Resultados de búsqueda para la etiqueta [Ricardo Legorreta ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 06 Jun 2025 18:09:18 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Diálogos sobre arquitectura y diseño https://arquine.com/product/dialogos-sobre-arquitectura-y-diseno/ Tue, 23 Jul 2024 19:47:46 +0000 https://arquine.com/?post_type=product&p=91940 Título Diálogos sobre arquitectura y diseño
Entrevistas Carlos Mijares Bracho, Teodoro González de León, Ricardo Legorreta, Fernando González Gortázar, Aurelio Nuño, Felipe Leal, Alberto Kalach, Emiliano Godoy, Margarita Flores, Cecilia León de la Barra, Ariel Rojo, César Guerrero, Loreta Castro, Gabriela Carrillo, Javier Sánchez
Edición Federico Campos
14×21 cm / 216 páginas
Encuadernación de tapa blanda Español
ISBN 978-607-8880-31-7

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Este libro es un compendio de entrevistas con arquitectos y diseñadores de la escena mexicana, realizadas a lo largo de 20 años. La extensión de los momentos en que se llevaron a cabo permitió conversaciones profundas sobre su pensamiento, influencias, obras y colaboradores. Son, sobre todo, un reflejo de diversos momentos de la vida arquitectónica y del diseño en el país.

Un primer grupo de entrevistas se enfocó en maestros de arquitectura de la segunda mitad del siglo XX, cuyo legado ya estaba consolidado. Un segundo grupo está conformado por alumnos de estos maestros, no necesariamente dentro del aula, sino por su ideología, práctica y posturas, quienes con el paso del tiempo se convirtieron en los nuevos maestros.

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Legorreta en Monterrey https://arquine.com/legorreta-en-monterrey/ Mon, 18 Apr 2022 06:00:11 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/legorreta-en-monterrey/ En 1982 Ricardo Legorreta construyó su primera obra en la ciudad de Monterrey: un Centro Financiero para Banamex. Después siguieron edificios de oficinas, un hospital, la Biblioteca Magna de la Universidad Autónoma de Nuevo León, un hotel Camino Real y hasta una casa para el norte del TEC. Pero quizá el más emblemático haya sido el edificio para el Museo de Arte Contemporáneo, MARCO, inaugurado en 1991.

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El 28 de junio de 1991 fue inaugurado el museo Museo de Arte Contemporáneo, MARCO, en Monterrey. Desde entonces, se convirtió en un parteaguas para la arquitectura de la ciudad, ya que logró reivindicar y visibilizar los principios que habían caracterizado a la arquitectura vernácula regional en una obra contemporánea. A partir del MARCO, aquella arquitectura —que a muchos les avergonzaba— tomó presencia en una ciudad que la quería olvidar.

 

Con motivo de la visita de Víctor Legorreta a Monterrey —para la inauguración de una casa del TEC diseñada por su firma—, recorrimos el camino de su despacho por la ciudad y buscamos analizar cómo sus edificios han impactado en ella. La firma Legorreta y en especial su fundador, Ricardo Legorreta, tiene una relación intensa e interesante con Monterrey, específicamente desde los años ochenta del siglo pasado. Su primer proyecto fue un Centro Financiero Banamex, en 1982. Un edificio muy adecuado a la escala de la calzada del Valle. Víctor Legorreta —que visitó la obra siendo adolescente y acompañando a su papá— recuerda que fue la época en que Banamex empezó a abrir centros de atención muy personalizada, lo que debía reflejarse en su arquitectura. La fachada estaba inspirada en una tarjeta perforada para computadora —tecnología que pocos años después quedaría en desuso. Al entrar se descubre la relación del interior con la luz y el color que inundan los patios. Esto ocurría en un Monterrey con una influencia muy fuerte del sur de Estados Unidos. Que alguien llegara a hacer un edificio con aplanados y muros perforados por pequeñas ventanas era algo innovador.

Sin embargo, lo que marcó la diferencia fue el MARCO. Éste edificio se logró gracias a una circunstancia muy interesante en la ciudad que, en ese entonces, era un centro industrial muy fuerte con una parte cultural aún no reconocida. Se juntaron todos los empresarios bajo el liderazgo de Diego Sada y, sabiendo que no se tenía un gran interés por la cultura, decidieron hacer un museo que fuera de los mejores de México. Se convirtió en un hito de la relación de Monterrey con Ricardo Legorreta, ya que el edificio fue muy bien recibido y, además de servir como museo, se volvió el centro de reuniones de toda la sociedad de la Ciudad.

En ese tiempo, varios arquitectos locales buscaban la forma de rescatar la tradición constructiva norestense, entre ellos Adán Lozano y José Ángel Camargo. Lo hacían con cierto éxito. Pero el cambio se dio con el MARCO, una obra de gran envergadura pero contextualizada con lo local. Ubicado en la parte histórica de la ciudad, el proyecto llegó cuando empezaba a pensarse la idea de recuperar lo tradicional. El mismo esquema del museo, con su patio central, hace eco de la arquitectura regional. Víctor Legorreta recuerda que existía la intención explícita de mostrar que “no todo es Houston o Dallas”. El despacho de Legorreta quería enfatizar la identidad de la arquitectura mexicana. La exposición inaugural fue México esplendores de treinta siglos. De cierta manera, el museo y su programa de exposiciones sirvieron para reforzar el orgullo del noreste.

