Resultados de búsqueda para la etiqueta [perspectiva de género ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Wed, 16 Aug 2023 23:33:44 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.3 ¿Importan menos las niñas que los niños en el diseño? https://arquine.com/importan-menos-las-ninas-que-los-ninos-en-el-diseno/ Wed, 16 Aug 2023 15:59:51 +0000 https://arquine.com/?p=81833 Este texto fue publicado originalmente en Coolhuntermx PUNTOS ESTRATÉGICOS DE DISEÑO PARA CREAR ESPACIOS DE JUEGO EQUITATIVOS. “Se siente como si los niños importaran más”, dice Molly (10 años), durante una entrevista para el pódcast Mujeres Visibles (Visible Women); donde Caroline Criado Perez expone como la falta de datos y diseño, en torno a las […]

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Este texto fue publicado originalmente en Coolhuntermx

PUNTOS ESTRATÉGICOS DE DISEÑO PARA CREAR ESPACIOS DE JUEGO EQUITATIVOS.

“Se siente como si los niños importaran más”, dice Molly (10 años), durante una entrevista para el pódcast Mujeres Visibles (Visible Women); donde Caroline Criado Perez expone como la falta de datos y diseño, en torno a las maneras de utilizar el espacio público por parte de mujeres y niñas, resulta en espacios públicos diseñados sólo para el género por defecto: el masculino. 

Desafortunadamente, la sensación de Molly no es un caso aislado ni tampoco es una situación nueva. A inicios de la década de los 90, Eva Kail y un equipo de sociólogas observaron, en la ciudad de Viena, que a partir de los 9 años: las niñas dejaban de visitar el parque y los niños se volvían el grupo dominante del espacio. Al investigar más a fondo, descubrieron que este comportamiento se debía a un problema de diseño. En pocas palabras, las personas que diseñaron el Parque del Ermitaño (Einsiedlerpark) sólo integraron intereses masculinos en su propuesta; y aunque las niñas atravesaban el espacio dos o tres veces al día, nada les invitaba a permanecer.

Cancha deportiva Parque del Ermitaño. © Zdenka Lammelova. Fotografía tomada del artículo: More Girls to Parks!

Si bien las estrategias utilizadas para contrarrestar la situación del Parque del Ermitaño se transformaron en lineamientos de diseño para todos los futuros parques de Viena. La situación actual de otras ciudades no es tan positiva. La reciente investigación Lugares para niñas (Places for girls) descubrió que hasta los 7 años, las niñas y los niños utilizan el espacio público de manera equitativa, pero a partir de los 8 años solo el 20% de las personas usuarias son niñas y a partir de esta misma edad las niñas se sienten 10 veces más inseguras en el espacio público que los niños. 

Entonces, ¿el problema de diseño persiste?

Sería interesante acercarse con las autoridades locales y preguntarles si las niñas importan menos que los niños en el diseño y la planeación urbana, aunque seguramente la respuesta inmediata sería que no, que en México las niñas y los niños importan por igual. Sin embargo, valdría la pena analizar: ¿cuántos proyectos de espacio público, escolares o recreativos, que se han desarrollado en los últimos años, tienen como elemento principal una cancha de fútbol, una cancha multideportiva o un skate park? Porque, aunque estos espacios se promuevan como “para todas las personas” o “en beneficio de la comunidad”, la realidad es diferente: cuando hay elementos deportivos, los niños y los hombres tienden a dominar el espacio.

Otorgando el beneficio de la duda, es posible que estos espacios también sufran de un problema de diseño. De manera que sería importante analizar: ¿cómo se tomó la decisión de implementar tal o cuál tipología de espacio?, ¿quién y cómo participaron en la toma de decisiones? De otra manera, parecería que a la inversión pública sí le importan menos las niñas que los niños. 

“Pero las niñas también juegan fútbol y utilizan el skate park”.

Es importante reconocer, por supuesto, que hay niñas que juegan fútbol y patinan, y que Rayssa Leal, Momiji Nyshia y Megan Rapinoe inspiran y rompen paradigmas. Pero esto no quiere decir que el problema de diseño se esté atacando. ¿Por qué queremos encasillar a todas las niñas y todos los niños en un solo modelo de uso del espacio público? ¿Qué pasa con las niñas y los niños que prefieren otro tipo de actividades?

