22 octubre, 2015
por Arquine
La semana pasada se dieron a conocer los resultados de dos concursos de arquitectura. El primero de ellos, el Concurso Nueva Alameda Providencia, es un proyecto de regeneración urbana para el centro de la ciudad de Santiago de Chile que busca resolver “las demandas por una mejor calidad de vida, expresada en espacios públicos articuladores de la identidad nacional y urbana, y mejoras sustantivas en el transporte público y la movilidad en todas sus formas”.
La propuesta ganadora, denominada Paseo cívico-metropolitano. Paisaje de agua, sombra y movilidad –realizada por Lyon Bosch + Martic Arquitectos, Groundlab Landscape Urbanism, la empresa de ingeniería IDOM y Sergio Chiquetto como asesor en transporte– remodelará los 11,3 kilómetros del eje Alameda-Providencia.
El jurado destacó que la estrategia presentada ofrezca “una imagen unitaria y coherente que otorga un orden, escala e identidad metropolitana todo el eje, al mismo tiempo que reconoce las particularidades urbanas de los distintos sectores”. Así mismo valoró su “estrategia de diseño de las infraestructuras, que responde a las demandas planteadas para el eje mediante el uso racional y estratégico de los recursos y el espacio disponible”; su “clara estrategia de segregación y reorganización de flujos para acoger las demandas de transporte público, transporte privado y del tránsito peatonal del eje”; o su “claridad conceptual para comprender y abordar el problema de diseño urbano y de transporte planteado en las Bases, con un marcado énfasis en el diseño detallado del espacio público como forma de integrar los requerimientos de transporte y movilidad urbana, regeneración urbana, realce de los edificios patrimoniales y actividad cívica”.
Por otra parte, en México, el estudio de arquitectura conformado por Julio Gaeta y Luby Springall, recibieron el primer lugar en el Concurso Nacional para la Nueva Catedral del Sagrado Corazón de Jesús en Celaya.
Su propuesta “retoma las formas geométricas puras de la arquitectura sagrada”: el círculo, el triángulo equilátero y el cuadrado. A partir de un gesto simple, un triángulo isósceles que permite solucionar los requerimientos técnico-estructurales, se realiza “una construcción axial” que se agrieta en una de sus fachadas para construir “una cruz de luz que marque el camino”. La fachada de acceso se desdobla para generar el acceso. Una vez dentro se potencia la espacialidad axial coronada en lo superior con una luz cenital. “La orientación del proyecto retoma la tradición en términos de implantación y proyecto de las catedrales en las que se accede desde el poniente en la dirección axial hacia el oriente”.
Al proyecto se suman, además, “el conjunto de construcciones secundarias y el Parque Catedral”, que servirá como lugar de celebraciones en el exterior “generando un filtro entre la Catedral, la futura calle y la ciudad”.