 

Cuando se terminó, nuestros profesores se quejaban de la arquitectura tan regional del edificio. Seguiría el  edificio de oficinas para Diego Sada, que con su perfil triangular pretendía establecer un diálogo con las montañas que definen el paisaje de la ciudad. Víctor Legorreta participó ya activamente en este proyecto. Cuenta que el propietario quería hacer sus oficinas con un área de renta y otra para una galería. El terreno triangular les sugirió la idea de hacer algo escultórico, que además viviera lo más posible hacia el interior, con patios y corredores entre que también servían para alojar la gran cantidad de arte de la familia de Diego Sada.

 

Esa primera etapa de Legorreta en Monterrey es muy contextual. El edificio para la Biblioteca Magna de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que se construyó en el parque Niños Héroes, planteó otro cambio en el manejo de los materiales acostumbrados por la firma: el ladrillo en las fachadas. La idea, de nuevo, era hacer un edificio escultórico, que entrara en el parque con sus volúmenes y llegara al lago. Víctor Legorreta explica que el ladrillo y el concreto respondían al pasado industrial de la ciudad, y que siendo una institución pública se buscó que el edificio requiriera el mínimo mantenimiento. El edificio, además de la biblioteca, contaba con un programa cultural que incluía galerías y auditorios. Los arquitectos buscaron establecer una diferencia material con el MARCO. Con el tabique también se buscaba trabajar con proveedores locales, por la gran tradición de fabricación de este material en la ciudad.

Estos edificios configuran la primera etapa del despacho de Ricardo Legorreta en Monterrey, realizados en un momento en que esa ciudad pasaba de una economía netamente industrial a otra de servicios, educación, salud y finanzas, Para Víctor Legorreta, la manera de invertir en los edificios para el banco, el museo y la biblioteca, tuvo que ver con esa sociedad intentando migrar hacia un entendimiento más amplio de la cultura. Antes de ese cambio, un visitante foráneo a Monterrey no pensaba más que en fábricas.

 

El Tecnológico de Monterrey jugó papel importante en dicho cambio. A principios de este siglo, todas las escuelas de graduados del TEC fueron diseñadas por Legorreta Arquitectos, en un conjunto que, de alguna manera, abrió el siglo XXI en la ciudad. La relación con el TEC nació después de que diseñaron unas residencias en la Unversidad de Stanford y se dieron cuenta que el edificio se llamaba CEMEX: lo había donado Lorenzo Zambrano. Fue éste quien pidió a Legorreta una propuesta para el EGADE del TEC. A la pregunta de cómo hacer un edificio del TEC fuera del Campus del TEC, la respuesta fue el esquema de caracol. El ITESM quería un edificio que resultara simbólico en una zona de la ciudad que apenas iniciaba su crecimiento: Valle Oriente.

 

Después vendría el edificio del Hotel Camino Real. En una zona complicada para los peatones, el hotel se ha convertido en una especie de remanso dentro de la terrible vida urbana de la zona de Valle Oriente. Frente a los distintos tipos de arquitectura de esa zona, la cadena hotelera tenía mucho interés en poner, en todos sentidos, su marca en Monterrey. La premisa era hacer un edificio que “se viera Camino Real”, en vertical, cuando en la Ciudad de México se identifica con el edificio, horizontal, en la calle de Mariano Escobedo. Para lograr esa imagen, utilizaron elementos —como el plafón y la fuente de la entrada— que ya identifican tanto a la marca hotelera como al despacho de arquitectos.

 

El Hospital Zambrano Helion es un edificio de gran tamaño. Aquí el reto fue que la firma nunca había trabajado un programa de hospital. Aliados con un despacho de especialistas en esa tipología de los Estados Unidos, buscaron que el edificio no fuera “frío”, sino que tuviera un ambiente acogedor, que ayudara a la recuperación del paciente. Que haya quien lo vea más como un hotel que como un hospital es, para Victor Legorreta, un logro.

En 1993, la oficina de Ricardo Legorreta diseñó una casa para el conocido sorteo del TEC. Se decía que era la casa que menos boletos había vendido. Quizá porque en aquél momento la arquitectura residencial de Monterrey seguía los modelos de la arquitectura comercial de Houston, Dallas o San Antonio. Para Victor Legorreta —que recién terminó el proyecto de otra casa para el mismo sorteo—, hay una labor educativa y hasta experimental en ese programa que encarga a autores reconocidos el diseño de las casas que se sortean, permitiendo que el público conozca distintas soluciones formales a un mismo problema y aprecie las bondades del diseño.

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Legorreta en las rejas de Chapultepec https://arquine.com/legorreta-en-las-rejas-de-chapultepec/ Tue, 25 Jan 2022 19:06:48 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/legorreta-en-las-rejas-de-chapultepec/ La Galería Abierta del Bosque de Chapultepec expone Legorreta, una muestra fotográfica que recoge más de cinco décadas de trabajo del despacho que dirigió Ricardo Legorreta (1931-2011), si bien las 124 imágenes no siempre muestran la más emblemática obra del prestigiado arquitecto.

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La Galería Abierta del Bosque de Chapultepec expone Legorreta, una muestra fotográfica que recoge más de cinco décadas del despacho LEGORRETA®. Inaugurada este 23 de enero por el décimo aniversario luctuoso de Ricardo Legorreta (1931-2011), la exhibiciónse encuentra en una zona que tiene relación con la arquitectura diseñada por la firma. El fundador del despacho fue el encargado de la remodelación del zoológico del bosque, mientras que la Torre BBVA, proyecto de 2016 hecho en colaboración con Rogers StirkHarbours + Partners, se volvió la puerta de entrada al Bosque de Chapultepec. Este edificio corporativo planteó una plaza pública que se añade a uno de los contextos urbanos con mayor movimiento de la zona central de la ciudad. Pero las lecturas que busca proponer la exhibición pretenden ser más amplias. Los 10 años de la muerte de Ricardo Legorreta fueron un punto de partida para que el despacho revisara un abundante cuerpo de obra a través de 124 fotografías que no siempre tienen que ver con la construcción de ciudad (o bien, de la vivienda y del diseño de espacios culturales), y tampoco con los momentos más emblemáticos del despacho.