Juguete Urbano Tamaulipas, Ciudad de México, 2019. © MACIA Estudio. Proyecto desarrollado en colaboración con niñas y niños de Tlatelolco.

Juego, género y privilegios

Por medio del juego las niñas y los niños le dan sentido al mundo que les rodea, mientras que desarrollan y fortalecen habilidades físicas, sociales, cognitivas, emocionales y creativas. La calidad de esas habilidades depende del tipo de experiencias o situaciones a las que cada persona se vea expuesta durante la infancia. En México, poco tiempo se le da al juego y en muchos casos se ve reducido a los 30 minutos que dan de receso en la escuela. De manera que, las niñas y los niños se ven expuestos a diario a una lucha de poder por el espacio. Es decir, aquelles que tienen la pelota acaparan el espacio y deciden cómo y quién lo ocupa, y aquelles que no quieren desperdiciar su tiempo en situaciones de confrontación o prefieren actividades más tranquilas o de socialización aprenden a renunciar al espacio y ocupar la periferia. 

Hora del recreo en una escuela en Morelos. © MACIA Estudio.

En un experimento que desarrollaron en una escuela primaria en Países Bajos, se decidió dividir el patio central por la mitad. La primera mitad se le dio a las niñas y los niños que usualmente se encontraban en la periferia y su respuesta inmediata fue: “¡caray!, ¿todo este espacio es para nosotras?, ¡genial!”. En cambio, los niños que recibieron la segunda mitad no estaban nada contentos, y su respuesta inmediata fue: “¡¿cómo te atreves a quitarnos la mitad de nuestro espacio?!, ¡esto no es justo!” Este es un pequeño momento de reflexión para el lector: ¿en qué mitad hubieras estado tú?

¿Por qué se enojó la segunda mitad? Porque la sociedad y el diseño del entorno les otorgó privilegios para ocupar más espacio que las y los demás. De manera que, cuando estos privilegios se cuestionan, ellos sienten como si realmente se les quitara algo. En cambio las niñas y los niños de la primera mitad estaban tan acostumbrados a su espacio limitado que era una sorpresa encontrar más para ellas.

Esta situación es muy grave desde la perspectiva con la que se quiera analizar, específicamente desde el juego se puede observar como entonces el diseño del espacio, en este caso del patio de una escuela o de un parque, impacta de manera directa en el desarrollo de habilidades tanto de niñas como niños. Y en ambos casos les está limitando y desde una edad muy temprana crea una segregación entre géneros. 

LAPIS Las Calandrias, Ciudad de México, 2022. © MACIA Estudio. Proyecto desarrollado con apoyo de Fundación FEMSA, Fundación Placemaking MX y Change X.

¿Qué podemos hacer desde el diseño? 

  1. Integrar a niñas y niños en el proceso de diseñar su entorno, asegurándose que todas las voces sean escuchadas.
  2. Crear espacios diversos para que cada niña y niño encuentre su espacio para jugar.
  3. Demostrar diversas maneras de jugar e interactuar socialmente.
  4. Crear momentos de interacción con la naturaleza. 
  5. Crear espacios para el disfrute de una o dos personas, especialmente para niñas y niños más introvertidos. 
  6. Integrar uno o más elementos para trepar, recostarse o leer.
  7. Acondicionar espacios para la interacción social tipo bancas, mesas, columpios grandes, etc. 
  8. Colocar un elemento estilo escenario.
  9. Organizar zonas para el juego libre que no sean lo suficientemente grandes como para incitar un juego de pelota, pero lo suficientemente grandes para motivar el juego físico, patinar, correr, etc. 
  10. Crear topografías con elementos naturales.

Y, por último, pensar en la diversidad de personas que van a visitar el espacio que estás diseñando.

