Resultados de búsqueda para la etiqueta [Santiago de Chile ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Mon, 11 Sep 2023 14:18:55 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.2 Lemebel, ciudad–escenario / ciudad–cuerpo https://arquine.com/lemebel-ciudad-escenario-ciudad-cuerpo/ Tue, 29 Mar 2022 16:01:45 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/lemebel-ciudad-escenario-ciudad-cuerpo/ Pedro Lemebel (Santiago de Chile, 1952–2015) fue escritor, cronista y artista plástico en cuyo trabajo se cruzaron la ciudad, el cuerpo y el arte, diversificando el vínculo entre cuerpos, miradas, experiencias, construcciones de discursos y rutas sobre los significados de sitios específicos en la urbanidad.

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Era enero de 2015, un Pedro Lemebel enfermo asistía a la última actividad pública en honor a su carrera como escritor, cronista, performer y poeta urbano. Un personaje vital para las minorías sociales y sexuales dentro de un Chile que vio el desarrollo de su carrera artística bajo la resistencia, la protesta y la denuncia política. Un Chile que Lemebel vivió bajo una dictadura y el inicio de la democracia

Su obra escrita y performativa urbana es un relato frontal ante las circunstancias de los sectores marginales de Santiago de Chile, voraz ciudad latinoamericana (moderna y conservadora). Este fue uno de los motivos principales para el inicio de la historia de Lemebel dentro de los sectores estudiosos del arte urbano, contemporáneo, arte queer y la antropología social. 

La unión de vectores: arte, ciudad y cuerpo, potencializan en las prácticas artísticas una gran fuerza de significados al acontecimiento estético. Permiten diversificar el vínculo entre cuerpos, miradas, experiencias, construcciones de discursos y rutas sobre los significados de sitios específicos en la urbanidad. Pedro Lemebel nació en 1952 y se tituló como maestro en Artes Plásticas. Fue maestro de literatura durante varios años y para 1987 junto con Francisco Casas, poeta y artista, funda el dúo Las Yeguas del Apocalípsis. Un dúo irreverente y contracultural de la escena artística chilena que siempre causaba revuelo en eventos o exposiciones. 

Algunas de sus acciones más conocidas; Refundación de la Universidad de Chile (1988), Bajo el puente (1988) o Estrellada II (1990) se anunciaban como protestas por la poca apertura y censura, al mismo tiempo, parodiaban y erotizaban la virilidad masculina/militar de los años previos y póstumos a la dictadura. La fuerza discursiva y capacidad de las obras de Lemebel permanecía en la relación de miradas y las zonas turbulentas de opiniones del espectador (especializado y usuario de la calle). Este espectador es el que mentalmente descubre las asociaciones culturales y estéticas del acontecimiento, surgen encuentros y desencuentros de discursos. Memorias y espacios que retoman en sus significados contrarios una ruta hacia el conflicto permanente en el espacio urbano, una lucha constante del espacio legal y de lo “no institucional”. La caja de resonancia del arte-acción, la ciudad. 

Como ya lo comenté antes, Lemebel no sólo accionaba, también era cronista de puño y letra. Hablaba a partir de sus columnas en periódicos, revistas o poemas sobre historias reales. El escenario: la ciudad, y el cuerpo, el contenedor de memorias. La esquina de mi corazón fue su primer libro publicado en 1995 por la editorial Cuarto Propio. Una recopilación de 19 crónicas ambientadas en Santiago de Chile y Valparaíso. La fórmula perfecta para un cronista urbano, la vivencia por escrito y la experiencia en carne propia. 

A veces pienso que la poesía urbana no sólo persiste impresa en los libros o periódicos, sino que también permanece en los espacios mismos, en las esquinas, los puentes, las banquetas o la calle. 

¿Existe poesía impresa, literalmente, en la ciudad? Yo puedo leer Pedro Lemebel y a partir de su abecedario generar prosas propias.

 


 

Referencias:

Videos

  • Documental : Lemebel, Dirección Joanna Reposi Garibaldi (Lemebel, Chile-Colombia, 2019, Dur.: 96 mins.)

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Si no escuchan, gritan las calles https://arquine.com/si-no-escuchan-gritan-las-calles/ Tue, 05 Nov 2019 07:00:30 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/si-no-escuchan-gritan-las-calles/ Las calles limpias y ordenadas de Santiago se convirtieron en el lienzo de la protesta. El espacio público se convirtió en el lugar para hacerse eco; luego de años de invisibilización estaban ahí pidiendo ser mirados, dejando marcas en las paredes, caminando en las calles, cantando desde sus balcones, gritando que la desigualdad sí les está molestando y que van a estar ahí “hasta que la dignidad se haga costumbre”.

