25 junio, 2015
por Arquine
Este texto es un fragmento de “Alles ist Wechselwirkung” que forma parte del taller de capilaridad que se realizará dentro del marco de la AA Mexico City Visiting School 2015 que se desarrollará en el Centro Cultural España en México en el mes de julio. Texto Armando Oliver y José Parral. Puedes leer el texto completo aquí.
Alexander Von Humboldt escribió el Ensayo Político sobre el Reino de la Nueva España después de visitar la Ciudad de México en 1803, en el transcurso de un viaje de exploración que duraría 5 años a través de América del Sur, Centroamérica, México y los Estados Unidos. En el ensayo, además de describir la configuración del sistema de lagos que formaban el valle de México, hace un recuento de los esfuerzos extraordinarios que se realizaron durante la colonia para proteger la ciudad de las inundaciones que sucedían con cierto grado de periodicidad desde la época azteca. Describe, asombrado, las obras realizadas en Huehuetoca y en el tajo de Nochistongo, que en ese momento duran ya dos siglos. Aun cuando las reconoce como necesarias, las critica como falta de entendimiento de los potenciales que forman el valle. Las obras se extenderán hasta el porfiriato, y en cierto sentido, esa forma de pensar y ejecutar políticamente obras de infraestructura prevalece hasta nuestros días en la idea del drenaje profundo.
Humboldt contrapone dos formas de relación con los sistemas hídricos de la cuenca cerrada. En su ensayo es sumamente crítico de la idea del desagüe continuo y su proceso de edificación, basado en decisiones políticas a partir de la contingencia, plagado de errores, accidentes y cambio de proyectos. Paralelamente describe los lagos de agua dulce de Chalco y Xochimilco donde las chinampas permiten crecer, en un fértil sistema agrícola, una serie de productos para abastecer la ciudad por medio de canales. Propone, como alternativa, utilizar los canales de desagüe para navegación interna e irrigación, reconociendo la existencia de una forma de habitar el Valle de México a partir de una relación más estrecha con el medio natural existente.
El ensayo de Humboldt no solo es relevante por la descripción específica que hace sobre la Ciudad de México, sino por el estudio de los ambientes geográficos de América donde forma ciertas ideas de su pensamiento. Influenciado por la experiencia de George Forster en los viajes de exploración de Cook, entre idealismo y romanticismo, Humboldt emprende el viaje con el objetivo de sintetizar y relacionar diversas disciplinas. Fluctuando entre una visión estética de la naturaleza y un análisis detallado de sus condiciones, es el primero en describir una relación sistemática entre geografía, meteorología, y botánica. Anhelando encontrar una sola visión que relacionara diversos conocimientos a través de su física general, prefigura la idea moderna de paisaje y sistemas ecológicos. En algún momento en ese viaje a través de México escribe en su diario todo está interconectado (Alles ist Wechselwirkung).
Años después Charles Darwin emprende su propio viaje de exploración con una copia de los relatos de Humboldt a bordo del Beagle. En su viaje, en muchos sentidos paralelo al de Humboldt, investiga como miembro de la expedición cartográfica, las costas de América del Sur y las islas del Pacífico. Durante el transcurso hace numerosas incursiones terrestres encontrando diferentes ecosistemas como la selva de Brasil, las pampas y Tierra del Fuego. Es testigo de los estragos de un maremoto en las costas de Chile, cruza los Andes, visita las Galápagos, Australia y las islas del Pacífico sur. Darwin realiza descripciones detalladas de paisajes, geografía y organismos utilizando la metodología que de alguna manera había establecido Humboldt. Reconociendo su admiración e influencia es uno de los primeros en recibir una copia de los viajes de Darwin. Humboldt es también uno de los primeros en entender la magnitud de sus descubrimientos, aún cuando publicaría El Origen de las Especies 23 años después. Sus investigaciones son complementarias, la correspondencia y las publicaciones posteriores denotan la influencia y reconocimiento mutuo.
Algunos textos de Humboldt describen condiciones ambientales, geográficas y botánicas que definen el paisaje del continente americano mientras que otros, como El Ensayo, describen las condiciones sociales y económicas del territorio de la Nueva España. Humboldt incursionaba en el estudio de las condiciones humanas y las relaciones sociales y económicas con el medio ambiente. Darwin al investigar los organismos que lo habitan, las diferencias morfológicas y su relación con el medio ambiente, sienta las bases para entender esa interconexión. Humboldt cataloga e intuye la correlación entre los diferentes elementos de un sistema ecológico, Darwin define el origen de esas relaciones y la forma como se modifican en el tiempo por medio de procesos evolutivos. Humboldt describe las condiciones geográficas y topográficas que permiten la distribución de ciertas especies en el espacio, mientras que Darwin define esas distribuciones en el tiempo. Ulteriormente Humboldt describe las condiciones físicas del paisaje americano y Darwin los efectos en los organismos.
Humboldt utilizaba el término paysage cuando se refería a la serie de relaciones que suceden en un espacio geográfico con diferentes escalas de condicionantes, es decir de ecologías. De la misma manera Darwin define la selección natural como la serie de fuerzas que determinaban que los organismos se distribuyeran en el buscaban explicar ese todo interconectado, las condiciones que afectan los organismos y como estos retroalimentan
el medio ambiente manipulando las condiciones previas.
Con Humboldt y Darwin, por medio de la síntesis que realizan de una serie de conocimientos previos y la idea de interconexión, se establece la base de la comprensión moderna de los procesos que en el espacio y tiempo forman el medio natural, pero que resultan, es nuestro argumento, fundamentales para entender el medio “artificial”. Nuestras construcciones: lenguaje, tecnología, cultura, historia, arquitectura están sujetos a los mismos procesos evolutivos dentro de los mismos espacios geográficos interactuando y conformando ecologías.
