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Creatividad en la arquitectura

Creatividad en la arquitectura

4 abril, 2025
por Manolo Lam

Figura 1. The creative architect Book Cover

Imaginemos por un momento que los arquitectos tuvieran un tercer brazo. ¿Dónde lo colocarían? ¿En la cabeza, en la espalda, en el pecho? Esta fue una de las preguntas que un grupo de los arquitectos más influyentes del siglo XX tuvo que responder durante un estudio en la Universidad de California, Berkeley en los años cincuenta. No era un simple juego. Formaba parte de una serie de pruebas diseñadas para analizar el misterio de la creatividad.

El estudio fue realizado por el Institute of Personality Assessment and Research (IPAR), UC Berkeley [ahora Institute of Personality and Social Research (IPSR)], un centro pionero en la evaluación de la personalidad que buscaba comprender los rasgos psicológicos de las personas más creativas en diferente disciplinas. Su director, Donald Mackinnon, había trabajado en la Oficina de Servicios Estratégicos, precursora de la CIA, evaluando qué soldados serían más aptos para misiones de combate y espionaje. En 1958, con la Guerra Fría en auge y el Sputnik orbitando la Tierra, el gobierno estadounidense financió su nueva misión: descifrar la creatividad y desarrollar un ambiente pedagógico capaz de fomentarla en futuras generaciones.

El estudio de los arquitectos fue solo una sección de una investigación más amplia que abarcó a escritores, matemáticos, científicos y otros destacados profesionales de diversas disciplinas. Sin embargo, Mackinnon tenía un interés particular por los arquitectos. Creía que su trabajo implicaba un equilibrio singular entre arte y técnica, entre visión estética y resolución práctica de problemas. Para él, entender a los arquitectos era entender la creatividad en su expresión más híbrida y compleja.

Para seleccionar a los participantes del estudio, MacKinnon encargó al entonces decano de la Escuela de Arquitectura de Berkeley, William Wurster, la elaboración de una lista con los arquitectos más talentosos del momento. Para ello, Wurster reunió a un panel de cinco expertos, quienes, de manera independiente, clasificaron y jerarquizaron a los candidatos según su criterio. Elizabeth Kendall Thompson, editora de Architectural Record, participó extraoficialmente en el proceso.

En la lista de los arquitectos invitados a formar parte del estudio figuraban los nombres más influyentes de la época y solo estuvieron invitados aquellos que vivieran o trabajaran en los Estados Unidos. Por mencionar algunos casos, Frank Lloyd Wright simplemente ignoró la invitación. Mies van der Rohe, Walter Gropius, Marcel Breuer, Victor Gruen, y Paul Rudolph declinaron. Eero Saarinen, inicialmente indeciso, terminó cediendo ante la insistencia del Decano Wurster y con su participación animó a que se sumaran otras figuras como Philip Johnson, Louis Kahn, I.M. Pei, Victor Lundy, John Carl Warnecke y Ralph Rapson. Buckminster Fuller fue descartado bajo el argumento de que no era un verdadero arquitecto, sino un ingeniero con inclinaciones mecánicas. Tampoco se invitó a ninguna mujer, ni siquiera a figuras clave como Ray Eames o Florence Knoll.

Figure 2. Lista de los 64 arquitectos invitados a participar en el estudio.

Así, en cuatro fines de semana distintos, grupos de diez arquitectos atravesaron las puertas del IPAR, ubicado en una antigua fraternidad en Berkeley, preparados para un encuentro intenso. Mackinnon les había advertido que no sería una experiencia relajante. No fue así.

El estudio consistió en 22 horas de pruebas extenuantes que iban desde cuestionarios psicológicos hasta ejercicios creativos. Uno de los más comentados fue la prueba de los mosaicos. En 30 minutos, cada arquitecto debía llenar un espacio de 8×10 pulgadas con piezas de colores, sin más indicaciones. Saarinen eligió usar únicamente blanco. Philip Johnson, blanco y negro. Otros crearon patrones complejos y expresivos. Para evaluar estos ejercicios, IPAR recurrió a especialistas externos como el historiador de arquitectura James Ackerman, quien concluyó que los arquitectos más creativos rechazaban soluciones previsibles y apostaban por la complejidad visual.

Figure 3 -8. Mosaicos elaborados en el marco del estudio.

Las entrevistas individuales revelaron cuestiones adicionales de los arquitectos. Saarinen confesó que su padre, el también arquitecto Eliel Saarinen, había sido su modelo a seguir: “Lo imitaba, leía historia. Era mi imagen; intentaba seguirlo”. Louis Kahn, al reflexionar sobre los elementos esenciales para el éxito profesional, dijo: “Estoy en conflicto—se necesita una comprensión amplia de las relaciones y del orden, pero también se debe tener una oportunidad para trabajar”. Sin duda, Philip Johnson fue el más difícil de entrevistar. Con características clásicas de un hombre maníaco, egocéntrico, irritable y arrogante, hacía uso del humor para defenderse en temas que le producían ansiedad. No respondió dos tercios de las preguntas que le plantearon y llegado el momento en que cómo sabría si había llegado a la cima de su carrera, respondió: “Todo es cuestión de suerte”. Una respuesta que seguramente ni él mismo creía. 