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Chile no es una estatua sino un ser vivo: camina, tropieza, se levanta, avanza tres pasos y retrocede uno y medio, uno, medio; acelera el tranco y agarra velocidad, y en ese proceso nos deja a veces con mareo de altura. Y vuelta a tratar de entender.

Contardo, 2008

Siempre que preguntan sobre Santiago he de comenzar mi descripción con alusión al orden y a la pulcritud; son los mismos chilenos quienes también hacen descripciones de ese tipo al referirse a su capital: “se parece a las ciudades europeas”, escuché de unos colegas chilenos. En efecto, comparada con otras capitales latinoamericanas, Santiago es limpia y ordenada. Si bien hay comercio ambulante en algunas zonas no es lo común y uno encontrará con dificultad comida en la calle y comercios abiertos los domingos. Acá Rodrigo Díaz, chileno radicado en la Ciudad de México, lo describe a la perfección:

Mientras la urbe latinoamericana trata de brillar a partir de sus mercados, centros históricos, barrios típicos, carnavales y fiestas, Santiago se enorgullece de sus líneas de Metro, de sus plantas de tratamiento de agua, de sus sistemas de limpieza de calles, de su ausencia de asentamientos irregulares[1]

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Todo comenzó con unos escolares saltando los torniquetes del Metro de la ciudad de Santiago. Uno de los Metros más eficientes e impecables de América Latina y también uno de los más costosos. La pequeña protesta se daba en el marco de un aumento en el costo del Metro, que en la actual administración de Sebastián Piñera representaba la tercera subida de precio desde su llegada en marzo de 2018.

En medio de las todavía incipientes quejas, el Ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, “sugirió” a la gente levantarse más temprano para aprovechar la tarifa de menor costo que rige en horarios valle, en los que hay menos flujo de gente: “Se ha abierto un espacio para que quien madrugue puede ser ayudado a través de una tarifa más baja”[2]

Sus declaraciones despertaron la indignación y las quejas subieron de tono. El Ministro no se había percatado que sus declaraciones estaban, por decir lo menos, fuera de lugar.

Estudiantes se organizaron vía redes sociales para realizar evasiones masivas en el Metro, como respuesta al alza en el servicio. En este contexto, el ex presidente del directorio del Metro, Clemente Pérez, fue entrevistado en su calidad de experto para hablar de las protestas y vaticinó que las protestas se acabarían pronto, porque no reflejaban el sentir de la ciudadanía: “cabros, esto no prendió. No son más choros. No se han ganado el apoyo de la población…”[3] , decía el 16 de octubre en el noticiero 24 Horas. Dos días más tarde las evasiones ya habían escalado, las autoridades habían tenido que cesar oparaciones en el Metro para contener las protestas.

Para el 18 de octubre las manifestaciones, las mismas que “no habían prendido”, ya estaban siendo replicadas en otras ciudades chilenas y obligaban al presidente a declarar Estado de Emergencia, y con éste, el toque de queda en varias ciudades del país. El fantasma de la dictadura salió a las calles.

En su primera aparición pública en el escenario de las manifestaciones, el presidente de Chile agradeció a carabineros y bomberos por defender el Estado de Derecho y llamó a “los hombres y mujeres de buena voluntad a unirse contra la violencia”. Piñera continuó hablándole a un ente que claramente no estaba en las calles, siguió hablándole al chileno “promedio”, ese que era el resultado de los datos macroeconómicos que refieren la estabilidad y el crecimiento del país sudamericano, al chileno “promedio” de los datos de la OCDE que es de clase media y que dice que es muy probable que suba de estrato socioeconómico en la siguiente generación. 

Sin embargo, el chileno promedio de los datos macroeconómicos de los que hablan las gráficas es uno de papel. Sí, es verdad que en términos macro la economía chilena iba viento en popa, pero el sistema que había sido instaurado todavía en dictadura de la mano de los Chicago boys era inequitativamente redistributivo, es decir, aquellos de los estratos más altos podían verse mayormente beneficiados, mientras que aquellos de los estratos más bajos eran fuertamente impactados y la clase media quedaba en una especie de sube y baja, con una incertidumbre permanente sobre su estadía en el estrato social que su nacionalidad [4] le había designado.

