Argentina archivos | Arquine https://arquine.com/pais_obra/argentina/ Revista internacional de arquitectura y diseño Tue, 27 May 2025 22:35:10 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.3 Siestario: Pabellón de Argentina en la Bienal de Venecia https://arquine.com/obra/siestario-pabellon-de-argentina-en-la-bienal-de-venecia/ Tue, 27 May 2025 22:35:10 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=98428 En el contexto de la 19ª Exposición Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, Argentina presenta Siestario, una instalación que propone algo simple y, al mismo tiempo, radical como el descanso. Diseñado por los arquitectos rosarinos Juan Manuel Pachué y Marco Zampieron, el pabellón argentino convierte el Pabellón de las Naciones en los Giardini en un espacio colectivo para sentarse, recostarse, y quizá soñar.

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En el contexto de la 19ª Exposición Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, Argentina presenta Siestario, una instalación que propone algo tan simple —y, al mismo tiempo, tan radical— como el descanso. Diseñado por los arquitectos rosarinos Juan Manuel Pachué y Marco Zampieron, el pabellón argentino convierte el Pabellón de las Naciones en los Giardini en un espacio colectivo para sentarse, recostarse, y quizá soñar.

Frente a la vorágine de imágenes, ideas, discursos y recorridos que usualmente componen la experiencia de la Bienal, Siestario introduce una interrupción: una invitación a detenerse. En lugar de proponer una respuesta, exhibe una actitud. El pabellón se presenta como un umbral donde el tiempo se dilata, y donde la arquitectura no se muestra, sino que se habita.

El proyecto toma como punto de partida el lema curatorial de Carlo Ratti: Intelligens. Natural. Artificial. Collective, y lo traduce a una forma de inteligencia práctica, nacida del ingenio popular. Así, los arquitectos se inspiran en la lógica de la reutilización que prolifera en el paisaje rural argentino: silobolsas transformadas en techos, piletas improvisadas, sombras móviles. El pabellón prolonga este mismo gesto, reconvirtiendo materiales en dispositivos de hospitalidad.

En lugar de exhibir objetos, Siestario habilita una experiencia. Lo que se exhibe, en última instancia, es una forma de estar juntos. Entre tejidos reciclados, superficies suaves y penumbras amables, la arquitectura actúa como un marco para la pausa compartida. No se trata de una escenografía del descanso, sino de su posibilidad concreta.

En medio del aparato monumental de la Bienal, el pabellón argentino se retira. Cede protagonismo para abrir un intersticio. Su arquitectura no se impone, sino que sugiere. Es un pabellón que no busca sorprender ni explicar, sino simplemente estar allí, disponible para quien necesite un respiro. En ese gesto mínimo —y profundamente político— se inscribe una forma posible de resistencia: la de la pausa como práctica colectiva.

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Impluvium https://arquine.com/obra/impluvium/ Tue, 15 Apr 2025 18:04:06 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=97928 Impluvium, un invernadero a escala doméstica para cultivar hortalizas fuera de temporada y experimentar en la reproducción de plantas bajo temperaturas controladas, que serán luego insertadas en su entorno inmediato. Emplazado en lo que fue un predio productivo de la provincia de Córdoba, Argentina. Un antiguo tanque de agua, hoy es pensado para abastecer al sistema de riego de la producción agrícola del momento. Un proyecto de CHOZA espacio de arquitectura.

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El encargo. Tres deseos: (re) producir, experimentar y contemplar.

La necesidad de disponer de un espacio de escala doméstica para cultivar hortalizas fuera de temporada y experimentar en la reproducción de plantas bajo temperaturas controladas, que serán luego insertadas en su entorno inmediato adaptándose de manera paulatina al clima del lugar. También el deseo de crear un espacio para el ocio, el disfrute y la contemplación.

El lugar. Emplazado en lo que fue un predio productivo creado en la década del 30’ en el Valle de Calamuchita de la provincia de Córdoba, Argentina. Un antiguo tanque de agua, hoy que fue pensado para abastecer al sistema de riego de la producción agrícola del momento.

La intención. Resultaba interesante pensar la posibilidad de que casi 90 años después de su construcción, esta infraestructura volviera a ser un espacio vinculado a la (re) producción de hortalizas -en este caso a una escala doméstica- para pensar una vida más sustentable y con la convicción de re usar las arquitecturas en el tiempo en desuso, apoyado sobre un macizo rocoso. Como Smiljan Radic justifica la recuperación de algo, ese algo necesita tener cierto valor físico. Es así que se recicló una circunferencia, despojándola de sus muros fracturados y manteniendo la plataforma rocosa sobre la cual se apoyó un invernadero, que se adapta a su geometría: una suerte de carpa circular invertida, de estructura metálica y envolventes de policarbonato traslúcidas. Haciendo alusión al impluvium de las casas romanas, el techo invertido se vacía en el centro para recuperar el agua de lluvia en una tina natural que drena a través de una callocidad rocosa.

El proyecto. Los espacios de producción debían posibilitar distintos tipos de cultivos: hortalizas, hidropónicas, cactus, orquideas, tropicales, etc.; a la vez que se debía asignar espacios de trabajo para germinación, espacios de guardado y servicios básicos. El sector de contemplación estaba vinculado a la idea del ocio como parte del propio espacio de invernadero. La superficie circular de la preexistencia se dividió entonces en 8 módulos estructurales y espaciales iguales, dos de ellos exteriores y seis interiores. Cada módulo interior contiene la infraestructura necesaria para funcionar de manera independiente al resto y poder controlar su temperatura, humedad, ventilación e iluminación.

