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21 mayo, 2014
por Pedro Hernández Martínez | Twitter: laperiferia | Instagram: laperiferia
Ya se apuntó que los mapas son siempre herramientas subjetivas, esto es, que no representan sino una parte de lo real. Al tiempo, y por eso precisamente, son el vehículo perfecto para que, desde estructuras de poder, se puedan visibilizar sólo determinados usos, aspectos o historias de un lugar, dejando al resto de sin posibilidad de formar parte de las mismas.
Hagamos un ejercicio simple: tomemos cualquier mapa turístico de una ciudad. Allí se verán destacados frente al resto, determinados edificios y lugares que, por su importancia histórica e incluso económica, se desean destacar por parte de un Estado, una Delegación o un determinado grupo de poder. El objetivo de los mapas turísticos es sencillo: que una persona deseosa de consumo –sean museos, historias o comercios– que visite la ciudad sepa exactamente dónde acudir. Este hecho no es precisamente malo, pero expone como la ciudad se idealiza sobre determinadas historias y/o memorias que ocultan las demás.
Si la ciudad es, como sabemos, una amalgama de historias superpuestas en estratos que se interconectan constantemente, habría que preguntarse cuáles son los peligros que entraña este tipo de prácticas –nada inocentes por otra parte– que reducen la ciudad a una visión ideal.
Es esta una pregunta sobre la que versa en los últimos años el trabajo del artista español Rogelio López Cuenca –que estas semanas ha venido desarrollando una serie de conferencias y talleres en varios puntos de ciudad de México, como SOMA, el Museo Experimental El Eco y el Centro de Cultura Digital. López Cuenca ha investigado y desarrollado desde hace algún tiempo y en distintas ciudades del mundo –desde Roma a Huelva o desde Valparaíso a la propia ciudad de México– la producción de mapas que revelen las historias ocultas, olvidadas o silenciadas tras aquellas producidas por discursos hegemónicos, que funcionan como una especie de pantalla que acalla las primeras. En este sentido uno de sus trabajos más destacados es Surviving Picasso donde analiza la ciudad de Málaga, cuna natal del propio López Cuenca y de uno de los artistas más importantes del siglo XX: Pablo Picasso.
Surviving Picasso | Rogelio López Cuenca
Pese a que Picasso sólo vivió en la ciudad hasta los 10 años y a que su desarrollo artístico empezó en realidad algo después, la ciudad ha asumido la genialidad del pintor como propia –“Picasso es genial porque nació en una ciudad genial”. Un pensamiento que ha permitido a la ciudad apropiarse del lenguaje del pintor, de su gráfica y de su nombre y que ha supuesto a su vez una forma de regeneración urbana apoyada en una idealización de la vida de Pablo Picasso en la ciudad andaluza y que tiene como objetivo limpiar la ciudad de cualquier elemento que no se vincule al pintor para con ello atraer a incontables masas de turistas.
La problemática que aparece no es sólo el proceso de regeneración y gentrificación que sufre la ciudad sino que esta es usada para producir lógicas de higiene y expulsión de todos aquellos agentes sociales que no caben dentro de la historia o no son productivos para la nueva imagen urbana que se quiere imponer. Lógicas que reducen la ciudad a una simple postal e imagen.
La tematización urbana supone un riesgo siempre. Pese a que pueda fomentar y atraer el capital y el turismo, es una fórmula que reduce –por no decir que falsea– la memoria y con ello la propia historia. Al tiempo, crea cuerpos ausentes [1] aquellos que no son capaces de circunscribirse dentro de los discursos hegemónicos y que por ello son invisibilizados, apartados, marginados o expulsados del discurso, conformando nuevas fronteras urbanas que ocultan fuertes procesos de violencia. Tematizar ciudades crea espacios para ser consumidos, Sólo aquellos que puedan consumirla, que tengan la capacidad de entrar en las lógicas que ese mercado impone, podrán participar de ella, quedando fuera todos los demás.
De ahí la importancia de esa producción de mapas que realiza Rogelio López Cuenca, capaces de sacar a la luz los procesos de violencia hegemónica tras la escritura de la historia.
Mapa de México | Rogelio López Cuenca
[1] Para un desarrollo más detallado del término, véase: POLÍTICAS DEL ESPACIO, arquitectura, género y control social de Jose M. García Cortés
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