Resultados de búsqueda para la etiqueta [Sismo 19 Septiembre ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Wed, 27 Sep 2023 19:20:13 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 La Ciudad [IV]: de sacudidas, pérdidas y caídas https://arquine.com/la-ciudad-iv-de-sacudidas-perdidas-y-caidas/ Tue, 19 Sep 2023 21:24:56 +0000 https://arquine.com/?p=83167 La Ciudad de México ha sufrido grandes catástrofes, pero hay tres caídas importantes producidas por tres grandes sacudidas, las de un sismo, la del 28 de julio de 1957, la del 19 septiembre 1985 y la del 19 de septiembre de  2017 donde un ángel, un multifamiliar y un monumento a la madre han sido los elementos representativos de esas sacudidas.

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“no lo deje caer”  

Raquel Berrios y Luis Del Valle.

Sacudidas y pérdidas a tres caídas que representan por un lado destrucción y por el otro la posibilidad de reconstrucción o, por lo menos, de una sustitución de ese elemento que se desprendió de su altura, que no estaba bien anclado, estructurado o cimentado, y que por el impacto se descompuso en partes, en pedazos, convirtiéndose a veces en piedra y luego escombros. 

La Ciudad de México ha sufrido grandes catástrofes entre inundaciones (la de 1629, conocida como el diluvio o inundación de San Mateo), temblores (sismos y réplicas), explosiones (San Juan Ixhuatepec, 19 y 20 de noviembre de 1984), socavones (el del Paseo de la Reforma, el 31 de agosto de 2017) y otros fenómenos, pero hay tres caídas importantes producidas por tres grandes sacudidas, todas de un sismo: el 28 de julio de 1957, la del 19 septiembre 1985 y la del 19 de septiembre de  2017 donde un ángel, un multifamiliar y un monumento a la madre han sido los elementos representativos de esas sacudidas.

28 de julio de 1957 / 02:40 hrs. / 7.8º de magnitud /  A 90 km. al sureste de Acapulco, Guerrero.

La caída del Ángel de la Independencia, escultura hecha por Enrique Alciati sobre una columna rediseñada por Antonio Rivas Mercado a partir del diseño original de los arquitectos Cluss y Shultz de Washington D. C., e ingeniería a cargo de Guillermo Beltrán y Puga, Gonzalo Garita, Luis Zavaterelli y Manuel Gorozpe.

Con una altura de siete metros y un peso de siete toneladas, el Ángel cayó de su pedestal al pie de la columna, en dirección al lado sur hacia la calle de Florencia. Decapitada, la cabeza de la victoria alada quedó hacia el sur oriente, y sus pies hacia el sur poniente, a un lado de la escultura de la guerra. El resto de la estatua quedó viendo hacia las inscripciones de los caudillos de Mariano Jiménez, Leonardo Bravo y Pedro Moreno (al otro lado, el nombre de los guerrilleros Encarnación Ortiz, Víctor Rosales y José Antonio Torres), y señalando hacia el Condominio Reforma 369 de los arquitectos Mario Pani Darquí y Salvador Ortega (recién inaugurado), casi como una premonición de lo que vendría en 1985.

Cayó mirando hacia abajo. La victoria alada no pudo controlar su vuelo con las alas abiertas; amputada de su brazo derecho –que quedó a un lado de sus pies–, pedazos de su cuerpo, la corona de laurel y la cadena de tres eslabones en la escalinata, oro en huellas y peraltes en todo el basamento, la cabeza bajo la estatua de La Paz del lado contrario de Los Precursores, del lado de Los Consumadores de la Independencia (Pedro Ascencio, José Joaquín Herrera y Miguel Barragán), las estatuas de la  ley y la justicia del lado opuesto a su caída.

La cabeza mutilada, por completo aplastada y suturada en sus heridas, carece de la parte superior, del asiento de la razón, como la llamaba José Chávez Morado (ver “La Ciudad [I]”). En la actualidad, la cabeza sin cuerpo y sin razón se encuentra en el Archivo Histórico de la Ciudad de México “Carlos Sigüenza y Góngora” (casa de los Condes de Heras y Soto), en el número 8 de la calle de República de Chile en el Centro Histórico. Pasaron 47 años desde su inauguración en 1910, por parte de Porfirio Díaz, hasta la caída de este moderno Prometeo, misma que causó tristeza, desconsuelo y preocupación en la población de la Ciudad de México.

Cayó el ángel, la victoria alada, Niké, esta caída representa la perdida parcial de la libertad para la ciudad.

Conjunto Urbano Nonoalcom Tlatelolco, sismo de 1985, foto del Archivo de El Universal, imagen recuperada de https://www.eluniversal.com.mx/articulo/cultura/letras/2015/08/27/palabras-e-imagenes-para-recordar-el-terremoto-del-85/.

19 de septiembre de 1985 / 07:17:47 hrs. / 8.1º de magnitud / En el puerto de Lázaro Cardenas, Michoacán, Océano Pacífico.

La caída de una ciudad entera y la de una ciudad dentro de otra, de uno de los símbolos del movimiento moderno: el Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco —en particular el Edificio Nuevo León—, símbolo del multifamiliar como una forma de vida colectiva con encuentros y fricciones. El edificio Nuevo León contaba con 15 niveles, seccionado en 3 por su longitud —casi diciendo a gritos “juntas constructivas” de 90 metros aproximadamente. Era el edificio de remate que se desplantaba en una diagonal casi paralela al Paseo de Reforma Norte, el preámbulo para encontrarnos con el par vial de las calzadas de Guadalupe y la de Los Misterios, camino a la Basílica de Guadalupe.

Una caída fragmentada, los dos primeros tercios del edificio sobre su costado poniente develaron un fragmento de tres niveles aún entero (la manguetería, con su cancelería, quedó casi intacta), losas desparramadas hacia ese poniente como efecto dominó y columnas quebradas, partidas en dos, arraigándose a la cimentación. El último tercio tuvo que demolerse tiempo después. Este caída devela un corte por fachada de una tragedia, a lo lejos las torres de los edificios Veracruz, Coahuila y Zacatecas; y como testigo en primer plano, el edificio Chiapas, para algunos una suerte de no morir en el Edificio Nuevo León. “De las ruinas saltaban piedras”, decía José Emilio Pacheco en su poema “Las voces de Tlatelolco”.

Como consecuencia de la caída de este edificio, 8 más tuvieron que ser demolidos y otros 4 reducidos en altura, una pérdida calculada casi 180 pisos y 648 metros de altura que la ciudad no ha podido recuperar o negociar como una transferencia de potencial para detonar los nuevos corredores urbanos, como por ejemplo, el que esta inmediatamente al poniente de Tlatelolco: Atlampa “donde tuerce el agua”, o el Eje Central Lázaro Cardenas con Insurgentes Norte. Transferencia entendida como un intercambio de altura, niveles y metros cuadrados para recomponer el espacio urbano del mismo conjunto o rehabilitar ciertos equipamientos en su interior. Los edificios también pueden intercambiar energías. Hoy en el lugar del edificio Nuevo León hay una plaza-parque con un busto de dedicado a Plácido Domingo, además un reloj de sol que marca la hora de este sismo; de manera curiosa, en el punto que inicia esta escultura el suelo está por completo fragmentado. La grieta y la fisura como una capa adicional de la zona arqueológica, de la Iglesia de Santiago Tlatelolco y de la Plaza de la Tres Culturas; una capa más a esa modernidad amputada, fechada entre 1986-2015 por Ernesto Betancourt en Paisajes clandestinos. Ensayos sobre gestión y anti-urbanismo.

