Buscó por el término "aura cruz" | Arquine https://arquine.com/ Revista internacional de arquitectura y diseño Wed, 12 Feb 2025 16:56:36 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Aura Cruz Aburto y María José Villa https://arquine.com/autor/aura-cruz-aburto-y-maria-jose-villa/ Wed, 12 Feb 2025 16:56:36 +0000 https://arquine.com/?post_type=autor&p=96699 El cargo Aura Cruz Aburto y María José Villa apareció primero en Arquine.

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rigor e innovación https://arquine.com/revista/rigor-e-innovacion/ Fri, 06 Dec 2024 17:24:17 +0000 https://arquine.com/?post_type=revista&p=95658 Una revista de arquitectura, eventualmente, se lee para conocer la producción más reciente de arquitectos destacados dentro del contexto geográfico, cultural o ideológico de la publicación. Pero sobre todo se lee para entender el trabajo arquitectónico en sí mismo: sus espacios, su construcción y sus materiales, los detalles y el por qué y el cómo […]

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Una revista de arquitectura, eventualmente, se lee para conocer la producción más reciente de arquitectos destacados dentro del contexto geográfico, cultural o ideológico de la publicación. Pero sobre todo se lee para entender el trabajo arquitectónico en sí mismo: sus espacios, su construcción y sus materiales, los detalles y el por qué y el cómo de cada decisión. Proyectar es discriminar; escoger un camino es rechazar otros miles.

Para entender un proyecto o una obra, desde las limitantes dos dimensiones de una revista, debe exponerse de modo comprensible y, claro, no sólo con los dibujos para publicar, que se producen hoy en día en todos los despachos, sino también con los croquis y los detalles constructivos, tanto de la solución final como de opciones previas y descartadas, que ayudan a entender el proceso de concepción y diseño.

Las fotos no sólo deben procurar su calidad compositiva y autónoma, sino que en ellas deben primar la transmisión de información arquitectónica, las luces y sombras que ésta genera, las texturas y colores de sus materiales, tratando de convertir el ojo objetivo de la cámara en el del lector. El fotógrafo es el lazarillo del visitante virtual, que ayudado por los planos, irá paseando y comprendiendo el espacio impreso. Los textos, escritos por los mismos arquitectos, no sólo complementan la descripción objetiva sino que vierten sus intenciones, sus dudas y sus conceptos generadores.

En este número de Arquine publicamos dos casas atendiendo a los criterios de rigor e innovación. Ambas están descritas e ilustradas de manera exhaustiva desde las fotos, los dibujos, croquis y detalles constructivos, así como desde sus textos. En el momento de cierre de esta publicación, las dos obras de concreto, madera y vidrio, ya están listas para ser ocupadas por los respectivos dueños. Los autores, Alberto Kalach y Bernardo Gómez-Pimienta de TEN Arquitectos proponen dos ejemplos paradigmáticos de levedad y transparencia en la reciente producción arquitectónica mexicana: el primero desde las sorprendentes franjas de luz que bañan los planos de concreto; el segundo desde la diáfana inmaterialidad de la caja de vidrio. Ambos integran el elenco internacional de conferencistas presentes en el Congreso Arquitectura y Transparencia organizado por Arquine a Partir del próximo 27 de marzo.

Obras

Alberto Kalach | TEN Arquitectos

Ensayos y conversaciones

Antonio Toca Fernández | Gustavo López Padilla | Manuela Salas | Miquel Adrià | Guadalupe Castillo | Ernesto Betancourt | Carmina Durán | Núria Santiago | Aura Cruz | Leslie Aboumrad | Luis Fernández-Galiano

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Aura Cruz y Lorena Sicilia https://arquine.com/autor/aura-cruz-y-lorena-sicilia/ Thu, 03 Oct 2024 13:20:12 +0000 https://arquine.com/?post_type=autor&p=93139 El cargo Aura Cruz y Lorena Sicilia apareció primero en Arquine.

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Aura Cruz y Gustavo García Camacho https://arquine.com/autor/aura-cruz-y-gustavo-garcia-camacho/ Thu, 29 Jun 2023 17:14:12 +0000 https://arquine.com/?post_type=autor&p=80133 El cargo Aura Cruz y Gustavo García Camacho apareció primero en Arquine.

