Resultados de búsqueda para la etiqueta [Yucatán ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Wed, 10 Jan 2024 00:34:39 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 La Plancha. Mérida busca reconciliarse con el espacio público https://arquine.com/la-plancha-merida-busca-reconciliarse-con-el-espacio-publico/ Thu, 04 Jan 2024 02:01:03 +0000 https://arquine.com/?p=86556 La inauguración del parque La Plancha, el pasado 19 de noviembre, pone fin al abandono por décadas de uno de los predios públicos más grandes en el corazón de Mérida, Yucatán.

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Inaugurado el pasado 19 de noviembre por el presidente Andrés Manuel López Obrador, de la mano del gobernador panista Mauricio Vila Dosal, la apertura del Gran Parque La Plancha —proyecto del despacho Muñoz Arquitectos, dirigido por Javier Muñoz Menéndez— en Mérida, Yucatán, pone fin al abandono por décadas de uno de los predios públicos más grandes en el corazón de la llamada Ciudad Blanca. Lo que solía ser la estación central y los patios de maniobra del sistema de trenes de la península, fue el centro de debate social por un largo periodo. Se elaboraron infinidad de proyectos para su recuperación, algunos con visión de ciudad otros llenos de ambiciones por parte de los políticos y desarrolladores inmobiliarios. Finalmente, con la llegada de Morena al poder y la búsqueda de la reactivación del sureste del país, los esfuerzos se concretaron en un parque urbano con un programa muy ambicioso.

Después de haber agotado las negociaciones para que este espacio volviera a ser la estación y centro neurálgico del sistema del Tren Maya, las opciones se decantaron para concederle el rol de espacio público a este enorme terreno. Dos acciones paralelas buscan darle articulación con la atribulada ciudad y su incontrolable expansión.

Una de ellas es su conexión con la estación de Teya por medio de la creación del corredor de transporte público confinado IETRAM que, además de contar con dos rutas que conectan con las estaciones del Tren Maya, tendrá tres rutas más que complementarán el ambicioso programa de renovación del sistema de transporte de la capital yucateca Va y Ven.

 

 

El segundo esfuerzo por articular este nuevo espacio es la renovación de la Calle 47, con un modelo de “calle completa” (el entrecomillado es mío y busca cuestionar si el modelo se aplicó bien o es más un maquillaje, pero ese es tema para otro artículo) para conectar el Gran Parque de la Plancha con el simbólico y aclamado Paseo Montejo, nombrándolo “Corredor Gastronómico” en el intento de que el proceso de gentrificación se oriente, de manera evidente, al turismo y tenga un énfasis hacia la riqueza del arte culinario que caracteriza a esta zona del país. Se suma también la remodelación de la Calle 60, que lleva esta articulación a la Plaza Mayor, para un total de 1,750 metros de “calle moderna”.

La Plancha da un respiro a una ciudad que ha visto un desarrollo especulativo enorme en los últimos años, y que vive una expansión horizontal desmesurada y acelerada con la conclusión del anillo periférico a finales de los noventa y principios de este siglo. Crea un imán en el centro de la ciudad a contracorriente de las tendencias de crecimiento y especulación, enhorabuena.

La clave, sin duda el mayor valor de este proyecto, es que es en gran medida un espacio público. Aunque el programa es elaborado, diría que, hasta complejo, su principal característica es que abunda el espacio público. Hicimos un recorrido el día 1 de enero. Los merideños se habían volcado a conocerlo y reconocerlo, el día en que todo está cerrado por definición, el espacio público —condición sine qua non del mismo— estaba abierto y les demostró a los ciudadanos para qué sirve y qué servía. Punto a favor y determinante en un primer acercamiento a este Mega Parque.

El parque, como ya lo decía, tiene un ambicioso y abultado programa. Contiene desde un gran auditorio al aire libre, un museo del tren, áreas de esparcimiento infantil, áreas para ejercicio y hasta un espacio para comercios de comida, además de un skatepark y la estación central del IETRAM. Atraviesan a las diferentes áreas andadores de doble altura y el lugar contiene un lago artificial, así como espejos de agua en donde es posible chapotear.

El paisajismo ha sido concluido de último momento y, además de que aún necesitar madurar, la elección de las especies despierta dudas. Preocupa en especial el uso extensivo de pasto que, aunque le dé al visitante la idea de “parque”, sabemos muy bien no es lo ideal por temas de mantenimiento y consumo de agua en un parque moderno además de, claro, no ser endémico. Han sido sembrados árboles de gran tamaño que, si todo sale bien, deberán aportar mucho a este espacio en pocos años, dotando de la sombra tan necesaria en estas latitudes.

Me parece que empaquetaron en un sólo espacio demasiados deseos, demasiados pendientes con la ciudad en la búsqueda de “ponerse al día” y que, madurando el Gran Parque de la Plancha, deberá ir encontrando su verdadera vocación, la que el uso (como todo espacio público real) le transferirá. La obra, concluida de manera apresurada por tiempos políticos, deja muchos pendientes (en particular de calidad), que son visibles incluso para el ojo no experto. Sobra decir que lo mejor de la Plancha es que cierra un ciclo largo de discusión pública poniendo un ejemplo y guía de gran formato para replicar lo mismo dentro de la extensa ciudad y posiblemente como modelo para otra ciudad dentro del país.

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Uxmal: La magia subjetiva de las relaciones visuales (tercera entrega) https://arquine.com/uxmal-la-magia-subjetiva-de-las-relaciones-visuales-tercera-entrega/ Tue, 13 Jun 2023 15:26:34 +0000 https://arquine.com/?p=79624 Tercera entrega del recorrido a través de Uxmal, la ciudad maya de la que se tienen registros de asentamiento desde el 300 antes de nuestra era, período preclásico, hasta el 1150 de nuestra era, ya definido como el postclásico.

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Con dedicatoria especial a mi padre, quien finalmente se ha ido a descansar eternamente al lado de mi mamá, a inicios de este año.

 

Nos quedamos enmarcando una imagen, la del Cuadrángulo de las Monjas visto desde la escalinata que asciende por el basamento denominado Pirámide del Adivino en su lado poniente. Recordamos que, en esta imagen, los cuatro edificios del cuadrángulo parecieran escalonarse en espiral, generando coincidencias perspectivas entre sus escalinatas, su cuerpo bajo y su friso. Desde ahí utilizando la trampa de la telefoto, nos acercamos hacia el otro conjunto monumental, en la zona sur de la ruinosa ciudad: La Pirámide Mayor y el denominado Templo de las Palomas. En la imagen presentada, vemos un fragmento de este último, entrecortado abajo por la vegetación, y a su vez, a partir de la crestería (peculiar elemento aquí en celosía que remata algunas edificaciones mayas y que, en este caso, dio a quien le puso el nombre popular con el que lo conocemos, apariencia de palomar) entrecortando rítmicamente la línea que limita la llanura selvática con el cielo.

