Resultados de búsqueda para la etiqueta [La Habana ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Fri, 06 Jun 2025 18:46:15 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Las memorias, los sitios, las esquinas https://arquine.com/las-memorias-los-sitios-las-esquinas/ Thu, 04 Apr 2024 17:53:43 +0000 https://arquine.com/?p=88929 Viajar a La Habana, para mí, es regresar a la semilla. Hay quien nunca regresa, pero yo vuelvo. Siempre. Es cierto que hay cosas que se han perdido en el camino desde que me fui y ya no reconozco situaciones, sonidos, espacios. Pero hay lugares que me pertenecen y que nunca me los podrían quitar. […]

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Viajar a La Habana, para mí, es regresar a la semilla. Hay quien nunca regresa, pero yo vuelvo. Siempre. Es cierto que hay cosas que se han perdido en el camino desde que me fui y ya no reconozco situaciones, sonidos, espacios. Pero hay lugares que me pertenecen y que nunca me los podrían quitar. El poeta cubano Eliseo Alberto decía que nadie podía amar a La Habana más que él. Pues yo creo lo mismo. Nadie quiere a La Habana más que yo. Y sí, sé lo que eso significa. 

Cuando voy, la camino despacio. Tengo un MAPA, mis padres, quienes me llevan de la mano al parque de la infancia, a la estatua de John Lennon, al muro que enmarca el mar creyendo que lo detiene, a la fuente antes de la juventud, al hotel de los cincuenta, al bar ahora vacío donde escuché una vez aquello de la “Vida Loca”. Y una amiga, casi hermana, que me lleva al puerto en un carro ruso; a la cerveza con sabor a Caribe, a las plazas que antes atravesaba con rapidez porque llegaba tarde a trabajar; al Capitolio, que es dos centímetros más alto que aquel otro; al Gran Teatro que, aún a oscuras, sigue deteniéndome el corazón. No romantizo el regreso a La Habana y no insto a nadie a que vaya. No me interesa tener esa responsabilidad. Soy consciente, además, de que esa ciudad de la que hablo puede ser un espejismo. Puede que exista sólo en mis recuerdos o en mis fotografías. Esas que hago y repito cada vez que voy. A los mismos sitios, a los mismos árboles, a las mismas casas, a las mismas olas, al mismo sillón, al ventilador de techo.  

Cuando el tiempo pasa, recordamos los momentos, las sensaciones, las personas, los olores, los bailes, las canciones, pero los límites se difuminan en la memoria lo real imaginario y, casi sin saberlo, recordamos cosas que nunca fueron, que nunca pasaron, que sólo (no) existen en nuestra memoria. Por eso estoy segura de que las fotografías, de alguna manera, o de muchas, salvan los recuerdos porque congelan el momento; al punto en que, al regresar a ellas, uno vuelve a vivir ese instante capturado. Lo que queda en las fotografías existe mucho más allá de los recuerdos. Y las instantáneas funcionan como un interruptor (on/off) que hace que las sonrisas, los colores, los gestos y hasta los olores regresen a la memoria y se acomoden como si hubieran estado siempre ahí. Las fotografías ayudan a construir estos recuerdos, por eso somos selectivos con lo que fotografiamos, porque capturamos, en definitiva, no sólo lo que queremos recordar, sino lo que sabemos que podemos perder: ya sea un instante, una sonrisa, una luz. 

Quizás por eso las exposiciones de fotografía son de mis favoritas. Porque caminarlas se siente como entrar a los recuerdos de un desconocido que comparte fragmentos de las memorias suyas y de otros. En la Galería Enrique Guerrero hay ahora mismo una muestra que reúne, como indica su nombre, una Colección de formas disímiles de mirar. Blanco y negro, plata sobre gelatina, fotografía digital, desnudo, costumbrismo, documento, retrato, construcciones irreales. Todo forma parte de una exposición que, sin pretender enseñar nada, deviene en una historia que se cuenta por medio de otras más pequeñas, aparentemente inconexas. 