El Conjunto Urbano Nonoalco Tlatelolco fue diseñado por los arquitectos Mario Pani Darqui, Luis Ramos Cunningham y Ricardo de Robina, fue la “utopía del México sin vecindades” contra la “erradicación del cinturón de miseria o la herradura de tugurios”, dos puntos de vista completamente diferentes de la ciudad. Una, la del escritor Carlos Monsiváis contra la urbano-arquitectónico de Mario Pani; otra en “23: describir una calle” hacia estos cuestionamientos que vuelvo a reiterar: ¿qué sería de esta ciudad sin su gran eje peatonal de comercio ambulante e intercambio económico desde el Zócalo, pasando por la calle de República de Argentina y su continuidad en la calle de Jesús Carranza?, ¿qué sería de esta ciudad sin la transversalidad que comunica la calle Matamoros con la glorieta del monumento a Cuitláhuac y sus remanentes verdes hasta el conjunto urbano de Tlatelolco?, ¿que sería de esta ciudad sin sus micheladas, gomichelas, chuperías, antojerías o facultades de entretenimiento los fines de semana?, ¿qué sería de esta ciudad sin colonias como Tepito, La Lagunilla, Peralvillo y Morelos?…

Cayó el multifamiliar, la utopía moderna, la gran maqueta fotografiada y construida en la realidad, pero también cayó la visión de una ciudad de uno de los arquitectos hegemónicos del poder, este caída representa la perdida quizá de la idea de la planificación en la ciudad.

Monumento a la madre en el Parque Urbano Monumento a la Madre, sismo de 2017. Fotografía de @arturinovamex, recuperada de https://www.eluniversal.com.mx/metropoli/cdmx/colapsa-monumento-la-madre-en-cdmx-tras-sismo/

 

19 de septiembre de 2017 / 13:40:40 hrs. / 7.1º de magnitud / A 12 km del sureste de Axochiapan, Morelos.

La caída del monumento que da nombre al recién inaugurado Paseo Urbano Monumento a la Madre (PUMM), ajuste en la traza urbana de la ciudad que divide a las colonia Cuauhtémoc (antes la colonia de La Teja Norte) de la colonia San Rafael (esta, la primera colonia de traza moderna en la ciudad, construida entre 1890-1910 y conocida con anterioridad como la unión de tres colonias: la de los Arquitectos, la de La Blanca y la misma de San Rafael). El PUMM fue un proyecto liderado por la extinta Autoridad del Espacio Público (AEP), de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de México (SEDUVI), y diseñado por R-Zero + PAAR, pero que tiene más similitud en su solución a los proyectos desarrollados bajo la mano de Ernesto Betancourt en la AEP. El diseño original de ese espacio público es de José Villagrán García y la escultura es de Luis Ortiz Monasterio, el espacio y la escultura se inauguraron el 10 de mayo de 1949. 

Rafael Alducín Bedoya, periodista y fundador del diario Excélsior, el periódico de la vida nacional, fue el promotor del Día de las Madres que se introdujo en México el 10 de mayo de 1922 con apoyo de José Vasconcelos, Secretario de Educación Pública. Excélsior es el mismo periódico que en 1949 convocó, bajo la dirección de Rodrigo de Llano, al concurso de La Ciudad de México interpretada por sus pintores, en conjunto con la Galería de Arte Mexicano, el Departamento del Distrito Federal (DDF) y el Banco de México, certamen que terminaría ganando Juan O´Gorman con Paisaje de ciudad (representación de una ciudad idealizada y masculinizada) y en la que José Chávez Morado presentó su cuadro La Ciudad, esa urbe madre, “que nos amó antes de conocernos”.

El Monumento a la Madre está compuesto por una trilogía de esculturas: el hombre a la izquierda de la escultura central tiene una pose de escritor (con lápiz y libro incluidos), voltea la cabeza hacia ella, una mujer con una mazorca de maíz (símbolo de la fertilidad) en la mano derecha y en la izquierda el acto de la cosecha. En el eje central de este paseo-jardín está una mujer de vestido largo, la madre con un niño que sostiene con ambos brazos en postura de asiento bajo un rebozo. El hijo levanta la mano derecha en forma de saludo a uno de los espacio urbanos más importantes de la capital (no sólo por estar junto a una de las primeras colonias de la ciudad, sino también por estar en el cruce de Insurgentes y Reforma).

Esta última escultura la de la madre, con un peso de 25 toneladas de cantera, fue la que cayó durante esta sacudida, dejando registros en las losetas gris basaltex del paseo recién inaugurado; pedazos descompuestos y trozos desnudos de un hijo con su madre que cayó en su mismo eje; sus extremidades inferiores casi en la misma posición del trazo central, dejando sólo sus pies en el pedestal del cual se desplantaba, y casi irreconocibles su extremidad superior y su cabeza.

El 13 de febrero de 2019 se efectuó la pieza “Ascención y caída, un sacrifico”, de Alberto Odériz y Alejandro Palafox quienes vaciaron en yeso las piedras que sobraron del monumento caído durante la reconstrucción de la escultura original, mismas que al día de hoy siguen abandonadas a un costado del monumento y aún dan refugio y morada a personas en situación de calle de la zona.

Cayó el regazo, la protección, la seguridad, cayó la madre a los mismos pies de su ciudad, esta caída representa la perdida del paisaje, de la conexión con nuestro entorno natural y urbano en la ciudad.

Por desgracia toda ciudad tiene sus tres sacudidas con sus respectivas caídas, afortunadamente con un límite de tiempo que permite recuperarnos tras las pérdidas (cada uno interpreta y resignifica esas pérdidas en relación con su experiencia del acontecimiento), documentar sus registros y comenzar de nuevo (una reconstrucción), a veces con menor fortuna de lo que teníamos antes. 

A la Ciudad de México, nuestra ciudad madre, “porque su maternidad  también- fue voluntaria”.

sacúdeme, la vida amor”

Francisco Joaquín Huidobro Preciado.

 

Este texto forma parte del proyecto de investigación Ciudad cuerpo y deporte urbano del Sistema Nacional de Creadores de Arte en Arquitectura (diseño arquitectónico). 

 

Notas

1. Un moderno Prometeo como alusión al mito griego de como uno de los titanes creo a la humanidad a partir de arcilla y agua; en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México podría enlistar una serie de modernos Prometeos y otras monstruosidades que nos ven, protegen, guían y cuidan desde lo alto. Además del Ángel de la Independencia, en Paseo de la Reforma, está la Cabeza de Juárez en la avenida Guelatao,  en Iztapalapa; el Guerrero Chimalli, en la avenida Bordo de Xochiaca, en Chimalhuacán; o la Santa Muerte en el templo de San Mateo Cuautepec.

2. La otra pérdida parcial de esa libertad se dio con el cerco perimetral impuesto por el Gobierno de la CDMX tras la manifestación #NoNosCuidanNosViolan, el 16 de agosto de 2019, para denunciar abusos sexuales por parte del cuerpo de policía de esta ciudad que, tras las pintas en monumentos históricos, derivó en temas de conservación y preservación y en movimientos como el de “Restauradoras con Glitter” y acciones como  “Arqueología de una Manifestación”, de Alberto Odériz.

3. De la placa (ubicada bajo la primera) autoría de un grupo feminista que sustituyó al grafiti de “la maternidad será voluntaria o no será”.

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Dos sismos, 32 años de diferencia https://arquine.com/dos-sismos-32-anos-de-diferencia/ Sat, 19 Sep 2020 11:00:34 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/dos-sismos-32-anos-de-diferencia/ Los sismos son uno de los fenómenos naturales más intrigantes y aterradores para los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México. Entre otras lecciones de ambos sismos, se ha aprendido que algunos de los edificios más vulnerables a presentar daños, y los cuales pueden impactar socialmente con mayor fuerza, son los destinados a vivienda.

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Presentado por:

Los sismos son uno de los fenómenos naturales más intrigantes y aterradores para los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México. En el mes de septiembre, muchos de ellos desempolvan sus memorias para conmemorar aquellos dos eventos que marcaron trágicamente la historia de la ciudad y otras partes del país. El primero, ocurrido la mañana del 19 de septiembre de 1985 y el segundo, el mismo día, pero 32 años después. La nostalgia invade a la mayor parte de la población y se realizan actos en memoria de quienes perdieron la vida a causa del derrumbe de edificios. 

Entre otras lecciones de ambos sismos, se ha aprendido que algunos de los edificios más vulnerables a presentar daños, y los cuales pueden impactar socialmente con mayor fuerza, son los destinados a vivienda. Esto se observa en el significativo porcentaje de vivienda dañada, tanto multifamiliar como unifamiliar, que en algunos casos siguen sin poder ser habitados. En el terremoto de 1985 Mw8.1, de los edificios colapsados total o parcialmente, alrededor del 55% correspondía a vivienda. Y para el de 2017 Mw7.1, más del 70%.