Para llegar es necesario bajar de la pirámide del adivino, y atravesar la gran plaza donde se encuentra el juego de pelota. Algunas relaciones se repiten, pues tocamos puntos similares en nuestro paso, así que no reiteraremos, otras con nuevos desmontes, no han podido ser lo suficientemente analizadas a través de la lente de la cámara por mi parte, así que no están presentables. Por otra parte, la selva ha envuelto por completo el cuadrángulo que formaría el templo de las palomas, dejando solo a la vista una sección semiderruida de la galería, junto con la crestería ya descrita. Por la puerta, accederíamos a un espacio que hoy no es visitable, pues la densidad de la vegetación es demasiada, y no solo nos impide el paso, sino la vista del resto edificado, oculto bajo raíces y follaje. Aceptando la incógnita que la madre naturaleza cubre con su manto, subimos a la Pirámide Mayor, hoy por cierto también cerrada y, desde ahí, enfocamos la crestería de las palomas, que en su ruina se convierte en saeta lineal, apuntando hacia la selva baja, llana, que se extiende hasta el horizonte.

 

 

Desde la parte superior del basamento que nombramos como Pirámide Mayor, con el segmento de templo cubierto aún por vegetación, apuntamos la vista al suroriente, la selva es dueña del entorno, pero si se fijan bien mis estimadas y estimados lectores, alcanzamos a ver una silueta piramidal, no muy lejos, cuya punta enrasa exactamente con el horizonte lejano ¿cuántas más relaciones de este tipo nos habrá regalado la urbe antes de su decadencia y abandono?

Ahora volteamos desde ese mismo punto, al vértice nororiente del basamento que forma la Pirámide Mayor. Justo en la diagonal, se encuentra esbelta la Pirámide del Adivino. Si usted observa detenidamente, su último segmento antes del edificio propio del templo, coincide con la lejana línea de horizonte, de tal forma que la edificación que corresponde al sitio donde se dialoga con de la deidad, recorta su silueta en el espacio etéreo del cielo.

 

 

A la derecha, la geometría del Palacio del Gobernador en relación con todo el conjunto, apunta claramente e intensificada por la perspectiva, una vez más a la Pirámide, y la línea que marca el encuentro entre el muro bajo y austero del Palacio y su friso labrado, si la continuamos imaginariamente, coincide con el cuerpo principal del basamento piramidal que conocemos como el Adivino.

A la izquierda, una secuencia de planos nos muestra primero el Templo de las Tortugas, cuyo techo se encuadra con el basamento donde se desplanta el Palacio del Gobernador si trazamos con regla imaginaria una línea horizontal entre ellos. Tras él, los volúmenes del Cuadrángulo de las Monjas se traslapan entre sí, como desplazamientos en el espacio tiempo del propio Templo de las Tortugas, hasta encontrar en sus juegos lineales donde la curvatura de la tierra nos encuentra con el cielo que, este juego de desplazamientos visuales, acentúan la horizontalidad del paisaje y se convierten en el pentagrama donde el volumen del Adivino escribe una breve, pero al mismo tiempo eterna melodía.

El relato terminará breve, como deben ser las despedidas, en este caso, de este extenuantemente bello sitio. A nuestro paso, mientras las y los demás visitantes aceleran para salir, nuestras piernas se niegan a una retirada en tromba. Se detienen y observan aquellos volúmenes de reciente reconstrucción, envidiosas de las y los profesionales que se ocupan de ello, sabiendo que tienen el tiempo del trabajo ahí en sus manos mientras que, nosotros dependemos de la fugacidad de nuestra agenda turística. Pero brevemente la vista ya entrenada observa al paso, nuevas relaciones, coincidencias de geometría, de perspectiva y si la vida nos da permiso, imaginamos la posibilidad de regresar a revisarlas con más calma. Mascarones en las esquinas, cañas de piedra, el fragmento de un arco falso, la magnanimidad de la escalinata oriente en el Adivino, y la enigmática puerta que da al oriente, y que forma un pasaje mágico hacia poniente para que, durante los equinoccios, pase el sol de la mañana hacia el horizonte donde dormirá más tarde, y el de la tarde, hacia donde se asomará renovando la luz, al día siguiente.

Así dejamos Uxmal, como me enseñó a verlo mi padre.

Yo por lo pronto, no me despido, espero me permitan entrar a su espacio, en próximos relatos.

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Uxmal: la magia subjetiva de las relaciones visuales (segunda entrega) https://arquine.com/uxmal-la-magia-segunda-entrega/ Tue, 25 Apr 2023 14:20:30 +0000 https://arquine.com/?p=78030 Segunda entrega del recorrido a través de Uxmal, la ciudad maya de la que se tienen registros de asentamiento desde el 300 antes de nuestra era, período preclásico, hasta el 1150 de nuestra era, ya definido como el postclásico.

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Con dedicatoria especial a mi padre, quien finalmente se ha ido a descansar eternamente al lado de mi mamá, a inicios de este año.

 

Al borde de la escalinata que asciende hasta la puerta es el acceso al denominado cuadrángulo de las monjas, punto donde se quedó nuestro relato y que, en esta perspectiva, comentábamos asemeja a una flecha que apunta al cielo. Mientras que, al mismo tiempo, el juego del claroscuro que muestra la bóveda falsa en sombra deja asomar la luz del mismo firmamento ya no apuntado, sino enmarcado por la forma geométrica. La o el viajero, una vez trascendidos los peldaños de la escalinata, si se para justo al borde de la puerta y gira 180 grados para revisar la ruta de dónde venía, podrá ahora apreciar claramente la configuración del juego de pelota en pleno: su característica forma de I latina, el espacio central acotado con taludes muy tendidos y tableros contundentes, lo que sería propiamente la cancha, y el marcador de piedra circular en cantiléver brotando del poniente (la derecha de quien observa en ese punto).

La escalinata que conecta con el templo de las tortugas se pierde tras un árbol, pero vemos la única oquedad de dicha edificación jugando asimétrica en la composición que generan todos los volúmenes. El templo en sí corona un primer basamento piramidal; a su izquierda, un segundo basamento, del mismo estilo nos permite ver la punta del palacio del gobernador, donde comenzamos nuestro recorrido, y luego contemplar cómo el volumen se fuga hasta esconderse tras el friso de Las Tortugas que, coincidentemente, pareciera ensamblar con el momento exacto donde el cuerpo bajo del Palacio evoluciona a su vez en el friso de éste. Hay un cierto sentido de zig-zag en todo este juego de volúmenes, que pareciera ir ascendiendo en diagonales hasta el cielo.

Toca ahora trascender la puerta, pasar por debajo de la falsa bóveda y llegar al borde del gran patio, donde una compleja edificación nos recibe. Ésta está comprendida por una escalinata central, y dos pórticos laterales que forman un gran basamento longitudinal. Es el edificio de cota más elevada en este conjunto que, como su nombre indica, se compone de cuatro volúmenes configurando un patio sensiblemente rectangular. Ahora vienen las sutilezas, al centro y en la base de la escalinata una estela parece marcar un eje entre el vano central del edificio, su coronamiento enfatizado con mascarones de Chac y una ruina de templete al centro del patio. Sin embargo, este eje no apunta exactamente a la puerta donde estamos parados, parece tener un desvío ligero e intrigante. El juego de vanos en el edificio, es non, lo cual da una simetría perfecta, con el vano más ancho al centro, y cinco vanos iguales a cada lado. Es la magia de los números cuando no son abstractos y pueden ser visualizados compositivamente. Con esa filosofía, si el edificio descrito se arma con 11 vanos, los laterales tendrán 9 y 7, y el que configura la entrada incluyendo el arco maya 5, lo cual podrá corroborar usted en imágenes más adelante.