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La uberización de lo público https://arquine.com/la-uberizacion-de-lo-publico/ Mon, 26 Jun 2023 03:38:30 +0000 https://arquine.com/?p=79996 En su libro "Cappitalismo. La uberización del trabajo", Natalia Radetich explica que el trabajo de plataformas no sólo desdibuja el tiempo de la jornada laboral, sino también el espacio físico en donde se ejerce la explotación y, de ese modo, redefine el el espacio mismo de la ciudad.

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Introducción: tan cerca de Uber y tan lejos de lo convivencial

Por: Aura Cruz

 

Voy al parque mejor diseñado de la ciudad, en una zona sumamente exclusiva de la misma y puedo entrar sin tener que traspasar reja alguna. Correteo por ahí con mi querido amigo canino… ¿Eso es todo lo que define al espacio público? En ese mismo tenor, ¿es acaso el transporte público tan sólo un tema de acceso al transporte colectivo? ¿O qué es lo que se supone público en ello? ¿De qué manera esta concepción de lo público puede ser transferido a la manera en que entendemos el tan manoseado término de espacio público?

La introducción de diversas aplicaciones que ofrecen servicios de transporte privado abre una discusión relacionada con la mercantilización de la ciudad donde parece no dejar ni un mínimo fragmento que escape a la explotación capitalista. La ciudad, en tanto espacio que se vive en el tiempo, queda capturado por diversos dispositivos que hacen incluso del ocio un espacio de extracción de riqueza que se aliena a lxs mismxs ciudadanxs. Al cabo del tiempo, estas fuerzas extractivas acaban modelando no sólo la ciudad en tanto entidad física, sino la manera en que la habitamos, la interpretamos y la reproducimos. En esa dirección, si tomamos conciencia de que la ciudad no es un mero receptáculo material sino también un espacio de relaciones: ¿qué clase de relaciones produce este fenómeno? ¿Dónde queda la dimensión convivencial del espacio público que proponía Iván Ilich como aquella le haría una herramienta social a ser moldeada comunitariamente en torno a un proyecto autónomo y común? 

En torno a esta temática, el filósofo Gustavo Camacho, nos presenta a continuación el trabajo de Natalia Radetich que expone la manera en que el esquema de una famosa aplicación de servicio de transporte individual se convierte en la manera en que se gestiona y precariza el trabajo de manera más generalizada de tal suerte que la ciudad parece subsumirse cada vez de manera más extensiva a las lógicas de la explotación mercantil. Esta lógica mercantil, a su vez, se infiltra al tipo de encuentros e intercambios ciudadanos que se comienzan a reducir a transacciones de conductor y cliente. Lo mismo pasa cuando se mira a un espacio público meramente como de paseo y consumo ¿Qué nos queda entonces de lo público de la ciudad?

 

Sobre “Cappitalismo. La uberización del trabajo” de Natalia Radetich

Por: Gustavo García Camacho

Natalia Radetich, antropóloga y filósofa —actualmente profesora en el departamento de antropología de la UAM Iztapalapa— es una investigadora que ya tiene una larga trayectoria en el estudio de las formas de trabajo contemporáneas y, más precisamente, en la descripción sobre los nuevos procesos de subsunción de la fuerza de trabajo de cara a la reconfiguración (más que crisis) del fordismo, así como la expansión y el impacto de las nuevas tecnologías en el mundo del trabajo. 

En su tesis doctoral Trabajo y sujeción: el dispositivo de poder en las fábricas del lenguaje (premiada por la Academia Mexicana de Ciencias como la mejor tesis doctoral en Ciencias Sociales y Humanidades de 2016), Radetich examina minuciosamente los dispositivos de control y sujeción que subyacen a un call center de la Ciudad de México y, a partir de un sólido trabajo etnográfico, la autora desmenuza prolijamente la manera en la cual las facultades expresivas y comunicativas de los trabajadores se convierten en el elemento propulsor de los nuevos procesos de valorización, así como la forma en que estos nuevos dispositivos de dominación, lejos de sustituir drásticamente la disciplina fordista, reactualizan los viejos esquemas panópticos y disciplinarios al interior de un nuevo modo de acumulación que la autora denomina “taylofordismo flexibilizado”. En ese sentido (y a diferencia de ciertas lecturas lineales, evolutivas y unidireccionales), la doctora en antropología ha enfatizado en su trabajo que la etapa actual del capitalismo posfordista, más que indicar una secuencia lineal de sustitución de paradigmas, adopta la forma de un modelo híbrido que incorpora elementos de las nuevas formas toyotistas y de “acumulación flexible” y, a su vez, reactualiza el lado más oscuro, disciplinario y autoritario del fordismo tradicional. 

