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¡Felices fiestas!
6 marzo, 2013
por Arquine
A 31 años de su muerte, Alisa Zinóvievna Rosenbaum, Ayn Rand, (San Petersburgo, 2 de febrero 1905 – Nueva York, 6 de marzo 1982) es una de las escritoras-filósofas más leídas, cuya defensa al capitalismo, egoísmo racional e individualismo, sustentados en un “objetivismo” fundamentado, la llevó al reconocimiento público con El manantial (The Fountainhead) (1943) y La rebelión de Atlas (1957). También a 70 años de El manantial, cuya versión fílmica se presentó en 1949 –dirigida por King Vidor con base en el riguroso guión de Rand, y protagonizada por Gary Cooper (Howard Roark), Patricia Neal (Dominique Francon), Raymond Massey (Gail Wynand) y Kent Smith (Peter Keating)– sus personajes, diálogos e historias cruzadas regresan como ecos aprehendidos.
“La arquitectura no es un negocio, ni una carrera, sino una cruzada y una consagración a la felicidad que justifica la existencia sobre la Tierra. La arquitectura es primordialmente de concepción utilitaria, y el problema consiste en elevar el principio del pragmatismo al reino de la abstracción estética”, escribe Rand en El Manantial. Así, la inspiración en Frank Lloyd Wright para definir el avatar de Howard Roark describe a la perfección la definición que la escritora otorga al arquitecto: “un sacerdote metafísico que trata con las esencias básicas, que tiene el valor de enfrentarse a la concepción inicial de la realidad como la no realidad dado que no hay nada y él crea la nada. El arquitecto es la ilustración concreta de una paradoja cósmica”, y en ese cosmos debaten las historias de los personajes en El manantial.
En múltiples entrevistas que argumentaron y complementaron su complejo discurso filósofo-literario, Rand hablaba de profesionistas filósofos, el movimiento de sus ojos y su pensamiento revolucionado expresaba su objetivismo e idealismo por la vida con principios fundamentales para elegir decisiones propias; así como un nuevo código de moralidad racional, no en las emociones ni en cuestiones espirituales, sino en la lógica. La razón como única guía para el hombre ideal.