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Las primeras ‘dreamhouses’ de Barbie https://arquine.com/las-primeras-dreamhouses-de-barbie/ Thu, 10 Aug 2023 14:18:20 +0000 https://arquine.com/?p=81646 Barbie es un producto que desde los años 60 ha logrado atravesar, de puntitas, las críticas del feminismo y se ha adaptado en forma y superficie para seguir vendiéndose como objeto de deseo cosificado. En todos estos años, lo único que en realidad hemos podido hacer con Barbie, en cualquiera de sus casas y profesiones, es peinarla y desvestirla.

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La vida de plástico es fantástica
Puedes cepillarme el pelo, desvestirme por doquier
Imaginación, la vida es tu creación

​​Nicki Minaj & Ice Spice (con Aqua), “Barbie World” (2023)

Barbie nació en Wisconsin en 1959 y tuvo la primera casa de sus sueños en 1962. Tanto su cuerpo como estilo de vida han tenido una recepción contradictoria en la cultura de masas. Por un lado, según afirmaba Ruth Handler en una entrevista de 1977 en The New York Times, “Barbie siempre representó el hecho de que una mujer tiene opciones”. Handler, quien había diseñado a la muñeca con apariencia de adulta basándose en un juguete sexual alemán llamado Lilli, quería que las niñas tuvieran un artefacto con el que realizar un juego de roles para proyectar sus sueños a futuro. Por medio del juego con una muñeca adolescente, afirmaba que las niñas podían soñar ser lo que ellas quisieran. Por otro lado, desde su aparición, las feministas criticaron la imagen de Barbie porque consideraban que la muñeca proyectaba expectativas imposibles y porque era un símbolo de cosificación y represión femenina. 

Generaciones enteras hemos jugado con esa contradicción y nos divertimos en la infancia con una imagen que emancipaba y reprimía nuestros cuerpos y deseos. Los sueños y pesadillas que encierra la dreamhouse de Barbie se vinculan a los cambios sociales, arquitectónicos y culturales que han ocurrido en Occidente desde la segunda mitad del siglo XX hasta ahora. Hace unas semanas, por fin se estrenó la película Barbie (Greta Gerwig, 2023), la cual ha dejado al mundo con un desabasto de pintura rosa, según comentó su diseñadora de producción, Sarah Greenwood.

Hoy, jugar con la dreamhouse de Barbie es en sí mismo un símbolo de estatus, la casa mide 120 centímetros de altura y no cualquier familia puede comprarla, ni cualquier vivienda puede darse el gusto de albergarla. Si el ideal de apariencia física de Barbie es orgánicamente imposible, tener su dreamhouse puede ser tan difícil como tener sus medidas.

Dreamhouse Barbie actual

Barbie representa a una mujer independiente y su hogar siempre ha reflejado esos deseos de libertad. Esta característica de la muñeca es notable si analizamos el contexto de la mujer y su derecho a la propiedad privada en las décadas anteriores al surgimiento de Barbieland. Las mujeres en el continente americano no podían poseer, hipotecar o vender bienes inmuebles si estaban casadas; en cambio, las solteras sí podían administrar y tener propiedades a su nombre. Esta situación fue cambiando poco a poco. Para 1932, se habían reformado las leyes de relaciones familiares en todo el continente para que, tanto el hombre como la mujer, tuvieran la misma autoridad para decidir y poseer un patrimonio sin importar su estado civil. A pesar de estos cambios, hoy, en día el acceso a créditos hipotecarios y propiedades sigue caracterizado por las brechas de género. En México, por ejemplo, solo 35% de las casas escrituradas se encuentra a nombre de mujeres.

Las dos primeras casas de los sueños de Barbie, de 1962 y 1974, tienen relación con la posibilidad de imaginar ser un mujer con una casa propia, que se pueda domesticar a gusto individual y donde el espacio doméstico feminizado no tenga que ver únicamente con la maternidad, la crianza y la vida familiar. 

