23 enero, 2013
por Arquine
Debemos interrogar al ladrillo, al cemento, al vidrio, a nuestros modales en la mesa, a nuestros utensilios, a nuestras herramientas, a nuestras ocupaciones, a nuestros ritmos. Interrogar lo que ha dejado de sorprendernos. Es cierto que vivimos, es cierto que respiramos; caminamos, abrimos puertas, bajamos escaleras, nos sentamos a una mesa para comer, nos acostamos en una cama para dormir. ¿Cómo? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué?
Describa su calle. Describa después otra. Compare.
Georges Perec
Levantarte por la mañana, apagar el despertador, ponerse los zapatos, preparar el desayuno, abrir la casa, tomar las llaves al salir, barrer, lavar los platos, doblar la ropa, bañarse con el agua a la temperatura que nos gusta, ver la televisión, leer tumbado en el suelo, en tu cama o en el sofá… ¿Cuántas cosas de la cotidianidad que realizamos en nuestras viviendas son pensadas (o no lo son) a la hora de realizar el proyecto de arquitectura? Es esta cotidianidad de las conductas un tema central en la obra residencial de Atelier Bow-Wow (Yoshiharu Tsukamoto + Kajima Momoyo), conferencistas invitados en el Congreso Arquine No.14: Espacio.
Si algo llama poderosamente la atención del trabajo de este estudio japonés son sus representaciones, tanto de sus dibujos como de sus modelos. Es intensa la relación existente entre el esfuerzo por definir cual es la materialización constructiva del espacio y el interés por mostrar como se podía desarrollar una hipotética vida en el interior de los edificios. Sus planos en perspectiva son en realidad detalladas secciones constructivas que podrían ser perfectamente usadas por un constructor al tiempo que muestran la más pura cotidianidad de la vida más ordinaria. De igual forma ocurre con sus maquetas, trabajadas hasta tal punto que son capaces de mostrar con enorme detalle los materiales y las texturas que tendrán las futuras viviendas o representando todos los mínimos detalles del mobiliario u objetos que tendrían unos supuestos habitantes en miniatura. Su trabajo buscaría por tanto comprender de la compleja relación entre las personas (o aquellos habitantes de un espacio), el entorno construido y el espacio urbano.
Y de igual modo esos temas se encuentran presentes en sus libros y escritos de forma recurrente. Este gusto por lo ordinario llevó a los arquitectos a mirar con enorme detenimiento a aquellos edificios híbridos profundamente japoneses pero en los que la disciplina arquitectónica nunca había reparado; o en los pequeños espacios de la ciudad donde se da el día a día y cuya reducida dimensión incorpora ingenios y sistemas que con poco esfuerzo resolvían los quehaceres cotidianos. Sus textos se convierten en investigaciones minuciosas sobre la conducta humana y la vida diaria que luego revierten en el trabajo que realizan a la hora de proyectar y construir una vivienda. Investigación y proyecto del habitar se encuentran unidos de la mano en el trabajo de estos arquitectos en un gusto por el deleite, el detalle y la búsqueda por precisar los más mínimos hechos que no reducen, sin embargo, aquellas propuestas que realizan a simples ideas o conductas sobre el espacio a posibilidades concretas o únicas. Sus espacios, aunque ambiguos, conllevan una gran diversidad de posibilidades en cómo usarlos.
*El Concurso Arquine No.15 busca la generación de nuevas tipologías para la vivienda del siglo XXI a partir de la revisión de los modelos habitacionales de la modernidad, con base en criterios de redensificación, sostenibilidad, flexibilidad y cohesión con la ciudad.