Resultados de búsqueda para la etiqueta [Francisco Serrano ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Sat, 07 Jun 2025 00:37:14 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.1 Francisco Serrano. 2008-2018 https://arquine.com/product/francisco-serrano-2008-2018/ Mon, 05 Sep 2022 21:03:09 +0000 https://arquine.com/?post_type=product&p=68115 Editor: Arquine
Textos: Francisco Serrano, Miquel Adrià, Carlos Jiménez
Cubierta: Tapa dura
Tamaño: 26 x 28cm
Páginas: 188
Edición: Bilingüe
ISBN: 978-607-9489-54-0

El cargo Francisco Serrano. 2008-2018 apareció primero en Arquine.

]]>
Más de cincuenta años de trayectoria profesional dan testimonio de la sólida práctica de la oficina de Francisco Serrano. Heredero de una tradición arquitectónica moderna, ha materializado su pensamiento y trazos en una obra construida de gran claridad y contundencia. El uso eficiente del módulo, el estudio minucioso del programa y la legibilidad de sus estructuras son sólo algunas de las cualidades destacables de su trabajo. Lejos de apuntar hacia la recopilación de su trayectoria, este segundo volumen presenta el trabajo más reciente de la oficina. El libro contiene proyectos desarrollados en la última década, de diversas escalas y tipologías, que confirman que la arquitectura de calidad es siempre relevante.

El cargo Francisco Serrano. 2008-2018 apareció primero en Arquine.

]]>
La idea de Torre Reforma https://arquine.com/la-idea-de-torre-reforma/ Wed, 23 Feb 2022 23:00:15 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/la-idea-de-torre-reforma/ En uno de nuestros viajes, en un restaurante en Zúrich, me dijo: “te voy a enseñar lo que estoy pensando hacer para un edificio en Paseo de la Reforma”. Entonces dibujó la torre en una servilleta y me preguntó mi opinión.

El cargo La idea de Torre Reforma apareció primero en Arquine.

]]>
Hay mucha gente que puede hablar solo de Torre Reforma pero yo creo que lo más interesante de Benjamín, mi amigo y colega, es que es una persona completa. Entre los arquitectos es muy común que algunos sólo diseñen o sólo proyecten, construyan o promuevan obras; en cambio, la vida de Benjamín habla de una totalidad: él es promotor, proyectista, ejecutor, vendedor. Ofrece el paquete completo y eso lo distingue de los demás. Con Benjamín, la arquitectura está en relación con la sociedad. Su trabajo no sólo parte de los aspectos ecónomicos sino que aporta algo más a la ciudad, a sus habitantes. Es una persona culta en todos los sentidos.

Desde mi punto de vista, ciertos hitos de su experiencia profesional marcaron cambios que lo llevaron a expresarse de otra manera; por ejemplo, la Torre Chapultepec, además de otras obras trascendentes que mucha gente no sabe leer y que a mí me parecen estupendas, conociendo su trabajo. El edificio Tres Picos y el Centro de Cómputo de Tizayuca dicen mucho de él. Su arquitectura es completa. No es forma, no es función, no es negocio. Es todo junto.

Por otro lado, muy pocos arquitectos son buenos maestros y están dispuestos a hablar de todo como él. Al contrario del ingeniero que aburre cuando da cálculo o el arquitecto que enseña a componer pero no cómo se construye, con Benjamín la enseñanza es global, y creo que ha transmitido su quehacer con éxito. Por eso, hace algunos años, cuando por fin logramos traer la Cátedra Blanca de España a México, pensé en él para que la impartiera.

A raíz de esta experiencia académica entablamos una amistad que no puedo dejar de lado al hablar de su trabajo. Hemos hecho varios viajes por el mundo para conocer arquitectura, y todas esas vivencias me han puesto en contacto con su manera de ser: es siempre él mismo, está
interesado en lo mismo, se emociona al ver una buena obra, se disgusta cuando nuestros puntos de vista no coinciden, y me quiere convencer. Es tan necio como yo. Juntos hemos tenido la oportunidad de conocer arquitectos de renombre mundial, que nos han permitido ver sus obras y de alguna manera nos han formado, porque lo hemos buscado. No es fortuito. No todos los arquitectos están dispuestos o tienen las posibilidades para viajar por el mundo, para informarse, para discutir, para ver.