Uno de los ejercicios más reveladores del estudio fue el “problema ético”, en el que se les presentaba una situación hipotética: un arquitecto había diseñado un edificio que consideraba perfecto, pero su cliente le pedía hacer un cambio importante. ¿Debía aceptar la modificación o abandonar el proyecto? Saarinen fue tajante: “Debe estar dispuesto a renunciar al proyecto o no tendrá futuro”. Philip Johnson, con su acostumbrado cinismo, desestimó el escenario por considerarlo irreal. Mientras tanto, el joven Victor Lundy, con la ingenuidad de alguien que aún no ha sido devorado por el oficio, sugirió que tal vez el cliente tuviera razón. El consenso final fue que un arquitecto debía defender su visión, aunque eso significara perder un proyecto. Una postura idealista que, en la práctica, no siempre resulta sostenible.

El estudio logró identificar algunos patrones comunes entre los arquitectos más creativos. No se trataba de los más inteligentes en términos de coeficiente intelectual, ni los más técnicos o meticulosos. Lo que los hacía distintos era su manera de abordar los problemas. Su capacidad para tolerar la ambigüedad, para conectar ideas inesperadas, para desafiar convenciones sin miedo al rechazo. Eran independientes, curiosos y, en muchos casos, egocéntricos. Pero también compartían algo más: una especie de turbulencia emocional. Mackinnon concluyó que la creatividad no era un estado de equilibrio, sino el resultado de una constante lucha interna.

Los resultados del estudio nunca se publicaron en su totalidad. A pesar de los anuncios y la expectativa, Mackinnon y su equipo nunca lograron organizar todos los datos en una sola publicación. El material quedó archivado hasta que Raymond Neutra, hijo de Richard Neutra, encontró los documentos entre las pertenencias de su padre y los compartió con el arquitecto e historiador Pierluigi Serraino quien decidió reconstruir la historia en su libro The Creative Architect: Inside the Great Midcentury Personality Study.

Figure 9. Ranking de arquitectos basado en el criterio de creatividad.

Más de sesenta años después, los hallazgos del estudio de Mackinnon siguen siendo fundamentales en el estudio de la creatividad, pero el mundo y el contexto ha cambiado desde entonces. En lugar de la Guerra Fría y la carrera espacial, nos encontramos en un mundo aún más incierto, con mayores retos económicos y sociales, con nuevos paradigmas y algunos más en construcción. Tal vez, el estudio de Mackinnon no pasaría el tamiz de la ciencia contemporánea, pero no por esta cuestión deja de ser interesante la posibilidad de pensar en algunas cuestiones que pudieran encaminar la réplica de un estudio similar. Sin embargo, la pregunta fundamental no deja de ser la misma: ¿qué hace que una persona sea realmente creativa?

Agradecimientos especiales al Institute of Personality and Social Research [IPSR], UC Berkeley, a The Monacelli Press y a Pierreluigi Serraino, arquitecto y autor del libro The Creative Architect: Inside the Great Midcentury Personality Study.

Referencias:

  • Center for Architecture, & AIANY Oculus Committee. (2016, October 20). Oculus book talk: The Creative Architect. Https://Www.Centerforarchitecture.Org/Video/Oculus-Book-Talk-Creative-Architect/.
  • Millman, D. (Host). (2017). Design Matters with Debbie Millman: Pierluigi Serraino. In https://soundcloud.com/designmatters/design-matters-with-debbie-millman-pierluiggi-serraino?in=grace-lin-21/sets/gracies. Design Matters.
  • Popova, M. (2016, December 29). The Creative Architect: Inside Psychology’s Most Ambitious and Influential Study of What Makes a Creative Person. Https://Www.Themarginalian.Org/2016/12/29/the-Creative-Architect/.
  • Serraino, P. (2016a, June). Case Study Eero Saarinen. Architectural Record, 114–115.
  • Serraino, P. (2016b, June). Case Study Philip Johnson. Architectural Record, 116–117.
  • Serraino, P. (2016c, June). Case Study Richard Neutra. Architectural Record, 118–119.
  • Serraino, P. (2016d, June). Genesis of Genius. Architectural Record, 113–113.
  • Trufelman, A. (2016, July 12). The mind of an architect. Https://99percentinvisible.Org/Episode/the-Mind-of-an-Architect/.

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