“De José Villagrán aprendí la paciencia; de Luis Barragán, de Chucho Reyes y de Pedro Coronel, que las emociones también pueden expresarse con los espacios”. Esta declaración, recordada por Vanessa Bohórquez, Secretaria de Cultura de la Ciudad de México y quien estuvo presente en el acto inaugural de la exposición, da algunas pautas para valorar el trabajo de este arquitecto. Si bien, su obra ha sido construida en Estados Unidos, Qatar, Brasil, El Salvador, Japón, entre otros países, Ricardo Legorreta, a decir de Miquel Adrià, rescató “tipologías y elementos coloniales y populares, como los patios y los arcos, destacando el uso intensivo de los colores en sus edificios. La relación con artistas como Vicente Rojo y Francisco Toledo y con arquitectos como Charles Correa o Aldo Rossi, marcó una trayectoria profesional que siempre tuvo como referentes la arquitectura virreinal y la atemporalidad de las formas primarias de Louis Kahn”.

Tradicional y moderno, la obra de Legorreta unificó la geometría y un cromatismo atrevido para crear objetos escultóricos, una arquitectura escenográfica, como puede verse en el plan maestro del Centro Nacional de las Artes, donde siete edificios de arquitectos renombrados forman un campus ajeno a su contexto pero que, hasta ahora, ha sido un sitio de gran relevancia para la vida cultural del país. De esta obra destaca la Torre de Administración, consistente en dos volúmenes: uno completamente ciego con una sola ventana y el otro, un cilindro rodeado de ventilaciones y ventanas. Gestos similares pueden verse en el Museo de Arte Contemporáneo MARCO, donde un chorro de agua cubre de manera constante al patio central o en el Hotel Camino Real, que recibiría a los visitantes extranjeros de la Olimpiada de 1968, proyecto donde entiende que “el verdadero lujo no está ni en los materiales ni en los detalles, sino en el espacio”. Esta impronta la mantuvo en obras de escala mucho mayor, donde las estrategias escenográficas formaron espacios públicos fotogénicos, como es el Conjunto Juárez.

Sin embargo, el contraste que marca la exposición Legorreta pone en evidencia una evolución de la oficina que privilegia una narrativa de la arquitectura corporativa y privada. Si las primeras obras de Ricardo Legorreta modificaron el lenguaje de la arquitectura moderna mexicana, pasando de una rigidez reticulada a, como apunta Paul Golderberg, los paisajes metafísicos hechos con muros que no revelan sus estructuras, el lujo de los últimos proyectos ya no se encuentra en el espacio sino en el uso de materiales costosos. La Casa Amor por México, Casa del Agua o la Casa Arrayán, son viviendas privadas a un lado de playas y albercas, cuyos programas se centran más en el interiorismo y en aislar a sus habitantes en entornos vacacionales; o bien, edificios de usos mixtos como el Conjunto Terra Esperanza o el Centro Comercial El Dorado, que alberga una sucursal de Chedraui, son algunas de las obras en las cuales se decidió ahondar, mientras se muestra una sola fotografía del CNA, el MARCO y el Hotel Camino Real o, incluso, los ensayos tempranos de vivienda colectiva como el Conjunto Habitacional El Rosario, hecho para el INFONAVIT en 1976. ¿Por qué en el Bosque de Chapultepec, donde la arquitectura y la ciudad se conjuntan de maneras diversas, donde la cultura se vuelve espacio público, tendría interés mirar los interiores de casas privadas? ¿Por qué mostrar espacios comerciales y privados para celebrar la obra de Ricardo Legorreta, quien construyó extraordinarios espacios públicos con su arquitectura escenográfica? Con todo, recordar a Ricardo Legorreta, uno de los arquitectos mexicanos más destacados del siglo XX en el espacio público, acerca al ciudadano las imágenes de una arquitectura con alcances globales.

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Richard Rogers se retira https://arquine.com/richard-rogers-se-retira/ Tue, 01 Sep 2020 16:20:13 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/richard-rogers-se-retira/ El periódico The Guardian publicó hoy que el arquitecto Richard Rogers, de 87 años, anunció que se retira de la oficina que fundó hace 43 años.

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El periódico The Guardian publicó hoy que el arquitecto Richard Rogers, de 87 años, anunció que se retira de la oficina que fundó hace 43 años.

Rogers nació en Florencia, Italia, el 23 de julio de 1933. Sus ancestros, de origen inglés, habían emigrado a Venecia a inicios del siglo XIX. El conocido arquitecto Ernesto Nathan Rogers fue primo de su padre. Su familia regresó a Inglaterra cuando él tenía 6 años. Entre 1954 y 1959 estudió en la Architectural Association de Londres. Es conocido el reporte de la escuela que dice que su “última entrega en 4º año no fue exitosa. Tiene un interés genuino y cierto interés (feeling) por la arquitectura, pero le falta el aparato intelectual para trasladar esos sentimientos en un buen edificio. Su diseños seguirán sufriendo mientras su forma de dibujar sea tan mala, su método de trabajo tan caótico y su juicio crítico tan desarticulado.” Después de la AA, Rogers fue a estudiar a Yale, donde conoció a Norman Foster, quien también era estudiante en esa escuela. Rogers trabajó un tiempo en SOM y luego se asoció con Foster, Su Brumwell —con quien se casaría— y Wendy Cheesman —con quien se casó Foster—, para formar Team 4 en 1963. La firma se disolvió en 1967.

