La instalación de la sede se inscribe dentro de una política de reorganización de la institución, convirtiéndose Montevideo en un nuevo nodo donde se concentrarán las funciones que se operen en los países de la región sur de América (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay). El desafío planteado por bases era la construcción de un edificio de programa mixto, en un sector de la ciudad con enorme carga histórica y fuertes símbolos urbanos, en un predio de borde, encuentro de tramas entre la Ciudad Vieja y la Ciudad Nueva “extramuros”.
marzo 2020