En un estudio de sitio, se obtuvieron algunos testimonios de los condóminos de los edificios dañados. Uno de los más sobresalientes mencionó: “Ni en mis peores pesadillas pensé que nos iba a pasar algo así. El sismo del día 7 de septiembre fue muy fuerte y si, se escuchaba un ruido muy raro en el edificio, llamé a Protección Civil y el día 9 vino una cuadrilla a revisarlo, el ingeniero responsable me comentó: el edificio está bien, muy fuerte y no hay de qué preocuparse, aguantó este sismo y aguantará otros más, sin que haya daños. Ese mismo ingeniero después del sismo del 19 me decía: No sé qué pasó, no sé porque el edificio sufrió tanto daño, si lo revisé perfecto y no tuvo nada el día 7″.

Se observa además que la gran mayoría de los edificios de vivienda que sufrieron algún daño, fueron construidos antes de 1985, lo que implica que podrían presentar mayor vulnerabilidad debido a que las estructuras ya han trabajado en diferentes sismos, aunque no hayan presentado daños a simple vista o éstos se clasificaron como daños menores, y ya han estado expuestos a las fuerzas sísmicas, liberado gran cantidad de energía. 

Esto significa que muchas estructuras podrían tener daño acumulado por sismos anteriores, aunado a otros factores que pueden aumentar su vulnerabilidad sísmica en relación con el comportamiento de los sectores constructivos, de la sociedad civil en general y de los propietarios de los inmuebles. Un vecino de un edificio dañado tras el sismo de 2017 comenta respecto al mantenimiento de su vivienda: “Tanto como darle mantenimiento no, es más creo que nadie, ni vecinos ni administradores sabíamos nada sobre la estructura del edificio y mucho menos de la cimentación, nunca hubo nada que nos pusiera en alerta, siempre pensamos que estaba fuerte y bien construido… hasta que sucedió el sismo”

Adicionalmente, se observa que no sólo la magnitud ha sido la diferencia entre estos dos importantes eventos: ambos presentaron características diferentes, considerando además de la magnitud, diferentes tipos de falla, ubicación, contenido de frecuencias, entre otras, por lo que todas estas diferencias pueden influir en el tipo de edificios dañados. 

Se deben revisar algunas generalidades para ambos terremotos con el fin de entender en términos sencillos, que un sismo no lo define únicamente su magnitud: hay muchos otros factores que influyen, por lo que no se puede asegurar que el comportamiento presentado por un edificio será igual para otro evento (importante recordar, además, que no hay edificios infalibles ante el riesgo sísmico). 

El primer evento sísmico que dañó gravemente a la ciudad en términos sociales y económicos aconteció la mañana del 19 de septiembre de 1985 a las 7:19:45, registrando una magnitud de Mw.8.1. Este evento de subducción se produjo en las costas de Guerrero y Michoacán, a casi 300 km de la Ciudad de México. Este mecanismo, presenta contenidos de bajas frecuencias en el suelo de la Ciudad de México —alrededor de 0.5 Hz—, donde por sus diferentes propiedades se produjeron grandes intensidades sísmicas en zonas con periodos de suelo de alrededor de 2 segundos. Como consecuencia de ello, se observó que los mayores daños se registraron en la zona de lago (zona III), así como en edificios de entre 7 y 15 niveles.

Ahondando en los daños al contexto construido en la Ciudad de México derivado de este sismo, la Fundación ICA reportó más de 130 colapsos totales y alrededor de 270 estructuras con daños severos, construidas y diseñadas con la normativa mexicana de 1957 y 1976. Además, se observó que dentro de las características constructivas para estos edificios, se encontraba el uso constante de losas macizas de concreto, usos diferentes al que en el diseño estaban destinados generando sobrecarga para la estructura, irregularidades en su configuración geométrica, localización en esquina, golpeteo con edificios de colindancia, planta baja débil (se refiere al primer piso formado con marcos y sus niveles subsecuentes con sistemas de muros de carga), e incluso se encontraron modificaciones al sistema estructural. Cobran importancia los edificios de esquina debido a que, regularmente generan dos fachadas que miran hacia la calle (muchas veces resueltas a base de marcos), y dos fachadas de colindancia (generalmente resueltas con muros). Esta diferencia de rigideces en los dos tipos de fachada genera torsión en la estructura.  

En 1985 las pérdidas humanas, la población afectada y las pérdidas financieras fueron de  alrededor de 10,000 víctimas, más de 2 millones de personas afectadas y más 4,100 millones de dólares —9,800 millones actualizados a 2019.

La mañana del 19 de septiembre de 2017, muchos habitantes de la Ciudad de México conmemoraron la tragedia de 1985, recordando algunos a familiares que perdieron la vida a causa del terremoto, sin imaginar que unas horas después ocurriría otro sismo catastrófico para la metrópoli. Una condómina de los edificios dañados mencionó respecto a un simulacro realizado en su unidad: ¡Jamás en mi vida pensé que dos horas después viniera el gran sismo que nos dejó sin casa! A las 13:14:40 la Tierra nos recordó que las 5 placas tectónicas bajo el territorio mexicano, están en constante interacción. En ese sismo, que registró una magnitud Mw7.1, el mecanismo generador fue de falla normal de profundidad intermedia, ubicado en los límites entre Morelos y Puebla y sacudió el centro del país, incluida la Ciudad de México, a una distancia aproximada de 120 km del epicentro. Este tipo de mecanismo, al contrario del sismo de 1985, tiene contenidos de altas frecuencias (alrededor de 1 Hz, Jaimes et al., 2015) en periodos más cortos. Entonces para el tipo de suelo de la Ciudad, se generaron grandes intensidades sísmicas en suelos con periodos de entre 0.7 y 1.5 s. Las zonas más dañadas fueron las de transición y lago, afectando principalmente a edificios de entre 4 y 10 niveles.  

Profundizando un poco más en los daños a los inmuebles se observó el colapso, total o parcial, de 38 edificios en la Ciudad de México, de los cuales más del 70% correspondían al sector de vivienda. La mayoría de los edificios que presentaron daños severos contaba con al menos la suma de dos irregularidades arquitectónico-estructurales (planta baja débil, irregularidades en planta y alzado, golpeteo, columna corta y localización en esquina) y además se observó que el sistema de entrepiso era a base de losa maciza de concreto en más del 60% de los edificios (20% más que lo observado respecto al sistema de entrepiso para el sismo de 1985). Adicionalmente, alrededor del 90% de los edificios colapsados fueron construidos antes de 1985, lo que implica que ya habían resistido un sismo devastador y que además no contaban con la actualización a la normativa vigente. 

En términos de pérdidas humanas, población afectada y pérdidas económicas, en el 2017 hubo 369 defunciones —228 corresponden a la Ciudad de México—, alrededor de 2,500,000 personas afectadas y pérdidas por 6,000 millones de dólares —6,200 millones actualizados a 2019. Adicionalmente se observa que, dentro de las pérdidas humanas, más del 40% fueron a causa del colapso de edificios de vivienda. Aunque es importante también mencionar que en algunas viviendas derrumbadas no hubo pérdidas humanas.

Durante los 32 años de diferencia entre ambos sismos, se hicieron actualizaciones importantes al reglamento de construcciones de la Ciudad de México y éstas funcionaron. De acuerdo con la plataforma Mexicanos contra la corrupción y la impunidad, únicamente un edificio construido con la normativa vigente entre esos años colapsó. Sin embargo, no hay que perder de vista que la filosofía del Reglamento de Construcciones de la Ciudad de México es salvaguardar la vida de los habitantes de los edificios, haciendo permisible cierto nivel de daños en las estructuras, siendo inconcebible su colapso. Es de vital importancia no olvidar que gran cantidad de edificios de vivienda que en 1985 aparentemente no habían sufrido daños importantes, para el sismo de 2017 fueron demolidos, o bien requirieron proyectos de rehabilitación importantes debido a la suma de algunos factores ya mencionados previamente y a las diferencias aplicables a cada uno de estos eventos.

Hay que tener presente que la ciencia aún no sabe cuándo ni que características tendrá el próximo sismo en México donde, de acuerdo con el SSN, durante el año 2019 se registraron 26,443 sismos. Un promedio de 72 sismos por día. Siendo así, claramente, una zona con alto riesgo sísmico por naturaleza. 