En 1971, a los 38 años, asociado con Renzo Piano, quien entonces tenía 33, ganaron el concurso para lo que sería el Centro Pompidou, que fue inaugurado el 30 de enero de 1977. Ese mismo año fundó su oficina, Richard Rogers Partership, que treinta años después se transformó en Rogers Stirk Harbour + Partners.

Entre muchos otros premios, Rogers recibió el Pritzker en el 2007. De sus proyectos destacan el edificio de la aseguradora Lloyd’s, en Londres, la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, en Madrid, el edificio de juzgados en Burdeos y la torre BBVA, diseñada junto a Ricardo Legorreta, en la Ciudad de México.

 

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A la Celanese https://arquine.com/a-la-cenalese/ Wed, 28 Mar 2018 00:11:37 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/a-la-cenalese/ El edificio Celanese Mexicana, construido en 1968 por Ricardo Legorreta, cumple este 2018 su cincuenta aniversario. Media siglo después, su monumentalidad permanece y constituye su paisaje inmediato. Un edificio que, en palabras de Octavio Paz, es ‘una piedra hecha de tiempo’.

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El edificio Celanese Mexicana, construido en 1968 por Ricardo Legorreta, cumple este 2018 su cincuenta aniversario. Se trata de una construcción que se alzó siete años después de la Avenida Revolución sobre la cual se encuentra, una vialidad que conecta desde Benjamín Franklin hasta el Estadio Olímpico Universitario. Ha pasado medio siglo y, desde entonces, el indudable peso del tiempo ha modificado su entorno, sin embargo, la monumentalidad del edificio permanece y constituye su paisaje inmediato. Un edificio que, en palabras de Octavio Paz, es ‘una piedra hecha de tiempo’.

Volumétricamente, el edificio está constituido por la influencia de los principios de la arquitectura moderna. Su monumentalidad se enaltece al elevarse sobre un talud que recuerda a las raíces prehispánicas, pero ha cambiado la piedra volcánica por la nueva piedra de ese siglo: el concreto. Su planta libre existe, es una rampa inclinada que aún hoy, funciona como un espacio de descanso y vigilancia, y desde donde se aprecia la acelerada ciudad. Estructuralmente, la planta libre antes de sostenerse sobre una serie de pilotes, Legorreta decide inteligentemente concentrar todo su peso sobre una sola columna hueca que funciona como la columna vertebral de circulaciones verticales y que además permite plantas libre y flexibles para oficinas; a su vez, los entrepisos funcionan como una serie de armaduras que transmiten las cargas hacia los tensores, pequeñas líneas verticales que conforman la fachada y dan carácter al edificio. En cuanto a la orientación, esta se resolvió dejando en la zona de los tensores ventanas horizontales y muros de cerramientos, mientras que en las zonas de fachada libre, los ventanales van de piso a techo dejando los entrepisos expuestos.

Sin duda, el Celanese es un caso de estudio interesante, y es que la serie de decisiones tomadas por Ricardo Legorreta sirvieron para hacerlo estéticamente interesante a partir de su propia estructura. Podría decirse que es una construcción que sabe dialogar con los principios modernos, pero también con el sitio y con su momento, encontrando soluciones estructurales que activaron la arquitectura mexicana.

Así, se hizo un edificio a la mexicana, un edificio a la Celanese.

Todas las imágenes: © COLECCIÓN LEGORRETA.

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Arquitectura moderna y arquitectura mexicana https://arquine.com/arquitectura-moderna-y-arquitectura-mexicana/ Thu, 24 Dec 2015 23:42:57 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/arquitectura-moderna-y-arquitectura-mexicana/ “Si vivimos en un mundo en el que las distancias se acortan cada vez más, en donde los medios de comunicación son cada día más fáciles, haciendo que las influencias de otros pueblos y culturas se entremezclen, ello permite que los logros de las ciencias, la tecnología y la industria no sean el patrimonio de una sola nación sino que forman un bine común" —Augusto H. Álvarez, 1967

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“No creo que exista una arquitectura mexicana característica y diferenciada, pero sí creo que hay una arquitectura mexicana que revela lo que somos y cómo vivimos actualmente.” Eso fue lo que respondió Augusto Álvarez en un cuestionario que realizó la revista Arquitectura México en su número 100, publicado en abril de 1968. Augusto Harold ÁlvarezGarcía nació el 24 de diciembre de 1914, en la ciudad de Mérida, Yucatán. Estudió en la Escuela Nacional de Arquitectura, de la Academia de San Carlos. Entre otros, tuvo como compañeros de generación a Alberto T. Arai, Mauricio Gómez Mayorga, Carlos Lazo y Ramón Marcos. Trabajó en las oficinas de Carlos Contreras y Mauricio M. Campos y recibió su título de arquitecto el 24 de enero de 1940. Durante su carrera profesional trabajó asociándose con Enrique Carral, Juan Sordo Madaleno, Hector Meza, Jose Adolfo Wiechers, Ricardo Flores y Jose Luis Creixell. En su etapa de madurez, su arquitectura de líneas puras y modulada con obsesiva precisión, reflejó la clara influencia del Estilo Internacional.

