28 mayo, 2013
por Arquine
Luego de haberse recuperado con la 13 Exposición Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia (Cultura en construcción), hoy se inauguró el Pabellón de México para la 55 Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia en la antigua Iglesia de San Lorenzo (Las capas de San Lorenzo). Para esta edición se convocó al artista mexicano Ariel Guzik (ciudad de México, 1960), quien propuso Cordiox, una compleja máquina que describe sonoramente el entorno donde se ubica, propagando una cadencia tonal cristalina, sutil y expansiva, que propicia una experiencia de escucha excepcional. Con esta máquina de cuatro metros de altura, el artista propone una síntesis de elementos y sencillez funcional. El centro es un cilindro de cuarzo finísimo, único en el mundo (45 cm x 180 cm) manufacturado ex profeso en Alemania por una empresa especializada. El instrumento está formado por largas y tensas cuerdas a semejanza de los instrumentos musicales, de tal forma que sin bocinas ni amplificadores, tiene la capacidad de abarcar sonoramente toda la superficie interna de San Lorenzo (como lo hiciera Luigi Nono en 1984 con la ópera Prometeo en la instalación creada por Renzo Piano como “un teatro invisible donde la producción de sonido y su proyección en el espacio son fundamentales para generar la dramaturgia”. Para Nono, la música y el sonido predominaban por encima de las imágenes y la palabra escrita, abriendo nuevas dimensiones de sentido y posibilidades de escucha.
La estructura de 4 metros de altura describe sonoramente el entorno donde se ubica, poniendo en juego el encuentro de dos elementos complementarios, 180 cuerdas tensas distribuidas en tres arpas y un cilindro de cuarzo puro fundido de grandes dimensiones. De esta forma la máquina propaga una cadencia tonal cristalina, sutil y expansiva.
Ariel Guzik explicó que Cordiox está construida con un complejo sistema de cuerdas, cuarzos y sistemas de campos eléctricos y magnéticos que buscan atrapar a los asistentes en una experiencia personal con respecto al sonido que se propaga en su entorno. “Vivimos en una época muy estridente donde los sonidos de la naturaleza están casi apagados, sin embargo hay esfuerzos para rescatar esos sonido que generamos y que nos invitan a soñar. Puedo decir que las características de Cordiox son tan sutiles desde el punto de vista acústico que asemejan un aleteo de mariposa. Es un acercamiento a la armonía y a la física de la resonancia, no es una máquina que se base en fuerza mecánica, sino que actúa más bien como un puente que aprovecha de forma sutil y lúdica los sonidos que se propagan a nuestro alrededor para trasladarlos al oído humano”.