La exposición Colección de momentos: Diseño en México 1999-2015 se inauguró el pasado 6 de febrero en el Museo Universitario del Chopo como parte de la agenda cultural del World Design Capital 2018.

La exposición surge a raíz de la investigación de Cecilia León de la Barra —curadora de la muestra— que reúne no una historia total del diseño, sino momentos esporádicos de gran importancia. Además, la muestra es un ejercicio de memoria sobre lo que ha pasado en el diseño mexicano y un pretexto para comenzar una colección ante la cuestionable falta de una institución que cuente con una colección de diseño contemporáneo en México.

La compilación que Cecilia León de la Barra ofrece es una lectura desde 1999, justo en el cambio del siglo, cuando existe una ruptura en la forma de documentar y de difundir mediáticamente —con la llegada de la cámara digital y las plataformas online a la mano de todos. Antes de ese año, la Galería Mexicana de Diseño era la única plataforma física —aún activa— que buscaba impulsar y promover el diseño mexicano.

Así, durante el recorrido encontraremos mobiliario, diseño gráfico, objetos y publicaciones de más de 30 diseñadores mexicanos que incluyen a Rodrigo Da Silva, Héctor Esrawe, Ezequiel Farca, Emiliano Godoy, Ariel Rojo, Bernardo Gómez-Pimienta, Ana Gabriela González, Óscar Hagerman, Liliana Ovalle y la propia Cecilia León de la Barra. Lo expuesto podrá verse desde una doble condición: la del objeto en sí mismo, concebido por el diseñador, y desde la narrativa cómo se documento, para dar una valoración de los objetos en el tiempo.

Frente a una escena relativamente joven del diseño mexicano que continúa consolidándose, esta documentación abre ciertas preguntas: ¿es momento de dirigir o redirigir el rumbo?, ¿por qué el diseño mexicano se ha desarrollado de tal forma?, ¿por qué hay tan sólo un grupo diverso de diseñadores mexicanos?, ¿qué lo llevo a ser así?, ¿hacia donde se quiere ir? Comenzar a armar fragmentos de la historia del diseño a través de la documentación y el almacenaje parecer ser tan sólo el inicio fundamental para crear un proceso analítico.

La exposición funciona como una memoria catalogada para saber cómo se ha llegado a este momento y para abrir un debate en torno a la historia del diseño mexicano y a las tendencias que han sido importantes en el país; además nos pone enfrente las transformaciones que han tenido los medios impresos y digitales.