En el número 100 de la revista Arquitectura México se hicieron las mismas preguntas a otros trece arquitectos, además de Álvarez. A la misma pregunta —¿existe una arquitectura mexicana contemporánea característica y diferenciada?— Enrique Carral, que frecuentemente se asoció con Álvarez en distintos proyectos, y autor, entre otros edificios, del desaparecido Conjunto Manacar, respondió: “en la actualidad todos los países y en particular los que están en pleno desarrollo, están tratando de encontrarse a sí mismos para poder manifestarse. La arquitectura moderna en México —agregó— tiene como característica principal esa inquietud: la búsqueda de sus propias raíces.” A la misma pregunta, Juan Sordo Madaleno, también socio ocasional de Álvarez, dijo: “la arquitectura mexicana, podemos asegurarlo, tiene un claro sentido internacional. Sin embargo, dentro de ese sentido internacional se diferencia.” Mario Pani, categórico, empezó diciendo que “la verdadera arquitectura debe ser la imagen indirecta de un pueblo,” para luego afirmar que, en México, “la arquitectura tendrá más color, será más encerrada; como se vive más hacia adentro y existe un menor sentido de la comunidad, que se expresa en las separaciones de nuestras casas y en las bardas que las encierran.” Trece años mayor que Álvarez y maestro de varias generaciones, incluida la del yucateco, José Villagrán dijo que, “queriendo o no, lo que se hace en México, bueno, mediocre o malo, tiene sello propio,” algo así como darle la vuelta a la pregunta definiendo lo mexicano como una condición casi geopolítica. Juan O’Gorman, nacido en 1905, en vez de responder a cada pregunta, entregó a la revista un largo ensayo en el que, entre otras cosas, decía que la arquitectura profesional en México había seguido “los lineamientos trazados originalmente por los grandes arquitectos europeos” y luego la influencia de los Estados Unidos, pero que “la mayoría del pueblo mexicano, es decir la masa popular o la gente del pueblo, no encuentra expresados en esa arquitectura sus anhelos y en gneral siguen considerando a los edificios modernos como «cajas o cajones» sin belleza.” En 1968, O’Gorman pensaba que la arquitectura moderna se había vuelto ya una nueva academia y que cualquier arquitecto, de cualquier escuela, en cualquier parte del país y para cualquier tipo de edificio, proyectaba “siguiendo los recetarios perfectamente conocidos que no son otra cosa más que aplicaciones del paralelepípedo y del paralelogramo como base de toda forma arquitectónica, logrando alcanzar como objetivo estético el total aburrimiento.” Ricardo Legorreta dijo:

Aunque el desarrollo de los sistemas de comunicación y transporte ha modificado el concepto de arquitectura local haciendo dudar a algunos arquitectos de sus posibilidades y conveniencias, creo que pocos países han tenido circunstancias tan favorables para un movimiento arquitectónico nacional como México en los últimos años. Sin embargo, la mayoría de los arquitectos mexiandos no sólo no la fomentamos, alejándonos de los principios morales, cultuales y profesionales básicos para lograrla, sino que vamos cayendo en el absurdo de pretender que “tipismos”, malas copias de arquitecturas pasadas o conceptos superficiales son la base de una arquitectura mexicana.

Tal vez la primera persona del plural que usó Legorreta en su respuesta era sólo una muestra de humildad, siendo el más joven de los entrevistados —en el 68 tenía 37 años— al mismo tiempo que estaba terminando el Hotel Camino Real, un ejemplo de nueva arquitectura moderna mexicana. La respuesta de Luis Barragán también es larga y compleja. ¿Existe una arquitectura mexicana contemporánea y diferenciada? No, dice y agrega: “hay obras que se han hecho en México bien diferenciadas de las que existen en todo el mundo” pero que “no pueden considerarse que forman parte de la arquitectura mexicana creando un estilo.” Barragán menciona como un caso de arquitectura que se distingue como mexicana pero, al mismo tiempo, resulta una creación genial y asilada, a la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria, de Juan O’Gorman. El segundo arquitecto mexicano en apropiarse de los muros de color —el primero sería el mismo O’Gorman, en las casas de Diego y Frida, por ejemplo— parece ponerle algunos peros a los muros de colores: a los murales de la integración plástica. Según Barragán “no puede lograrse la integración plástica sin religiosidad, de hecho sin un tema religioso.” Y si desconfía del mural también lo hace de su contraparte moderna: el ventanal, que genera espacios inhabitables, aunque entiende que no se trata sólo de un problema de transparencia literal, para usar el término de Collin Rowe: “la vida privada, dice, esta siendo relevada y ya no es cosa de nuestra época. La intimidad de una recámara no existe más con la televisión y el radio: uno está viviendo el exterior todo el tiempo.”

Un año antes de responder al cuestionario de Arquitectura México Augusto Álvarez había escrito: “si vivimos en un mundo en el que las distancias se acortan cada vez más, en donde los medios de comunicación son cada día más fáciles, haciendo que las influencias de otros pueblos y culturas se entremezclen, ello permite que los logros de las ciencias, la tecnología y la industria no sean el patrimonio de una sola nación sino que forman un bine común.”

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Legorreta sobre Goeritz https://arquine.com/legorreta-sobre-goeritz/ Fri, 05 Apr 2013 00:33:41 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/legorreta-sobre-goeritz/ Cuando conocí a Luis [Barragán], que me impresionó muchísimo, casi como una referencia, también conocía Mathias Goeritz. Me di cuenta que te podía corregir un artista, cambiar radicalmente para bien, y ya después lo fui confirmando.

