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6 julio, 2018
por Pedro Hernández Martínez | Twitter: laperiferia | Instagram: laperiferia
La muestra Archipapers, que se exhibe en el Centro Cultural de España en México, analiza el cambio generacional de la arquitectura española a través de las variaciones que ha sufrido la expresión gráfica. Para ello, repasa a una generación de profesionales que ha explorado nuevos formatos y narraciones en torno a la representación gráfica, más allá, pero sin dejarlo de lado, del grafito, la acuarela, pasando por los nuevos trazos digitales. Como apunta el texto curatorial “esta exposición habla del pulso creativo levantado desde la línea, desde el color y la imaginación, pero también de proyectos que sí llegaron a construirse y cuyos dibujos muestran una manera distinta de concebir la arquitectura del siglo XXI: más humana, más artística, más contemporánea”. Hablamos con su curador, el periodista Mario Suárez.
Pedro Hernández: ¿Qué podemos ver en la muestra?
Mario Suárez: La exposición habla de una generación única de arquitectos españoles que, en el año 2008, con la crisis, ven la imposibilidad de llevar a cabo sus proyectos y entonces comienzan a trabajar a partir del dibujo como forma de especulación arquitectónica. Eso es lo que les da la posibilidad de crear, no solo de crear ciudad o arquitectura sino de crear con otros formatos como el cómic, el cine, la publicidad, el gif, los emoticonos, la señalética, la identidad de género, el feminismo,… siempre a través del dibujo.
Esta generación empieza a dibujar de manera diferente porque ha encontrado en el dibujo una manera nueva de hacer.
La muestra está capitaneada por Andrés Jaque, del que se incluyen los proyectos EXCARAVOX y COSMO, pero también he querido incluir una parte de grandes clásicos, porque también es una exposición que representa la marca de espera fuera. Por eso se ha incluido en la muestra una parte de grandes nombres, con una arquitectura de vanguardia.
PH: ¿Los piensas como un antecedente o como una parte complementaria?
MS: No creo que sean un antecedente, porque, para mí, Andrés está creando una arquitectura y un mundo nuevo. Desde luego, Jaque tiene sus influencias pero no creo que sean ellos.
Sí que es verdad que muchos de estos proyectos sí que tienen que ver con la ecología, o con ciertas formas geométricas que se repiten después en algunas obras de otros arquitectos más jóvenes. El proyecto del museo Soulages de RCR o el trabajo de Paredes Pedrosa para el Auditorio de Lugo muestran una relación con el entorno natural. Entre estos grandes clásicos, aparece también Cruz y Ortiz. Son nombres que tienen que estar. Sin embargo, el resto cuenta otra historia: la de una generación que tuvo que trabajar desde el dibujo con el tema de las arquitectura efímeras o buscando otra serie de materialidades, especulando y haciendo ciudad de otras maneras desde un pincel y un papel.
PH: Llama la atención la escala de estas obras de los clásicos que apuntas: todos son grandes museos, auditorios, etc. Y aunque proyectos como el de Nieto Sobejano para el museo de arte contemporáneo de Córdoba sí tienen un trabajo formal en torno al hexágono, es evidente que este componente más especulativo y discursivo del dibujo aparece mucho más en el resto, en las obras de estos otros arquitectos más jóvenes, seguramente por la propia escala, por los tiempos de trabajo de la obra que han realizado.
MS: Sí, pero para mí no hay diferencia. De hecho tienes el proyecto de Manuel Monteserin para la bahía de Taiwan. Él se presentó al concurso de la Ciudad de la Música Pop con un grupo de compañeros y freelances y, poco a poco, fueron pasando fases hasta ganarlo, por encima de grandes estudios. Ese proyecto está por terminarse y, además, recibió el encargo de ampliar el proyecto con nuevos programas.
PH: Claro, pero, generalizando, sí podemos ver que esa escala tiende a distinguirlos.
MS: Es cierto, en las obras de muchos ellos, en su dibujo, hay otra componente menos técnica. De hecho, existe cierto preciosismo en cómo se cuentan y diagramatizan las corrientes de aire o la acción solar. Se intercalan los individuos o las naturalezas al dibujo. Se introducen y detallan incluso las especies de plantas. Husos arquitectura, por ejemplo, en el dibujo de la fachada del Mariposario, han representado tanto las especies vegetales que aparecen como las mariposas que se van a ir posando ahí: exponen la riqueza floral y biológica.