Ahora bien, el cuadrángulo no es completamente cerrado, es decir, las esquinas de las edificaciones no se tocan, así que se abren ciertas ranuras a la rasante de las fachadas, como muestra, gire usted a la derecha, que es el oriente en la posición en que nos encontramos. Verá entonces cómo en la ranura visual que se forma entre el cuerpo donde estamos, y el que lo encuentra en perpendicular al oriente, la arquitectura del cuadrángulo nos deja ver la escalinata de la pirámide del adivino, el gran vano que nos adentra en su interior y algo del segundo cuerpo de la pirámide. Todo pareciera estar enganchado por las narices de los mascarones de Chac que rematan la esquina del edificio oriental. Una nueva sensación de zigzag se va armando entre los distintos elementos arquitectónicos que visualizamos: escalera, vano, friso fugado, basamento, friso perpendicular, vano, etc.

Ahora crucemos el gran patio, y lo llamo de esta manera porque a pesar de su dimensión urbana, la contención entre los cuatro edificios le da más la sensación de espacio privado que de evento público, pero solo es eso, una sensación. No sabría decir realmente cual era su uso. Ascienda por la escalinata central del primer cuerpo descrito, que es el norte, y alineado exactamente con el vano central del mismo, gire 180 grados (media vuelta) para observar nuevamente de dónde veníamos… ¡¡¡ha!!  la magia de la urbe que se va construyendo a lo largo de las décadas y los siglos, sin prisa y sin especulación inmobiliaria¡¡¡ la urbe para los rituales del cosmos, macro y micro. Perdone mi emoción, pero este es uno de los juegos de relación más completos de este mágico recorrido.

Mire bien la imagen e iré describiendo desde la base hasta el cielo si me lo permite. Al centro, pero en escorzo, vemos nuestro reiterativo arco maya, el ligero giro del edificio sur donde se encuentra, con respecto al eje del edificio norte donde estamos parados, permite ver la profundidad y la sensación de umbral. A los lados, dos de los vanos perforando el cuerpo bajo, totalmente carente de ornamentación, y rematados en el friso altamente ornamentado, por réplicas en bajo relieve, de la casa popular maya, misma que se repetirá de manera rítmica, en todos los edificios, aunque no en todos los vanos de éstos. Así, estos elementos parecen enmarcar al Templo de las Tortugas, cuyo vano coincide sensiblemente con la punta del arco maya. El templo mismo pareciera estar asentado sobre el techo del cuerpo del cuadrángulo, que en esta vista nos aparece en primer plano. Formando una especie de marco al templo de las Tortugas, animal que por cierto vincula la tierra, el agua y el cielo según la ideología maya, al poniente del mismo (su derecha) aparece la pirámide mayor, con otro elemento aún sin desmontar, que seguramente daría otras referencias; a su izquierda, el palacio del gobernador, con su fachada corta al frente portando un único vano, y su basamento (en la imagen aún lleno de vegetación, hoy en día ya desmontado) coincidiendo con el techo del templo de las tortugas por un lado, y a la lejanía, más al oriente, con otro cuerpo aún en estado selvático. Es como si todos los siglos, y todas las etapas constructivas de la ciudad, se paralizarán un instante, y así, formando un cuenco, Palacio, Templo de las tortugas, y Pirámide Mayor, hacen sensiblemente la contra forma del arco maya, donde inició descriptivamente este párrafo.

Ahora, sin bajar de la plataforma donde se encuentra el edificio principal de 11 vanos, solo recorremos hacia el poniente, hasta llegar al punto donde queda casi tangente la fachada del volumen de 7 vanos y fijamos la vista perpendicularmente al sur. En esa postura, la altura del friso del edificio de 7 vanos parece estar centrada sensiblemente a la altura del ojo del observador, con lo que la fuga que se forma por la perspectiva, entre la cornisa superior e inferior del friso, parece apuntar a la base, a lo lejos, del edificio conocido como la pirámide mayor, claro que la vegetación actual nos niega el poder ver el comienzo de dicha edificación, pero por ejercicio de relación, es deducible este efecto. El vano único de ese basamento piramidal, queda al centro del hueco urbano que se forma entre los edificios de 9 vanos (por el que entramos al cuadrángulo) y el de los 7 que referimos ahora y si usted tiene suficiente imaginación y dibuja en su cabeza a la pirámide mayor coronada con su templo respectivo (ausente hoy día) éste mandaría el eje compositivo de la vista descrita. Note también como el inicio del friso en el edificio de 9 vanos, parece coincidir con el inicio de la plataforma del edificio de 7 vanos. No es la cota exacta de nivel lo que importa, sino su relación perceptual de ensamblaje.

Ahora, sin movernos de ese punto, volteamos en diagonal hacia el oriente, donde cierra el cuadrángulo una edificación de 5 vanos, paralela a la de 7 y perpendicular a la de 9 y 11 (creciendo siempre dos, o decreciendo siempre dos, en nones para la simetría perfecta) La vista nos muestra a la pirámide del adivino, que parece desplantarse desde el friso del edificio de cinco vanos justo en el punto donde las plataformas de dicha pirámide, dan pie a un gran acceso, muy peculiar y poco usual en la arquitectura prehispánica, donde se interna uno en el cuerpo de la pirámide para emerger del lado opuesto, como en un túnel que se ilumina al amanecer y al anochecer en los equinoccios de otoño y primavera, por encima de ese gran hueco, también como uno solo, la puerta del templo que corona la pirámide ¿qué más observa usted en esta imagen? Hay algunas cosas más que podríamos contar, pero prefiero dejarlo al descubrimiento de cada quien.

Caminamos de poniente a oriente, siempre en la plataforma del edificio de 11 vanos, hasta llegar al encuentro de éste con el volumen oriente del cuadrángulo, para volver nuevamente nuestra vista en perpendicular al sur, encontrando en el hueco que se forma entre el edificio que se fuga en la vista y el de 9 vanos un “hueco” más a cuyo lado derecho observamos la silueta del Palacio del Gobernador, el templo de las tortugas y un fragmento de la pirámide mayor, como telón de fondo en el paisaje, mientras que la fuga de la cornisa mayor y menor del friso del edificio de 5 vanos parece apuntar a la base de la gran terraza sur. Note también cómo el friso del edificio de 9 vanos parece ensamblar si lo continuamos, con la base del edificio de 5.