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Ricardo Legorreta: Cuando conocí a Luis [Barragán], que me impresionó muchísimo, casi como una referencia, también conocí a Mathias Goeritz. Entonces les dije a los dos: ahora tengo esta chamba enorme del Hotel Camino Real, quiero invitarlos a ser parte del equipo que estoy formando.

Miquel Adrià: ¿Qué vino antes, la fuente o la celosía?

Ricardo Legorreta: La fuente. Empezamos a hacer unos ensayos con un ingeniero hidráulico para ver cómo podríamos generar el concepto de la fuente.

Ana Terán: ¿La ola?

Ricardo Legorreta: La ola. Él encontró que la solución era inyectar agua en el fondo de media esfera y también succionarla en el fondo, lo que produce un movimiento rotatorio, no muy ligado técnicamente con una lavadora pero su equivalente. Fue entonces que decidimos: así se va a hacer y para cerrar el patio inventamos el octágono, cerramos con la reja. La historia de la reja es curiosísima.

Ana Terán: ¿La celosía?

Ricardo Legorreta: Sí, Josef Albers me mandó un librito con sus cuadros de colores. Yo los recorté, los pegué en bloques de madera y los tenía en el despacho. Un día estábamos estudiando la plaza, viendo si poníamos un jardín o no, y Mathias Goeritz preguntó: ¿a qué artista podemos traer? Y le enseñé los bloques de madera: Aquí está, ya hecha. Mathias opinó que estaba fea, pero después se la adjudicó.

Miquel Adrià: Era bueno para eso, ¿no?

Ricardo Legorreta: Uf! A mí me tocó el pleito de él y Luis Barragán en pleno.

Miquel Adrià: ¿El de las Torres de Satélite?

Ricardo Legorreta: Los invité a los dos de viaje, a Mathias para buscar artistas y a Luis por argüendero, y nos fuimos a Nueva York, los tres grandotes. Llegamos a Nueva York y Mathias tenía ya organizados cocteles por todos lados y citas con tal o cual persona, y en la galería de tal. Al tercer día, Luis me dijo: Mira, no soy tan pendejo, no hablo inglés, pero me doy cuenta que Mathias ya se adjudicó las torres, así es que yo ya me voy de regreso… En México empezó una lucha pasional y el motivo había sido aquel viaje. Entonces yo les insistía: Por favor, eso ya lo hicieron ustedes hace veinte años, ¿cómo van a romper una amistad como la suya? Se los dije desde un principio: si se quieren adjudicar el Camino Real, adjudíquenselo, en veinte años yo espero estar haciendo otras cosas. Mathias Goeritz era un manipulador impresionante, entonces, estando Calder en México, nos echamos unos tequilas en el despacho los tres, como cinco tequilas, y fuimos a ver el salón del Camino Real donde apenas iban a colar la losa. Estaba lleno de andamios y Calder me dice: El presupuesto es para hacer esto, tú me dices que querías hacer un espacio en el que pudieras caminar y sin embargo que estuviera vacío, tienes el ejemplo de los polines, yo te voy a hacer algo así… Ahí me di cuenta que te podía corregir un artista, cambiar radicalmente para bien, y ya después lo fui confirmando.

*Tomado del libro Adrià, Miquel y Castillo, Jose, El verdadero lujo está en el espacio (2012), Arquine, PP, 20, 30-32, 72.

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La Casa del agua https://arquine.com/la-casa-del-agua/ Wed, 26 Sep 2012 21:52:40 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-casa-del-agua/ La Casa del Agua construida en 2009 por Legorreta+Legorreta en Seowgip, Corea será demolida el próximo mes de octubre, tres años después de su construcción y casi un año después de la muerte de Ricardo Legorreta (1931-2011).

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La Casa del agua construida por Legorreta+Legorreta en Seowgip, Corea será demolida el próximo mes de octubre, tres años después de su construcción y casi un año después de la muerte de Ricardo Legorreta (1931-2011). En julio pasado, la Embajada de México en Corea dio a conocer la decisión del gobierno de la ciudad para demoler la casa-galería, luego de que la propiedad cambiara de dueño con el fin de construir un nuevo hotel y centro de convenciones.

Diversas asociaciones de artistas y arquitectos coreanos, la Asociación de Mexicanos Residentes en Corea y asociaciones de arquitectos mexicanos (Federación de Colegios de Arquitectos de la República Mexicana, Colegio de Arquitectos del Estado de Jalisco) han llevado a cabo numerosos esfuerzos ante las autoridades de Seogwipo, y del gobierno de la Provincia Especial Autónoma de Jeju para evitar la demolición del inmueble. Empero, las autoridades argumentaron que el edificio se encuentra en una zona de conservación ambiental, que el permiso de construcción del inmueble tiene carácter temporal y que por tanto no existe ninguna restricción legal a su demolición.

Hasta agosto de este año se presentó la muestra Legorreta: Embracing Space en la galería de la casa y hasta el 31 de octubre se muestra la exposición Casa del agua del escultor coreano CHOI IL, en un esfuerzo por proteger el inmueble. La Casa del Agua recibió el premio American Property por Bloomberg y The New York Times en 2010, por considerarla la mejor construcción y diseño de hotel en la isla de Jeju. Éste es uno de los dos proyectos residenciales de Legorreta en Asia.

