Hugo González Jiménez (1957–2021)
Hugo González Jiménez nació en Guadalajara en 1957. Se inscribió en la Escuela de Arquitectura del Iteso hacia 1975 y [...]
29 junio, 2017
por Juan Palomar Verea
Cada año, con las primeras tormentas fuertes del temporal, suelen producirse serias y costosas inundaciones. Y éstas tienden a repetirse durante toda la estación de lluvias. Existen, al menos, dos causas.
Por un lado, la crónica insuficiencia de las redes de drenaje pluvial para absorber los caudales generados por las precipitaciones. Y, por el otro, la triste costumbre de muchos habitantes de la ciudad de arrojar de cualquier modo sus desechos en calles, lotes baldíos y cauces diversos.
Ante los dos aspectos de esta problemática, independientemente de las grandes y muy onerosas soluciones de infraestructura, existe, por parte de cada ciudadano, la posibilidad de cooperar activamente para evitar daños que afectan cíclicamente a toda la comunidad.
Ambos recursos tienen que ver con la toma de conciencia individual, vecinal y barrial de la problemática. Es bien sabido que el aumento de las zonas impermeables producida por la urbanización y la construcción en general provoca una creciente cantidad de agua de lluvia que corre por la superficie citadina y genera, en muchos puntos críticos, los anegamientos. Ante esto, es necesario buscar la adecuada organización que fomente la construcción apropiada de pozos de absorción.
Estos pozos de absorción representan diversas ventajas: se evitan los escurrimientos excesivos, inyectan el agua de lluvia al subsuelo y recargan los mantos freáticos, y se traducen en una mejora general del medio ambiente. Pueden ser desde modestos pozos en predios particulares hasta otros de mayores capacidades ubicados en vialidades y espacios públicos. Con una eficaz gestión de las asociaciones de colonos y de grupos de vecinos –apoyados en lo necesario por la autoridad- es factible establecer una campaña permanente de construcción de estas soluciones pluviales.
El tema de la basura desechada de modo indebido e irresponsable también puede ser solucionado mediante campañas eficaces, encabezadas por los propios vecinos, para generar una cada vez más amplia conciencia ambiental en cada habitante de la ciudad, de todas las edades y estratos económicos. Es conocido el hecho de que la acumulación cotidiana de basura en las áreas públicas y/o abiertas de la ciudad genera incontables taponamientos en las redes pluviales y muy graves costos y perjuicios para toda la población. Una indispensable y permanente campaña de difusión y conciencia, tanto en los medios de comunicación como en las redes ciudadanas, barriales y vecinales, llevará a una nueva toma de responsabilidades y acciones.
Una nueva actitud ciudadana frente a la problemática de las inundaciones pluviales, y en general respecto a los temas hidráulicos, está en la base de toda una positiva renovación de la relación de cada individuo con la urbe. Es el principio, tangible e inmediato, para asumir las responsabilidades cívicas, para que cada habitante se haga cargo de su papel en la ciudad.
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