Los viajes son la mejor manera de conocer a las personas, pero también entre arquitectos es una buena manera de saber qué es lo que realmente nos mueve. Benjamín se emociona cuando ve una obra, pero no se deja impresionar por la escala o por una estructura interesante. Ve el todo y después discute qué es bueno y qué no. Me parece que su lectura de las obras es objetiva, con fundamentos. Hemos visto varios edificios en obra, por ejemplo de Rudy Ricciotti, Zaha Hadid o Jean Nouvel, y la lectura de Benjamín es muy particular. Él se fija en lo que las empresas de construcción hacen bien, o no, e incluso piensa en cómo se va a rentar. Hay un interés por el proceso, donde la única manera de llegar a una forma no es a base de un mock-up formal.

En uno de nuestros viajes, en un restaurante en Zúrich, me dijo: “te voy a enseñar lo que estoy pensando hacer para un edificio en Paseo de la Reforma”. Entonces dibujó la torre en una servilleta y me preguntó mi opinión. Me explicó el proceso —en ese momento no hablaba del
libro— y me comentó que haría un triángulo en escuadra para que en medio quedara la casa, lo cual, desde el punto de vista constructivo, es soportable. Resalto esto porque Benjamín comparte sus ideas; las comparte para que lo apoyes o para que lo critiques, no para aumentar su ego o presumir lo que está haciendo, y esta actitud me parece propia de un buen arquitecto. En este caso, fue una demostración de amistad, pero en el fondo buscaba el camino para hacer lo mejor dentro de su capacidad, y esto no es común en el medio.

Para la Torre Reforma, se compró un terreno con una ubicación inmejorable pero con la existencia de una casa catalogada. Distinto a lo que cualquier arquitecto hubiera hecho, demoler la vieja casona para levantar el edificio, Benjamín analizó las posibilidades y prefirió conservar la casona no solo por ser un reto constructivo singular, porque habría que cortar, mover, etcétera; sino porque significaba mucho para la ciudad conservar un pequeño recuerdo de cómo era antes el Paseo de la Reforma. En mi opinión, la casa no es una buena obra de arquitectura, pero en general así eran todas las casas en esa avenida, y su conservación me parece un hecho cultural significativo para la ciudad.

El edificio tiene muchos detalles interesantes que me tocó ver de cerca porque Benjamín me invitaba a acompañarlo. Estuve presente desde el primer garabato hasta en una reunión con ARUP en Nueva York. Entonces me di cuenta de que Benjamín no se dejaba opacar por el prestigio de la empresa, tampoco ésta le dictaba qué hacer. Buscó a los mejores para hacer la obra y resolverla juntos, eso es todo. Recuerdo muy bien que en esa reunión hubo una discusión sobre las ventanas y salimos muy molestos con la propuesta de ARUP. En una ocasión similar, cuando participé en un concurso con Norman Foster —que perdimos—, me había tocado sostener una discusión parecida, hasta que Foster dijo: “Serrano está diciendo algo mucho más lógico que lo que hemos estado discutiendo”. Lo que quiero decir es que muchas veces no opinas, porque piensas que el otro es un genio, y aceptas todo lo que él diga aunque no estés de acuerdo. Sin embargo, Benjamín no tenía miedo, pero sí le preocupaba la inversión. Por eso, ya con el cálculo del edificio completo, pidió una segunda opinión a un estructurista de WSP, a quien yo conocía por el proyecto con Foster. Benjamín estaba en la búsqueda de lo mejor, lo mejor del proceso y del todo, y quería una garantía; no lo hacía por arrogante.

También pude seguir el proceso de obra, durante el cual el interés del arquitecto se concentró en que la construcción fuera la mejor: la más económica, en el buen sentido; no la más barata, sino la más eficaz. Al mismo tiempo, cuidó la expresión arquitectónica, y esto es muy claro en la estructura. Discutimos todo el proceso, un par de veces inclusive, hasta con los ingenieros. Benjamín insistía en forrar la estructura con mucha elegancia, como en la torre de Foster en Nueva York, pero le dije que no, porque la expresión del forro en Hearst Tower se entiende muy bien, independientemente de las razones técnicas, le da sentido a todo el edificio, mientras que en la Torre Reforma era innecesario. Al final me dio la razón.