El trabajo de Natalia Radetich posee al menos tres virtudes que, a mi juicio, merecen ser destacadas puesto que no son fáciles de encontrar. En primer lugar, la doctora Natalia logra eludir la tentación tanto del teoricismo como del positivismo al momento de articular el quehacer filosófico con una práctica etnográfica situada y fechada, alcanzando, de ese modo, tanto profundidad teórica y filosófica como rigor empírico. En segundo lugar, la autora privilegia una forma de hacer ciencia social particularmente sensible a la singularidad de la experiencia subjetiva y formula sus hipótesis principales a partir de las intuiciones de los trabajadores con los que interactúa; la doctora Radetich, en ese sentido, dista mucho de asumir esa posición del “sociólogo cura” que devela el funcionamiento de las relaciones de poder frente la confusión, ingenuidad y ceguera de los sujetos empíricos. En tercer lugar, el trabajo de Radetich se revindica claramente como parte de la tradición marxista y comunista, pero a su vez muestra que esta tradición crítica inaugurada por Marx es perfectamente actualizable con los principales hallazgos de la filosofía francesa contemporánea (Foucault y Deleuze) y de ningún modo asume ese gesto reaccionario, tan típico de cierto marxismo antiposmoderno, de negar toda forma de cambio histórico y considerar la “posmodernidad” como la causa de todas las traiciones políticas y la fuente de todos los irracionalismos. En definitiva, Radetich muestra –con un sólido conocimiento de la filosofía de Marx, la filosofía de la Escuela de Frankfurt y la analítica del poder de inspiración foucaultiana– que proseguir los análisis acerca de los procesos de subsunción del trabajo y describir las técnicas de managment bajo las nuevas formas de explotación digital no es un gesto ni antimarxista ni posmarxista ni “posmoderno”, sino un movimiento plenamente marxista en la medida que se asume la radical historicidad del capitalismo, así como su capacidad de renovación y reconfiguración.

En ese sentido, en Cappitalismo. La uberización del trabajo, la doctora Radetich procede a desmontar varios de los lugares comunes que suelen girar en torno al tema de capitalismo de plataformas. Desde el discurso de las ciencias sociales y la filosofía política, cuando se habla del capitalismo digital, suelen imperar dos perspectivas, aparentemente opuestas, pero ambas, a mi juicio, equivocadas: por un lado, aquellas lecturas progresistas que ven en el impacto tecnológico la superación definitiva del régimen de la fábrica, el fin del trabajo manufacturero y el fin de la disciplina fordista; por otro, aquellas perspectivas que, desde una lógica dualista y fragmentada, sostienen que las nuevas formas de explotación digital sólo conciernen a una pequeña élite de trabajadores con un altísimo capital cultural y localizada en unas cuantas partes del mundo, pero no tiene relación alguna con la realidad latinoamericana. El libro de Radetich, por el contrario, sostiene que la fase actual del capitalismo digital adopta más bien la forma de un híbrido en donde la tecnología introduce nuevos elementos y, a su vez, logra reeditar los impulsos estructurales propios del capitalismo, así como diseminar la disciplina taylofordista. De ese modo, la autora nos muestra que las formas de trabajo basadas en las plataformas digitales no son de ningún modo una realidad social completamente ajena a nuestro contexto ni algo que sea exclusivo de las clases medias universitarias. Por el contrario, la plataforma Uber es ya una de las compañías con más trabajadores en el mundo (concentra 4 millones de trabajadores a nivel global) y este tipo de empresas encuentran un suelo particularmente fértil en regiones como México y el Sur global: Uber se inserta estratégicamente en aquellas zonas devastadas por el brutal desempleo, el deterioro de los servicios de transporte, la precarización generalizada de la población y una violencia machista a la orden del día. Uber capitaliza la precariedad, la desesperanza y el medio generalizado al presentarse como una opción “segura” de transporte y una forma relativamente fácil y poco burocrática de conseguir empleo. Los hallazgos de la doctora Radetich sobre el funcionamiento de esta empresa en particular y las mutaciones que experimenta el trabajo a través de la mediación digital son notables. A continuación, me gustaría enfatizar al menos seis elementos que de ningún modo agotan el contenido del libro, pero quizá fueron los que más llamaron mi atención:

