorial interfiriendo hasta en el tipo de personalidades de los mismos. Todos sabemos que en ciudad de México no es lo mismo si eres de Satétlite, de Azcapotzalco, de Tepito o del sur.
A esta diversidad de personalidades territoriales se le refieren connotaciones de tipo antropológico, sociológico y étnico-histórico que se recrean en el espacio urbano con manifestaciones artísticas, sociales, culturales y espaciales. Así es como dejamos claro que la ciudad también es fusión de ideas, personas, símbolos, lugares, edificios, etc. La ciudad genera encuentros. Encuentros íntimos o colectivos que permitieron en su momento captar catarsis, silencios, masividad o configuraciones urbanas a través de algo estático, como la fotografía en este caso lo hace.
Encuentros catárticos, actual exhibición en MUCA-Campus, es un ejercicio sensorial que empezó desde 2 inquietudes: la ciudad y los recorridos, donde se experimenta con los espacios urbanos en sus diversos fragmentos y desde diferentes filtros. Ya sea en suburbios de Los Ángeles, las vías del metro en ciudad de México y hasta las bellas y viejas calles de Oporto. La exhibición plantea un encuentro transitorio entre lo que significa ciudad, percepción y arquitectura.
Es por ello que la postura arquitectónica ante estas expresiones fuera de la arquitectura convencional significan una visión que puede despertar intereses y generar preguntas de cómo la arquitectura se empieza a abordar desde plataformas diversas. Escribir, fotografiar, mapear, diagnosticar y mostrar arquitectura son a momentos acciones menospreciados por algunos, mas no hay que perder de vista lo que son: ejercicios críticos cuya diversidad de posturas y encuentros conjuntamente forman lo que hoy en día podemos establecer como continente de la historia. La arquitectura y sus actores no deberíamos permanecer aislados ante lo que la historia y los hechos culturales o sociales son en las ciudades, pues son aquella expresión catalizadora que se puede tratar y cuestionar desde lo urbano para convertirlo en experiencias y retratos catárticos.
Fotografía Diego Dorantes
"Damián Ortega: Pico y Elote" se exhibe ahora en el Museo del Palacio de Bellas Artes. Conversamos ahora con el [...]
Tras posicionarse como uno de los eventos de arte más relevantes en México, América Latina y en la escena de [...]