24 septiembre, 2012
por Arquine
por Miquel Adrià | @miqadria
La controvertida pugna entre Madrid y Barcelona por albergar la sede de EuroVegas se decantó por la capital española. El complejo ludo-turístico desató una competencia desmedida de rebajas y concesiones –fiscales y medioambientales– atraídas por los puestos de trabajo en un país sumido en una profunda crisis laboral. La compañía Las Vegas Sands Corporation, el mayor operador de casinos en el mundo, propiedad del magnate estadounidense Sheldon Adelson, asegura una inversión de 17 mil millones de euros y espera atraer a 11 millones de turistas –sobre todo de los países del este europeo– a sus doce complejos vacacionales con 3 mil habitaciones hoteleras cada uno. Hace unas semanas, Adelson presentó sus resultados al cierre de 2012, que arrojaron unos ingresos de 8.739 millones de euros, un 15% más que en 2011. El negocio de los casinos representa el 77% de las entradas de capital, tras lograr 6.740 millones durante el pasado año. Le sigue, a muy larga distancia, los hoteles (10%), restaurantes (5,3%), congresos y convenciones (4,2%) y centros comerciales (3,3%). Marina Bay Sands es uno de sus úñtimos macroproyectos en Singapur.
© EuroVegas
Por otro lado, antes de conocer oficialmente la decisión del rey del juego que tenía sometidas y pendientes a las administraciones de las dos posibles sedes, Barcelona anunció el proyecto alternativo de BarcelonaWorld. En lugar de aceptar la cercanía con la capital catalana que exigía Adelson, con los consecuentes cambios de calificación urbanística y creación de nuevas infraestructuras cerca del aeropuerto, se proponen unos terrenos que evitan la especulación urbanística al ser propiedad del principal banco catalán y socio del proyecto. No se altera la legalidad ni se requieren recalificaciones ni expropiaciones, se financia con recursos propios y se utilizan infraestructuras existentes, a cien kilómetros de Barcelona, conectado por autopistas y trenes y con el aeropuerto de Reus y el puerto de Tarragona en sus inmediaciones.
© EuroVegas
Así no se sigue saturando del masivo turismo de cruceros que acosa a la ciudad condal y se distribuye sobre la región mejor dotada de equipamientos turísticos de Europa, con más plazas hoteleras que París, las islas mediterráneas o las ciudades históricas italianas. El nuevo conjunto de BarcelonaWorld redundará con la forma genérica de los parques temáticos que representen diversas zonas del mundo: Europa, Estados Unidos y los BRIC (Brasil, Rusia, India y China) rescatando los conceptos de diversidad, paz y sostenibilidad, que dieron contenido a la última operación urbanística de gran calado de Barcelona-Forum 2004.
© EuroVegas
Aparentemente, un doble final feliz para llenar de proyectos y esperanzas a dos ciudades en recesión. No faltan razones, sin embargo, para ver con prudencia el nuevo escenario, fiscalizar su proceso –dirigido por inversionistas y especuladores que nunca pondrán el interés común por delante del propio– y supervisar su fin –enfocado a un turismo de nicho– que no ayuda a crear la diversidad necesaria para un futuro más sustentable.
© BarcelonaWorld