En esta fecha se conmemora a las víctimas, a la memoria de quienes perdieron la vida en las labores de búsqueda y rescate. Además se recuerda a los héroes de ambos sismos, y que la sociedad respondió a la emergencia desde diversos sectores y los diferentes contextos desfavorables que se conocieron a nivel nacional, en donde un factor constante pudo ser la falta de seguimiento estricto de la norma, y como consecuencia de actos de corrupción y malas prácticas se perdieron miles de vidas humanas. 

Además de conmemorar estas dos fechas, debemos continuar aprendiendo de ambos sismos, estudiando las diferencias, entendiendo que ningún sismo es igual y que no se deben comparar por su magnitud, y cómo es que cada uno golpeó a la ciudad y al entorno construido, para considerarlos así, como posibilidades para invertir esfuerzos constructivos y de normativas, y además acercar a la sociedad civil a esta naturaleza, para que la ciudad cada día sea más resiliente en términos sociales y estructurales, a pesar de localizarse en una zona con alto peligro sísmico. 

Bibliografía:

  1. Centre for Research on the Epidemiology of Disasters. EM-DAT The international disaster database [Internet]. Disponible en: https://public.emdat.be/data 
  2. Comisión Nacional de los Derechos Humanos. CNDH, 2018. http://informe.cndh.org.mx/Default.aspx
  3. Cruz Atienza, Víctor Manuel. Los sismos: una amenaza cotidiana. Ciudad de México: La caja de cerillos ediciones, 2013.
  4. Fundación̤, I. C. A. (1988). Experiencias derivadas de los sismos de sept. tiembre de 1985. Noriega editores. México 
  5. Galvis, F., Miranda, E., Heresi, P., Dávalos, H., & Silos, J. R. (2017). Preliminary statistics of collapsed buildings in Mexico City in the September 19, 2017 Puebla-Morelos Earthquake. John A. Blume Earthquake Engineering Center and Department of Civil and Environmental Engineering Stanford University, http://learningfromearthquakes. org.
  6. Hernández Zarco, Miguel Ángel. Revisión de estructuras dañadas en sismos ocurridos en la Ciudad de México a la luz de nuevos conocimientos. Tesis de maestría, Facultad de Ingeniería, unam, 2017.
  7. inegi. Anuario estadístico y geográfico de la Ciudad de México 2017. http://internet.contenidos.inegi.org.mx/contenidos/Productos/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/nueva_estruc/anuarios_2017/702825094683.pdf [consultada el 23 de febrero de 2020]. 
  8. Instituto de Ingeniería, UNAM, 2017 http://www.iingen.unam.mx/ 
  9. Jaimes Téllez, Miguel Ángel, y Eduardo Reinoso Angulo. “Comparación del comportamiento de edificios en el valle de México ante sismos de subducción y de falla normal”, Revista de Ingeniería Sísmica, 75 (2006): 1-22. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=61807501 [consultada el 23 de febrero de 2020].
  10. Meli Piralla, Roberto. Evaluación de los efectos de los sismos de 1985 en los edificios de la ciudad de México, tres volúmenes y siete anexos. Ciudad de México: Instituto de Ingeniería, unam, 1986. 
  11. Salcido, Iván. El terremoto de 2017. Diecinueve de septiembre negro. México: Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural, Casa de las Campanas Editores, 2018.
  12. Salcido, Iván. “El terremoto de 1985. Treinta años en nuestra memoria. México: Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural, Casa de las Campanas Editores, 2018.

 

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1985, 2017, 2020: la intensidad y la magnitud de un sismo https://arquine.com/1985-2017-2020-la-intensidad-y-la-magnitud-de-un-sismo/ Sat, 27 Jun 2020 13:59:58 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/1985-2017-2020-la-intensidad-y-la-magnitud-de-un-sismo/ La ciencia no sabe aun cuándo ni dónde, pero sí que ocurrirá y, entonces, ¿qué pasará con las viviendas que después del último sismo sufrieron daños menores ante otro que presente intensidades mayores?

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La Madre Tierra nos recordó una vez más a los mexicanos que nuestro país se considera una zona de alto riesgo sísmico por ubicarse en una región conocida como el Cinturón de Fuego, y que en el territorio interactúan cinco placas tectónicas que generan importante actividad sísmica. Concretamente, la Ciudad de México se encuentra dentro en la zona sísmica B, que corresponde a zonas intermedias, donde se registran sismos no tan frecuentemente, se trata de zonas afectadas por altas aceleraciones pero que no sobrepasan el 70% de la aceleración del suelo. Sin embargo, particularmente, la Ciudad de México se trata como región sísmica micro zonificada por tener distintas condiciones de suelo, desde lago hasta roca, lo que ocasiona diferentes amplificaciones de las ondas sísmicas. 

La mañana del 23 de la ciudad de México volvió a ser sacudida por un sismo. Con una magnitud Mw7.5 proveniente de las Costas de Oaxaca, México, a casi 420 km de la ciudad, fue alertado con suficiente tiempo por el  Sistema de Alerta Sísmica Mexicano (SASMEX) e inevitablemente se recordaron aquellos dos importantes terremotos que dañaron fuertemente a la Ciudad de México, el 19 de septiembre 1985 —de magnitud 8.1 y ocurrido a casi 300 km de la ciudad— y, el mismo día 32 años más tarde, con unas horas de diferencia, el sismo de 2017 —magnitud 7.1, a casi 100 km. Éstos dos terremotos demostraron que algunas de las edificaciones más vulnerables fueron los edificios de vivienda colectiva. En la Ciudad de México habita alrededor del 7% de la población total de la República Mexicana, casi 9 millones de habitantes, de los cuales aproximadamente el 30% reside en una vivienda multifamiliar. Aunado a eso, los edificios de vivienda colectiva en la Ciudad de México aumentan su vulnerabilidad si se considera la falta de cultura de prevención ante desastres naturales, el  escaso mantenimiento de los edificios existentes, la modificación a los edificios de vivienda sin adecuada supervisión y permisos, la poca socialización de la información a los habitantes de la ciudad sobre este fenómeno, la nula actuación de protocolos sísmicos, el no cumplimiento estricto del reglamento de construcciones y su vigencia y el uso de suelo en zonas no aptas para vivienda.

Pese a lo anterior, al terminar el movimiento de suelo del pasado 23 de junio se observó que no se produjeron daños importantes en la Ciudad de México a pesar de haber tenido una mayor magnitud con respecto al sismo de 2017. Muchos podrían preguntarse por qué su vivienda resistió un sismo de mayor magnitud y si resistiría de igual manera otro de diferente magnitud. 

Tras el sismo del 19 de septiembre de 1985, el Instituto de Ingeniería de la UNAM publicó el estudio titulado: “Evaluación de los efectos de los sismos de septiembre de 1985 en los edificios de la CDMX”, realizado por el experto en ingeniería estructural y diseño sísmico de las estructuras Roberto Meli Piralla. Incluía un levantamiento de los edificios de la Ciudad de México, con las estadísticas de los daños derivados del sismo y sus causas. Después del terremoto del 19 de septiembre de 2017, bajo la tutoría del doctor en ingeniería Miguel Ángel Jaimes Téllez, durante la estancia de investigación que realicé en el IIUNAM en el periodo comprendido de agosto de 2018 a marzo de 2020, se extrajo de esa publicación una muestra de edificios de vivienda multifamiliar que reportaron después del sismo de 1985 daños menores (este nivel de daño incluye fisuras en la estructura, muros o tabiques y daños locales no significativos en columnas y vigas, es decir, la estructura está clasificada como segura para sus habitantes y alrededores), con la finalidad de conocer cómo se comportaron ante el gran sismo de 2017. La finalidad de esta comparación fue analizar las dudas que se generan y difunden entre la población después de eventos de gran magnitud, como los de 1985, 2017 y éste del 2020, el cual, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional, ha sido uno de los sismos más grandes a nivel internacional dentro del contexto de la actual pandemia. 