Imagen tomada del Instagram del estudio audiovisual Delight Lab que ha realizado proyecciones en el edificio de Telefónica Movistar en Plaza Italia, Santiago.

 

“Sabíamos que había desigualdad, pero no sabíamos que les molestaba tanto.” 

Esa clase media era la que estaba al borde del cansancio, el sube y baja había estado subiendo muy poco y tirando más hacia abajo, la incertidumbre comenzó a hacer eco en otras voces, y fue entonces que se abrió una oportunidad para mostrar a punta de cacerolazos y pintas en las paredes lo que estaba pasando: la ciudadanía salió a las calles a decir lo que los otros no habían querido ver ni escuchar.

Las calles limpias y ordenadas de Santiago se convirtieron en el lienzo de la protesta. El espacio público se convirtió en el lugar para hacerse eco; luego de años de invisibilización estaban ahí pidiendo ser mirados, dejando marcas en las paredes, caminando en las calles, cantando desde sus balcones, gritando que la desigualdad sí les está molestando y que van a estar ahí “hasta que la dignidad se haga costumbre”.

 

[1] “Habla ciudad: Santiago”, Arquine, Rodrigo Díaz, 19 de mayo de 2014, http://bit.ly/2WhVsI4.

[2] “Fontaine y nueva tarifa de Metro: ‘Quien madrugue puede ser ayudado a través de una tarifa más baja’”, entrevista al Ministro de Economía, en CNN-Chile, 7 de octubre de 2019, http://bit.ly/2q0eQ0k.

[3] “Clemente Pérez por evasiones masivas en el Metro: “Es una protesta más bien tonta””, en 24 Horas-Chile, 16 de octubre de 2019, http://bit.ly/2BMrjqT.

[4] Diversas mediciones aseguran que entre el 60 y 80% de la población chilena considera que pertenece a la clase media, incluso en varias ocasiones Sebastián Piñera ha declarado que él es un “hombre de clase media”, sin embargo, el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile tiene otros datos.

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Escuela de Arquitectura UC https://arquine.com/obra/escuela-de-arquitectura-uc/ Fri, 05 Jul 2019 15:00:35 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/escuela-de-arquitectura-uc/ El nuevo Edificio de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile se emplaza en el borde sur del Campus Lo Contador a un costado de su Casa Patrimonial, y es resultado de un concurso público. El edificio se despliega como un cuerpo de madera laminada en dos niveles que se apoya sobre un zócalo de concreto aparente.

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El nuevo Edificio de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Católica de Chile se emplaza en el borde sur del Campus Lo Contador a un costado de su Casa Patrimonial, y es resultado de un concurso público. El edificio se despliega como un cuerpo de madera laminada en dos niveles que se apoya sobre un zócalo de concreto aparente. La estructura de pilares y vigas de madera se modula para facilitar el prearmado, montaje y traslado, aprovechando las dimensiones de los tableros sin necesidad de cortes. La estructura de madera se deja a la vista y la expresión del edificio es la manifestación de cómo trabajan sus cargas.

La pieza de madera suspendida sobre el plano del suelo salva un claro de 21 metros entre sus apoyos, y deja su cabezal poniente en volado, el cual se constituye en un nuevo zaguán de acceso al Campus Lo Contador. Este volumen acoge las oficinas de los profesores de la Escuela de Arquitectura, liberando el suelo y su cubierta para desplegar los programas que servirán de soporte de la vida más pública del edificio; un patio cubierto a nivel calle protegido de la lluvia y un auditorio en la terraza superior abierta a la Casona, y al cerro, un mirador a la altura de las copas de los árboles.

La obra tiene una búsqueda de ser sustentable desde su origen al estar estructurada en madera, un recurso renovable y con baja huella de carbono. Su montaje de armado reduce el impacto sobre el barrio y sus habitantes, la ventilación cruzada natural intenta reducir el acondicionamiento climático mecanizado, favoreciendo que sea un edificio con energías eficientes.


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Habla ciudad: Santiago https://arquine.com/habla-ciudad-santiago/ Wed, 19 Dec 2018 14:44:11 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/habla-ciudad-santiago/ Lo mejor que le pudo haber pasado a Santiago fue el incendio del triste edificio Diego Portales. Construido en 1971 para ser sede de la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo (UNCTAD), sus méritos constructivos (se levantó en cosa de meses) ocultaron sus dudosos atributos arquitectónicos.

