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29 octubre, 2012
por Arquine
Mezclemos el interés que tenemos sobre los espacios abstractos con un deseo por alcanzar los espacios vivientes. Construyamos arquitecturas contaminadas por la vida, que la cuiden y la permitan.
Izaskun Chinchilla
Izaskun Chinchilla presenta Casa: árbol, chocolate, chimenea para LIGA 07. Se trata de una muestra de ‘carga viva’ como celebración al contenido de la casa. Chinchilla invita a la fiesta de cumpleaños de la vivienda, que, dice, cumple millones de años. “No es necesario presentar invitación especial ni licencia de arquitecto: todos los que habitan serán bienvenidos. Celebraremos una fiesta campestre… A muchos les dejará sorprendidos la suavidad con la que la naturaleza la habita asegurándonos que ya no necesitamos protegernos de ella sino, al contrario, preservarla de nuestras acciones. Ruinas de antiguas construcciones vendrán a nuestra mente y permitiremos que, el árbol more en el salón y los hombres, en lo que queda de muro. Es una tarta que recoge agua de lluvia y le da un toque aromático sabor anís”.
Con cruces gastronómicos, representaciones sugerentes y formalizaciones creativas, la arquitecta española egresada de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, “no garantiza la satisfacción por la forma, al pastelero nunca le ha importado. Asegura sin embargo que puedes bañarte, comer y dormir a la vera de un fuego que crepita. Nos recuerda que vivir es, sobre todo, un acto energético y garantiza los lujos importantes: historias que escuchar, canto de pájaros y ausencia de facturas mensuales”. Más allá del discurso, aquí resalta el proceso de investigación y si figuración imaginativa.
Como bien menciona Miguel Mesa sobre su obra, Chinchilla produce coreografías como cargas vivas que se detienen por momentos en acuerdos sofisticados; “es el contenido y por lo tanto el programa, las actividades, la ocupación y el papel del sujeto o de las entidades presentes o convocadas lo que está en juego en su arquitectura. Izaskun hace arquitectura desde la arquitectura cotidiana, reflexiona sobre los hábitos y los acontecimientos diversos que la producen, cualquier gesto del artesano que es el ser humano, cualquier viso del arte decorativo de una etnia o rasgo de la inteligencia colectiva de un pueblo son interesantes para ella. Materiales que traslada a su estudio.
Coreografías como protocolos, un conjunto de acuerdos escritos y dibujados que suponen, inventan y pactan la red de deseos, ocupaciones y actividades —el número de relaciones sociales y naturales que promoverá, el tipo de usos y usuarios nuevos que inventará—. Acuerdos antes que formas cerradas. Sus proyectos son coreografías precisamente porque quieren ilustrar o dar versiones de lo que podría pasar si se llevan a cabo esos acuerdos. Pero no concluyen, insinúan la acción de modo convincente, dibujan la cantidad de decisión que entregarán a los usuarios”.
Museo de Arte de Medellín
Museografía del Parque de los Cuentos, Málaga
Casa Solariega, Toledo | © Carlos Lozano
Mediateca en el Castillo de Garcimuñoz, Cuenca | © Miguel Guzmán
© Fotos: LIGA