Espacio político: rave y cuerpo
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24 enero, 2019
por Carlos Lanuza | Twitter: carlos_lanuza_
“…un reconocimiento del hecho de que todos los que compartimos el planeta dependemos mutuamente los unos de los otros para nuestro presente y para nuestro futuro, de que nada de lo que hagamos o no hagamos puede resultar indiferente para la suerte de otras personas, y de que ninguno de nosotros puede ya buscar y encontrar un refugio privado en el que cobijarse de las tormentas que pueden originarse en cualquier lugar del globo.”
Zygmunt Bauman
Desde la resta (DPR-Barcelona, 2017) es una reflexión de n’UNDO sobre el estado de la profesión de la arquitectura, tanto en la práctica como en la academia, que toma en cuenta el cambio significativo que estamos viviendo ya no tanto desde el ámbito local, sino como sociedad global. La denominación de la época en que vivimos, el Antropoceno, ayuda a entender la importancia que tiene un cambio de posicionamiento de nuestras acciones con respecto a nuestro entorno, y la arquitectura tiene mucho que ver al respecto. Vivimos en una isla que flota en el espacio, y finalmente empezamos a entender que sus recursos son limitados.
Los modelos económicos están cambiando y con ello también las dinámicas de trabajo, todo se transforma a mayor velocidad y la incertidumbre es algo cotidiano. La arquitectura no está lejos de esta realidad, sujeta a los vaivenes de la economía. La construcción como mero motor económico –y especulativo, nos guste o no— nos deja entrever un futuro en el que la profesión, tal como la conocemos hoy en día, tendrá que adaptarse. Nos hemos ido acostumbrando a ver cómo algunas profesiones desaparecen, cambian para adaptarse o terminan siendo absorbidas por otras. Economía colaborativa, gentrificación, nuevas maneras de relacionarnos desde lo virtual, sobrepoblación, migración y lo volátil de la política actual son cosas que, como arquitectos, vemos de lejos pensando que no nos afectan, por miedo, comodidad o egocentrismo.
Este libro nos presenta una realidad alternativa que debería empezar a materializarse desde todos los ámbitos. Tarde o temprano tendremos que entender que la arquitectura como profesión se ha quedado anclada en los mismos preceptos desde hace muchos años: el mero hecho de construir y la especulación intelectual teórica. Pero tal y como nos dicen los autores, construir se puede hacer de muchas maneras como: la no construcción, la minimización, la reutilización y el desmantelamiento; y los entornos se han de mejorar pensando en todos los factores que tienen una relación directa con el ser humano.
Es un libro revolucionario, a contracorriente del pensamiento imperante del arquitecto y la disciplina anquilosada. Leerlo y aplicar lo que nos dice de otras profesiones puede parecer evidente, y que incluso llega un poco tarde. Pero al ver cómo se comporta el gremio de arquitectos ante la realidad cambiante es fácil entender que quien va tarde es la academia y la práctica de la profesión. El mundo cambia para todos, y todos están cambiando con él, menos nosotros los arquitectos. Necesitamos más espacios indeterminados…
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