Los resultados del estudio mencionado muestran que alrededor del 11% de 300 viviendas multifamiliares analizadas presentaron daños altos y muy altos (estos estados de daño refieren a la resolución del daño vía rehabilitación y reconstrucción respectivamente, ya que la estructura presenta alto riesgo de colapso para los ocupantes y sus colindancias) después de haber estado expuestas a las intensidades sísmicas del 19 de septiembre de 2017. De estos edificios, más de la mitad se encuentran destinados a demolerse. Se revisaron esas viviendas para estudiar qué presentaban en común y se encuentraron varias condiciones. Una de ellas: las diferentes irregularidades arquitectónico-estructurales, consideradas así por pertenecer inicialmente a la concepción del proyecto arquitectónico y su relación con la ingeniería estructural. Estas pueden ser: irregularidad en planta y alzado, columna corta, planta baja débil, localización en esquina y golpeteo. 

Con estos datos, se comprobó que la premisa que muchos habitantes de la ciudad que consideran que si su edificio ya soportó un sismo de cierta magnitud podrá soportar otros, es falsa. La mayoría de los edificios de vivienda dañados durante el evento de 2017 se construyeron antes de 1985, lo que podría implicar que tales viviendas sufrieron daños acumulados por sismos pasados y pueden presentar también asentamientos diferenciales u otros problemas (como falta de mantenimiento, modificaciones no supervisadas, asentamiento regional, agrietamiento del suelo, entre otros), lo que deriva en un aumento de su vulnerabilidad sísmica.

Para entender de forma global el diferente impacto de los tres sismos (1985, 2017 y 2020) en la Ciudad de México, es importante mencionar que la intensidad sísmica es diferente a la magnitud del sismo, y no necesariamente un sismo de mayor magnitud representa una gran intensidad sísmica para la ciudad y un sismo con menor magnitud podría presentar mayor intensidad, lo cual puede derivar en daños más severos. Esto varía debido a las diferentes condiciones tanto del sismo (la ubicación, tipo de falla, magnitud, profundidad) como de la zona donde se evalúa la intensidad (los contenidos de frecuencia y aceleraciones que presenta el suelo, es decir el movimiento que presenta el terreno de acuerdo con el tipo de suelo donde se propaga la onda sísmica) así como la distancia al epicentro. Un sismo presenta múltiples intensidades en diferentes zonas, mientras la magnitud es la estimación designada por el SSN. Por ejemplo, para el evento del 23 de junio se calculó una magnitud de Mw7.5, pero las intensidades registradas en la Ciudad de México fueron menores por los factores ya mencionados, a diferencia del terremoto del 19 de septiembre de 2017, el cual presentó una magnitud de Mw.7.1 pero con aceleraciones del suelo más violentas (intensidad) y por lo tanto repercusión de daño más severo. Por eso los daños son diferentes para todos los sismos y no existe certeza de la forma en la que el próximo golpeará a la ciudad y qué edificios dañará. Desde luego habrá que evaluar qué tan vulnerable puede llegar a ser la vivienda colectiva (objeto de esta reflexión) de acuerdo con los parámetros expuestos. Finalmente, hay que mencionar que el tipo de sismo que se presentó el pasado 23 de junio, de acuerdo con las estadísticas del IIUNAM, es muy recurrente en la ciudad. Hasta ahora se tiene registro de que se ha presentado uno aproximadamente cada 3 años.

Después de estos eventos se exige analizar cuáles son los desaciertos que ha presentado la arquitectura mexicana dentro del contexto de la vivienda multifamiliar, para ofrecer soluciones estructuralmente más seguras para sus habitantes. Además, comprender que el que la Ciudad de México se localice en una zona de alto riesgo sísmico no debe significar que sea vulnerable: la sociedad civil debe estar preparada para enfrentar ese riesgo. Se debe diseñar arquitectónicamente una ciudad resiliente, esto es, que tenga la capacidad de ocupar los edificios, así como de recuperar su funcionalidad en el menor tiempo posible, especialmente cuando estos edificios representan un patrimonio para muchas personas. La responsabilidad debe ser compartida: constructores, propietarios y gobierno, conociendo el contexto en que se construyen esas viviendas, tienen que responder de manera correcta al tipo de suelo que presenta la Ciudad de México. También se requiere un mantenimiento y supervisión constantes de los edificios, aunque no hayan presentado daños mayores, ya que la estructura ha sido sometida a un trabajo ante las fuerzas sísmicas y el daño se va acumulando, imperceptible muchas veces a simple vista. Habrá que observar aquellos edificios de vivienda que se construyeron antes de 1985, ya que ya han liberado una gran cantidad de energía sismo tras sismo, lo que podría derivar en daños delicados más adelante, entendiendo que son más vulnerables porque fueron construidos con otras normativas, en las que aún no se observaban restricciones en cuanto a la configuración geométrica. 

Se debe aprender que el riesgo sísmico es totalmente diferente a la vulnerabilidad sísmica, la cual depende de muchos otros factores, donde la arquitectura puede tomar una postura responsable para salvaguardar las vidas de quienes habitan los edificios, por encima de formas y tendencias. Así como la vivienda se ha modificado a través del entendimiento de algunos procesos sociales, tales como la transformación de las familias contemporáneas o el uso en mayor medida del automóvil, debe cambiar también sus principios a partir del análisis y el conocimiento de este fenómeno natural que sin duda continuará ocurriendo en la Ciudad de México. La ciencia no sabe aun cuándo ni dónde, pero sí que ocurrirá y, entonces, ¿qué pasará con las viviendas que después del último sismo sufrieron daños menores ante otro que presente intensidades mayores? ¿Qué porcentaje de esos edificios sufrirá, con el próximo evento, daños severos o estará destinada a ser demolida?

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Centro de desarrollo comunitario Parque EL Higuerón https://arquine.com/obra/centro-de-desarrollo-comunitario-parque-el-higueron/ Thu, 09 Jan 2020 16:00:50 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/centro-de-desarrollo-comunitario-parque-el-higueron/ Jojutla (Morelos) fue uno de los tantos municipios de la república que se convirtió en un campo de ruinas tras el sismo que sacudió a México el 19 de septiembre 2017. El Centro de desarrollo comunitario Parque EL Higuerón de AGENdA Agencia de Arquitectura | Dellekamp/Schleich es una de las obras de la reconstrucción en este lugar.

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Un terremoto de 7.1 grados en la escala de Richter sacudió Mexico el 19 de Septiembre de 2017, dejando a un país entero en un estado de emergencia con más de 369 víctimas y 150.000 viviendas destruidas en cinco estados (Oaxaca, Morelos, Estado de México y Guerrero).
Jojutla (Morelos) fue uno de los tantos municipios de la república que se convirtió en un campo de ruinas tras el sismo que sacudió a México el 19 de septiembre 2017. En una fracción de segundo, la mayor parte de su infraestructura fue completamente o parcialmente destruida.

Tras una iniciativa iniciada por Infonavit donde se involucró un grupo de arquitectos nacionales, se puso en marcha un plan maestro de restructuración de los principales edificios públicos del municipio. Dellekamp/Schleich, y la oficina Agenda (Colombia) fueron llamados a colaborar sobre dos proyectos: Dos representaciones simbólicas de la fe. Dos templos, uno religioso otro laico. Una iglesia (El Santuario Señor de Tula) y un centro comunitario (el Parque Higuerón).

Jojutla, municipio del estado de Morelos fue uno de los sitios mas afectados por el sismo que sacudió a México el 19 de septiembre 2017, con un registro de más de 1000 viviendas dañadas y la mayoría de su infraestructura pública colapsada.

En Parque el Higuerón gran parte de la edificación original, que albergaba varios espacios comunitarios, como una tortillería comunal y aulas para capacitar a los residentes, quedó colapsada. La gravedad de los daños que sufrió la estructura y la incapacidad de usar estos espacios reveló la importancia de este centro para los residentes de la comunidad.

El proyecto busca sanar un sitio herido y actuar como símbolo de comunidad y solidaridad para una sociedad en reconstrucción. El volumen, posicionado como escuadra en los márgenes internos del predio funciona como contenedor de programa y delimitador de la plaza central.

El sistema constructivo, formado por una retícula de marcos rígidos de concreto permite una libre composición de espacios abiertos y cerrados, configurando las áreas destinadas a talleres, la biblioteca y oficinas municipales. El vacío generado por la plaza protege a los usuarios de las condiciones climáticas y conecta de manera directa la propuesta con su contexto.