 

  1. Frente a la imagen apologética del capitalismo de plataformas que suele presentarlo como la punta de lanza del progreso capitalista, la doctora Radetich nos muestra que estas formas de trabajo en realidad nos retrotraen a las condiciones prejurídicas del capitalismo del siglo XIX. Plataformas como Uber operan sin ningún límite jurídico y estatal: no contribuyen fiscalmente en las zonas en donde operan y no conceden ningún derecho laboral ni seguridad social a sus trabajadores. Es más: ni siquiera reconoce la relación laboral, puesto que el conductor es simplemente presentado como un “socio” o un “microemprendedor”. De igual forma, Uber no tiene ninguna responsabilidad jurídica en caso de accidentes, ni con los clientes ni con los trabajadores. 
  2. La explotación del trabajo bajo esta nueva figura histórica del capitalismo adquiere una dimensión total y el capital no se limita a explotar las fuerzas físicas de los trabajadores, sino que expropia las capacidades comunicativas, afectivas, relacionales y expresivas de los trabajadores. Es decir, el trabajo en Uber requiere, por parte de los conductores, un control emocional sumamente complejo que debe mantener una actitud amable frente al cliente todo el tiempo, reprimiendo y denegando el malestar producido por las larguísimas jornadas laborales y las altas comisiones de la empresa. 
  3. Empresas como Uber instauran formas de trabajo flexible que se apropian y neutralizan, en buena medida, las conquistas de los movimientos sociales de la década del sesenta y del setenta. La pulsión antidisciplinaria, antiautoritaria, las demandas de expresividad e inclusión que exigían una vida más allá de la esclavitud impuesta por la cadena de montaje, son apropiadas por estas empresas que se presentan como flexibles, democráticas, horizontales, incluyentes, rizomáticas y sin mando. No obstante, este discurso empresarial sirve más para negar la relación laboral, prescindir de los derechos laborales, explotar el entusiasmo y externalizar las funciones de vigilancia hacia los clientes que para otorgar una genuina libertad a los trabajadores. 
  4. El trabajo precarizado en Uber desdibuja por completo los límites de la jornada laboral. Si bien el capitalismo siempre ha tendido a erosionar progresivamente los tiempos muertos y siempre ha mantenido el anhelo de hacer coincidir el tiempo de trabajo con la vida misma (por ejemplo, a través del trabajo nocturno en las fábricas), esta tendencia adquiere una dimensión total en el capitalismo de plataformas. Como señala elocuentemente la autora, las apps hacen emerger una suerte de tiempo de trabajo total puesto que “[…] para Uber, por ejemplo, se puede decir que el sol nunca se pone, pues mientras en la mitad de las ciudades en la que opera es de noche, en la otra mitad es de día”. 
  5. El trabajo de plataformas no sólo desdibuja el tiempo de la jornada laboral, sino también el espacio físico en donde se ejerce la explotación al momento de trascender por completo la fábrica como lugar hegemónico de extracción de plusvalía (aunque eso, no deja de enfatizarlo la autora, no implica la desaparición de la fábrica ni la disciplina fordista). En el capitalismo de plataformas cualquier tramo de la vida social puede devenir fábrica: con la mediación de un código informático, un coche, una bicicleta, un celular o una casa pueden convertirse en una empresa y ser el punto a partir del cual se extrae la plusvalía. 6) El trabajo en Uber no sólo logra instaurar formas de explotación total, sino también una disciplina y una vigilancia omniabarcante que, incorporada a la propia tecnología, reafirma una suerte de “totalitarismo empresarial”. Como ya decíamos, la empresa traslada las funciones de vigilancia los clientes y la evaluación de éstos es inapelable. Ante calificaciones desfavorables o indisciplinas menores, la plataforma procede simplemente a “desconectar” a los trabajadores. De ese modo, la app ejecuta un despido automático, cancelando el derecho de réplica. 