No hay una idea curatorial que englobe todas las instantáneas que se muestran en el espacio. Creo que sería demasiado abrumador intentar explicarlas siguiendo una idea conceptual más allá del simple gesto de reflejar un instante específico de la cotidianidad de cada creador. Están, por ejemplo: el interior de la casa de una tía de Katya Brailovsky, donde unos colores rojos dejan la interrogante de si realmente será así y el ya clásico Obrero en huelga, asesinado, de Manuel Álvarez Bravo, que pareciera vaticinar escenas de un México que no ha dejado de ser. Y están las piernas fotografiadas por Francis Alÿs, que parecen sacadas de un poema de algún francés menos clásico y la herida/frontera/autopsia de Teresa Margolles, que sólo de verla provoca unas ganas tremendas de llorar. Y la prostituta gorda de Antonio Reynoso, bellísima en su desnudez, que aparenta una quietud que al anochecer desaparecerá. O las tumbas de los padres de Sophie Calle que, silenciosas, se convierten en la fotografía más triste de la muestra. O el pulpo de Laureana Toledo, que Instagram no permite publicar porque, ¡sacrilegio!, muestra unos senos femeninos. O los reflejos de Adela Goldbard, que remedan su etapa de construcciones improbables repletas de luz. O el Siqueiros preso en Lecumberri, fotografiado por Héctor García que, con la mano, obliga a detenerse y a enfocar la mirada en ese gesto, esos barrotes y esos ojos. O la calle repleta de paraguas de Kati Horna que, aun fotografiando personas en su cotidianeidad, nos regala una escena surrealista y bellísima. O esa mujer con rebozo, fotografiada por Nacho López, que vende periódicos a un par de calles de donde otra mujer, que él también fotografió, rompía plaza y todos la miraban. 

La realidad es que esta muestra cuenta una treintena de historias diferentes, que se convierten en muchas más, dependiendo de quién las mire. Los símbolos y signos que conforman cada una de las imágenes repercuten y estimulan, de manera diferente en quien las observa, ¿acaso no es eso el arte? Por lo que nadie que visite la Galería, saldrá de allí con la misma idea o experiencia. Colección deviene un viaje personal e íntimo, porque insta al espectador a encontrar en esas fotos algo que le recuerde a su propia existencia o quizás algo completamente opuesto a ella. También puede servir como un documento que cuenta la historia o la cotidianidad de sus creadores. En última instancia, acercarse a esas imágenes es una experiencia hermosa como si cada uno de sus hacedores nos abriera una ventana a su interior, que es justo donde todo lo realmente importante y bello tiene lugar. 

Para mí, esta exposición es algo parecido a abrir un álbum de fotos en el que se acumulan recuerdos que permiten viajar a momentos específicos de la vida de quienes los fotografiaron. Cada una de esas imágenes cuenta algo que permanece en la memoria de quien miró a través del lente y tomó la instantánea de ese segundo volviéndolo permanente. Ese segundo que, quizás, nadie amará más que quien lo eternizó. Yo hago lo mismo con La Habana. Capturo lo que quiero recordar para luego encontrarme en esos fragmentos de esa ciudad que amo y que me acompaña inevitablemente. 

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La Habana Moderna https://arquine.com/product/habana-moderna/ Mon, 07 Aug 2023 18:26:04 +0000 https://arquine.com/?post_type=product&p=81481 Título
La Habana Moderna: Textos críticos de arquitectura cubana
Havana Modern: Critical Readings in Cuban Achitecture

Editor
Rubén Gallo

Textos
Andrés Jaque, Darja Filippova, Guillermo Arsuaga, Iván López Munuera, Bart-Jan Polman, Maria Garlock and Branko Glisic, Mark Wigley, Miguel Caballero, Sylvia Lavin, Terence Gower

280 páginas
21.5×27cm8.5×10.6 in
Encuadernación de tapa blanda

Ediciones en español e inglés

 

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Este libro es una emocionante y nueva contribución al campo de la historia de la arquitectura cubana. Editado por Rubén Gallo, este volumen incluye diez capítulos, todos ellos escritos por profesores y estudiantes de la Universidad de Princeton. Éstos surgieron de una serie de seminarios y talleres organizados por Rubén Gallo y Beatriz Colomina en los últimos años.