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Casa Valentina Ocuilan | Vrtical https://arquine.com/obra/casa-valentina-ocuilan-vrtical/ Thu, 21 Feb 2019 18:58:27 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-valentina-ocuilan-vrtical/ Casa Valentina es un prototipo de vivienda inusual, diseñado para la señora Valentina y su familia, este forma parte de la reconstrucción de Ocuilán tras el terremoto de septiembre del 2017

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Se entregan más casas en Ocuilan. Los terremotos del 2017 fue una gota más que derramó la frágil condición de la vivienda en México, mayoritariamente autoconstruida. Tras los sismos de septiembre y la pasmada reacción de las autoridades hubo muchas iniciativas privadas que espontáneamente se organizaron con distintas capacidades y alcances. Algunas, coordinadas por PienZa Sostenible, se llevaron a cabo en comunidades y municipios de los estados de Morelos y México, con el apoyo de Love Army, quienes recaudaron recursos privados para reconstruir las casas dañadas.

A diferencia de iniciativas institucionales que tomaron medidas sistemáticas (aún cuando cada caso es eso, un caso), PienZa Sostenible lideró un proceso personalizado en el que se identificaron las casas dañadas sin derecho a apoyo gubernamental, se invitó a varios arquitectos, se creó una planta móvil capaz de fabricar más de 2,500 ecobloks de alta resistencia por día y se estableció un proceso en el que los arquitectos conocían a las familias afectadas, desarrollando un proyecto y, tras la aprobación de sus nuevos clientes, se procedió a su construcción a través de una empresa local.

Este es uno de los proyectos construidos, diseñado por el despacho Vrtical.


Nombre del Proyecto: Casa Valentina
Arquitectos: Vrtical | Luis Beltrán del Río y Andrew Sosa – Arelly Blas
Página web: www.vrtical.mx
Cliente: Señora Valentina, Piensa Sostenible, Love Army y Échale a tu Casa
Construcción: Love Army
Mobiliario: Fábrica Astilla
Sistema Constructivo: Muros de carga de tabique estabilizado (Échale a tu Casa), cubierta de lámina Zintro, armadura en base de ángulos de acero y losa de cimentación.
Presupuesto: 8 802.00 USD
Superficie: 84 m2
Fecha: 2019
Ubicación: Ocuilán de Arteaga, Estado de México, México
Fotografía: Vrtical


 

Casa Valentina es un prototipo de vivienda inusual, diseñado para la señora Valentina y su familia, este forma parte de la reconstrucción de Ocuilán tras el terremoto de septiembre del 2017.

Patrocinada por Piensa Sostenible, Love Army y Échale a tu Casa, la empresa resultó inusual debido a que es el primer proyecto de vivienda social que el despacho Vrtical ha podido desarrollar para una familia en particular, y no como una estrategia repetitiva del mismo, escapando del terreno de los prototipos más hacia un trabajo artesanal de atención a un cliente.

 

El proyecto se compone de dos acercamientos conceptuales, el primero consiste en una serie de espacios laterales diseñados para rodear la casa con las plantas de la señora Valentina, este derivó del entusiasmo con el que ella comentó el gusto por adornarse en vida con flores y plantas, y no esperar a estar en un cementerio. Por otra parte, existe un necesario acercamiento técnico, debido al ajustado presupuesto ($170,000.00).

Este consiste en una estrategia de techo escudo, donde, la primera capa es una cubierta de lámina con una inclinación pronunciada, y con alerones, la idea es que este contenga la lluvia y parte del sol, la segunda capa, se propuso únicamente para los dormitorios, y es un plafón de triplay montado sobre barrotes de madera para evitar la entrada de polvo, y mantener la temperatura más estable.

La casa se compone de tres volúmenes cubiertos por el techo escudo, y delimitados por tabiques de tierra estabilizados con cemento, los volúmenes laterales tienen tres dormitorios y un espacio de estar semi-abierto.

El volumen central se compone de un sanitario con biodigestor y un baño con regadera. A su vez, el conjunto de la casa se encuentra acompañado de una pequeña torre de agua, cuya estructura está hecha a partir de polines de madera de pino con un triple machihembrado en las uniones de las esquinas.

 

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Casa Rosales https://arquine.com/obra/casa-rosales/ Sat, 10 Nov 2018 16:00:43 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-rosales/ El proyecto de la Casa Rosales es una respuesta directa a las afectaciones provocadas por el terremoto del 19 de septiembre 2017 que azotó varias regiones de México y que colapsó parte de la vivienda de la familia Rosales en la comunidad de Tlalnepantla Morelos en el centro de México.

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El proyecto de la Casa Rosales es una respuesta directa a las afectaciones provocadas por el terremoto del 19 de septiembre 2017 que azotó varias regiones de México y que colapsó parte de la vivienda de la familia Rosales en la comunidad de Tlalnepantla Morelos en el centro de México.

Se decide desplantar un nuevo edificio en el mismo sitio donde se encontraba el anterior, colapsado por el terremoto, el nuevo edificio integra criterios de diseño y construcción sismo resistente.

Está equipado con instalaciones que optimizan su ocupación y se utilizaron para su construcción materiales y mano de obra locales, además de contar con la participación directa de sus habitantes en los procesos de diseño y producción de los bloques de tierra.

El edificio es un pabellón de adobe que aloja en la misma proporción dos habitaciones, uno que sirve de comedor y otro de cocina.

El piso es un firme de concreto conectado a la cimentación de piedra y para la cubierta se ha dispuesto un entramado de vigas de madera para recibir la teja rescatada del edificio que colapsó con el sismo.

Es un edificio que en la utilización de materiales y mano de obra locales encuentra sus principales virtudes, un edificio local que se inclina hacia lo vernáculo y el aprovechamiento de los recursos disponibles en el lugar.

El proyecto forma parte de la iniciativa de reconstrucción post-terremoto ReconstruirMX vinculada a Pienza Sostenible A.C. a partir de los sismos de septiembre de 2017 que afectaron a varias regiones de México.

 

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Casa Marcos Ocuilan | TAX https://arquine.com/obra/casa-kalach-ocuilan/ Sat, 20 Oct 2018 17:00:22 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-kalach-ocuilan/ La obra reinterpreta valores de la vivienda rural, contemplando la recuperación de elementos vernáculos de materialidad y construcción, integrando costumbres y hábitos de la familia con el diseño espacial de la casa.

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Se entregaron las primeras casas en Ocuilan. Un año después del temblor que azotó el país y dejó a más de doscientas mil familias con sus viviendas afectadas, han sido muchas las iniciativas que han tratado de paliar el daño. El terremoto en realidad fue una gota más que derramó la frágil condición de la vivienda en México, mayoritariamente autoconstruida. Tras los sismos de septiembre pasado y la pasmada reacción de las autoridades hubo muchas iniciativas privadas que espontáneamente se organizaron con distintas capacidades y alcances. Algunas, coordinadas por PienZa Sostenible se llevaron a cabo en comunidades y municipios de los estados de Morelos y México, con el apoyo de Love Army, quienes recaudaron recursos privados para reconstruir las casas dañadas.

A diferencia de iniciativas institucionales que tomaron medidas sistemáticas (aún cuando cada caso es eso, un caso), PienZa Sostenible lideró un proceso personalizado en el que se identificaron las casas dañadas sin derecho a apoyo gubernamental, se invitó a varios arquitectos, se creó una planta móvil capaz de fabricar más de 2,500 ecobloks de alta resistencia por día y se estableció un proceso en el que los arquitectos conocían a las familias afectadas, desarrollando un proyecto y, tras la aprobación de sus nuevos clientes, se procedió a su construcción a través de una empresa local.

Este es uno de los primeros proyectos construidos, diseñado por TAX, el despacho de Alberto Kalach.


Nombre del Proyecto: Casa Marcos
Arquitectos:
TAX
Fecha: 2018
Ubicación: Ocuilan de Arteaga, Estado de México, México
Fotografía: Juan Pablo Astorga (cortesia Pienza Sostenible)


 

La casa de Marcos es la más reciente obra de Alberto Kalach, ubicada en Ocuilan, como parte de la iniciativa PienZa Sostenible. El diseño de esta casa, económica pero de gran valor, mejora el bienestar de la familia así como la convivencia social cotidiana. La obra reinterpreta valores de la vivienda rural, contemplando la recuperación de elementos vernáculos de materialidad y construcción, integrando costumbres y hábitos de la familia con el diseño espacial de la casa.