En suma, el libro y el trabajo de la doctora Natalia Radetich resultan imprescindibles para todos aquellos interesados en comprender las mutaciones actuales del capitalismo, las tendencias generales en el mundo del trabajo y la manera en que el capitalismo de plataformas ya comienza a redefinir el espacio y la ciudad

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Aura Cruz y Gustavo Camacho https://arquine.com/autor/aura-cruz-y-gustavo-camacho/ Mon, 26 Jun 2023 03:21:59 +0000 https://arquine.com/?post_type=autor&p=79995 El cargo Aura Cruz y Gustavo Camacho apareció primero en Arquine.

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Aura Cruz Aburto + Diseño Detonante https://arquine.com/autor/aura-cruz-aburto-diseno-detonante/ Tue, 28 Feb 2023 18:25:14 +0000 https://arquine.com/?post_type=autor&p=75953 El cargo Aura Cruz Aburto + Diseño Detonante apareció primero en Arquine.

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Aura Cruz Aburto https://arquine.com/autor/aura-cruz-aburto/ Thu, 30 Jun 2022 17:51:25 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/autor/aura-cruz-aburto/ Arquitecta y filósofa, maestra en diseño industrial y candidata a doctora en Filosofía de la Ciencia, tiene como uno de sus intereses principales el desarrollo y pensamiento de las prácticas diseñísticas y técnicas de resistencia que procuren la emancipación social, ambiental como mental. En esta misma línea, siempre le motiva dar visibilidad a las opresiones […]

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Arquitecta y filósofa, maestra en diseño industrial y candidata a doctora en Filosofía de la Ciencia, tiene como uno de sus intereses principales el desarrollo y pensamiento de las prácticas diseñísticas y técnicas de resistencia que procuren la emancipación social, ambiental como mental. En esta misma línea, siempre le motiva dar visibilidad a las opresiones con el fin de hacerles frente.

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Arquitectura, sustentabilidad y otras cosas https://arquine.com/arquitectura-sustentabilidad/ Fri, 08 Jun 2018 17:46:36 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/arquitectura-sustentabilidad/ En la práctica de la arquitectura, así como en la enseñanza de ésta, está más que de moda hablar de sustentabilidad. Sin embargo, en la práctica de nuestra disciplina –al menos por parte de sus ejecutores más visibles– la comprensión y el conocimiento que se tiene de ésta suele estar limitada a una dimensión: la medioambiental.

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Por Anahí Ramírez y Aura Cruz

 

La columna de las pequeñeces, es decir, esta columna, a veces se atreve a hablar con gigantes. En este caso, el gran tema se llama sustentabilidad. Proliferan por todos lados cuerpos a los que se les llena la boca del término y se dice que sus trabajos arquitectónicos son sustentables. Pero, a raíz del encuentro con una voz experta que además, posee mirada amplia al respecto, decidimos emprender un análisis crítico y una elaboración más seria al respecto. La Maestra Anahí Ramírez es esa voz y mirada experta y amplia, que en su haber ha colaborado ya por varios años en la gestión y ejecución de proyectos ambientales con agencias internacionales donde este tema es mucho más que un asunto de tecnologías medioambientales. Aquí vamos entonces, a cuatro manos:

¿Qué es y qué no es la sustentabilidad?

En la práctica de la arquitectura, así como en la enseñanza de ésta, está más que de moda hablar de sustentabilidad. Sin embargo, en la práctica de nuestra disciplina –al menos por parte de sus ejecutores más visibles– la comprensión y el conocimiento que se tiene de ésta suele estar limitada a una dimensión: la medioambiental. Por un lado, existe una creencia de raigambre cuasi neopositivista que considera que hacer arquitectura es una labor de competencias técnicas y compositivas, donde muchos de los ejercicios arquitectónicos “sustentables” se enfocan exclusivamente en hacer uso de la técnica y de la tecnología para responder a ciertas necesidades en la edificación o el entorno urbano. Asimismo, suelen plantearse respuestas a las necesidades de los usuarios desde la perspectiva y el contexto cultural de quien las diseña y no de quien las utiliza. Por otra parte, poco se reflexiona que nuestra práctica repercute, junto con la actividad de otras especialidades del diseño, en la creación del medio antropogénico que, a su vez, modela subjetividades e incluso cuerpos físicos como sociales, de tal suerte que la dimensión antropológica y biológica que la arquitectura tiene, y que se relaciona con las distintas esferas que la sustentabilidad conlleva, suelen pasarse de largo.