Este volumen ofrece lecturas teóricas de diez edificios importantes en La Habana—que van de la Embajada de Estados Unidos, diseñada por Harrison y Abramovitz a principios de los años 50, a la Embajada Soviética diseñada por Alexandr Rochegov a finales de los 80—con un enfoque interdisciplinario enmarcado por los lentes de estudios teóricos y culturales, y que explora la conexión entre estos edificios y la historia, la política, la cultura, la literatura y el cine

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Espacios: Habanera, identidad tropical https://arquine.com/espacios-habanera-identidad-tropical/ Wed, 18 Nov 2020 14:41:20 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/espacios-habanera-identidad-tropical/ Hablar de la Habana y hablar de Cuba, tratando de salir librado de dolorosos raspones ideológicos es casi imposible. Pero la realidad es que nunca en toda la historia de nuestra especie la configuración de los espacios que habitamos ha sido ajena a los vendavales ideológicos. Muy por el contrario, casi siempre es su referente más contundente.

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Hablar de la Habana y hablar de Cuba, tratando de salir librado de dolorosos raspones ideológicos, a consecuencia de la enorme polaridad que desde la revolución de 1959 prevalece en el constructo colectivo del universo occidental es casi imposible, incluso tratándose de un espacio como éste, donde el objetivo principal es reflexionar sobre la forma en que habitamos los seres humanos y el cómo configuramos los espacios. Pero la realidad es que nunca en toda la historia de nuestra especie dicha configuración ha sido ajena a los vendavales ideológicos. Muy por el contrario, casi siempre es el referente más contundente.

Dicho lo cual, hoy la reflexión va sobre mi experiencia habanera visitando no como turista, sino como colaborador del Taller Internacional de Vivienda Popular, que organizaba hace unos años el arquitecto Alfonso Solano, juntando algunas de las instituciones de enseñanza en Iberoamérica. Así, con colegas de la Javeriana de Bogotá, la CUJAE de la Habana, La Landívar de Guatemala, y la Pontificia de Quito, armó el buen Alfonso una estancia peculiar en la capital cubana, donde alumnos y profesores tuvimos la oportunidad de trabajar con chicos y docentes locales, caminar sus barrios, visitar sus casas y escuchar sus posturas por encima de la guía turística.

Habiendo visitado, claro, los grandes edificios emblemáticos —desde la Catedral sumergida en su baño de tejas, como canta Silvio Rodriguez, hasta los edificios corbusianos construidos en la época de Batista y convertidos en símbolos de la revolución— las reflexiones de hoy van sobre otros edificios, aquellos donde vive la gente. Donde, sin importar la época en que fueron erigidos o el patrón ideológico que los financia, abrigan la cotidianeidad actual del ciudadano.

Son esos edificios de distintas épocas, que por calidad o necesidad siguen vigentes. Algunos refinados y de bella factura, aunque traqueteados por las inclemencias de un clima que tiende a comerse todo con gran voracidad; otros simples, de factura popular, alimentados por la creatividad de la marginación; y otros más, producidos por el ejercicio propagandístico, olvidados por éste, y ajustados por los habitantes a lo que se puede y toca.

No importa el régimen, la arquitectura habla. Dos bellos edificios refieren a la aspiración de la modernidad identificada con el Decó de Miami, de abstraer referencias y purificar geometrías, donde el clima invita a balcones amplios que se asoman buscando la brisa y proyectando sombras, semiescondidos entre el follaje de una plaza ajardinada

Más lejos, las pieles de tablones de madera de las casas platican de una otrora marginación racial, superada, pero no olvidada aún en la isla. La construcción se proyecta a la calle desnudando un portal en sombra, donde sentarse al fresco y ver pasar a los vecinos para saludarles.