Ecología y evolución son dos conceptos asimilados en las ciencias biológicas e incorporados, en términos generales, en la cultura contemporánea, sin embargo en ciertas disciplinas las implicaciones de este pensamiento no se han digerido totalmente. Charles Percy Snow en The Two Cultures criticaba a científicos por un lado y humanistas/artistas por el otro por la falta de transferencia de conocimientos, como si pertenecieran a dos culturas totalmente separadas.
“It is bizarre how very little of twentieth-century science has been assimilated into twentieth-century art.”
La arquitectura y el urbanismo no escapan la crítica de Snow. Como arquitectos tendemos a pensar que nuestras ideas generan los espacios. Académicamente, la disciplina arquitectónica nos enseña a inventar conceptos con los cuales se construye el espacio urbano en sucesivos e inconexos actos de creación. Esta es una forma de reflexión contemporánea que ejemplificamos por medio de un texto de Pier Vittorio Aureli: Archaeology of Modern Architecture, donde propone por una arquitectura no-figurativa como escenario para la vida urbana. De nuevo Aureli, “Es posible argumentar que, por medio de negar la redundancia formal, el proyecto latente de la arquitectura no-figurativa transcurrió paralelo al de la reducción del espacio habitable a las formas comunes de la ciudad genérica”. Más adelante en su discusión de los basamentos de Mies van der Rohe en numerosos edificios que establecen un límite y separación a la condición urbana conformando lo que denomina “estados de excepción arquitectónica” en contraste con la idea que quisiéramos desarrollar: la oportunidad de crear relaciones sensibles e interconectadas, entre la arquitectura y los ambientes urbanos y naturales que ocupan. Por medio de la idea dualista ejemplificada por la idea de que la arquitectura es de alguna manera autónoma y que nuestras innovaciones culturales son un ente abstracto distinto al mundo material del que emergen, acabamos pensando que las ideas preceden a la materia.
Para ejemplificar esta dicotomía podemos revisar el impacto de la ciencia por medio de las tecnologías en el espacio urbano y la forma como se ha construido la ciudad en los últimos 150 años. En el s XIX los paisajes abiertos en torno a la ciudad, liberados por las organizaciones agrícolas como las haciendas, cedieron grandes extensiones territoriales a los procesos de la revolución industrial, fragmentando el paisaje por medio de nuevas líneas de abastecimiento entre centros de extracción, acumulación, producción y consumo. En un corto tiempo la ciudad incorporó nuevas y diversas estructuras que establecieron nuevas relaciones a través de grandes distancias. Pierre Belanger, describe el desarrollo y los impactos que la serie de infraestructuras tienen en el paisaje urbano y territorial a partir del s XIX, pero consolidándose en la primera mitad del siglo pasado, donde las líneas de ferrocarril, el drenaje, las lineas de electricidad, autopistas y eventualmente los aeropuertos han sido incorporados en la ciudad generando estructuras de gran escala que escapan las nociones tradicionales de espacio urbano.
La planeación urbana no siempre ha encontrado formas de relación con el trazo de estas ingenierías, de tal manera que las formas tradicionales de imaginar el espacio urbano quedaron obsoletas tiempo atrás. Basta pensar en el efecto combinado que el container y el supermercado han tenido en los flujos globales, patrones de consumo y localización de actividades dentro de la ciudad, totalmente impredecibles por los manifiestos urbanos del siglo XX.
Los avances científicos de este mismo periodo, implementados por medio del desarrollo tecnológico, no solo han modificado físicamente la ciudad por medio de las infraestructuras, sino también incrementado dinámicas poblacionales de migración y crecimiento exponencial, rebasando en muchos casos la posibilidad de planear la ciudad. La incapacidad de diseñar la ciudad en relación con las nuevas infraestructuras, y los efectos negativos de este rápido desarrollo, han generado un desencanto e inconformidad generalizada con la ciudad contemporánea. Sin duda los procesos de industrialización han tenido efectos de grave deterioro del medio ambiente, palpables físicamente en las ciudades desde el inicio de la revolución industrial, pero cada día más sintomáticos en sistemas globales donde el calentamiento global amenaza con cambios todavía impredecibles.
A partir de este descontento y con la toma de conciencia sobre el daño al medio ambiente, se han generando proyectos con diferentes aproximaciones hacia la naturaleza. Sin embargo la mayoría de estas propuestas continúan abordando la relación de la ciudad con el entorno desde una dicotomía que separa lo urbano de los procesos materiales de los cuales emerge. En estos proyectos se percibe la naturaleza como una condición que hay que conservar intacta, o como imagen de un pasado idílico que es necesario recuperar, como si nuestra condición contemporánea fuera, en efecto, indeseable. En otros casos parámetros ambientales son incorporados parcialmente como algo hostil de lo cual hay que protegerse para lograr un equilibrio “sustentable”.
En gran medida la decoración a base de un camuflaje “verde” no cuestiona los procesos o los resultados de las estructuras. Arquitecturas y proyectos que usualmente tienen el adjetivo de ecológicos o sustentables no son más que metáforas de una intención vacía de contenido.
Aun diseñar el paisaje como una infraestructura, si bien entiende la capacidad de integración de sistemas, sigue atado a una concepción dualista, tratando de aplicar una idea mecanicista para entender sistemas que son evidentemente más complejos. Ya no es posible diseñar el paisaje como otra infraestructura, es nuestro argumento que es imperativo modelar la ciudad y las infraestructuras como ecologías sujetas a procesos evolutivos.
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El taller de la de la AA Mexico City Visiting School 2015 se enfocará en la creación de un Atlas de proyectos y visiones para la Ciudad de México basado en la variedad de metodologías que ofrece la Architectural Association de Londres, en el contexto de la Ciudad de México.