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Cancán

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30 mayo, 2015
por Alejandro Hernández Gálvez | Twitter: otrootroblog | Instagram: otrootroblog

El Teatro Mogador, en París, que mandó construir Sir Alfred Butt para la bailarina Régine Flory, que sería el amor de su vida, y que inauguró en abril de 1919 el secretario adjunto de Marina y futuro presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt, y donde se presentaron, entre muchos espectáculos, los Ballets rusos de Serge de Diaghilev; el Moulin Rouge, idea del catalán Josep Oller i Roca —o, en francés, Joseph Oller— y de Charles Ziedler, inaugurado el 6 de octubre de 1889, mismo año en que se terminó la Torre Eiffel, lugar favorito de Toulouse-Lautrec y visitado regularmente por Braque y Picaso, por Proust y Modigliani entre muchísimos más a ver el Can-Can y donde se presentaba Mistinguett y también lo hicieron Josephine Baker o, tiempo después, Piaf y Montand; o el Hotel Negresco, abierto por el rumano Henri Negrescu el 4 de enero de 1913 en la Promenade des Anglais de Niza y comprado en 1957 por Jean-Baptiste Mesnage, a sugerencia de su hija, Jeanne Augier, pues el hotel tenía un ascensor lo suficientemente grande para que entrara cómodamente su madre en su silla de ruedas. Todos esos lugares y muchos otros que alargarían la lista de personalidades e historias, tienen en común al arquitecto: Edouard-Jean Niermans, “el Offenbach de la arquitectura.”

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Niermans nació en Enschede, Holanda, el 30 de mayo de 1859. Su padre también fue arquitecto, Gerrit Doorwaart Niermans, como también lo serían sus hijos, los hermanos Niermans, Edouard y Jean. Se graduó como arquitecto en el Politécnico de Delft en 1883, mismo año en que se mudó a París donde empezó a trabajar como diseñador de mobiliario e interiores. En 1895 obtiene la nacionalidad francesa, lo que le permite entrar a la Sociedad Central de Arquitectos, apadrinado por Charles Garnier, arquitecto del Teatro de la Ópera de París. Junto con Posthumus Meyjes, diseñó algunos pabellones de la sección holandesa en la Exposición Universal de París en 1889. Tras la exposición, Niermans recibe el encargo de renovar el Casino de Paris. El lugar tendrá tal éxito que le seguirán una larga serie de trabajos como decorador y arquitecto de teatros, cafés y hoteles.

El estilo de Niermans, aunque toma del Art Nouveau, es de un eclecticismo tan variado como los espectáculos de cabaret que se presentaban en sus teatros. Jean-François Pinchon dice que el análisis de su trabajo apunta a una concepción particular del papel del arquitecto: “desde su formación, Niermans conserva un gusto pronunciado por el diseño y el cuidado en cada uno de los detalles de sus proyectos. La empuñadura de una puerta, el dibujo de un mosaico, el decorado de un capitel compuesto o las molduras de un lambrín, retienen la atención de quien se define como artista polimorfo.” Pero también se interesa por el uso de nuevos materiales y técnicas constructivas. Pincho dice que Niermans jamás abandona el concepto de la composición simétrica y que, en las raras ocasiones en las que logra moderar su vena decorativa y no se rinde a los excesos de su estilo, se le puede considerar como un innovador temperado. ¿Pero qué sería un Niermas templado?

Tras la muerte de su padre en 1928, los hermanos Niermans seguirán con su despacho. Edouard y Jean ganarán varios concursos, como el del Hôtel de Ville de Argel, que construyen entre 1935 y 1951. Para la Exposición Internacional de 1937 en París, los hermanos Niermans diseñan el interior la sala de espectáculos de palacio de Chaillot, en el Trocadero, que se utilizará como sede temporal de la ONU en 1951. Edouard murió en 1984 y Jean, que desde 1963 trabajaba asociado con su hijo, Michel, cuarta generación de arquitectos en la familia Niermans, murió en 1989, cien años después de que se inaugurara el Teatro Mogador.

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