En otra zona, una calle curvea mostrando una secuencia de bloques de apartamentos, ni tan refinados ni tan marginados, transitando de una época a otra, de una clase social incierta.

Luego, los conjuntos multifamiliares: los exitosos, los cuidados, los que aún presentan vestigios de la utopía… y los otros, los olvidados, los descuidados, huella fehaciente de que en todo hay éxitos y fracasos.

En todos estos, llega la noche y la luz eléctrica aparece solo donde no vive la gente, donde deambula el visitante de tierras lejanas, donde hay dinero. Pero sin luz, se ven las estrellas, y los niños y los abuelos salen a bailar salsa, porque ahí sí saben bailarla.

No siempre se puede deambular fuera de la cuenca que la industria de la migración pasajera y voluntaria nos marca para el flujo exitoso de la experiencia, pero siempre que exista oportunidad, hay que salir de ella, para conocer el verdadero sentido de identidad de quienes habitan en ella.

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Cuba en el diseño https://arquine.com/cuba-en-el-diseno/ Tue, 15 Oct 2019 02:51:33 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/cuba-en-el-diseno/ Temas como la educación, la identidad nacional, la tradición y la vanguardia, la influencia escandinava y el arte pop, entretenimiento e internacionalización y el diseño de bienestar social, son los que se exploran en la exposición Cuba: la singularidad del diseño que se inauguró en el Museo de Arte Moderno.

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Se dice que la Revolución Cubana utilizó el diseño como herramienta de cambio social. Sin lugar a duda, la arquitectura y el diseño de la isla caribeña, en los años que siguieron al triunfo de la Revolución en 1959, fueron parte de la pauta ideológica que veía en el ámbito de la construcción, el mobiliario y la iconografía una poderosa herramienta que podía propiciar la equidad y defender ese ideal de una sociedad sin clases que pregonaban. Temas como la educación, la identidad nacional, la tradición y la vanguardia, la influencia escandinava y el arte pop, entretenimiento e internacionalización y el diseño de bienestar social, son los que se exploran en la exposición Cuba: la singularidad del diseño que se inauguró en el Museo de Arte Moderno este mes y que aprovecha los 500 años de la fundación de La Habana.

Los años sesenta y la Revolución parecían el escenario perfecto para que numerosos artistas, diseñadores y arquitectos se sintieran empoderados para ser los ejecutores de las transformaciones prometidas. Es así como surgen gran parte de los proyectos que alberga la muestra, estos son el resultado material de la convicción de aquellos que creyeron en la transformación social de un territorio. Destaca el proyecto educativo, una de las prioridades de la Revolución, donde encontramos la Ciudad Escolar Camilo Cienfuegos en la Sierra Maestra, donde se planeó como un lugar que incluyó desde las aulas rurales hasta las habitaciones para los maestros y un zoológico, con mobiliario diseñado por Clara Porset con materiales locales y de bajo coste. Este proyecto, era similar al aula rural que diseñó en México Pedro Ramírez Vázquez, concebido para multiplicarse en otros países y adaptado en Cuba a sus condiciones locales de clima y manufactura. Un caso singular es el complejo desarrollado para las Escuelas de Arte que integró el trabajo de los arquitectos Ricardo Porro, Roberto Gottardi y Vittorio Garatti. Un antiguo campo de golf expropiado por la Revolución a las viejas burguesías para dar lugar a las escuelas de arte, quizás el más singular y destacable ejemplo de arquitectura moderna construido en Cuba en este período, todavía hoy, una ruina moderna de gran valor arquitectónico y espacial. 