El quehacer arquitectónico implica, entre otras cosas, proveer de espacios para que las personas realicen sus actividades y se protejan del entorno, del clima, de la seguridad, y coadyuvar a establecer relaciones entre todos. Sin embargo, también debemos tener presente que nuestro trabajo no es tan inocente, pues no solamente se coadyuva a establecer relaciones a secas, sino que la forma misma que el espacio adquiere fomenta algunas relaciones, visibiliza a ciertas subjetividades, mientras que invisibiliza a algunas más, como lo podrían ser otras especies de la naturaleza, así como grupos sociales minoritarios o que viven al margen del poder. Curiosamente, hoy día parece que muchos practicantes de nuestra disciplina creen ciegamente en el poder de la técnica, recordándonos casi invariablemente a aquel “Hombre unidimensional” de Marcuse cuando se leen y escuchan los discursos que omiten otros conceptos, las otras dimensiones que conforman a la sustentabilidad.

Por lo anterior, a partir del encuentro de nuestra disciplina, iniciaremos una discusión alrededor de las implicaciones de nuestro quehacer con la sustentabilidad. Para comenzar, hemos elegido aclarar los conceptos. Vayamos por pasos: ¿qué demonios es la sustentabilidad?

La sustentabilidad es un término integral utilizado hace décadas, que aparece en la escena en 1987 con el famoso Informe Bruntland y, en sí mismo, es un concepto que ha ido transformándose. Su definición ha ido variando con el tiempo, pero, en general, se refiere a la cualidad o al proceso de poder mantenerse por sí mismo sin ayuda exterior y sin agotar los recursos, es decir, la sustentabilidad está asociada con el equilibrio entre el medio ambiente y el uso de los recursos.

Cuando se utilizó por primera vez un término “Desarrollo sustentable” se propuso como una alternativa de crecimiento para los países de manera más justa, segura y próspera, es decir desarrollo; a partir de esta necesidad fue que se plantearon tres grandes ejes o temas, el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección al medio ambiente. Bajo esta premisa de satisfacer las necesidades actuales sin poner en riesgo las necesidades futuras es que se han integrado otros principios al concepto como es la cultura, la igualdad social o la perspectiva de género. Hoy en día existen críticas a esta idea desde la puesta en cuestión del concepto mismo de desarrollo, sin embargo, la idea de sustentabilidad persiste. Ya hablaremos de esto en otra emisión de esta columna.

Pero ¿qué relación tiene la sustentabilidad con la arquitectura? El planeta está sufriendo en gran medida por las actividades antropogénicas, vemos fenómenos tales como el cambio climático, y la arquitectura es una disciplina que influye directamente en nuestra manera de habitar y transformar el medio, el llamado nicho biológico. Por ello, más que una moda, comprender qué es la sustentabilidad, así como e integrarla en nuestra práctica profesional es una necesidad. En consecuencia, iniciaremos una discusión alrededor de sus mutuas implicaciones, pondremos en crisis una serie de prácticas y proyectos que se han abanderado con ella, así como abriremos el espacio para discutir tópicos que usualmente ni siquiera se piensan con relación a ella, como el caso de la perspectiva de género.

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Pequeñas personas, pequeños haceres https://arquine.com/pequenas-personas-pequenos-haceres/ Fri, 23 Feb 2018 17:50:07 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/pequenas-personas-pequenos-haceres/ A raíz del sismo se ha puesto sobre la mesa el tema de la reconstrucción y de la responsabilidad que como arquitectos y diseñadores tenemos con la sociedad. En particular, desde el gremio arquitectónico, la respuesta ha sido vigorosa y, por ello, es justamente necesaria la puesta en cuestión de nuestros procedimientos.