Toca salir, si el recorrido fuera libre, por ese punto señalado y al mirar a su izquierda, por el oriente, encontrar nuevamente la Pirámide del Adivino, cuya escalinata ahora parece formar un eje con otro arco maya, recientemente restaurado ¿qué nuevo juego de relaciones encerrará si pudiéramos saltarnos las trancas de limitación con que la visita actual impide que crucemos por él? esperemos que un día podamos averiguarlo. Mientras, observamos el enorme marco labrado que en la pirámide, enfatiza el vano por donde el sol asoma en equinoccios, de oriente a poniente o viceversa, según la hora del día, pues en la última imagen de esta entrega, nos encontraremos parados ahí, viendo hacia el cuadrángulo de las Monjas. Aprovechando el telefoto, le comparto a detalle estos labrados.

Hoy en día, es imposible subir a la pirámide como turista común, quizá con un permiso especial que no he intentado tramitar. Pero para compartir no hay límite, y por tanto les dejo esta última vista. Justo al pie de enorme vano enmarcado el conjunto del cuadrángulo de las monjas se despliega por debajo de la llana línea de horizonte que limita el mundo terreno del celestial en ese pequeño territorio de la península yucateca, donde Uxmal alguna vez vivió en esplendor. Desde ahí, siguiendo las trayectorias de techos, frisos y basamentos, podemos ver cómo el juego de alturas entre los cuatro edificios del recinto, se desarrolla como una armonía de piezas que van embonando visualmente, llegando a la casi perfecta vinculación de topografía, geometría y paisaje, con el juego místico de los números expresado en los vanos de cada cuerpo 9 y 11 (edificio norte y sur) frente a frente, 5 y 7 (edificio oriente y poniente) también confrontados.

Hasta aquí esta entrega, y desarrollando la tercera y última, espero que la vayan disfrutando.

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Uxmal: La magia subjetiva de las relaciones visuales https://arquine.com/uxmal-la-magia-subjetiva-de-las-relaciones-visuales/ Tue, 28 Mar 2023 15:29:42 +0000 https://arquine.com/?p=77030 Uxmal recorre desde sus orígenes los tres periodos definidos para el universo precuahutémico, ya que tiene registros de asentamiento desde el 300 antes de nuestra era, período preclásico, hasta el 1150 de nuestra era, ya definido como el postclásico. Sin embargo, esto no quiere decir que la ciudad haya prevalecido con una población constante todo este tiempo.

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Con dedicatoria especial a mi padre, quien finalmente se ha ido a descansar eternamente al lado de mi mamá, a inicios de este año.

 

Corría el inicio de la década de los años 90 del siglo pasado. Yo recién egresado y ya involucrado en la práctica profesional, había escuchado (y visto en fotografías) reiteradas veces, la charla de mi padre sobre las extraordinarias relaciones visuales que podían descubrirse si uno ponía atención más allá del recorrido turístico, entre los edificios de la zona monumental de Uxmal, en la región Puuc de la península de Yucatán. Así que, cuando acercándose diciembre, me invitó a ir con él y con mi madre para hacer un recorrido tanto por los conventos y templos franciscanos de la península, correspondientes al siglo XVI e inicios del XVII, como a las zonas arqueológicas de Edzná, Chichén y Uxmal principalmente, no dudé ni una centésima de segundo en aceptar.

Como les estimades lectores que han seguido estas narrativas saben, soy un ávido viajero, principalmente por culpa de mis padres que nos lo indujeron a mí y a mis hermanos desde la más temprana infancia, así que en ese momento en que uno empieza a valorar el verdadero significado de los costos financieros de las cosas, comparando el minúsculo sueldo de dibujante con lo que solía gastar inconscientemente durante la adolescencia con la “beca” materno-paterna, el entusiasmo de ser invitado a tal recorrido cobraba mayor importancia.

Algunos artículos han salido ya de ese viaje que después repetiría tantas veces como la vida me lo ha permitido, pero ahora quisiera abordar en especial la experiencia en el asentamiento más importante de la ya mencionada región denominada como Puuc.

Como ha sucedido con Chandigarh, por ejemplo, en esta ocasión tendremos que recurrir a más de una entrega, así que habrá secuela, ya que la complejidad descriptiva aunada a las imágenes que ayuden a compartir la experiencia, es demasiada para sintetizarla en un solo artículo.

Para finalizar los antecedentes anecdóticos, les platico que mi padre fue un importante docente de la Universidad Iberoamericana, y ayudó a que muchas generaciones, entre ellas la mía, nos forjáramos desde el involucramiento y cariño desmedido a la arquitectura y el urbanismo, con todas sus actividades vinculantes, por lo que ahora que ya no está en presencia física, me es más importante compartir algunas visiones, totalmente subjetivas hay que decirlo, de lo que él percibía en los espacios y de forma totalmente desinteresada, ayudaba al que quisiera ponerle atención a descubrir. Ese ejercicio subjetivo, no estaba ajeno de una documentación histórica completa, pero la percepción de lo que veía y su capacidad de asociación geométrica y espacial, siempre fue más allá de la obviedad que los datos históricos o científicos podrán aportar.

Intentaré pues, transmitir esa “magia” que él solía compartir vehementemente, a través de esta relatoría, pidiendo una disculpa por no poder hacerlo en forma presencial que sería lo realmente apetecible, no sin antes desde luego, ofrecer algunos datos generales para quienes no estén familiarizados con esta ciudad Maya.

Uxmal recorre desde sus orígenes, según el INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) los tres periodos definidos para el universo precuahutémico, ya que tiene registros de asentamiento desde el 300 antes de nuestra era, período preclásico, hasta el 1150 de nuestra era, ya definido como el postclásico. Sin embargo, esto no quiere decir que la ciudad haya prevalecido con una población constante todo este tiempo. De hecho, los primeros asentamientos serían muy básicos y con poca población, que irá creciendo hasta conseguir, en el clásico tardío (entre el 700 y el 900, también denominado epiclásico) convertirse en la urbe hegemónica de la región Puuc, en la península de Yucatán. Por cierto, la península no presenta en su orografía, elevaciones notables, pero esta región se caracteriza por una pequeña serranía, que es la que le da nombre: Puuc en maya significa cerro o monte. El calificativo también se utiliza, para denominar una forma de hacer arquitectura, particularmente recargada de ornamentación, dentro de los distintos lenguajes que desarrolló la cultura maya, y que se expresa en los edificios de Uxmal, y de otros asentamientos de la zona, como Kabah y Labná.

La decadencia de Uxmal en el siglo XII, coincide con la debacle general de la civilización maya, por lo que, tras su abandono, fue poco a poco ocultándose en la selva baja yucateca, donde flora y fauna recuperaron el territorio sin prisa, pero sin pausa. Así, entre la selva, John L. Stephens acompañado por el extraordinario ilustrador Frederic Catherwood, fueron escoltados en el siglo XIX por habitantes locales, dentro de los terrenos de la hacienda que ostentaba en ese entonces el mismo nombre que la ciudad, para que, tanto por texto como por los bellos grabados de Catherwood, las ruinas fueran desmontadas y expuestas a nivel internacional, con aquella publicación que se tituló “Incidents of Travel in Yucatan”, publicado por el mismo Stephens.