La Revolución entendió que la clave para transmitir su mensaje a toda una población, en su mayoría analfabeta, se encontraba también en la estrategia de comunicación visual empleada. Es así como la muestra reúne imágenes gráficas de ese grupo importante de artistas que produjeron la iconografía por la cual Cuba y la Revolución serían reconocidas. Imágenes precisas en su contenido, de fácil y barata reproducción y con el uso de muy poco texto, muchas de ellas irónicamente tan reproducidas como las más famosas imágenes de Warhol. Este lenguaje de economía y simplicidad, también presente en el mobiliario escandinavo que se estaba reproduciendo para la época es el que se encuentran en muchos de los diseños realizados en Cuba: contraenchapados, ensambles y empacados prácticos que no sólo llegaron a la isla, sino también a los países más vanguardistas del momento. Como cierre, la muestra ahonda en los diseños cubanos para el bienestar social, analizando los diferentes sistemas creados para la democratización de los servicios, por ejemplo, el sistema de salud cubano un referente que ha permitido exportar médicos a otros países cercanos ideológicamente, o los organopónicos, surgidos a partir de los noventa como estrategia para el abastecimiento de comida de las ciudades y que podría verse como un antecesor de la reivindicación de lo rural que la crisis climática y otros problemas de las urbes contemporáneas parecen colocar sobre la mesa. 

Quizás ese buen diseño cubano que la muestra reúne, no es más que el producto de una época donde las vanguardias se expandían de modo viral, cargadas del espíritu de industrialización y eficiencia del momento, que había descubierto la virtud de la utilidad del diseño, contaminando todo un continente en expansión y desarrollo. La muy conocida Revolución más bien supo encontrar su capacidad para fabricar y distribuir un discurso, con algunos aciertos gráficos, de mobiliario y arquitectónicos, resultados de un momento que se detuvo en el tiempo. Sesenta años después, los cubanos siguen buscando reinventarse. Hablar de lo singular de su diseño hoy, es reconocer sus limitaciones y ese entorno ruinoso en el que viven, desde las glorias y esperanzas de una Revolución congelada en el tiempo. 

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Una reciente odisea cubana https://arquine.com/una-reciente-odisea-cubana/ Thu, 15 Aug 2013 15:09:59 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/una-reciente-odisea-cubana/ Entre el final de 2010 y el principio de 2011, Javier Barreiro realizo un viaje a Cuba. Su periplo lo fue registrando a manera de un diario fotográfico y algunas notas que describen la faena. Un viaje íntimo y periodístico, que nos muestran al crítico agudo que buscaba encontrar describir la realidad de la Isla en la parte final del régimen de Fidel Castro.

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Entre el final de 2010 y el principio de 2011, Javier Barreiro realizo un viaje a Cuba. Su periplo lo fue registrando a manera de un diario fotográfico y algunas notas que describen la faena. Un viaje íntimo por momentos y periodístico en otros, pero que sin duda nos muestran al crítico agudo, con humor de momentos, que buscaba encontrar describir la realidad de la Isla en la parte final del régimen de Fidel Castro. Entre sus reflexiones, podemos encontrar la ciudad como un espacio de contrastes, en donde los espacios públicos van de la apropiación política a la individual. Las fotografías muestran una isla en deterioro pero sin perder el orgullo nacionalista —que ya es un cliché de la cuba contemporánea.

A menudo, charlábamos de cómo la ciudad en estos países ex comunistas —Cuba, Corea del Norte, Albania y algunas partes de China— todavía ofrecían una especie de espacio para el caos, en donde la historia urbana queda registrada a través de todo lo que no se hace para mantener edificios, calles, parques, plazas, puentes, casas y muchas otras cosas. Nos planteábamos la pregunta del cómo en estas ciudades el “retrofit” es producto, simplemente del tiempo con una complicidad de la  doctrina política dominante y la naturaleza humana plagada de ignorancia.

La última parte del relato, insinúa que Javier quería visitar Miami para completar la radiografía de Cuba.

Pablo Lazo Elizondo

Una reciente odisea cubana

Las Tunas es el pueblo donde era juez el abuelo de mi mujer en los años cincuenta. Allí crecieron su madre y su tía. Con la llegada de la revolución, el abuelo perdió el cargo y fue condenado al ostracismo.

Los CDR son los omnipresentes Comités de Defensa de la Revolución, células ideológicas del partido y de información capilar de la Seguridad del Estado.