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Por: Diseño Detonante (https://www.facebook.com/DDetonante/) y Aura Cruz

 

A raíz del sismo y, claro, antes, se ha puesto sobre la mesa el tema de la reconstrucción y de la responsabilidad que como arquitectos y diseñadores tenemos con la sociedad. En particular, desde el gremio arquitectónico, la respuesta ha sido vigorosa y, por ello, es justamente necesaria la puesta en cuestión de nuestros procedimientos. Por un lado, y aplaudo el hecho, existe un interés por colaborar en la reconstrucción y, además, por otro, existen iniciativas del mismo Infonavit que buscan que el gremio se inmiscuya en la configuración de territorio en México. Hasta ahí podemos estar entusiasmados, sin embargo la distancia que existe entre el entusiasmo y la capacidad de coproducir mundo y establecer plataformas de diálogo donde la mutua aportación de ideas, y no sólo de mano de obra, así como de comunicación de productos finales –porque producir planos en Autocad será algo difícil de apropiar por las comunidades y, como dice un admirado amigo y maestro mío, referencias hay, por ejemplo, el Manual del arquitecto descalzo para no ir más lejos– es muy grande. Asimismo, producir desde la filantropía no dignifica necesariamente porque está cerca, muy cerca de la caridad, además de que suele mantener como receptor pasivo e ignorante al habitante que estoy convencida que sabe más de su propia vida que cualquier arquitecto, nosotros sabemos otras cosas.

Pero, vaya, recordando que, desde acá, si bien claro que se critica, claro que se desestabiliza, porque sólo así las ideas se fortalecen, también se propone; además, recordando que esta columna es siempre un diálogo con otros que hacen mundo desde perspectivas soterradas, muchas veces invisibles y que –qué bueno– no persiguen el reconocimiento, me entusiasma compartir lo que Diseño Detonante ha desarrollado como metodología para posibilitar plataformas de colaboración desde la dignidad y que, sin duda, podrían ayudarnos como arquitectos a reconstruir desde la horizontalidad –que además ha puesto en acción en Juchitán, Oaxaca, en meses recientes.

Pero antes de pasarles el “micrófono” o, mejor dicho, el teclado, me gustaría destacar algunas cuestiones que se ponen en juego en su pensamiento y por supuesto, en su acción:

Desterritorializar la noción de diseño

El primer elemento fascinante es aquél que ve al diseño como un acto que va más allá de la misma materialidad. Se comprende que se diseñan subjetividades (el diseño nos diseña) y que, al fin y al cabo, la esfera material que constituimos cuando diseñamos, vale más por lo que posibilita que por su contingencia objetual en sí: posibilita experiencia de mundo. En este sentido, Diseño Detonante acuña una noción: no solo es diseño para la resistencia sino para la Reexistencia.

Diseñar, no para construir, sino para desmontar: desaprender como primer paso

Otro componente brutalmente poderoso está en ser capaces de concebir que el diseño en tanto capacidad de constitución de mundos posibles (Mazini Ezio, 2003) también es potencialmente y necesariamente una actividad de desmontaje de lo existente, de reinvención del mundo pero a partir del desmenuzamiento de la concepción preexistente.

Otredades

Por otro lado, Diseño Detonante se constituye, y no solo “toma en cuenta”, con base en las multiciplidades y el reconocimiento de los otros. No se trata de paternalistamente hacer alguna que otra asamblea para pedir la opinión de la gente o, peor aún para que validen un proyecto ya constituido, sino de primero establecer una plataforma de mutuo reconocimiento y respeto… el proyecto solo será posible cuando esta comunidad “inconfesable” (Blanchot, Maurice) esté constituida.

Agencia

Finalmente, y crucial, no basta pensar si es que esta reflexión no se vale de su actuar.

Ahora, sí, Diseño Detonante, toma el teclado.
 