El clima. Los invernaderos tienen una gran capacidad de regular el clima de manera pasiva, sobre todo en climas de frío extremo. Como lo hacen Lacaton & Vassal, es posible articular esta tipología industrial con la vida doméstica, entendiendo las dificultades que presentan en los climas cálidos como el de Córdoba (Argentina), donde los propios sistemas pasivos nos permiten repensar estas infraestructuras en búsqueda de una eficiencia energética. El invernadero debía responder a una gran amplitud térmica estacional, garantizando la máxima captación de radiación solar en invierno para luego acumularla la mayor cantidad de tiempo posible en el interior. Por otro lado, era importante garantizar un control de la radiación solar en verano, sin perder la luz natural que favorece a la fotosíntesis de las plantas, y generando al mismo tiempo una buena ventilación para que las temperaturas interiores no se vuelvan extremas.

De allí parte la estrategia de crear una doble envolvente compuesta por una membrana exterior de policarbonato que potencia la captación de luz solar en el interior, garantizando a la vez, a partir de la apertura del 50% de la superficie perimetral, una buena ventilación interior. Una membrana interior de un textil microperferado blanco completa la doble envolvente, regulando la incidencia solar y ayudando a que el calor generado en el interior no se pierda tan fácilmente en invierno. A su vez, esta membrana colgada en horizontal bajo el techo inclinado genera un espacio buffer donde se acumulan las altas temperaturas en verano, que son expulsadas al exterior a través de las banderolas superiores de la envolvente. Nos interesaba que los mecanismos para operar las envolventes fueran analógicos, para, de alguna manera, obligarnos a tomar conciencia del tiempo del cuidado.

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Potenciando la horizontalidad de un paisaje llano https://arquine.com/obra/potenciando-la-horizontalidad-de-un-paisaje-llano/ Fri, 15 Jul 2022 05:24:29 +0000 https://arquine.com/?post_type=obra&p=65786 Ubicada en un entorno rural, Casa de campo impone con fuerza la presencia paisajística de la llanura pampeana.

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Casa de Campo se ubica en un lote de una hectárea en la localidad de Cañuelas. En un entorno rural, donde se impone con fuerza la presencia paisajística de la llanura pampeana.

Los clientes son una pareja con un hijo de diez años que disfrutan de vivir en el campo y del contacto con la naturaleza y querían mudarse a una casa práctica y funcional, que requiriera de poco mantenimiento y con una estética despojada que les permitiera disfrutar plenamente del entorno. Solicitaron el diseño de una casa donde se optimizara al máximo el uso de cada metro cuadrado con el objetivo de construir la menor superficie que fuera posible para alojar los usos requeridos: dos dormitorios, un estudio y un área social.

 

La estrategia surge de hacer foco en el interés que despierta la potencia del paisaje de la llanura pampeana. La omnipresencia del plano del horizonte, de la extensión de la llanura ininterrumpida, infinita y del cielo enorme, inmenso, ocupando todo el espacio visual y potenciado por la presencia esporádica de algunos grupos de árboles.

El proyecto se estructura a partir de la intención de potenciar la horizontalidad del paisaje, exagerándola, mediante la proyección de una casa completamente lineal. El hecho de contar con un terreno amplio dio la posibilidad de orientar y ubicar la casa con total libertad.

Se tomo la decisión de diseñar una fachada principal completamente orientada hacia el norte donde se vuelcan cada uno de los ambientes que conforman la vivienda. La casa se extiende hacia el paisaje a través de una galería. Dicha galería tiene una altura menor que el interior de la vivienda, lo cual acentúa la horizontalidad del proyecto y a su vez, brinda mayor protección a la incidencia solar en los meses de verano. La fachada sur, es en cambio una fachada más cerrada, con una ventana superior corrida que se interrumpe únicamente en el punto de acceso a la vivienda.

La ubicación del programa de la vivienda resuelve una gran área social en el centro y agrupa en un extremo, el dormitorio del niño junto al estudio (que será utilizado por él) y en el otro extremo la habitación de los padres. De esta manera las áreas privadas quedan bien separadas entre sí otorgando la privacidad necesaria.

A diferencia de proyectos anteriores, donde la estructura busca generar grandes distancias entre apoyos, en esta casa, se plantea una sucesión de columnas de sección cuadrada ubicadas a poca distancia entre sí en la fachada norte. De esta manera se busca acentuar la horizontalidad del proyecto mediante la repetición de un ritmo homogéneo. A su vez, la repetición de un intercolumnio regular remite al recurso clásico de la casa de campo con su galería apoyada sobre una serie de columnas. En este caso, las columnas están ubicadas en el interior de la casa, por lo tanto, se produce un límite virtual previo al vidrio que forma encuadres al paisaje que se percibe infinito mediante la repetición regular de elementos verticales.

Las columnas estructuran la fachada y su separación no pone de manifiesto las diferentes medidas de los locales ya que los cerramientos de los mismos son independientes a este sistema de fachada. La sucesión de elementos verticales se repite también en la fachada sur mediante una sucesión de tabiques que alojan elementos de guardado bajo la ventana corrida horizontal que recorre el proyecto de punta a punta.

De esta manera, la vivienda se percibe desde el exterior como un artefacto horizontal con una modulación regular que se interrumpe únicamente en la fachada sur mediante un plano oblicuo para generar el acceso.

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