La casa esta planteada en dos niveles, el primero funge como un basamento macizo en el que se encuentran las áreas intimas, las habitaciones y la sala sanitaria, las cuáles se relacionan directamente con el patio de la vivienda. En el segundo nivel, una gran cubierta construida con una estructura de madera simple, sin muros, en el que se apuesta por una generosidad espacial para albergar las áreas comunes de la vivienda, una cocina-comedor  que articula el espacio de convivencia y que se convierte en una terraza, la cuál actúa como un espacio que se funde con el paisaje desdibujando sutilmente los limites entre el interior y el exterior.

Mediante este gesto la vivienda se camufla con el paisaje local, en la que se identifica en el horizonte por la forma de su cubierta y en la que el patio y los arboles de aguacate del contexto fungen como vestíbulo y parte fundamental de la vivienda.

Con respecto a la materialidad de la vivienda, el nivel inferior se construyó con concreto en su cimentación, pisos de cemento pulido, block de tierra compactada y piedra para muros y madera para la terraza cubierta. Como en las demás viviendas construidas hasta ahora en Ocuilan, el reto ha sido diseñar a partir de las consideraciones mínimas de espacios requeridos, tiempos y costos de obra acotados, apostando por una solución de calidad, replanteando los modos de ocupar el territorio.

 

 

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Casa Marbel Ocuilan l Tatiana Bilbao https://arquine.com/obra/casa-marbel-ocuilan-tatiana-bilbao/ Sat, 22 Sep 2018 03:13:18 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-marbel-ocuilan-tatiana-bilbao/ La casa de Marbel Torres Montiel se encuentra a los pies del Santuario del Calvario, en Ocuilan, Estado de México. Desde su inicio el proyecto requirió de un acercamiento respetuoso hacia el sitio y las necesidades específicas de la familia.

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Ya se entregaron las primeras casas en Ocuilan. Un año después del temblor que azotó el país y dejó a más de doscientas mil familias con sus viviendas afectadas, han sido muchas las iniciativas que han tratado de paliar el daño. El terremoto en realidad fue una gota más que derramó la frágil condición de la vivienda en México, mayoritariamente autoconstruida. Tras los sismos de septiembre pasado y la pasmada reacción de las autoridades hubo muchas iniciativas privadas que espontáneamente se organizaron con distintas capacidades y alcances. Algunas, coordinadas por PienZa Sostenible se llevaron a cabo en comunidades y municipios de los estados de Morelos y México, con el apoyo de Love Army, quienes recaudaron recursos privados para reconstruir las casas dañadas.

A diferencia de iniciativas institucionales que tomaron medidas sistemáticas (aún cuando cada caso es eso, un caso), PienZa Sostenible lideró un proceso personalizado en el que se identificaron las casas dañadas sin derecho a apoyo gubernamental, se invitó a varios arquitectos, se creó una planta móvil capaz de fabricar más de 2,500 ecobloks de alta resistencia por día y se estableció un proceso en el que los arquitectos conocían a las familias afectadas, desarrollando un proyecto y, tras la aprobación de sus nuevos clientes, se procedió a su construcción a través de una empresa local.

Este es uno de los primeros proyectos construidos, diseñado por Tatiana Bilbao Estudio. Junto a los planos y las fotografías de la vivienda presentamos una entrevista con su arquitecta.


Nombre del Proyecto: Casa Marbel
Arquitecta:
Tatiana Bilbao Estudio
Socios: Catia Bilbao, Juan Pablo Benlliure
Líder del proyecto: Soledad Rodríguez Poyo
Equipo de diseño: Percibald García, Patricia Valencia, Isaac Monterrosa, Alba Cortés, Steven Beltrán, Francisco Lozano, Víctor Castañeda, Verónica Nazar, Emerson Carmona
Fecha: 2018
Ubicación: Ocuilan de Arteaga, Estado de México, México
Fotografía: Juan Pablo Astorga (cortesia Pienza Sostenible)  y Tatiana Bilbao Estudio


 

La casa de Marbel Torres Montiel se encuentra a los pies del Santuario del Calvario, en Ocuilan, Estado de México. Desde su inicio el proyecto requirió de un acercamiento respetuoso hacia el sitio y las necesidades específicas de la familia conformada por Marbel, su esposo Ismael y Hanni, la hija de ambos. Durante el proceso de diseño participativo se identificaron dos factores determinantes para el proyecto. El primero fue expresado por Marbel e Ismael, quienes pidieron conservar los árboles existentes dentro del predio; debido a que una de sus principales fuentes de ingreso proviene de la venta de coronas que producen con las flores de los árboles que con el tiempo han ido plantando. El segundo factor lo dictaron las características particulares del emplazamiento, que es delimitado por la colindancia con la escalinata y el atrio del Santuario del Calvario; que a su vez se encuentra a 3 metros de altura sobre el predio del proyecto.

Ambos factores determinaron la morfología del proyecto que a nivel programático se atomizó en tres volúmenes (cocina, baño y habitaciones), respondiendo en superficie y proporción a las áreas libres de vegetación. Mientras que la altura máxima y de desplante fue dictada por el atrio del Santuario. Dejando de lado las limitantes que éstos factores ejercían sobre el proyecto, se decidió convertirlos en los protagonistas de las experiencias fenomenológicas de la casa.

Por un lado, se optó la apertura de un patio central cobijado por la fronda de un gran árbol de aguacate de seis metros de altura; junto con la apertura de dos patios secundarios en los intersticios provocados por los tres volúmenes y su relación con el atrio. Uno de los patios secundarios fue pensado para dar espacio a la creación de las coronas florales, conteniendo una pileta que almacena agua, una pequeña bodega y el acceso a la principal área verde en donde se encuentran los árboles y arbustos florales. El segundo patio da privacidad al acceso entre el volumen del baño y las habitaciones; que con elementos florales contrastados con el imponente muro de piedra volcánica del atrio, abre la posibilidad de un espacio contemplativo y de reflexión.


Para dar unidad en alzado al proyecto se contempló dar continuidad a las cubiertas inclinadas de los tres volúmenes para formar la silueta de una sola casa. Un tercer factor determinante para el proyecto fue la topografía del predio que era un tanto accidentada en algunas zonas y contenía a la vegetación existente. Para dar solución a esto se contempló la creación de plataformas que contuvieran espacios uniformes y permitieran una estrecha relación entre los volúmenes y los patios.

Se creó una plataforma principal sobre la que se desplanta el volumen de la cocina que se abre francamente hacia el patio central a través de un sistema de puertas corredizas de madera, provocando así la extensión del espacio interior de convivencia que alberga a la cocina típica de la zona llamada “tlecuil” hacia el exterior, donde normalmente se encuentra. De igual manera ésta primera plataforma contiene la mitad del volumen de las habitaciones que en su parte central genera una transición por medio de unos escalones hacia la segunda plataforma.


El cambio de nivel al interior del volumen de las habitaciones beneficia la privacidad entre el área donde duermen los padres y donde duerme su hija; esto apoyado por un mueble-ropero que funge como muro divisorio y refuerza el gesto producido por el cambio de altura. La segunda plataforma contiene a las plazas secundarias y al volumen de baño, que fue dividido en dos cuartos que albergan al w.c. y la regadera respectivamente, junto con un área de lavabo exterior que permite que cada uno sea utilizado independientemente.

Para la materialidad del proyecto se optó por muros sin aplanado levantados con adoblock, bloques de tierra compactada y cemento, con orificios que permiten el colado de castillos reforzados por varillas; sistema provisto por la constructora. En colores terrosos que no compiten de ninguna manera con el muro y las escalinatas de piedra volcánica del atrio Las dalas de desplante y cerramiento, así como las cubiertas se contemplaron en concreto para crear un peso claro al comienzo y fin de los volúmenes, así como para evidenciar la continuidad entre los ejes del proyecto.

En los espacios producidos por los patios y las plataformas se conservaron áreas de tierra libres para dar la oportunidad a la familia a la apropiación de ellos a través de la modificación de los mismos. Ya sea por medio de la plantación de nuevos árboles, la colocación de elementos decorativos como macetas o para el disfrute de su hija Hanni que siempre mostró mucha inquietud por interactuar con las plantas y la naturaleza presente en el atrio del Santuario. Este espacio, que sin duda alguna es por vecindad parte de la casa; a veces funciona como patio de juegos, otras como espacio de introspección y contemplación, otras como espacio para la venta de coronas florales y otras tantas como remate visual para toda la casa.