Es entonces, de aquello que quedó entre la selva, el desmonte y la restauración, donde surge este recorrido que comparto por aquí, en esta primera entrega y que terminará con dos entregas más para que las y los estimados lectores, puedan darse un poquito de tiempo relacionando el texto con las imágenes.

La última advertencia, es que, tras la pandemia, el INAH ha ajustado las visitas y restringido los recorridos, por lo que ciertas ubicaciones ya no son viables de repetir actualmente, lo que quizá de un poco más de valor a las fotografías que aquí les muestro.

Bien, ahora sí, comencemos con este primer tramo, y el juego magnífico de relaciones que presenta.

Para mi padre, y así me lo compartió, el recorrido no debía comenzar, como sucede ahora, por la denominada Pirámide del Adivino, sino por el edificio referido como “Palacio del Gobernador”. El edificio se ubica en una gran terraza al sur del conjunto principal, varios metros por encima del nivel actual de acceso a la zona, su forma rectangular marca claramente su eje mayor en dirección Suroeste, Noreste, lo cual va a importar mucho para lo que viene. Para iniciar el recorrido, el espectador debe detenerse al centro de la fachada oriente del Palacio, justo entre el pequeño templete que presenta una escultura de jaguar, y una estela colapsada que forman un eje perpendicular al volumen. En este punto, usted podrá ver la fachada completa de la edificación (aunque en la imagen que comparto, por falta de un gran angular más potente, faltan los dos cuerpos laterales que rematan al edificio en sus puntas) La composición de los cuerpos se da en proporciones complementarias, donde la gran escalinata cubre la mayor parte de basamento sobre el que se desplanta la construcción. Luego, el cuerpo de los vanos, el central de proporción cuadrada marcando la jerarquía del centro, y tres rectangulares a cada costado para sumar 7, antes de que dos entrecalles con arcos falsos (se les denomina así porque no son dovelados, sino en cantiléveres encontrados) marquen la pauta entre el cuerpo principal y sus extremos. Finalmente, un friso complejamente ornamentado en mosaicos de piedra labrada, conforma el último elemento vertical. Los labrados generan una bella narrativa de serpientes que se combinan con mascarones de la deidad Chaac, enlazando la lluvia y la fecundidad.

Avanzando en línea recta hasta el borde donde inicia la escalinata, usted podrá observar cómo el cuerpo de los vanos desaparece, y la línea visual donde termina el último peldaño, coincide con el inicio del friso labrado, ahí empieza el ejercicio de magia que capturaba en su forma tan peculiar de ver el espacio y sus relaciones, mi padre.

Si se pudiera, sería necesario ahora comenzar el ascenso por la escalera, y a la mitad, aproximadamente en el onceavo escalón, gire su vista al norte (a su mano derecha en relación a la posición de ascenso) podrá darse entonces cuenta, que, por el efecto de la perspectiva, todas las líneas de la escalinata, parecen apuntar claramente hacia la Pirámide del Adivino, que se muestra imponente ante el horizonte lineal de la planicie yucateca. Terminar de ascender conlleva la experiencia de entrar a las bóvedas falsas del interior del edificio, y explorar un poco sus espacios, situación que ya no comparto para no hacer tan extensa esta narrativa.

Vuelva ahora a descender por la escalinata, y diríjase al norte, hacia el final del edificio para posteriormente dar vuelta al poniente, descubrirá el templo de las tortugas. Pequeña edificación comparada con el volumen arquitectónico antes descrito, que en ese punto no presenta un basamento significativo. Prácticamente desplantado a nivel del suelo de la terraza, nos plantea en su forma de prisma rectangular, en primer plano la fachada oriente con tres vanos perforados en un muro de piedra sin ornamento, el central de mayor anchura que los laterales. El cuerpo bajo se corona nuevamente por un friso labrado, pero en esta ocasión, la narrativa es distinta, menos recargada que la del Palacio del Gobernador, unos carrizos representan la tierra, que se liga con el cielo por una secuela, arriba de los carrizos, de tortugas modularmente distribuidas. La fachada sur vista en escorzo en la imagen, repite la composición de los tres vanos y los dos cuerpos en la dimensión más larga del prisma rectangular. En este punto, el volumen descrito pareciera estar aislado y un tanto cuanto caprichosamente dispuesto en relación a la composición de todo el conjunto y a su imponente vecino, pero falta recorrerlo para descubrir mucho más.

Así, le sugiero que camine pausadamente hasta el vano central de la fachada sur, y ahí se detenga a observar con calma la escena. Como se muestra en la imagen, el vano central de dicha fachada, enmarca un segundo vano, que es obviamente la continuación del eje en la fachada norte de este edificio, y ahí, la magia nuevamente conecta de manera irrenunciable, al Templo de las Tortugas con el conjunto. El segundo marco nos permite visualizar una composición arquitectónica en tres planos además de los que pertenecen a nuestro doble marco: En primer plano, una escalinata que pareciera comenzar en el piso del hueco por el que observamos, aunque está varios metros más abajo, y muchos más en cuanto a distancia. En segundo plano, paisajeado por la vegetación actual (seca o verde según la época del año en que visite) un nuevo edificio que repite el ejercicio de un primer cuerpo austero y perforado, contra un friso altamente ornamentado. Sin embargo, el plano vertical entre cuerpo y friso se ve fracturado por lo que coloquialmente llamamos arco maya (el arco falso que comenté y expliqué brevemente al inicio) y que forma el acceso hacia otra dimensión espacial. La geometría piramidal de este falso arco, inicia exactamente en la base del friso, y pareciera apuntar desde esta perspectiva, al vano de mayor jerarquía del cuerpo que aparece en el tercer plano de la imagen: El edificio principal del denominado cuadrángulo de las monjas, por la similitud que encontraron los occidentales con un claustro conventual. Ese tercer plano, repite los patrones en vertical de escalinata, cuerpo perforado y friso ornamentado, éste último ofreciendo una silueta recortada contra el cielo nublado ¿qué mas encuentra usted que nos lee? Pues lo que vea, seguirá sumando al juego de relaciones.

Descendamos por la escalinata que parte del Templo de las Tortugas hacia el norte (aunque hoy no se puede hacer así, si llega a estar ahí, intente imaginar que utiliza esta vía) y unos metros adelante en la misma dirección, más tangente a la escalinata que en eje, encontraremos el juego de pelota. Si se detiene, haciendo un leve zigzag, justo en el punto donde inicia el espacio del perímetro en forma de I latina del juego ceremonial, y exactamente al centro del eje longitudinal de éste, un nuevo engranaje de relaciones conformadas por los planos del edificio al fondo, y las líneas de perspectiva, continua el ejercicio de las ceremonias visuales en el ritual subjetivo y personal que me compartió mi padre, y que yo he compartido con quien se deja, incluyéndole a usted que me lee.

