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El techo de Notre Dame y el castillo medieval más reciente

El techo de Notre Dame y el castillo medieval más reciente

21 agosto, 2022
por Alejandro Hernández Gálvez | Twitter: otrootroblog | Instagram: otrootroblog

En el corazón de Borgoña, una curiosa construcción está siendo erigida de una forma diferente a lo habitual. Se trata del Castillo de Guédelon, un proyecto de construcción medieval localizado en Treigny en el que solo se utilizan técnicas y materiales de la Edad Media. El objetivo: levantar un castillo francés típico del siglo XIII, una idea que lleva a cabo el arquitecto Jacques Moulin desde 1997 y que espera finalizarse en poco tiempo. (Mari Carmen Duarte, National Geographic)

 

Reconstruir el pasado, muchas veces desde cero, donde no hay restos físicos de edificaciones antiguas, es el procedimiento de la arqueología experimental. Dana C. E. Millson dice que la “arqueología experimental no es una idea nueva, sino una implementación en uso desde los días de los anticuarios. Usualmente involucraba experimentar con artefactos antiguos recuperados en excavaciones, pero a veces implicaba la construcción de réplicas con el fin de realizar algún experimento” (en Experimentation and Interpretation. The Use of Experimental Archaeology in the Study of the Past, Oxbow Books, 2010). En el libro Archaeology by Experiment, publicado en 1973, John Coles explicaba que el término arqueología experimental era “una manera conveniente para describir la colección de hechos, teorías y ficciones que se han reunido durante un siglo de interés en la reconstrucción y funcionamiento de restos antiguos. Por definición, la palabra sugiere una prueba, un ensayo, una manera de juzgar una teoría o una idea, y eso es exactamente esto; la arqueología experimental provee los medios, un medio, para examinar ideas arqueológicas sobre el comportamiento humano en el pasado.” Por su parte, en la introducción al libro Experiments Past. Histories of Experimental Archaeology, Jodi Reeves Flores y Roeland Paardekooper escriben:

Reconstruir el pasado es una tarea compleja para los arqueólogos, que se basan en un multitud de métodos como la excavación, el análisis de artefactos, el uso de archivos y textos históricos, y desarrollando analogías de múltiples fuentes. La arqueología se llena de un aire experimental. En el campo, los arqueólogos han experimentado con diferentes prácticas de excavación y registro, introduciendo nueva tecnología cuando está disponible. En el laboratorio, experimentan con diferentes métodos, técnicas y materiales; a veces replican un elemento o proceso arqueológico o bajo condiciones controladas. Un método disponible para los arqueólogos es la arqueología experimental; esto implica replicar artefactos o procesos del pasado para probar hipótesis falsables o para recopilar datos sistemáticamente.

 

Según se puede leer en Wikipedia, “Guédelon o el castillo de Guédelon es un sitio de construcción experimental de un castillo fortificado, iniciado en 1997, según las técnicas y materiales utilizados en la Edad Media. Este proyecto arquitectónico ubicado en Treigny en el Yonne, en una antigua cantera en desuso en el centro de un bosque y cerca de un estanque, a unos treinta kilómetros al suroeste de Auxerre, tiene como objetivo mejorar los conocimientos en la construcción de castillos y en arqueología experimental. Al mismo tiempo que desarrolla una reflexión del tipo “arte y tradiciones populares”, se escenifica un verdadero desdoblamiento de la construcción de un programa monumental, que lo diferencia de los parques temáticos.”

La mención a Guédelon viene a cuento por una nota publicada el 20 de agosto en el periódico The Guardian. Frédéric Epaud, estudioso de techumbres de madera medievales, su carpintería y técnicas de construcción y autor, entre otras obras, del libro De la charpente romane à la charpente gothique en Normandie. Evolution des techniques et des structures de charpenterie aux XIl’-XIII siècles, declaró al periódico:

La estructura del techo era extremadamente sofisticada, utilizando técnicas avanzadas para los siglos XII y XIII. Después del incendio, mucha gente decía que se necesitarían miles de árboles, y que no teníamos suficientes de los adecuados, y que la madera tendría que secarse durante años, y nadie sabía nada sobre cómo producir vigas como lo hacían en la Edad Media. Dijeron que sería imposible. Pero sabíamos que se podía hacer porque en Guédelon lo han estado haciendo durante años.

Por su parte, Stéphane Boudy, carpintero entrenado en la construcción de Guédelon, dijo: “Tenemos 25 años de experiencia cortando, escuadrando y tallando madera a mano. Es lo que [hemos hecho] todos los días durante 25 años. Hay gente fuera de aquí que puede hacerlo ahora, pero todos vinieron aquí para aprender cómo hacerlo. Si este lugar no existiera, quizás los expertos hubieran dicho: no, no es posible reproducir el techo de Notre Dame. Nosotros hemos demostrado que sí lo es. Esto no es solo nostalgia. Si el techo de Notre Dame duró 800 años es por esto.”

 

Mientras hubo quienes, quizá con una mezcla entre ingenuidad e ignorancia, propusieron estructuras con tecnologías supuestamente sofisticadas y actuales y formas en consecuencia de las mismas, aduciendo que era la oportunidad para que esta época dejara su marca en la catedral medieval, el compromiso con el estudio y la investigación han hecho que un equipo de carpinteros, constructores, arqueólogos y arquitectos —acaso mucho más experimentales e inventivos que sus contrapartes que han producido las imágenes digitales de los techos sustitutos— puedan, como si fueran émulos de Pierre Menard, construir un techo nuevo como en el siglo XIII.

 

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