El Súper Servicio Lomas, ubicado en la calle Pedregal # 24, a una cuadra de dos de las más importantes vialidades de la Ciudad de México, el Periférico y Av. Paseo de la Reforma, fue uno de los primeros edificios multifuncionales que se construyeron en la Ciudad. El inmueble, diseñado por el arquitecto Vladimir Kaspé, se inauguró en noviembre de 1948, con la intención de integrar en un solo espacio la venta y reparación de autos, una gasolinera y locales comerciales.
La zona, originalmente destinada a un uso comercial, rápidamente se transformó en un área de oficinas, desplazando la zona residencial. El edificio y sus locales, dejaron de funcionar en 2007, dando paso a una demolición casi total en 2010 para construir la Torre Virreyes de 25 niveles, obra del arquitecto Teodoro González de León. El nuevo edificio cuenta auditorio, salón de usos múltiples, restaurantes, museo de sitio, estacionamientos subterráneos y un pequeño comercio de 100 m2 en planta baja: Tomorrowland Tailors, firma que nace en el 2011 como una pequeña sastrería y se convierte poco tiempo después en una de las más exclusivas del país.
El local, donde se crean trajes a medida de la más alta calidad con tejidos de las casas textileras más reconocidas del mundo, cuenta con un frente de 9 m de cristal transparente, que funciona de forma natural como window display. Sus planos horizontales —tanto el piso, como el techo— son reflejantes y logran realzar la pieza central del proyecto, que está construida con 2,050 bloques de madera que funcionan como un nicho que rodea a quien lo ocupa, donde se vive una experiencia única de lujo y se intenta rescatar lo mejor del buen vestir de las últimas décadas, proyectando un futuro en el que la tradición y la innovación trabajan en conjunto, simbolizando la ideología del hombre moderno.
Esta misma ideología rige el proyecto, que se centra en una búsqueda entre la tecnología digital y la mano de obra de mexicana; el trabajo fuerte de carpintería no está únicamente en colocar los ladrillos adecuadamente, si no en la difícil tarea de conseguir la cantidad de madera de tzalam necesaria para producir 2,050 piezas macizas y ensamblarlas en el transcurso de 6 semanas.
A petición de los clientes, un grupo de expertos en industria textil y la moda, se proyectó un espacio que reflejara el proceso de fabricación de los trajes, el cual es totalmente artesanal y permite seleccionar hasta el más mínimo detalle, lo que favorece la innovación y vanguardia en los diseños.