En el Conservatorio de Holguín asistimos casualmente al examen de graduación de un grupo de  chicas. La playa de Guardalavaca está a una hora al norte de Holguín, cerca de la playa donde se supone llegó Colón.

Estadía en Julio Antonio Mella…

De Holguín a Mella se pasa por todos los pueblos de la canción: “De Alto Cedro voy para Marcané, llegó a Puerto voy para Mayarí…” uno más deprimente que otro, atravesando un campo lindísimo, donde no hay nada plantado ni un bicho pastando —en nuestro caso, al atardecer y, al final, con luna llena.

Mella (ex Miranda) es un pueblo en el Oriente de Cuba, cerca de Santiago, cuya raquítica economía gira alrededor de un fantasmagórico central azucarero. La  mitad de los centrales están hoy cerrados: es más barato importar azúcar que producirla en Cuba.

Inútil explicar quién es quién en las fotos, personajes del Macondo donde vive buena parte de la familia de mi mujer, y que incluye desde testigos de Jehová hasta militantes del partido, chicas que estudian las más diversas carreras y que sueñan con irse del país. Para quienes vivimos dictaduras militares, la miseria y el miedo que asolan a la mayoría de las personas resulta trágicamente familiar: cómo uno se acostumbra a (casi) todo.

30 Mella Motociclista 1 72 Santiago Altura

Primera parte de la estadía en Santiago…

Ciudad acaso más bella que La Habana. Vagando por sus calles y plazas, uno siente que ahí sucedió algo fantástico, pero hace tanto tiempo que (salvo los viejos) casi nadie recuerda qué fue –viéndola tan apagada por esa división insultante entre el país de los turistas y el de los cubanos, que viven arrinconados en su propia casa. Después está la casta de nuevos ricos, funcionarios del partido y del gobierno. Porque la miseria es enorme, pero en esa economía paralela dolarizada se encuentra de todo, siendo que el 80% de los productos es importado. La pregunta es quién accede a esa abundancia, porque el salario medio de un cubano son 15 dólares y en esas tiendas un jabón cuesta 1 dólar. Las remesas de los cubanos en el exilio son la segunda fuente de ingresos del país  y el robo a las empresas del estado (por sus propios trabajadores) es la manera habitual de “resolver” la sobrevivencia. El gobierno finge demencia. Como reza la constante consigna en muros y tiendas, plazas y baldíos: “Santiago es Santiago – con el esfuerzo de todos venceremos” (a fuerza de incitaciones a la victoria, uno no termina de entender quién es el enemigo y termina convencido de que los derrotados son los propios cubanos).

En esos días estaba el acalorado “debate” sobre la economía, en la TV, en los monolíticos Granma y Juventud Rebelde (esos órganos de información tan imparciales y objetivos del régimen), donde todo era un golpeteo de pechos (con el ministro de economía a la cabeza) por los fracasos del sistema, y Raúl Castro diciendo, con una mano en la cintura, que “puede que nos hayamos equivocado en todo, arruinando las vidas de varias generaciones” (aplausos), jugando la última carta con la “vía china”: maniatada apertura económica y cero apertura política; un intento desesperado de legalizar lo que ya es una hecho: la economía sumergida que hace funcionar al país, pero con un sistema de impuestos patético e injusto en el peor sentido capitalista. Para este año está prevista la eliminación de la ya raquítica libreta de racionamiento y van a despedir a más de un millón de empleados del estado: que se arreglen, dicen partido y gobierno, ya no los podemos mantener. Si no fuera por los 100 mil barriles de petróleo que les manda Chávez, aquello estaría hundido en el barro… A ver qué iniciativas podrán tomar las personas, después de medio siglo donde se prohibió tomar cualquier iniciativa…

Segunda parte de la estadía en Santiago…

Lo que no cuentan los periodistas y no dicen los informes (sin importar la tendencia), es cómo ese “sistema” ha impactado e impacta las vidas cotidianas de millones de cubanos: sus deseos, sus horizontes profesionales, su psicología, su ánimo, el miedo ante la prohibición de todo lo que no se ajuste a la línea y a la moral oficiales, sus relaciones sociales y amorosas.

