La solución al problema de vivienda de interés social se encuentra fuera de la arquitectura. La manera en que se construyen las ciudades y la calidad de vida de sus habitantes están determinadas mayormente por las políticas públicas que implementa el estado a través de su sistema burocrático. Proponemos desde nuestra profesión cinco nuevas políticas que podrían mejorar sustancialmente la calidad de vida de los capitalinos y que al tiempo suponen una ruptura con las legislaciones vigentes. To design a better CUPA you have to fuck politics.
Los planes de desarrollo urbano vigentes contemplan dos tipos de densidad que se refieren primordialmente al área (COS) y volumen (CUS) de la construcción sobre un terreno. Nuestra propuesta es incorporar una medición de densidad basada en el uso que tiene una construcción a lo largo del día. El factor de intensidad de uso (FIU) se calcularía dividiendo el número total de habitantes entre los metros cuadrados construidos y el porcentaje de ocupación durante el día.
La casa propia es adquirida a través de un crédito que puede ser administrado por el estado o la banca privada con plazos entre 20 o 40 años durante los cuales las necesidades iniciales, trabajo, familia y educación se modifican constantemente.
Proponemos que la vivienda de interés social se desarrolle bajo un esquema mixto de ahorro y arrendamiento a 5 o 10 años administrado por la iniciativa privada bajo supervisión del estado. Una casa de primer uso arrendada a un costo menor que un crédito permitiría al ciudadano acelerar su desarrollo económico y disponer de un capital al término del arrendamiento para adquirir una vivienda definitiva con características más acorde a sus nuevas necesidades. El desarrollador podrá recuperar su inversión sin ceder la propiedad y contar con un ingreso constante por la administración del edificio.
Los desarrolladores de vivienda buscan terrenos de bajo costo que naturalmente encuentran en la periferia de las ciudades. Con un reglamento de construcción que obliga al uso del automóvil, casi en cualquier esquema de vivienda el área destinada al automóvil supone alrededor del 30 por ciento del total.
Es posible eliminar por completo el uso del automóvil en un esquema de vivienda de primer uso ubicada en terrenos con buena infraestructura (transporte, energía, información) y ubicación. Sustituir el área de automóvil por área arrendable incentivaría los desarrollos de vivienda en suelo urbanizado.
La vivienda social históricamente ha sido la tipología representativa del gusto popular creemos en un arquitectura libre de restricciones estéticas que sea capaz de propiciar un entorno diverso y rico en experiencias. La propuesta radica en una planta libre con un módulo de fachada flexible, que en conjunto permita construir bloques de edificios con estilos arquitectónicos diversos.
Los planes de desarrollo urbano vigentes tienen un enfoque restrictivo que pretende un crecimiento ordenado, pero que es ajeno al mercado inmobiliario y las dinámicas internas de las ciudades. La planificación urbana debe incentivar un crecimiento orgánico ordenado, con reglas claras y abiertas que permitan a los ciudadanos nuevas posibilidades de negocios y desarrollo. En proyectos de vivienda de interés social proponemos un uso de suelo mixto (comercial, habitacional y oficinas) sin restricciones de altura, con el objetivo de que la vivienda se pueda convertir en un módulo de comercio, negocio u oficina.
Ulises Omar Zúñiga García | TALLER VEINTICUATRO | ARQ-15C-0034