Las líneas de plataformas y paredes que conforman el espacio central del Juego, parecen apuntar todas al inicio de la escalinata donde, el mismo arco maya que veíamos desde el templo de las tortugas, marca el acceso al conjunto ya mencionado como Cuadrángulo de las Monjas. Aunque difícil de ver en esta imagen, por lo que le ofrezco inmediatamente contigua una tomada con telefoto desde el mismo punto, para ver más a detalle, usted podrá ver el borde de la escalinata llegando a nivel del cuerpo bajo donde se perfora la puerta, pero si se fija bien en el hueco de la puerta se puede observar cómo, la escalinata del fondo, llega en la visual a coincidir exactamente con el inicio del friso donde está la puerta, y con la inclinación piramidal del arco, de esta manera, pareciera que el vano (ojo no es el vano principal que veíamos desde el templo de las tortugas, sino el lateral inmediato) del edificio del fondo, parece convertirse en una ventana que “flota” al centro del arco maya. La silueta de ese edificio al fondo, parece sumarse al friso del edificio de acceso como una sola composición.

En todo recorrido, es sano detenerse, dejar de ver hacia dónde vamos y ver de dónde venimos. Si hace esto en este punto, podrá sentir claramente la relación de la escalinata por la que descendimos (o hubiésemos descendido de ser permitido) con el punto donde estamos parados y el hueco único de la fachada norte del Templo de las Tortugas. No es en la planta donde aparecen estos ejes, es en el movimiento a través del espacio ¡qué modernos los antiguos! Dirían por ahí.

Retomemos nuestra ruta, avancemos por el eje central del juego de pelota hasta llegar al otro extremo, y observe cómo ahora, la puerta de acceso al cuadrángulo nos enmarca nuevas relaciones. Le ayudo comentando que, el cuerpo bajo y austero del edificio de la puerta, ahora coincide haciendo un pequeño traslape, con el cuerpo bajo y austero del edificio que está al fondo, la gente en la foto nos impide ver el fragmento de escalinata, por lo que tendrá que imaginarlo, pero el vano que antes parecía generar una ventana flotante en la sección piramidal del arco, ahora se muestra como puerta. La parte del hueco piramidal del arco en cambio, enmarca el bajorrelieve que representa a la casa popular maya, es decir, la que construyen los habitantes para la vida cotidiana: la habitación esencial de la gente, se vuelve un instante templo, es el templo primordial, el primigenio, sin ése, los demás, monumentales y potentes, son intrascendentes. En la luz que juega con el claroscuro que marca la profundidad de la forma del arco, pareciera generarse el tejado de la casa. Se que es difícil jugar con lo escrito y la imagen, pero si le dedica un par de minutos, quizá lo pueda ver tan claramente como lo veo yo ahora, y como me enseñó a verlo mi padre, hay que jugar un poco entre lo figurativo y lo abstracto.

Finalmente, para culminar con esta primera entrega y dejarle descansar, si puede avanzar hasta el borde de la escalinata que nos conducirá a la tan mencionada puerta, encontrará en el primer plano, el cuerpo austero, el friso ornamentado y el arco que los liga, el túnel oscuro que nos anuncia el pasadizo entre dos dimensiones de espacio, y la silueta de luz, que recuerda a un tejado de bajareque, enmarcando el cielo. Así, entre los horizontes, los planos, las fugas y las siluetas, termina esta primera parte. Le dejo descansar unos días de esta agotadora, aunque espero ilustrativa lectura, para reencontrarnos si las deidades nos lo permiten, en una semana para narrar la secuela.

Hasta entonces.

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Maní: Los Xiu labran su continuidad en el paisaje https://arquine.com/mani-los-xiu-labran-su-continuidad-en-el-paisaje/ Fri, 26 Nov 2021 03:23:19 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/mani-los-xiu-labran-su-continuidad-en-el-paisaje/ En Maní, ubicada a unos 90km de Mérida, capital del Estado de Yucatán, se encuentra el más antiguo conjunto conventual del Estado que se conserve. A diferencia de otros conjuntos conventuales en nuestro país, aquí el espacio conventual se ubica al norte del templo, y no al sur, como es común. En la fachada principal sobresale con mayor jerarquía la capilla abierta.

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27 años ha, la carretera nos mostraba a Maricarmen y a mí un paisaje llano, donde las nubes corrían a velocidad crucero y podíamos ver, dada la planicie, los puntos en el paisaje donde éstas habían decidido precipitarse hacia el suelo para realizar el ritual de Chak alimentando de humedad a la tierra.

En las poblaciones y pequeñas ciudades de la península de Yucatán —llevábamos recorridos ya varios en el actual estado de Campeche y no menos en el que recibe su nombre de la península— la tipología conservaba la esencia definida durante el Virreinato y el período decimonónico del México Independiente: al centro, la plaza pública rodeada de edificaciones cuyo lenguaje arquitectónico refiere a una expresión ibérica, y hacia el exterior, en todas las orientaciones de la rigurosa retícula renacentista, los lotes que aún conservaban, en su mayoría, la maravillosa arquitectura de planta elíptica y construcción de bajareque, que desde el preclásico define la tipología habitacional maya. Dentro de la composición de la plaza, la presencia de los peculiares palacios municipales producidos en su mayoría en el siglo XIX, y la presencia del templo Franciscano originalmente erigido en el XVI o principios del XVII. Éste último podría estar acompañado o no de una casa conventual.

Tocaba el turno a la ciudad de Maní, ubicada a unos 90km de Mérida, capital del estado.

La información, tomada del catálogo de monumentos religiosos del Estado de Yucatán, era bastante escueta, pero nos daba a entender que encontraríamos un conjunto conventual Franciscano, el más antiguo de los existentes en el Estado —para la península, más antiguo sería el de Campeche, y en el Caso de Mérida, cuyo conjunto sería de mayor envergadura y antigüedad que el aquí narrado, se descarta en la actualidad por haber desaparecido, Izamal es posterior— lo cual tras lo ya visto, levantaba expectativas importantes.

Nos internamos hacia el centro de la población desde el poniente, ya que veníamos de haber visitado Ticul y Dzán. El camino nos forzaba a girar ya llegando al centro, hacia el norte, de manera que llegamos tangentes a la plataforma que delimita el Atrio, y se nos develó la imponente masa edificada, mientras la bochornosa tarde jugaba a la luz y la sombra siguiendo el ritmo del paso de las nubes.

A diferencia de otros conjuntos conventuales visitados en nuestro país, aquí el espacio conventual se ubica al norte del templo, y no al sur, como es común. La fachada del templo no deja de expresar, a pesar de su gran austeridad, su origen posterior, a inicios del XVIII, con las dos espadañas coronando el extremo de su silueta, y la composición axial de la portada que remata en la imagen de San Miguel Arcángel, al cual está consagrado, resultante de una necesaria expansión para albergar una mayor cantidad de fieles, a raíz del crecimiento demográfico que tiene la población para ese entonces. De mayor complejidad es sin embargo, la lectura del resto del conjunto. 

