Gobierno situado: habitar
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27 julio, 2015
por Alejandro Hernández Gálvez | Twitter: otrootroblog | Instagram: otrootroblog
En el número 23 de la revista Arquitectura México, de 1947, se incluye un breve texto titulado La cocina moderna en Inglaterra, firmado por Jane B. Drew. Dame Jane Drew nació el 24 de marzo de 1911 en Thornton Heath, Inglaterra. Al nacer la llamaron Iris Estelle Radcliffe, pero a los pocos días la registraron como Joyce Beverly Drew. En 1929 entró a estudiar a la Architectural Association —diez años antes la escuela no admitía mujeres. En 1933 se casó con James Thomas Alliston, también estudiante de la AA. Drew se graduó en 1934. En 1939 se separó de Alliston y fundó su propia oficina, contratando al principio sólo a mujeres arquitectas, en respuesta al rechazo de que fue objeto en varios despachos al graduarse, incluyendo en el de Maxwell Fry, que sería su segundo esposo —se casaron en 1942 y su padrino fue Julian Huxley, hermano de Aldous. Fry nació el 2 de agosto de 1899. Recibió una formación de arquitecto clásico en la Universidad de Liverpool, donde se graduó en 1923, pero se convirtió al modernismo. Fue socio de Walter Gropius los dos años que éste pasó en Londres antes de irse a los Estados Unidos. En 1933 fue uno de los fundadores del MARS Group: Modern Architectural Research, el brazo británico del CIAM.
En 1944 fueron comisionados como asesores de planeación en las colonias británicas del África Occidental. La relación entre colonialismo, arquitectura moderna y cierta visión paternalista que incorporaba temas sociales resultaba bastante compleja. A mediados de noviembre de 1950 —unos meses después de la muerte de Matthew Nowicki, quien estaba a cargo del proyecto— unos delegados de Nehru los reclutaron, conociendo su experiencia construyendo en las colonias británicas del trópico africano. Ellos sugirieron el nombre de Le Corbusier, con quien colaboraron por tres años en la planeación de Chandigarh. A Drew y Fry les interesaba la arquitectura en los países en desarrollo. En un texto publicado en Perspecta en 1963, ella escribió:
La arquitectura en los países en desarrollo —como ahora se les llama a los millones que en India, África y el Oriente Medio se vuelven rápidamente parte del mundo moderno— es un gran problema, particularmente dado que la educación se adquiere con mayor rapidez que la riqueza. Un arquitecto, si quiere dedicar parte de su vida ayudando a esa gente, debe saber los requerimientos básicos de las construcciones tropicales y la gran diferencia entre construir en lugares cálidos y secos o húmedos.
Más adelante en el mismo texto, Drew afirma que “construir para los pobres significa construir juntos. Se trata de una oportunidad arquitectónica.” La buena técnica moderna, agrega, puede combinarse con la vieja tradición. La cocina era parte importante de esa buena técnica moderna y de la modernización en general. En el texto publicado en Arquitectura México Drew escribió sobre su experiencia en la India:
Encontramos que las cocinas modernas eran bien recibidas, pero que los chapatis (una alimento tradicional usado todos los días) no podían prepararse en una estufa eléctrica, por lo que tuvimos que improvisar una chula de leña tradicional.
Drew dice que “el buen proyecto de una cocina depende no solamente del arreglo interior de sus muebles y útiles, sino, fundamentalmente, de su relación con el resto de la casa: no debe, por lo tanto, proyectarse una cocina sin este conocimiento.”
Maxwell Fry murió en 1987 y Jane Drew el 27 de julio de 1996. El 4 de julio del 2014, Iain Jackson escribió en The Architectural Review:
Jane Drew, arquitecta, escritora, planificadora y supuestamente agente del MI6: frecuentemente aparece a lo largo de la historia de la arquitectura del siglo XX, pero es difícil recordar edificios que haya diseñado. Su historia raramente empieza con su contribución profesional. Algunos incluso han dicho que escribió su propio obituario para insinuar una relación con Le Corbusier. Los rumores revelan algo de la sociedad y la profesión en las que operaba Drew, y su novedad como arquitecta líder que dirigía una oficina importante y reconocida mundialmente. Por supuesto, ella explotó esa controversia y disfrutaba ser el centro de atención (como al hacer una gran entrada a las conferencias del CIAM 9 vestida con una pijama de seda). Era directa audaz y asertiva, cualidades que tal vez chocaban con la idea tradicional de las características femeninas, aunque se consideren esenciales para un arquitecto. Drew ciertamente entendía la arquitectura como un medio artístico, pero la valoraba más como un instrumento para la reforma y para permitir el acceso a la educación y la salud.
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