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Saliendo de la lata

Lo mejor que le pudo haber pasado a Santiago fue el incendio del triste edificio Diego Portales. Construido en 1971 para ser sede de la Conferencia Mundial de Comercio y Desarrollo (UNCTAD), sus méritos constructivos (se levantó en cosa de meses) ocultaron sus dudosos atributos arquitectónicos, que durante décadas dejaron en la sombra y el frío más absolutos a una cuadra eterna de la Alameda, la principal avenida de la ciudad. Las sombras se hicieron más largas cuando la dictadura decidió ocupar el edificio como sede de la junta de gobierno ante el calamitoso estado del palacio de la Moneda después del bombardeo de septiembre de 1973. Poco aficionado a la poesía, el régimen de Pinochet cambió su nombre original de Gabriela Mistral al de Diego Portales, creador de la pesada arquitectura del Estado chileno. El incendio de 2006 borró de un plumazo un pasado incómodo —los mil días del gobierno socialista de la Unidad Popular y los 17 años de sangrienta dictadura— dejando camino libre para el borrón y cuenta nueva. Verdadero reflejo de las últimas cuatro décadas de Chile, la mole fue reinaugurada el 2010, nuevamente bajo el nombre de Gabriela Mistral, ya no para albergar oscuras oficinas, sino un magnífico centro cultural que ha ayudado a revitalizar una zona que quiere dar un nuevo rostro a Santiago y así superar años, décadas, siglos de la lata más profunda.

 

Alguna vez el cronista Roberto Merino señaló la urgente necesidad de hacer una historia del aburrimiento en Chile. La lata, palabra que tanto gusta a los chilenos y que denota una sensación de profundo aburrimiento, de eterno hastío, se materializó en Santiago, una ciudad típicamente calificada de limpia, correcta, ordenada, pero que en el imaginario colectivo históricamente se ha asociado a comercios cerrados los fines de semana, a ausencia de vida nocturna, a escasa oferta cultural, a pocos incentivos para hacer actividades al aire libre. Santiago es ciertamente más atractivo para el policymaker que para el turista, para el empresario que para el artista, para el responsable padre de familia que para el joven en busca de aventura. Santiago puede ser insoportable para quien anda en busca de esa cosa difusa que es “lo latinoamericano”, lo que no es necesariamente malo. Santiago no tendrá la vida nocturna de Buenos Aires o Río de Janeiro, pero prácticamente el cien por ciento de sus habitantes cuenta con agua potable y alcantarillado en su lugar de residencia. No poseerá la riqueza arquitectónica de los centros históricos de Quito o Lima, pero sus índices de delincuencia son los más bajos de la región. No ofrecerá el panorama cultural de la ciudad de México, pero es la única capital latinoamericana con un sistema de transporte público cien por ciento integrado. A falta de un pasado esplendoroso, los orgullos santiaguinos se expresan en estadísticas, en cifras, en el orgullo de presentar un ambiente donde impera algo parecido al estado de derecho. Es la típica ciudad bien situada en los rankings de los mejores lugares donde hacer negocios. Mientras la urbe latinoamericana trata de brillar a partir de sus mercados, centros históricos, barrios típicos, carnavales y fiestas, Santiago se enorgullece de sus líneas de Metro, de sus plantas de tratamiento de aguas, de su sistemas de limpieza de calles, de su ausencia de asentamientos irregulares.

Superadas muchas de las carencias básicas de la población, algo que es una quimera en la mayor parte de Latinoamérica, el Santiago de hoy apuesta a dar el salto de ser una ciudad grande para convertirse en una gran ciudad. No se trata solamente de la aparición de atractivas tiendas, cafés o restaurantes en sus mejores barrios, de la saludable llegada de todo tipo de festivales y eventos culturales, o de la construcción y mejora de aceras, parques y plazas. También es un lento aprendizaje de añadir el gozo al simple uso del espacio publico, de encontrar el área de confort fuera de la propia casa, de experimentar formas colectivas de vivir la condición urbana. De la apropiación ciudadana de la calle, de aprender a caminar y pedalear la ciudad. Por supuesto que no todo es progreso. A pesar de los avances todavía hay deudas pendientes, particularmente relacionadas con la desigualdad con que han sido repartidos los beneficios de la nueva riqueza urbana. La inequidad también tiene forma espacial y en Santiago uno en gran medida recibe la ciudad que sus bolsillos pueden pagar; mal que mal, las buenas tiendas y festivales, los cafés al aire libre, los hermosos parques y las ciclovías siguen siendo una ficción para millones de personas. Una distorsionada idea del orden ha impregnado las fachadas santiaguinas con el olor agrio de las bombas lacrimógenas. Por otro lado, no todos los incendios han sido virtuosos como el contado al principio: el escaso patrimonio arquitectónico ha desaparecido a pasos agigantados víctima del fuego, las termitas, el olvido, la voracidad empresarial o todos juntos. El patrimonio cultural ídem: las ferias callejeras dejan su lugar a supermercados, mientras el comercio local es tragado por fríos centros comerciales —los empresarios chilenos son los tristes reyes del retail latinoamericano.

