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Columnas

La maqueta de Ciudad Futura

La maqueta de Ciudad Futura

10 agosto, 2015
por Miquel Adrià | Twitter: miqadria | Instagram: miqadria

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, poco después de un viaje a Shanghai, y en plena inauguración del 14º Congreso Arquine, el 11 de marzo de 2013 ante casi dos mil personas, se volteó y me pidió públicamente que echara a andar el proyecto de la Gran Maqueta de la Ciudad de México. El referente chino sugería una gran maqueta alrededor de la cual los ciudadanos pudieran pasear y ver los nuevos edificios entre la masa construida, para expresar una ciudad en crecimiento efervescente.

El encargo provino de la recién creada Agencia de Gestión Urbana, dirigida por Fernando Aboitiz y, después de un análisis de espacios disponibles del GDF, se decidió que se ocuparía el Teatro de Vizcaínas, que estaba en estado casi ruinoso.

Desde el principio invité a un equipo de arquitectos e historiadores para definir alcances, contenidos y escala de la maqueta. Decidimos que la maqueta sólo sería del DF para que los espacios urbanos y los edificios más destacados fueran reconocibles. La escala final acabó siendo 1: 2,500, por lo que la Torre Latinoamericana, por ejemplo, medirá poco más de cinco centímetros. Unas áreas complementarias abordarían la información histórica y la metropolitana.

El 18 de noviembre del mismo año, Mancera anunció públicamente la construcción de la sede para la Maqueta interactiva de la Ciudad de México.

Llevamos a cabo el anteproyecto conceptual (una figura ambigua) consistente en un anteproyecto arquitectónico esquemático y un proyecto de contenidos. En realidad se trató de un documento que definió el programa detallado para poder desarrollar los proyectos arquitectónico y de contenidos. El proyecto arquitectónico conceptual consistió en una serie de plantas, cortes, fachadas y renders, que preveía un vestíbulo y la gran maqueta en planta baja, y un recorrido por la planta alta siguiendo el eje temático de Mapas de la Ciudad, Capas de la Ciudad, las partes de la Ciudad y las otras Ciudades. Los Mapas recogían información histórica y actual de los mapas de la ciudad de México. Las Capas o estratos mostraban los sedimentos históricos y contemporáneos de la misma. Las partes de la ciudad describían las Delegaciones, colonias y barrios con identidad propia, así como la información de interés –nacimientos, decesos, renta, escolaridad, etc.- para los ciudadanos. Las otras ciudades era una comparación a nivel metropolitano con las grandes urbes del planeta. El contenido preliminar de cada área se recogía en el proyecto de contenidos. La AGU analizó el proyecto, solicitó correcciones y finalmente aprobó el anteproyecto conceptual.

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Posteriormente la AGU concursó (a través de Proyectos Especiales de la Secretaría de Obras, que recibiría los recursos) la adjudicación de la obra integral entre empresas. Algunas de las que pudieron estar capacitadas para una construcción de este tipo declinaron la invitación por la complejidad de los trámites y la que resultó seleccionada ya era conocida del equipo seleccionador de la Secretaría puesto que había realizado trabajos con ellos. Igualmente se descartó un concurso público de proyectos arquitectónicos, como debiera haber sido. La empresa contratada, Multisevicios s.a. de c.v., partió de la información del anteproyecto conceptual (insuficiente para construir) y encargó al equipo de arquitectos de Bandada (que ya conocía el proyecto), en marzo de 2014. Este equipo entregó el anteproyecto en abril de 2014 a la AGU y a la empresa contratista (contando con mi asesoría para poder diseñar los espacios de acuerdo a los contenidos definidos en el anteproyecto) y, viendo la dificultades con la empresa, certificó el proyecto arquitectónico presentado, ante Notario y en Derechos de Autor, un mes después. La empresa decidió contratar las ingenierías a sus propios ingenieros con graves consecuencias ya que diluyeron el proyecto arquitectónico a su mínima expresión, cuidando exclusivamente sus intereses económicos y hasta siete meses después, en noviembre de 2014, entregaron el proyecto completo. Cualquier objeción por parte de los arquitectos quedó denegada aludiendo a los apurados tiempos de ejecución de obra. La supervisión de obra fue contratada a una empresa de “confianza” de la contratista, por lo que los arquitectos no tuvieron ninguna posibilidad de defender la calidad del proyecto. Los honorarios del proyecto arquitectónico fueron rebajados en distintas etapas y finalmente –en su última y reducida versión- no quedaron totalmente cubiertos. Cabe añadir que el costo por m2 del galerón que se tenía que construir rescatando las paredes del Teatro de Vizcaínas, era similar al de las oficinas más sofisticadas que se estuvieran construyendo sobre el Paseo de la Reforma en ese momento. El presupuesto total fue de 62 millones de pesos (53,5 + IVA) de los cuales 38,3 M + IVA se destinaron a la obra (sin proyecto de museografía, ni supervisión de obra, ni estudios especiales), por lo que se deduce que los 1,700 m2 construidos costaron $22,500/m2, aproximadamente.

Ya iniciada la obra se adjudicó a Mediapro (que había realizado las exposiciones de las maquetas interactivas de Barcelona y Rio de Janeiro) el proyecto de los Contenidos. Éstos –Mediapro- me contrataron por tres meses para dar seguimiento a los contenidos, junto a otros profesionales que propuso la AGU. Se realizó el guión, se juntaron los documentos necesarios -mapas, capas, datos de las Delegaciones y del GDF, datos de otras ciudades- y se diseñaron los sistemas de proyección sobre la Gran Maqueta de la planta baja.

Simultáneamente, el proyecto arquitectónico cambió, se incorporó un sótano y una planta mezanine entre la baja y la alta, para albergar oficinas y se cambiaron las ubicaciones de las pasarelas y balcones para ver la gran maqueta. El resultado fue las desvirtuación del proyecto arquitectónico, alterándose las escaleras, los materiales de fachada y los interiores.

Actualmente la obra –en avanzado estado de construcción– revela la escasa calidad de una construcción improvisada. Aspectos importantes en el proyecto, como la escalera que conecta la planta baja con la alta, que debía se un recorrido arquitectónico, con contenido expositivo, no es más que una escalera de servicio con escalones de alturas dispares, por ejemplo.

Si bien el contenido expositivo estará a muy buen nivel, hay que lamentar que un proyecto tan atractivo como éste, con un buen presupuesto y buena ubicación, que debía expresar el proyecto de la Ciudad Futura, se haya realizado con tal desidia que sólo exprese un presente a olvidar.

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