La dreamhouse de cartón de 1962

La primera casa de los sueños de Barbie salió al mercado en 1962. No tenía cocina, pero sí libros, teléfono, televisión y un tocadiscos. La casa era de cartón, pequeña y portátil; así, cuando la casa se plegaba mostraba su fachada. Al interior, había una cama sólo para ella. En la decoración, había una foto de Ken y —como si estuviera manifestando sus deseos— en la pared colgaba la pintura de una mansión de tres pisos que se materializaría después, en la segunda dreamhouse de 1974. La decoración nos sugiere que Barbie era una estudiante universitaria soltera, que le gustaba divertirse y que a su corta edad ya era propietaria de una vivienda a su gusto. 

De acuerdo con Beatriz Colomina, quien escribe en el reciente libro Barbie Dreamhouse: An Architectural Survey (2022), esta casa de tenía tres cosas en común tanto con la Casa Eames de 1949 como con los departamentos para solteros publicados en la revista Playboy en mayo de 1962: primero, la idea de que la subjetividad moderna se produce por medio de la decoración; segundo, el despliegue de la casa parece acomodarse como un set de televisión; y tercero, la manera en que representan la vida doméstica para una audiencia pública.

La casa de cartón de Barbie de 1962 se desplegaba para acomodarse como un escenario y las niñas eran las guionistas de la telenovela adolescente en los años venideros. Podían elegir prendas, cambiar su look y, con algo más de dinero, adquirir accesorios para la casa. La muñeca podía ser lo que quisiera ser y exhibir su singularidad siempre y cuando se enmarcara en la paleta de color de Mattel y el stock mercantil del mundo de Barbie. 

Ya en los años 60, el territorio doméstico de la mujer comenzaba a hacerse visible para una audiencia. Por ejemplo, Jackie Kennedy ofreció en 1962, con su hierática cabellera y sus famosos trajes de un solo tono, un tour de la Casa Blanca para los medios de comunicación explicando a detalle la decoración, las pinturas, el material de los cubiertos y las remodelaciones.   

La dreamhouse de plástico de 1974

En 12 años, las ambiciones arquitectónicas de Barbie aumentaron mucho. La casa de 1974 mide 106 centímetros y es una vivienda citadina de 3 pisos con un angosto elevador de reja de plástico que simula herrería antigua. Tiene cocina, un estudio con libros y escritorio, además de una alberca. Todo parece indicar que Barbie salió de la universidad y es una mujer soltera e independiente con altos ingresos. La decoración es de colores saturados, llena de patrones yuxtapuestos en cojines, alfombras, lámparas y tapices. Tiene plantas y los muebles parecen inspirados en los diseños de Helmut Bätzner, Marcel Breuer y Verner Panton. 

La estructura de la casa se asemeja a la Casa Dom-Ino de Le Corbusier porque tiene planos horizontales —el primero a nivel del suelo y el último que actúa como cubierta o entrepiso—, soportados por columnas que permitirían la planta corrida si no fuera por el elevador que atraviesa la casa como columna vertebral. A diferencia de la Casa Dom-Ino, donde los pisos se conectan con escaleras, las dreamhouses a partir de esta tendrán rampas, elevadores o resbaladillas, pero nunca una escalera. Al parecer, Barbie las detesta.

Las transformaciones arquitectónicas de las casas de Barbie pueden leerse a partir de los diferentes espacios que las mujeres hemos ocupado en la sociedad. Después del 68, muchas cosas cambiaron en el mundo: en México, el movimiento estudiantil reforzó y visibilizó que las mujeres estudiaban, usaban minifaldas y comenzaban a apropiarse de lugares que les habían sido restringidos. Mientras la pastilla anticonceptiva se comercializaba en todo el continente y las mujeres empezaban a vivir su sexualidad con más libertad, las Barbies de ese entonces encarnaban —o plastificaban— esos ideales precisamente en una época en que el desarrollo capitalista convertía a la ciudad en el centro de acumulación de capital, y la vivienda comenzaba a pensarse desde su valor de cambio y su potencial mercantil. 

¿Qué soñamos cuando soñamos con la casa de Barbie? Barbie fue un juguete que creó condiciones de posibilidad para imaginar nuevas realidades para las mujeres, pero también nos disciplinó lúdicamente para concebir la vivienda —y nuestro cuerpo— como una cosa que se compra y se vende. Al ser una mercancía que caduca y que se habita decorándola, el juego consiste principalmente en poderla comprar. 