La prostitución está ahora más encubierta. Tras la represión que ha enviado a miles de chicas a campos de trabajo, ha migrado rocambolescamente a internet… en un país donde –fuera del e-mail controladísimo, sólo pocos privilegiados acceden a la red– y cómo incide en decenas de miles saber que quien mantiene a toda la familia es, a menudo, alguna de las hijas (incluso menores de edad), que en un fin de semana con algún cliente extranjero gana más que los padres en todo el año.

Otro dato llamativo: la cantidad de gente que no hace literalmente nada: si el estado finge que les paga, ellos fingen que trabajan. No sé cómo se mide la desmoralización generalizada que produce un hecho tan brutalmente básico… como la mendicidad y la transa tan difusas.

La otra cosa que no se dice en los medios es que, tras 50 años de ese régimen, ha habido un retroceso al paleolítico: el 95% de los cubanos consume toda su energía diaria en sobrevivir, no hay tiempo ni ganas para otra cosa. La gran conquista es que hace unos años casi todos los cubanos pudieron adquirir un refrigerador (un “frío”) y una olla a presión, a pagar en incómodas cuotas durante diez años. En cuanto al famoso nivel educativo, cada vez que escriben, la mitad está llena de faltas ortografía, con una sintaxis de segundo año de escuela…

Primera parte de la estadía en La Habana…

Dentro de su esplendor fantasmagórico, la capital estaba más triste que de costumbre. Conviven consignas oficiales y publicidad de santería para aliviar los males, infinitos changarros donde se venden sobras y se ofrecen servicios tan básicos como inverosímiles. El cartel del homenaje a Lezama Lima es un ultraje: la mitad de los participantes son los que lo traicionaron y le hicieron la vida imposible; ahora lo festejan. El grupo de chicos travestis que ocupaba cada noche la escalera de entrada a nuestro edificio, usaba el zaguán para tener sexo, mear y llenarse de pastillas. Después de medio siglo de reprimir a los homosexuales, ahora se toleran un par de discotecas gays… pero igual mañana Fidel o Raúl Castro se despiertan con el pie izquierdo y ordenan cerrarlos con arrestos en masa contra esa lacra social de degenerados contrarrevolucionarios.

Segunda parte de la estadía en La Habana…

La belleza melancólica del Vedado está cada vez más descascarada, salpicada aquí y allá con la casona impecable de algún nuevo rico o funcionario del gobierno. Las escenas de vida parecen de un tiempo detenido al margen de la vida. Uno les puede encontrar su poesía, pero es siempre un poco escandalosa apenas penetra en la intimidad de las casas y las charlas (serán para otro momento)…

La desinformación total, ligada a la ilusión de saberlo todo, se acompañan con un desinterés casi absoluto por lo que pasa en el resto del mundo: Cuba sigue siendo para el 95% de los cubanos que he conocido, el ombligo no del mundo sino del universo. Uno no sabe si el desinterés se debe a que no pueden salir de ahí ni acceder a ningún tipo de información fuera de la oficial, entonces para que interesarse en algo que nunca voy a conocer… Fuera del e-mail, salvo una minoría de privilegiados del régimen, la población no tiene acceso a internet o a la prensa extranjera: el régimen (como un papá severo pero responsable) vela por la salud mental de sus hijos, no sea cosa que sepan cosas que luego les harán daño.

Mi próxima etapa será Miami, para completar el mosaico del universo cubano. Es que cuando regresen (o vayan) los cubanos de Florida todo será aún peor, no desesperen…

por Javier Barreiro Cavestani

149 Habana ColArq2 141 Habana Vedado 9 137 Habana Parque infantil 1 131 Habana El deber 130 Habana Arbol 126 Habana edif. 4

24 Mella Fidel BAJA

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