Empezar de cero. Los metabolistas japoneses
Una planeación urbana sistemática, que responde de manera flexible a las circunstancias debería dominar, o al menos ser parte clave [...]
16 abril, 2014
por Mónica Arzoz | Twitter: marzozcanalizo
¿Qué futuro les depara a las ciudades?, ¿será que la Ciudad como la conocemos hoy en día dejara de existir? ¿La concepción del espacio, la arquitectura y el urbanismo evolucionarán, de la mano con la tecnología, ha transformado el concepto de ciudad? Éstas son solo algunas de los incontables preguntas sin respuesta que fomentan el surgimiento de espacios abiertos de opinión y debate, como es el caso de el Séptimo Foro urbano 2014 (WUF7), en la ciudad de Medellín, Colombia.
Concebir espacios y circunstancias para promover y facilitar el intercambio intelectual y social entre especialistas y la sociedad es fundamental al hablar de crear ciudades más habitables y sustentables. Es en estos foros donde la sociedad se ve involucrada, asumiendo su responsabilidad y participación en los procesos de transformación de su hábitat. Al igual que el urbanismo y la arquitectura, vuelven a apropiarse de su papel como herramientas para promover la movilidad y equidad social en los centros urbanos alrededor del mundo. Espacios así, impulsan el dialogo y la necesidad de aprendizaje de sus visitantes, con efectos positivos a distintas escalas sociales y físicas.
No es exclusivamente en las pláticas, conferencias y debates donde surgen nuevas inquietudes y cuestionamientos que resolver, en una sede como Medellín –con su notable desarrollo empresarial, urbanístico, social y cultural, que motiva elogios de propios y extraños– en ocasiones se aprende incluso más con el simple hecho de conocerla. La ciudad por sí misma se vuelve el centro del debate.
Este gran laboratorio urbano, sobre el que sueños e ilusiones hoy se ven materializados, conocido como “la ciudad de la eterna primavera”, fue fundado en 1675. El “caso Medellín” ha generado un interés creciente en la comunidad internacional. Sin embargo, es su problemática histórica lo que la hace un caso excepcional digno de analizar. Medellín vivió momentos dramáticos que parecían sumirla en un abismo. Fue en los noventa que esta ciudad fue categorizada como la ciudad más violenta del mundo y se le asoció con etiquetas como el narcotráfico, la violencia, la pobreza y la desigualdad social, hasta hace apenas algunos años.
Utilizando el urbanismo y la arquitectura como herramienta para la regeneración y reestructuración de la ciudad, Medellín ha iniciado el camino para recuperar la paz y la equidad. Es por medio de proyectos urbanos integrales en las zonas más pobres y violentas donde estas dos disciplinas van de la mano con cambios sociales y culturales profundos en las comunidades. La ciudad ha vivido un proceso de descentralización con la creación de nuevos centros urbanos que funcionan como motores de reinvención social y urbana, despertando el optimismo y la esperanza en ciudades alrededor del mundo.
“La ciudad en trasformación” es hoy una ciudad con vida, donde estos procesos de transformación son materializados, haciéndose sensibles y visibles, y donde han logrado un cambio en las dinámicas urbanas. Los paisas –como llaman a sus habitantes– se sienten extremadamente orgullosos de su Medellín, una ciudad que por sí misma promueve la creación de identidades.
Observando hoy la ciudad de Medellín, que en algún momento fue controlada por Pablo Escobar y que vivió episodios de violencia desmedida, resulta imposible no pensar en nuestras ciudades en México. Medellín es “una ciudad joven con heridas antiguas”. Heridas, se podría decir, muy similares a lo que hoy en día se vive en gran parte de nuestro país, donde la supervivencia al crimen organizado va por arriba de la calidad de vida de sus habitantes. Es esta misma razón la que despierta al instinto humano de supervivencia levantando hipótesis e interrogantes de preguntas sin respuesta.
¿Será que encontraremos la respuesta a la problemática de hoy en el urbanismo y la arquitectura? ¿Será que, aprendiendo del Caso Medellín, lograremos concebir estrategias urbanas que logren crear territorios productivos? ¿Será que por medio de intervenciones integrales con la capacidad de crear espacios que fomenten procesos sociales lograremos un cambio en la realidad actual? O ¿simplemente será que Medellín representa solo una fantasía y no una realidad alcanzable?
Medellín hasta la fecha es una ciudad en proceso de transformación, donde la violencia y pobreza persisten aunque en menor escala. A juicio del visitante, pareciera que las intervenciones urbano-arquitectónicas y sociales sí han logrado una transformación a gran escala, sin embargo surge la duda de si lo que vemos es real, o si simplemente es un asunto de percepción.
Muchos arquitectos creemos que las intervenciones urbanas sí logran cambios económicos y sociales, pero basta un pequeño análisis para conocer las limitaciones de las mismas. Independientemente de su alcance real, el caso de Medellín nos da ilusión para, al menos, buscar cambiar la percepción en nuestras ciudades en México, a través del urbanismo, la arquitectura y el arte.
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Algunas ciudades se expanden casi imperceptiblemente a diario, zonas que no han sido previstas para habitar son ocupadas, divididas, lotificadas [...]