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Homenaje a Ricardo Legorreta https://arquine.com/homenaje-a-ricardo-legorreta/ Fri, 20 Jan 2012 19:08:37 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/homenaje-a-ricardo-legorreta/ Este jueves se rindió un homenaje póstumo a Ricardo Legorreta (1931-2011) en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

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Este jueves se rindió un homenaje póstumo a Ricardo Legorreta (1931-2011) en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Para recordar al arquitecto mexicano, quien falleció el pasado 30 de diciembre en la Ciudad de México, asistieron familiares, amigos y arquitectos. En el homenaje participaron Consuelo Sáizar, presidenta de Conaculta; Felipe Leal, Secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda; los arquitectos Francisco Serrano, Rafael Tovar y de Teresa, y su hijo Víctor Legorreta. La titular de Conaculta anunció que los restos del arquitecto mexicano descansarán en la Rotonda de las Personas Ilustres.

“Amante de la sencillez, de la elegancia y la funcionalidad, Legorreta desarrolló cada obra con base en su propio ideal, hacer un homenaje a la vida y a la felicidad”, afirmó Consuelo Sáizar.

“Su logro no sólo fue el de un constructor, sino el de un artista, el mismo lo definió al enfatizar que una buena arquitectura es humana, provoca paz, belleza, tranquilidad y felicidad, es la principal clave, lo demás es construcción”, dijo Rafael Tovar y de Teresa.

“Recuerdo cuando comenzó a realizar obras en el extranjero e incluso cuando lo invitaron a dar clases a la  Universidad de California, fue un hombre muy entregado a su trabajo, uno de los pocos arquitectos que logró convocar a numerosos jóvenes en formación como un verdadero maestro”, contó Francisco Serrano entre anécdotas sobre diversos concursos, reuniones, viajes y llamadas telefónicas.

“Fue uno de los constructores del estereotipo de lo mexicano y de su importancia. Trabajó sin descanso para colocar a nuestro país y cultura en la mira del mundo”, suscribió Felipe Leal.

“Su legado en la solución de los espacios museísticos fue también admirable, entregando obras como el Museo Tecnológico de la Innovación, el Museo Marco de Monterrey y Papalote, Museo del Niño, entre otros”, resumió Louise Noelle.

Víctor Legorreta contó otra de las muchas profesiones que pudo haber tenido su padre, como tenista, torero, agente de viajes, organizador de bodas y coleccionista de coches. “Sin duda ya no habrá  Ricardo Legorreta, sin embargo su espíritu sigue vivo en quienes admiramos su obra, trabajamos a su lado, viviendo esta vida como él nos enseñó, con luz, dedicación y amor”, concluyó el arquitecto.

Al final de la ceremonia se presentaron dos videos; en el primero apareció el arquitecto Richard Rogers, con quien planeaba la Torre BBVA, y lo definió como un hombre maravilloso, cálido y uno de los pocos autores capaces de combinar la historia, la tradición y la modernidad. El segundo video-documental resumió la amplia obra del arquitecto, desde el Hotel Camino Real de la Ciudad de México hasta el Edificio de Posgrado Facultad de Economía de la UNAM y la Torre BBVA.

 

Ricardo Legorreta Vilchis

Ciudad de México (7 de mayo de 1931 – 30 de diciembre de 2011)

Formación académica

1948-1952 Licenciatura en Arquitectura, Universidad Nacional Autónoma de México

Formación profesional

1948-1955 Dibujante y Jefe de Proyectos en el despacho de José Villagrán García

1955-1960 Asociado con José Villagrán

1961-1963 Actividad profesional libre

1964-2011 Socio Fundador de Legorreta Arquitectos, actualmente Legorreta + Legorreta

 

Docencia

1959-1962 Profesor de la Escuela Nacional de Arquitectura, UNAM

1962-1964 Jefe en el Grupo Experimental de la UNAM, Ciudad de México

1985-1998 Imparte curso en la Universidad de California, Los Ángeles, EUA, en colaboración con Charles Moore

1969-2011 Conferencista en las más importantes universidades de México, Canadá, España, Guatemala, Argentina, Uruguay, Costa Rica, Chile, Japón, Nicaragua, Inglaterra, Austria, Francia, Israel, Corea, Bulgaria, Italia y en más de 30 universidades de Estados Unidos

 

Reconocimientos

1992 Premio “Arquitecto de las Américas”, Montevideo, Uruguay

1999 Medalla de Oro, Unión Internacional de Arquitectos (UIA)

2000 Medalla de Oro del Instituto Americano de Arquitectos (AIA)

2002 Imposición de la Encomienda de Isabel la Católica del Gobierno Español

2004 Medalla Manuel Tolsá, UNAM, Ciudad de México

2005 Medalla de Oro de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos

2009 Premio Nacional de Arquitectura por la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México, A.C. y la UNAM

2011 Doctorado Honoris Causa UNAM, / Praemium Imperiale, Tokio, Japón

 