Barbie es un producto que desde los años 60 ha logrado atravesar, de puntitas, las críticas del feminismo y se ha adaptado en forma y superficie para seguir vendiéndose como objeto de deseo cosificado. Por último, en todos estos años, lo único que en realidad hemos podido hacer con Barbie, en cualquiera de sus casas y con cualquiera de sus profesiones, es peinarla y desvestirla.

Referencias: 

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“Reconceptualizando la vivienda urbana”: Una exposición de proyectos liderados por mujeres presente en la 18° Bienal de Venecia https://arquine.com/reconceptualizando-la-vivienda-urbana-una-exposicion-de-proyectos-liderados-por-mujeres-presente-en-la-18va-bienal-de-venecia/ Wed, 17 May 2023 14:48:18 +0000 https://arquine.com/?p=78658 La inauguración de la 18va. edición de la Bienal de Venecia se celebrará a finales de esta semana donde Lesley Lokko, curadora en jefe, propondrá un nuevo orden mundial y análisis de los centros de producción de la arquitectura. Además, cuestionará el control de conocimiento de la disciplina. Una bienal que propone imaginar un futuro […]

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La inauguración de la 18va. edición de la Bienal de Venecia se celebrará a finales de esta semana donde Lesley Lokko, curadora en jefe, propondrá un nuevo orden mundial y análisis de los centros de producción de la arquitectura. Además, cuestionará el control de conocimiento de la disciplina. Una bienal que propone imaginar un futuro más equitativo, a pesar de ello, ha sido envuelta en los últimos días por noticias polémicas de parte del gobierno italiano que ha denegado visas a algunos exponentes africanos de la muestra. Una contradicción de políticas que no empatan con los ideales de esta edición.

En el marco de todo esto,  se presentará “Reconceptualizar la vivienda urbana” una exposición sobre viviendas colectivas de proyectos  liderados por mujeres de diversas partes del mundo. Sumado a los estatutos de Lokko, se retoma la temática mundial sobre la crisis de la vivienda como una necesidad urgente en todo el mundo, especialmente en los centros urbanos, donde se aloja el 80% de la población mundial. La urgencia ha llevado a construir más viviendas con mayor rapidez, pasando por alto muchos factores importantes como; la relación con la comunidad, la identidad y la habitabilidad. De una ciudad a otra, el contexto difiere drásticamente y los métodos de producción pueden variar bastante. Por lo tanto, la exposición plantea las siguientes preguntas: ¿Cómo puede la vivienda colectiva urbana ser más habitable? ¿Cómo garantizar que el diseño de las viviendas mejore el bienestar y la calidad de vida de sus habitantes?

“Reconceptualizing Urban Housing” (su nombre oficial en inglés) se expondrá dentro de la 6ª edición de Time Space Existence, organizado por el Centro Cultural Europeo (CCE) durante esta bienal que tendrá cita del 20 de mayo al 26 de noviembre de 2023. La muestra reúne un grupo de prácticas dirigidas por mujeres con perspectivas diversas sobre la vivienda colectiva, principalmente en zonas urbanas o cerca de ellas. La amplia gama de proyectos expuestos no sólo presentará una variedad de enfoques en Europa y Norteamérica, sino también en países en desarrollo como Uganda, Malasia y México, explorando la diversidad en la tipología de los edificios, el clima, factores económicos y culturales. Al mismo tiempo, son prácticas que encarnan un compromiso compartido con la sostenibilidad social y medioambiental.

Los proyectos seleccionados exploran el equilibrio entre lo comunitario y lo privado, el diseño para la conexión social, la adaptabilidad, la identidad y la agencia, la optimización de la luz natural y la ventilación, la integración del paisajismo y la agricultura urbana, el acceso a espacios al aire libre, sin dejar de ser únicos para cada contexto local y demográfico. Juntos, y de distintas maneras, redefinen lo que puede ser la vivienda colectiva y cómo puede favorecer la habitabilidad de sus habitantes.

Para más información de la exposición visita su sitio oficial.

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