Otras veces, el dibujo se abstrae, como en el collage de Gonzalo del Val, donde, pese a su aparente abstracción, ya están todos los elementos arquitectónicos que componen la propuesta.
En ocasiones, como en el trabajo de Langarita Navarro, el dibujo recuerda a la estética de la ciencia ficción: los elementos que se añaden a la Serrería Belga son como naves que aterrizan en lo existente. Hay que destacar además el uso del color, que es una paleta fluor, con rosas azules, que se reproduce en varios de los proyectos de Langarita Navarro, Elii o Andres Jaque. Es una calidez cromática fantástica.
Hay también un interés por el reciclaje de componentes, como ocurre en los proyectos de Izaskun Chinchilla, donde se les da un uso nuevo a los paraguas o los tripies. Así, este interés por la especulación material se manifiesta también en la introducción de materiales que, en principio, eran ajenos a la arquitectura. Ahí, TAKK utilizan la goma EVA para construir sus diseños. Zuloark imagina un pabellón que se construye desde la utilización de una única pieza, el banco pajarita, que fue posteriormente desmontado, donando los bancos a diferentes asociaciones de la ciudad para una nueva vida. Todo por la Praxis (TxP) reutiliza elementos de señaliza urbana para crear la fechada de TAZ, que, por su color rojo, sirve también de reclamo.
Son proyectos muchas veces extraños. Los dibujos de ESCARAVOX o COSMO de Andrés Jaque son como insectos. No sabes bien qué es o para qué sirve, como pasa un poco con el proyecto en sí la primera que lo ves. O las Estructuras en el paisaje de ENSAMBLE Studio, que son pabellones que se acercan a lo escultórico, sin un uso claro o casi primigenio (la cueva), donde el dibujo representa de forma didáctica el proceso de construcción.
También se exploran formatos no usados, como en el trabajo de Ana Peñalba, que hace del gif una nueva forma de contar un proyecto. O Ecosistema Urbano, que ultima el cómic para contar cómo, a través del movimiento y a lo largo de un día, un proyecto pequeño, como un carrusel, puede transformar un espacio urbano.
PH: Todas estas arquitecturas incorporan formatos que, bien no pertenecían a la arquitectura o bien sólo eran afines. Pero sí se encuentra un interés por la precisión en la construcción posterior.
MS: Es un aspecto muy importante. Así, Manuel Ocaña hace un dibujo digital de la Casa del Mediterráneo cuya la precisión permite ver el que luego va a ser el resultado final; Monteserín detalla todo el proyecto de Taiwan en maquetas o dibujos; Husos dibujan hasta las mariposas; Nerea Calvillo, con la Casa Periscopio, muestra en un dibujo lo que va a pasar, cartografía cómo se relaciona el espacio interior con las vistas y el paisaje. Este trabajo además, muestra otro aspecto, en el que el dibujo funciona casi como un manual de instrucciones para los usuarios: qué podrá disfrutar en el paisaje qué día, a qué hora, o directa qué meses. De la misma manera, Elii, en su Didomestico, redibujan el proyecto como un corta y pega, donde puedes montar tu propia maqueta del Didomestico y que explica al usuario cómo utilizarlo, y TallerD2 crean un manual con 54 posibilidades para organizar una casa.
Yo creo que el arquitecto es donde se lo pasa bien: en el dibujo. Incluso cuando la obra ya está comenzada siempre vuelven a él, siguen dibujando durante todo el proceso. Va más allá: no son sólo planos y alzados, sino una serie de recreaciones que explican el proyecto no sólo a a las instituciones o clientes que van a comprar el proyecto, también para nosotros, para los usuarios o para los trabajadores, que, al mismo tiempo, exponen interés por otro tipo de arquitectura, una que se relaciona con la instalación efímera, el arte o la mera especulación de los espacios y los materiales. Existe un interés por construir una parte discursiva, es lo que les diferencia de generaciones anteriores. Crear una argumentación y una justificación es lo que los acerca realmente al uso final. Si únicamente construyeran bloques de vivienda, sin más, sin un tipo de medida sostenible, sólo entregarían los planos y nada más.
La gran parte de la práctica de estos arquitectos se basa en recuperar espacios para el ciudadano a través de la arquitectura, construyendo ciudades más amables después de muchos años de un boom especulativo. Ellos no han podido construir grandes proyectos y todos están luchado por construir de una forma más sostenible, más integrada con el entorno, pero siempre desde un lado didáctico y estético, más ligado a un lenguaje propio.
Lo que quiere esta exposición contar la arquitectura española de otra manera.
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