Títulos honoríficos

1978 Miembro Honorario del Instituto Americano de Arquitectos (AIA)

1988 Académico de Número de la Academia de Artes México

1990 Académico titular de la Academía Internacional de Arquitectura, Sofía, Bulgaria

1997 Miembro de la Academia de Arquitectura de Francia

1999 Miembro Honorario del Real Instituto de Arquitectura de Canadá (RAIC)

2000 Miembro Honorario del Royal Institute of Bristish Architects (RIBA)

Miembro de consejos, jurados y comités

1983-1993 Miembro del Jurado del Premio Pritzker de Arquitectura

1989 Miembro del Comité Internacional de Jerusalén, Israel

1991 Miembro del Comité de la Junta Directiva de Extranjeros de la Universidad de Harvard

1994 Miembro de la Academia Americana de Arte y Ciencias, Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos

2001 Miembro del Jurado Maestro en el ciclo 2001 del Premio Aga Khan para la Arquitectura, Ginebra, Suiza

2008 Miembro del Jurado Concurso de Diseño Arquitectónico para la Corte Criminal Internacional, Holanda

Obras principales

1968 Hotel Camino Real Ciudad de México

1975 Hotel Camino Real Cancún

1981 Hotel Camino Real Ixtapa

1988 Edificio de Oficinas en Solana y Oficinas de IBM, Dallas, Texas

1991 Museo de Arte Contemporáneo MARCO, Monterrey

1993 Catedral Metropolitana de Managua, Nicaragua

1994 Centro Nacional de las Artes CENART, Ciudad de México

1995 Biblioteca Principal de San Antonio, Texas

1997 Centro Residencial Schwab en la Universidad de Stanford, California

1998 Casa Japón, Zushi, Japón / Corporativo Televisa Santa Fe, Ciudad de México / Laboratorios Chiron Life & Science, Emeryville, California / Museo Tecnológico de la Innovación, San José, California

1999 Casa Reno, Nevada / Centro de Artes Visuales de la Universidad de Santa Fe, Nuevo México2004 Casa Sotogrande, Andalucía / Conjunto Residencial “Parque Europa”, Madrid / Centro Multiplaza, El Salvador

2005 Casa Kona, Hawai / Hacienda Matao, Sao Pablo / Plaza Juárez. Secretaría de Relaciones Exteriores y Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal

2007 Hotel Camino Real Monterrey / Escuela de Ingeniería para Texas A&M, Doha, Qatar

2008 Conjunto Residencial “Playacar”, Quintana Roo / Museo Laberinto de Ciencias y Artes, San Luis Potosí

2009 Escuela de Computación y Negocios para Carnegie Mellon, Doha, Qatar / Centro Estudiantil y Habitaciones para la Universidad Americana de El Cairo / Oficinas Thornburg, Santa Fe / Museo de Ciencia e Historia de Fort Worth, Texas

2010 Casa Los Tecorrales, Valle de Bravo / Departamentos “Casa Margarita”, Guatemala / Edificio de Posgrado Facultad de Economía, UNAM

2011-2012 Centro Médico Zambrano Hellion, Monterrey / Centro Estudiantil-Educational City, Doha, Qatar / Escuela de Diplomacia de la Universidad de Georgetown en Doha, Qatar / Torre Ejecutiva BBVA Bancomer en conjunto con RSHP, Ciudad de México

Foto: Cortesía Yasuhiro Yajima


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Ricardo Legorreta (1931-2011) https://arquine.com/ricardo-legorreta-1931-2011/ Fri, 30 Dec 2011 18:57:06 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/ricardo-legorreta-1931-2011/ Ricardo Legorreta falleció la mañana del 30 de diciembre de 2011 a los 80 años de edad. Fue el primer mexicano en obtener el prestigiado Premium Imperiale 2011 que otorga la Asociación de Arte de Japón, y en septiembre de este mismo año fue reconocido como Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional Autónoma de México.

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El color no es la esencia de mi arquitectura, es una herramienta que uso a mi manera; la esencia de mi obra está en los espacios, son las proporciones, esa es la parte fundamental y más difícil de la arquitectura porque sabes si lo lograste hasta que ves la obra terminada

 

En 1999, el arquitecto Ricardo Legorreta recibió la Medalla de Oro de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA)  y un año después la prestigiosa Medalla de Oro del Instituto Americano de Arquitectos (AIA). Fue el primer mexicano en obtener el prestigiado Premium Imperiale 2011 que otorga la Asociación de Arte de Japón, y en septiembre de este mismo año  fue reconocido como Doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional Autónoma de México. Ricardo Legorreta falleció la mañana del 30 de diciembre de 2011 a los 80 años de edad.

Después de Barragán, Legorreta es el máximo exportador de arquitectura “mexicana”. Con su primera obra en Estados Unidos, en 1985, dio a conocer la arquitectura mexicana contemporánea por medio de aplanados, muros ciegos y color. Legorreta se recibió de arquitecto por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1952 y su obra se ha desarrollado a partir de la comprensión de valores de la arquitectura tradicional mexicana. Después de trabajar con José Villagrán, a principios de los años sesenta, fundó Legorreta Arquitectos.

Logró traducir las influencias de José Villagrán, Mathias Goeritz y, sobre todo, Barragán, en lo que Kenneth Frampton denominó regionalismo crítico, en su caso expresado en el rescate de tipologías y elementos coloniales y populares, que destacan por el uso intensivo del color. Si bien su obra más notable son los hoteles Camino Real de la ciudad de México (1968) y de Ixtapa (1981), su etapa más prolífica se centra en los primeros años noventa: el Museo MARCO en Monterrey (1991), el Museo del Niño en la ciudad de México (1993), la Biblioteca Central de Monterrey (1994), la Biblioteca Central de San Antonio, Texas (1995) y, sobre todo, el Centro Nacional de las Artes (1994) en la ciudad de México, son parte de su titánica producción en un periodo en el que consiguió fundir su escenográfica arquitectura con la grandeur neocapitalista.

El Centro Nacional de las Artes fue el resultado de un concurso restringido para aglutinar en un único campus las distintas escuelas dispersas por la ciudad. El plan maestro de Legorreta fue el ganador, en el que proyectó además dos de los edificios principales. A diferencia de los gloriosos antecedentes de la Ciudad Universitaria y del Instituto Politécnico Nacional, donde se privilegiaban el vacío y las áreas abiertas, en el Centro Nacional de las Artes se apostó por edificios icónicos, encadenando siete obras de autor, entre las que destacan el cilindro y el prisma de la torre de administración, proyectadas por Legorreta.

 

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