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¡Felices fiestas!
Proyecto arquitectónico: MMX : Jorge Arvizu, Ignacio Del Rio, Emmanuel Ramirez, Diego Ricalde
Equipo: Mariel Collard, Gonzalo Álvarez Tostado, Diego Albarrán, Zabdiel Ramos
Fotografía: Rafael Gamo
Cliente: Coordinación de Asuntos Internacionales /Jefatura de Gobierno
Lugar: Ciudad de México, México
Fecha: 2015
Construir en el espacio del zócalo, presumiblemente el vacío urbano más grande y significativo del país es un buen enfrentamiento entre espacio y arquitectos. En este espacio se vuelve evidente que toda decisión arquitectónica es política; la escala del espacio, la multiplicidad de historias y discursos y la diversidad y número de visitantes hacen que cualquier intervención de este espacio suponga una imposición. El espacio del zócalo, sin embargo, es mutable; en la historia ha vivido y sufrido diversas tendencias urbanas y de paisaje hasta llegar, afortunadamente, al gran vacío urbano y abstracto en el que se pueden proyectar y manifiestarse diversas visiones. En la historia reciente, siendo ya un espacio abstracto, el zócalo ha tenido diversas formas de ocupación temporal. Las intervenciones destinadas a atraer a la sociedad en lugar de expulsarla han explorado, desde diversas perspectivas y programas, las múltiples posibilidades espaciales de subdivisión y de orientación de flujos.
La intervención para la Feria de las Culturas 2015, fue una más de estas exploraciones. Lejos de la voluntad de crear un objeto reconocible, la intervención parte del análisis de los accesos urbanos al espacio intervenido, de la articulación de los diversos ejes, del entendimiento de la presencia física y simbólica de los edificios y de los flujos cotidianos y posibles de los visitantes para establecer una estrategia; una suerte de plan articulador que facilite la navegación y que permita que la feria se manifieste con toda su diversidad.
Para la feria, el zócalo requiere un cambio de escala. Creemos necesaria, además del sistema de orden, agrupación y navegación, una estrategia de subdivisión del vacío y sombra. A partir de la disposicón radial de las naves, en el vacío inicial del zócalo, se producen tres espacios abiertos de escala menor, estableciendose una nueva relación con el entorno. Las tres naves, al igual que su contexto inmediato, generan umbrales porticados de sombra para los visitantes que, al mismo tiempo, alojan las representaciones diplomáticas por región, seccionan la plaza y conducen los flujos hacia un foro central.
Al ser material, poseer estructura y contener espacio; la forma es inevitable, sin embargo, la propuesta no es un ejercicio formal. La estructura es la comunión de la voluntad de usar un elemento estructural temporal (capaz de albergar 6000 m2) que pudiera ser reutilizado y las posibilidades modulares y de rapido montaje que el sistema (triangular) de andamios ofrece. Bajo el mismo criterio, el material (lona) para la cubierta y la fachada; cumpliendo con los atributos de ligereza, velocidad de montaje y re-uso requeridos, simplemente hacen evidente la naturaleza tridimensional de la estructura que los soporta. Así, la imagen formal de la unidad de fachada que, a manera de origami, se agrega y entrelaza, no es más que un eco del sistema estructural que la respalda.