Empezar de cero. Los metabolistas japoneses
Una planeación urbana sistemática, que responde de manera flexible a las circunstancias debería dominar, o al menos ser parte clave [...]
🎄📚Las compras realizadas a partir del 19 de diciembre serán enviadas a despues de la segunda semana de enero de 2025. 🎅📖
¡Felices fiestas!
19 marzo, 2014
por Mónica Arzoz | Twitter: marzozcanalizo
La escala alude al tamaño de un objeto comparado con un estándar de referencia o con el de otro. Ésta se refiere al modo en que percibimos el tamaño de un elemento constructivo respecto a otras formas restantes.
En la arquitectura, la escala permite coexistir e interactuar con el entorno. No existe arquitectura sino hay relaciones espaciales y dimensionales que permitan al hombre entender la obra respecto del espacio que él mismo ocupa; la escala permite traer las ideas al plano real. La escala relativa de la arquitectura en relación con el entorno humano, no necesariamente tiene que sobresalir para lograr una conexión. Sin embargo, la escala define qué impacto tendrá una obra arquitectónica en su entorno, en otras obras y en el ser humano.
Rem Koolhas, afirma que una obra arquitectónica, al rebasar cierta escala, adquiere la propiedad de lo que él define como “Bigness”. Bajo este concepto, la arquitectura tiene la capacidad de provocar importantes reacciones a niveles espacial y social. Estas formas o volúmenes, independientemente de su calidad arquitectónica, son obras con gran impacto inmediato y global. Por el sólo hecho de su tamaño, tienen el poder de convertirse en un icono.
La tendencia a construir lo grande siempre ha acompañado al espíritu humano. Sin embargo, hace más de 100 años, con la aparición de las circulaciones verticales motorizadas (elevadores), la gran escala se ha ido abriendo camino con mayor impulso en las distintas trazas urbanas alrededor del mundo. Esta grandeza no solo cambio la forma en que se piensa y concibe la arquitectura y la ciudad, sino que tuvo estragos en la formas de organización, dando hueco a distintas variedades de programas dentro de una misma obra.
La búsqueda de la gran escala permanece en el tiempo. Hoy en día, este fenómeno se sigue replicando y proyectando como “innovador” por los arquitectos globalmente, como es el caso de ciudad de México.
Las ciudades son enormes laboratorios sobre los cuales, el hombre, experimenta con distintas formas y estrategias para vivir y transformar el lugar en donde habita. La “gran escala” o “Bigness” funciona como una de estas estrategias de transformación que tiene el gran atractivo, por sus dimensiones, de reconstruir el todo. Erróneamente se cree que la gran escala necesariamente destruye y rompe lo que ya existe, y aunque ocasiones es así, la realidad es que tiene la capacidad de unir y mejorar lo que ella misma rompe.
Koolhas llama “perdida de honestidad” a la desconexión entre el interior y el exterior de una obra arquitectónica de esta tipología, Al aglomerar varios edificios de esta tipología en un sitio urbano se genera un nuevo tipo de ciudad, ni mejor ni peor, simplemente distinta, con dinámicas y energías nuevas. Esta tipología se erige como icono dentro de la traza urbana, dando carácter e identidad a una ciudad. Cuando las obras de este tipo se multiplican, o concentran en una misma zona, pierden su valor e iconicidad individual, pasan a convertirse en un gran colectivo. Los que eran solamente distintos proyectos individuales, realmente se convierten en un proyecto de ciudad. Un proyecto que individualmente transforma su contexto inmediato, y modifica radicalmente la escala de una zona o ciudad, y todas las dinámicas que alrededor de ella ocurren.
La construcción de la obra individual que busca ser ícono pasa a ser una parte en la construcción de una zona o ciudad icónica, poniendo a prueba la capacidad de la arquitectura y de la gran escala de crear verdaderamente una ciudad. Una arquitectura que, dadas sus dimensiones, se pudiera volver de cierto modo impersonal, se convierte en una arquitectura global, con capacidad de repetición y captación.
El Distrito Federal no se ha quedado atrás en esta búsqueda de Bigness, pues hoy en día la avenida más importante de la ciudad (Reforma), sigue replicando y añadiendo al repertorio arquitectura que entra dentro de este parámetro de gran escala. Una avenida que desde sus inicios fue pensada por Maximiliano como icono de la ciudad, permanece siéndolo, transformándose y cambiando de escala conforme pasan los siglos.
Incluso podemos leer el análisis que Venturi hace sobre The Strip, en Las Vegas, y entrar en cuenta que las coincidencias con lo que hoy en día está ocurriendo en Reforma, con los nuevos proyectos de inmensas dimensiones, tiene mucho en común. Se está generando un complejo asentamiento de arquitectura de gran escala que trabaja a través de analogías, símbolos e imágenes, que se rigen por el comercio y la globalización; arquitectura que pasa de ser individual a total. Un concepto tan simple de entender, que simplemente es y existe, pero, que a su vez implica tanto, , está cambiando la dinámica de ciudad de México.
Reforma, que podría ser la más pura representación de la sociedad mexicana hacia el mundo, continúa en un proceso de transformación hacia lo que será una avenida replicable en cualquier lugar del mundo; Si la gran escala logra cohesionar más a la ciudad y volverse verdaderamente un ícono a nivel mundial, está sujeta al juicio de cada capitalino.
Una planeación urbana sistemática, que responde de manera flexible a las circunstancias debería dominar, o al menos ser parte clave [...]
Algunas ciudades se expanden casi imperceptiblemente a diario, zonas que no han sido previstas para habitar son ocupadas, divididas, lotificadas [...]