Leyendo la fachada de sur a norte desde el templo, lo que sigue es el portal de peregrinos, que se percibe incompleto con dos arcos, de los cinco originales que incluirían parte de la fachada del templo antes de ser expandido. Por encima de estos arcos, una logia que habría jugado al tresbolillo con los arcos de abajo, se ve restringida a solo dos vanos en arco y luego una ventana que parece posterior dadas sus dimensiones y su forma. Siguiendo al norte, vendrá probablemente el evento compositivo de mayor jerarquía: la capilla abierta.

Este gran arco matiza y cambia la escala de todo el conjunto, rompe la jerarquía de la portada del templo cubierto con su gran oquedad y se manifiesta a partir de ella, como el negativo. Habrá que hacer un juego imaginativo para plantear cómo sería esta lectura, de haberse mantenido intacta la cinta del conjunto, derivada de la imaginación creativa de su autor, Fray Juan de Mérida.

Al interior, el claustro se expresa con una masividad rotunda, en una arcada perimetral densa y pesada hacia el patio, mientras que deambulatorios, celdas y espacios comunes, anunciaban el desgaste que el clima y el tiempo producen cuando paulatinamente, el mantenimiento del inmueble va decayendo ante las transformaciones sociales, políticas y económicas. Y digo anunciaban, ya que, durante la primera década de este siglo, se realizó una restauración profunda de toda la edificación, sólo que yo, tristemente, no he podido retornar a este peculiar punto de la península para actualizar mis fotografías.

Durante años me pregunté ¿qué llevó a los Franciscanos a realizar una obra de tal dimensión en este lugar específico? Izamal tenía, como ya he relatado en otro escrito, un destino de peregrinación que lo hacía focal, pero ¿y Maní?

Pues bien, en un interesante relato de Indalecio Cardeña Vázquez que encontré hace poco navegando en busca de información al respecto, resulta que los Xiu, la familia hegemónica de Uxmal a finales del clásico decidió migrar hacia este punto cuando en el siglo X comenzó el declive de su ciudad. La decisión al tiempo resultó acertada, tomando en cuenta que, para el siglo XIV de nuestra era, Uxmal ya estaba totalmente deshabitada. Así, en su nueva región, esta familia había conseguido si bien no construir una urbe de las dimensiones e importancia de la anterior, si al menos un punto significativo de intercambio comercial.

Aguantaron el período de dominación Mexica y, cuando vieron la caída del imperio que dominaba desde la Cuenca de México, pactaron alianza con el ejército español con el fin de apoyar en la conquista de la Península Yucateca y mantener su influencia sobre la región.  Así es como la familia y Maní, recibirían un trato privilegiado, y al edificarse el convento franciscano aquí narrado, aportarían también en mano de obra y recursos.

Los Xiu, con su cosmovisión construida por ciclos, participaron en la construcción del edificio, sobreponiéndose al nefasto Auto de Fe realizado en un momento dado por Fray Diego de Landa (en el que destruyó una gran cantidad de documentos y obras de arte prehispánicas) que terminó convirtiéndose en un centro de desarrollo cultural en el cual se recuperaron y preservaron importantes memorias de la cultura maya, escritas en el idioma original, pero utilizando ya los caracteres del alfabeto latino, de entre esas memorias destacan algunos de los textos pertenecientes al Chilam Balam. Cardeña Vázquez narra que para el siglo XIX, el convento de San Miguel Arcángel era un colegio que generaba conocimientos en maya, latín y español.

¿Y luego? La auto colonización impuesta por las ideologías provenientes desde el Gobierno Federal del México ya independiente, terminó fraccionando poco a poco la península, y Maní, como otras muchas poblaciones, cayó en un símil narrativo a Macondo en Cien años de Soledad. 

De momento, denominado ya como pueblo mágico, la población y el monumento que es ya parte de la memoria paisajística del sitio, esperan con paciencia que los ciclos de la vida permitan a nuestra inmadura percepción de un universo sistémico, abrir la puerta de la valoración multicultural, proyectándoles nuevamente como centro de construcción del conocimiento. 

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Estación Tulum https://arquine.com/obra/estacion-tulum/ Thu, 24 Jun 2021 14:56:21 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/estacion-tulum/ La estación se encuentra en Tulum, Quintana Roo, en el Caribe mexicano. El objetivo principal en el proceso de diseño fue llevar la agenda de sostenibilidad a un primer plano, desarrollar estrategias de ventilación pasiva, eficiencia energética y optimización en el uso del área disponible.

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La estación se encuentra en Tulum, Quintana Roo, en el Caribe mexicano. El objetivo principal en el proceso de diseño fue llevar la agenda de sostenibilidad a un primer plano, desarrollar estrategias de ventilación pasiva, eficiencia energética y optimización en el uso del área disponible. Aunado a lo anterior, buscamos a través de un juego de luces y sombras (hecho con los materiales y la vegetación) reinterpretar las cualidades de la arquitectura maya, de su monumentalidad y el uso del relieve.

En lo ambiental, uno de los elementos clave fue minimizar el perímetro de la estación, por lo que después de explorar diferentes configuraciones espaciales optamos por una forma ovalada, más ancha en el centro, que es donde convergen las funciones principales, y más angosta en los extremos. Apilamos el programa público de la estación sobre las plataformas y eso nos arrojó un esquema más compacto, conectado verticalmente a través de escaleras eléctricas y elevadores. Además, se abrazó un vestíbulo principal inundado de luz y ventilación natural.

Otra prioridad clave durante el proceso de diseño fue la experiencia del usuario, la facilidad de movilidad, la orientación y la presencia de luz natural. La configuración lineal de la estación y la simetría naturalmente contribuyen a proponer una experiencia intuitiva, y esto es asistido por la geometría de la cubierta que conduce a los usuarios hacia el centro de la estación de forma natural.

 

Al diseñar el componente comercial, nos propusimos diseñar espacios que celebren constantemente la experiencia del transporte ferroviario, lo que se logró al enmarcar las vistas de los trenes entrantes y salientes.

El clima en la península de Yucatán es tropical con lluvias y alta humedad en el verano. Para hacer frente a este clima extremo, colocamos una gran cubierta de celosía abierta que está vidriada en ubicaciones estratégicas, habilitando espacios públicos semiabiertos que funcionan sin ventilación mecánica. La luz del sol que atraviesa el techo proyecta complejos patrones geométricos en las paredes y pisos de la estación, un juego de luces y sombras que recorre el espacio y evoca diferentes sensaciones en los usuarios.

Las aberturas en la rejilla responden a la exposición a la radiación durante todo el día. Las aberturas más pequeñas en el cenit reducen las ganancias de calor en las horas más calurosas y las aberturas más grandes en los lados dejan entrar el aire y la luz cuando la temperatura desciende. Esta estrategia pasiva negocia la cantidad de exposición a la radiación y la cantidad de luz natural que ingresa a la estación. La geometría aerodinámica del techo promueve la succión de la brisa del océano y la canaliza a través de la estación. Esto es clave para crear un ambiente confortable para los usuarios sin necesidad de ventilación mecánica.