¿Cómo dar el salto? ¿Cómo añadir calidad a la cantidad? ¿Cómo humanizar los fríos números, los índices macro que no han podido borrar la triste estadística de ser la ciudad latinoamericana con mayor consumo de antidepresivos? Mirar el Gabriela Mistral puede dar algunas pistas.


Este texto se publicó en Arquine No. 67 | Habla Ciudad, con motivo de la primera edición del Festival de Arquitectura y Ciudad MEXTRÓPOLI. Aparta la fecha y acompáñanos a vivir la ciudad extraordinaria en su próxima edición que tendrá lugar del 09 al 12 de marzo de 2019. 

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Blanca MontañaBlanca Montaña https://arquine.com/blanca-montana/ Wed, 08 Aug 2012 15:59:52 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/blanca-montana/ 'Blanca Montaña: Arquitectura reciente en Chile' compone tres ambientes-momentos para reconocer la obra reciente de arquitectos chilenos destacados.

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Como un nuevo intento por reunir la arquitectura chilena contemporánea, en una sola lectura surge Blanca Montaña: Arquitectura reciente en Chile, exposición que es parte del libro de igual nombre. La narrativa del montaje, en el Centro Gabriela Mistral (GAM) de Santiago de Chile, se compone desde tres ambientes-momentos para reconocer la arquitectura chilena contemporánea. En el acceso al montaje, una serie de recopilaciones fotográficas y secuencias de videos que presentan doce obras de diversas escalas y su contexto inmediato dan la bienvenida a cada visitante quien gracias a la puesta en cámara de Pablo Casals-Aguirre logra que el visitante tenga una aproximación a la experiencia de circular por cada obra registrada.

Esto se logra gracias a la aplicación del movimiento de cámara al abordar el registro espacial de cada obra, herramienta poco utilizada en videos de este orden. Además, el montaje de cada video da cuenta de los procesos de diseño y partida de cada proyecto mediante el testimonio de cada arquitecto, quien como autor de su obra croquis relata puntos importantes a través de croquis. Una segunda instancia de la obra corresponde a una serie de paneles que contienen información fotográfica de una selección de obras que componen el libro, rematando con una proyección de entrevistas a diversos arquitectos que han construido el panorama de la arquitectura chilena contemporánea como Alejandro Aravena, Felipe Assadi, Francisca Pulido, Germán del Sol, Sebastián Irarrázaval, Teresa Moller, Mathias Klotz y Smiljan Radic, entre otros.

Finalmente, un tercer momento del montaje permite introducirnos en la copia del libro Blanca Montaña: Arquitectura reciente en Chile, y revisar el total de las obras seleccionadas desde la publicación impresa. También es posible apreciar una serie de aproximaciones al actual panorama arquitectónico en Chile de la mano de diversos autores, entre los cuales podemos destacar a Miquel Adrià –curador de la exposición–, Horacio Torrent y Pablo Allard. Posterior a esta inauguración y en un afán de sus autores por aproximar la arquitectura chilena a un público ajeno a la disciplina, el montaje seguirá un recorrido itinerante por Concepción para seguir a Berlín.

Como parte de las actividades de la exposición se organizaron una serie de foros: el 31 de julio pasado, Los desafíos de la arquitectura para el crecimiento sustentable de la ciudad (Yves Besancon, Eugenio García, Mathias Klotz y Antonia Lehmann); este miércoles 8 de agosto, Arquitectura chilena de exportación y su presencia en nuestras ciudades (Miquel Adrià, Alejandro Aravena, Sebastián Gray y Mathias Klotz); y Arquitectura política y su rol en la promoción de nuestra cultura (Pablo Allard, Cristián Fernández, Fernando Marín, Cristóbal Molina y Carolina Tohá).

Fotos: Pablo Casals-Aguirre (1-7)

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