 

DISEÑO DETONANTE

Compartimos tiempo, espacio e historia y más que eso tenemos la posibilidad de compartir presentes, pero lo que reina dentro de la esencia impersonal de este espacio compartido y la cotidianidad en la que estamos inmersos, es el desconocimiento e indiferencia profunda hacia el otro, lo que se transforma en aspectos fértiles para la aparición de imaginarios que, partiendo del impulso, de la distancia a los sujetos nativos de éstos y de la falta de reflexión, se convierten en prejuicios negativos que afectan la interacción necesaria para coexistencias respetuosas. Y es que, desde el inicio del proceso de colonización y colonialidad en Latinoamérica, se hizo paradigma “inamovible” la indiferencia, la sin memoria y el miedo a lo diferente, la exclusión social y económica que ha sido sistemática y que ha estado acompañada y perpetrada por los distintos canales y medios (de comunicación, educación y sistemas de control), que han sido determinantes en la construcción social de estos imaginarios.

Reflejo de lo anterior, y origen de nuestra propuesta, es Bogotá, ciudad latinoamericana que como en su mayoría es tanto reflejo abstracto de un mestizaje profundo, una diversidad latente en todos los lenguajes y manifestaciones de su cotidianidad, como también un exponente de violencia, condición que sentimos (sin ignorar las múltiples otras causas y razones que la generan) es producto de la respuesta histórica del no reconocimiento y omisión o falta de celebración profunda y real de esta diversidad. De lo anterior, surge la problemática a tratar: el desconocimiento y falta de identificación en el otro, que casi en círculo vicioso degeneran en miedo, transformándose en irrespeto y como nefasta consecuencia en violencia, producto de la negación del otro y, por ende, la negación de nosotros mismos. Basándonos en dicha problemática, y pensando en la responsabilidad que tiene la academia con el contexto, decidimos tomar agencia, pasar de la indiferencia y crítica sin acción, o teoría falta de práctica, a propuestas que caminen otras miradas, tanto desde el ámbito personal, como del colectivo, dando aparición al Colectivo Diseño Detonante.

Diseño Detonante busca generar propuestas, desde la inter, trans y adisciplinareidad, que detonen realidades otras en el ámbito social y político, centrados en las interacciones consigo mismo, los otros y lo otro, accionadas en la cotidianidad a través de recursos metodológicos, dialécticos y objetuales que tienen la intención de cambio de manera implícita y que, además, puedan tener una interpretación múltiple, no solo con una utilidad o sentido dado.

Nos movemos tomando al diseño como eje de nuestro hacer, siendo esencial la concepción de que éste, en su ser y su hacer, es una herramienta fundamental para lo que nos va diseñando y determinando como sociedad. Así, decidimos desde ese mismo diseño generar propuestas que puedan diseñando, diseñar otras maneras, otros mundos o como dicen desde la mirada decolonial unas “realidades otras”, entre las cuales se encuentra el Proyecto RE; propuesta en principio realizada a manera de taller, de un círculo contrapuesto al de la violencia y el desconocimiento, partiendo desde un progresivo redescubrimiento, resignificación y reconocimiento de y en el otro, para la transformación de imaginarios. El camino de este proyecto comienza en el año 2014 oscilando entre la iteración práctica y teórica, en distintos contextos latinoamericanos como Bogotá, Cali, San José (Costa Rica) en un evento cultural realizado en el marco del ALAS 2015 y, recientemente, en Ciudad de México y Juchitán (México).

Como parte de este proyecto, y pensando en la continuación de sus caminos y la apertura hacia una mayor diversidad de miradas y contextos, hemos decidido generar diversas herramientas de convocatoria que puedan detonar una curiosidad activa y participativa hacía éste, dentro de las cuales se encuentra la realización del cortometraje “ARMADILLO” donde se explora esta problemática, narrada a partir de elementos cotidianos y simbólicos, transitando por la construcción personal de imaginarios, la construcción e interacción con los otros y las oportunidades detonantes de cuestionamientos y quizá transformaciones hacia todo eso que determina nuestras interacciones, estructuras y maneras de habitar y habitarnos en el mundo. Esta pieza propone transportarnos a la ficción y ser un lente que nos permita ver ciertos invisibles dentro de una cotidianidad decididamente cercana a ésta, sin sentirnos fuera de la realidad que compartimos en el diario transcurrir.

Partiendo de la experiencia práctica y dialéctica del Proyecto RE y del taller que de él surge en particular –y en cuanto a lo teórico, compartiendo y mestizando fuentes diversas que van desde la sociología pasando por el diseño y los diferentes discursos de la decolonialidad– comenzamos a alimentar el proceso narrativo para dar paso a la creación.

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