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Casa en Ocuilan l Rozana Montiel https://arquine.com/obra/casa-en-ocuilan-l-rozana-montiel/ Thu, 20 Sep 2018 14:00:49 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/casa-en-ocuilan-l-rozana-montiel/ Bajo el programa de PienZa Sostenible, el proyecto recupera el patrimonio de una jefa de familia a cargo de sus dos hijos menores y de su abuela, un adulto mayor discapacitado. El diseño, que recupera y reinterpreta elementos vernáculos de materialidad y construcción, genera plusvalía en la casa y el predio, e incrementa la calidad de vida y desarrollo económico de la familia.

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Ya se entregaron las primeras casas en Ocuilan. Un año después del temblor que azotó el país y dejó a más de doscientas mil familias con sus viviendas afectadas, han sido muchas las iniciativas que han tratado de paliar el daño. El terremoto en realidad fue una gota más que derramó la frágil condición de la vivienda en México, mayoritariamente autoconstruida. Tras los sismos de septiembre pasado y la pasmada reacción de las autoridades hubo muchas iniciativas privadas que espontáneamente se organizaron con distintas capacidades y alcances. Algunas, coordinadas por PienZa Sostenible se llevaron a cabo en comunidades y municipios de los estados de Morelos y México, con el apoyo de Love Army, quienes recaudaron recursos privados para reconstruir las casas dañadas.

A diferencia de iniciativas institucionales que tomaron medidas sistemáticas (aún cuando cada caso es eso, un caso), PienZa Sostenible lideró un proceso personalizado en el que se identificaron las casas dañadas sin derecho a apoyo gubernamental, se invitó a varios arquitectos, se creó una planta móvil capaz de fabricar más de 2,500 ecobloks de alta resistencia por día y se estableció un proceso en el que los arquitectos conocían a las familias afectadas, desarrollando un proyecto y, tras la aprobación de sus nuevos clientes, se procedió a su construcción a través de una empresa local.

Este es uno de los primeros proyectos construidos, diseñado por Rozana Montiel Estudio de Arquitectura. Junto a los planos y las fotografías de la vivienda presentamos una entrevista con su arquitecta.


Presentado por:


Arquitectos: Rozana Montiel Estudio de Arquitectura
Colaboradores: Ombeline De Laage, Cristobal Pliego
Ubicación: Ocuilan, Estado de México
Fecha: 2018
Fotografía: Jaime Navarro

En este proyecto, el estudio de Arquitectura de Rozana Montiel reinterpretó la vivienda tradicional rural para la reconstrucción de una pequeña casa de 50 m2 en Ocuilán, Estado de México. La construcción, afectada por el sismo del 19 de septiembre 2017, actualmente padece inundaciones, humedades, ventiscas frías, muros fracturados, y no tiene abasto de agua; por restricciones espaciales, sus habitantes viven en hacinamiento insalubre.

Bajo el programa de PienZa Sostenible, el proyecto recupera el patrimonio de una jefa de familia a cargo de sus dos hijos menores y de su abuela, un adulto mayor discapacitado. El diseño, que recupera y reinterpreta elementos vernáculos de materialidad y construcción, genera plusvalía en la casa y el predio, e incrementa la calidad de vida y desarrollo económico de la familia.

La nueva vivienda proyectada integra las costumbres de usos espaciales de los habitantes de la región con una planta arquitectónica flexible que obedece a las diferentes necesidades espaciales. Se diseñó una cocina externa con planta circular para un fogón de leña; la cocina goza de una ventana a la calle que la tornan también un local comercial.

En la casa-habitación, la espacialidad generada por el techo a dos aguas permitió la creación de un tapanco que habilita un cuarto separado para los hijos, y que además provee de doble altura al comedor, mejorando la calidad espacial de los interiores que junto con la orientación sur de la casa generan confort térmico dentro de la vivienda. Para los techos y escalera se busca emplear polín de madera reciclado a fin de aprovechar al máximo el bajo presupuesto.

Los muros de ecoblock y los techos de madera para la casa permiten un ambiente térmico. El desplante del piso elimina el problema de humedades y encharcamiento. Una rampa de acceso habilita la circulación del miembro familiar discapacitado.

La cocina central no sólo abre un espacio de auto-sustento económico también articula un espacio de convivencia común entre la vivienda nueva y otras dos casas dentro del mismo predio que son propiedad de familia extensiva. El tinaco para almacenamiento de agua, que surte un baño cerrado y abastece una pileta, facilita un recurso cotidiano no-renovable y, por tanto, incrementa la calidad de vida de la familia en su conjunto.

El diseño de esta casa, económico pero de gran eficacia, incrementa exponencialmente el valor de la propiedad original, a la par que mejora el bienestar cotidiano, la convivencia social y las oportunidades económicas de la familia en su totalidad.


Rozana Montiel participará en MEXTRÓPOLI 2019.


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La fibromialgia de la tierra https://arquine.com/la-fibromialgia-de-la-tierra/ Wed, 19 Sep 2018 19:00:00 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-fibromialgia-de-la-tierra/ Los sismos que acontecieron en México un 19 de septiembre de 1985 y 2017, no sólo coinciden en la fecha: la solidaridad, fraternidad y disposición de ayuda entre ciudadanos fue un hecho esperanzador en ambos percances.

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A lo largo de toda la vida, desde que uno tiene la facultad de la memoria hasta que esta se satura, existen dos constantes. La primera: el cambio es una condición invariable. La segunda, la cual ayuda a equilibrar la anterior: aparentemente hay en el fondo, algunas cosas que no están sujetas a cambio, obstinadas ante cualquier alteración. Al decir que la única constante es el cambio, no deja de ser este una constante. 

Al ser imposible vivir sin estabilidad, hemos inventado artificios con los cuales medir los cambios o por lo menos atribuirles algún sentido. La ciencia es el más reciente esfuerzo de esto. ¿Qué es la ciencia sino una imposición de sentido al albur que es la vida? Con ella se ha logrado medir los cambios, señalar sus causas para predecirlos. A pesar de todos los avances de la ciencia y la técnica, uno de los fenómenos que escapa su aprehensión son los temblores, impredecibles y azarosos en frecuencia, ubicación e intensidad.  

Es por esta razón que cuando el piso —lo  único que suponemos como realmente solido— se mueve, entramos en cuenta de que no hay constantes invariables sobre las cuales montar una existencia estable. Cuando acontece un temblor se hace evidente el hecho de que la base sobre la cual construimos toda arquitectura posible, es igual de contingente que el mismo devenir. No existe garantía de que – en caso de sismo – el suelo donde construyamos un hogar sea lo suficientemente firme para mantener nuestra casa en pie.  

Otro fenómeno (de naturaleza distinta) comparte con los temblores la condición de estar más allá del umbral de cosas que predice la ciencia. Hablamos pues de la fibromialgia. Es una enfermedad que presenta el síntoma de un dolor persistente pero cuya causa es indetectable, pues no se muestran alteraciones en el cuerpo con estudio alguno. Aun con pruebas del aparato de medición más agudo, ninguna anomalía dentro del cuerpo del paciente es detectable, mientras este sufre.  

Así como la fibromialgia, los temblores —al ser impredecibles— causan profundo desconcierto al no poder ser completamente dominados por nuestra comprensión; por el aparente orden que le forzamos al azar constante. Otra característica que comparten tanto los temblores así como la fibromialgia es que provocan dolor. Recordamos con pesar en estas fechas, los sismos que acontecieron en México un 19 de septiembre de 1985 y 2017. Sus victimas fuimos todos los que los sentimos, pues perturba al espíritu sentir como se mueve lo único que uno creía estable en el mundo: el mundo mismo. Y aunado a esto, algunos perdieron su casa o algún ser querido.   

A pesar del incesante cambio que nos acompaña en la vida, se pueden vislumbrar en el horizonte patrones que indican un orden arbitrario. Uno es la coincidencia de que ambos sismos ocurrieran en la misma fecha; otro, el hecho de que la solidaridad, fraternidad y disposición de ayuda entre ciudadanos fue esperanzador en ambos percances. Aunque se mueva, siempre hay piso, es decir, siempre existe la posibilidad de tener un lugar en donde poder levantar una casa.

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