La estructura del techo es un “gridshell” de acero revestida con paneles de concreto reforzado con fibra de vidrio (GRC) en la parte superior y paneles de madera laminada debajo. Los motivos resultantes tanto en el lado exterior como en el interior recuerdan los patrones geométricos tradicionales mayas.

A lo largo del proceso de diseño, nuestro objetivo fue el de rescatar algunos de los motivos más representativos de la arquitectura maya: la simetría, la monumentalidad, la alineación geométrica y el uso de piedra caliza son todas constantes en la arquitectura maya. Como tal, hemos intentado honrar esta herencia rescatando esa misma calidad espacial en una arquitectura del siglo XXI.

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Casa Hannah https://arquine.com/obra/casa-hannah/ Sat, 12 Dec 2020 11:00:20 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-hannah/ Casa Hannah, en Mérida, Yucatán, es un proyecto que maximiza la sensación espacial, al jugar con dobles alturas e integrando el exterior con el interior.

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Casa Hannah, en Mérida, Yucatán, es un proyecto que maximiza la sensación espacial, al jugar con dobles alturas e integrando el exterior con el interior.

El terreno, de tan sólo 105 metros cuadrados, acomoda una vivienda tipo estudio, que fue diseñada bajo el concepto de ser una residencia vacacional para sus propietarios. Al ser un espacio reducido, la meta principal del proyecto fue la de crear sensaciones espaciales de amplitud y confort, en donde las visuales se fugarán hacia el exterior.

A la casa se accede desde la cocina, que cuenta con una isla y se integra a un pequeño comedor para dos personas. Este espacio a doble altura invita a los usuarios por medio de un gran ventanal a disfrutar de las vistas de los jardines, donde una pequeña piscina de chukum envuelve a la terraza, creando una atmosfera ideal para el disfrute del cálido clima yucateco.

Al fondo del terreno, se encuentra el área de servicios que se esconde detrás de una antigua puerta colonial y una fachada de piedra, que funge a su vez como remate visual a la zona de la terraza. En el mezzanine, sobre la cocina, se encuentra la única recámara de la vivienda, que cuenta con un baño completo que se integra a un pequeño jardín, donde las celosías de la fachada permiten que los vientos dominantes del norte recorran la casa en tu totalidad.

Desde la habitación, aprovechando la doble altura del ventanal del comedor, se tiene una vista privilegiada de las copas de los árboles frutales de los patios de las casas colindantes, que son representativos de la colonia García Ginerés.

Casa Hannah pretende ser un espacio cómodo y funcional que evoque a la arquitectura regional yucateca, mediante el uso de materiales tradicionales pero incorporando un sentido contemporáneo en su volumetría y espacialidad, al jugar con las alturas y al utilizar el cristal como un elemento protagónico para lograr una sensación de amplitud, que junto con el uso de colores neutros en pisos y paredes, generan un bello contraste con el arte, los muebles de madera y con la vegetación que se encuentra distribuida por todo el interior del lugar, creando un ambiente de frescura en este pequeño rincón tropical.


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Casa Sacná https://arquine.com/obra/casa-sacna/ Mon, 23 Nov 2020 18:27:06 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-sacna/ La Casa Sacná es un proyecto uniforme donde se mimetizan sutilmente la cultura y la arquitectura. Su nombre significa casa blanca formado por los vocablos mayas: Sac/Blanco y Ná/ Casa.

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La Casa Sacná es un proyecto uniforme donde se mimetizan sutilmente la cultura y la arquitectura. Su nombre significa casa blanca formado por los vocablos mayas: Sac/Blanco y Ná/ Casa.

El diseño contempla en su idea inicial las orientaciones en términos de asoleamiento y ventilación. La construcción se posiciona al sureste y noreste para captar los vientos, mientras que en los puntos sur se aprovecharán del asoleamiento.

La vivienda está construida en las afueras de la ciudad de Mérida, Yucatán. El terreno de forma plana trapezoidal es de 2,400 m². La construcción responde directamente a dos factores principales, un campo de golf y sus habitantes, siendo diseñada para una familia joven con la intención de habitar la casa por muchos años.

Se crea un espacio exterior privado que se orienta hacia el campo de golf. En algunas recámaras se presenta un giro en la geometría ortogonal del proyecto que sugiere privacidad y enfatiza las visuales.

Sac-Ná es una vivienda de una planta, donde la geometría es una prioridad, un proyecto donde se tuvo como principal objetivo la función y el programa que la familia requirió.


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Casa Taller https://arquine.com/obra/casa-taller/ Mon, 23 Nov 2020 17:58:46 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-taller/ La materialidad de la casa incluye dos materiales únicamente, el concreto colado en sitio y muros de piedra de la región. Los volúmenes construidos de concreto contienen el programa, en tanto que los muros fabricados con mampostería o piedra de la región son los que encierran patios que permiten la entrada de luz y de viento al interior de los espacios.

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La Casa Taller se dispone en un terreno plano, rectangular pero no regular y pertenece a una de las artistas plásticas más reconocidas de Yucatán. La imperfección y la espontaneidad son una característica que pone de manifiesto la despreocupación de la artista por el detalle pero que también pone en evidencia la fuerza y la sensibilidad de su trabajo. La Casa Taller pretende expresar estas mismas características en su fisionomía y en su tratamiento formal.

La casa tiene una expresión absolutamente cerrada al exterior que consiste en una serie de “cajas” que se ensamblan generando una volumetría que juega con la esquina en la que se dispone, y que nunca revela su contenido. El interior se ilumina y ventila a través de patios generando una atmósfera absolutamente fluida y transparente.

La materialidad de la casa incluye dos materiales únicamente, el concreto colado en sitio y muros de piedra de la región. Los volúmenes construidos de concreto contienen el programa, en tanto que los muros fabricados con mampostería o piedra de la región son los que encierran patios que permiten la entrada de luz y de viento al interior de los espacios.


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Palacio de la música https://arquine.com/obra/palacio-de-la-musica/ Sat, 21 Nov 2020 20:16:47 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/palacio-de-la-musica/ Se define como la inserción de un edificio moderno y sensible a su contexto físico de gran valor histórico. Desde su concepción como edificio público, representa una oportunidad para revitalizar y regenerar la zona del centro histórico de Mérida.

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Se define como la inserción de un edificio moderno y sensible a su contexto físico de gran valor histórico. Desde su concepción como edificio público, representa una oportunidad para revitalizar y regenerar la zona del centro histórico de Mérida.

Su valor agregado es haber introducido en su programa plazas y corredores de libre circulación, que se han convertido en una extensión del espacio público de la ciudad. Se propuso hundir el Museo de la Música Popular Mexicana y elevar la sala de conciertos respecto al nivel de la calle, para crear un patio abierto y una terraza techada de escala urbana.

Su implantación en el sitio busca ser al mismo tiempo un catalizador del espacio público y un medio para la puesta en valor del patrimonio arquitectónico circundante. Se pretende fortalecer el sentido de pertenencia de la ciudadanía no solo con el Palacio de la Música Mexicana, sino también con el corazón de la ciudad, al inyectar vida pública al proyecto con una experiencia democrática a favor del ciudadano.


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