La inexistencia de columnas es algo que llama mucho la atención en esta obra. Se trata de un hecho único, en el sentido que hay de setecientos a mil metros cuadrados libres, sin columnas, sujetos por esa estructura que expresa la forma: no está oculta, tiene un gran claro y se nota. Además, están los clusters, que en México ningún otro edificio tiene. Cada determinado número de niveles hay un espacio común que da a las oficinas posibilidades de crecer. El único antecedente similar en nuestro país es el edificio La Mitra, de Augusto H. Álvarez, en el que cada cierto número de pisos hay un patio. Esta idea me parece interesante porque habla de un concepto de la sociedad actual: la flexibilidad. Como arquitecto, no puedes crecer el edificio al infinito, entonces conectas tres niveles en un punto y con una escalera das la oportunidad de subir o bajar un piso, de tal manera que doblas la superficie. También está el famoso sitio común, que no tiene ventanas:
la mejor terraza urbana de la ciudad. Benjamín propuso esta idea en su taller y todos lo cuestionaron porque la fachada perdería continuidad. Entonces me habló para preguntar mi opinión. Le dije: “ábrela y ya, tú mandas”. Por último, la cancelería del edificio se deforma. Esto se logró con un módulo de 1.05+×+2.10 m, que se debe al fabricante, que puede armar paneles de esta medida y guardarlos para cuando se rompa un cristal o cuando se requiera. Lo que deja ver que hay una perspectiva por parte de Benjamín, no nada más hace la obra y ya, sino que se preocupa por la vida que vayan a tener esos edificios, la operatividad y el mantenimiento. También me gustaría
mencionar el tratamiento de la fachada, que quita asoleamiento y eleva la estética. Casi ningún arquitecto hace algo así, por el dinero que implica. Pero Benjamín, además de ser el arquitecto, es el promotor, y en este caso, el negocio cedió la prioridad a la arquitectura.

Otra cualidad de la Torre Reforma es su sistema de estacionamiento. El edificio robotizado es una estructura pensada para convertirse en otra cosa si el mundo cambia y en un futuro la gente ya no requiere tantos lugares de estacionamiento. En el momento en que Benjamín lo planeó, era visionario; ahora parece que esta fórmula es de obligado cumplimiento.

La Torre Reforma no es un edificio más, no es una caja con adherencias o deformaciones. Tiene una forma única, por el terreno y por la normativa. La Torre Reforma nunca se confundirá con la torre de a lado, pero al mismo tiempo hace que sus vecinas se vean bien, en un buen contexto. Para mí, una buena obra empieza con un buen partido, y en este caso, empezó con una servilleta: ahí estaba todo  desde el principio. Benjamín dijo: “en este terreno, le hago de esta forma, me emplazo así porque quiero voltear a Chapultepec, le hago huecos de este lado porque tengo colindancia, me remeto en la pequeña calle y luego en la avenida principal me enchueco para no molestar”. Ése es
el partido. Estuvo en esa servilleta, luego se desarrolló y dio vueltas. Pero la servilleta sólo era el soporte para la expresión del partido, porque el partido propiamente dicho ya había sido resuelto por el arquitecto. Benjamín es un arquitecto completo, un personaje único, y la Torre Reforma tiene que ser el inicio de más proyectos ejemplares.

El cargo La idea de Torre Reforma apareció primero en Arquine.

]]>
INFONAVIT San Francisco Metepec: idea, apropiación y habitación https://arquine.com/infonavit-san-francisco-metepec-idea-apropiacion-y-habitacion/ Thu, 30 Sep 2021 14:10:55 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/infonavit-san-francisco-metepec-idea-apropiacion-y-habitacion/ Quizás la modernidad fracasó pues su utopía acabó siendo impositiva, ignorando el valor preindustrial de la producción social de vivienda que al final acaba resolviendo el déficit de este bien inalienable, sin presuponer reglas de funcionamiento inflexibles. Pero es necesario también reconocer en el ejercicio crítico, que no siempre estas utopías han terminado en desastres.

El cargo INFONAVIT San Francisco Metepec: idea, apropiación y habitación apareció primero en Arquine.

]]>

 

El denominado “Milagro económico” de México durante los dos primera décadas siguientes a la Segunda Guerra Mundial tiene diversos aspectos dignos de analizar, como el aprovechar la activación bélica en el conflicto mundial, por parte de los Estados Unidos de América, así como la focalización de su producción industrial hacia las armas, para potenciar nuestra propia actividad industrial y dirigirla a ofrecer los productos complementarios que requería la demanda comercial de nuestro vecino al norte. Esta capacidad de atrapar la oportunidad del momento histórico global, se mezclaba con la continuidad política que enfocaba una atención importante a la implementación de esquemas que, en su momento, se creían los adecuados para permitir el crecimiento económico de familias obreras y campesinas, con la firme intención de consolidar una incipiente clase media.

No es este espacio el adecuado para el análisis de cómo y porqué ese momento perdió inercia y terminó desastrosamente con las crisis económicas de finales de los años 70, los 80 y posteriores, pero sirva la introducción para entender el porqué, desde los años 40 hasta inicios de los 70, INFONAVIT, ISSTE, e IMMS, llegaron a producir una buena cantidad de estructuras arquitectónicas dedicadas a la vivienda de bajo costo, contando con la participación de destacados despachos del momento.

El que aquí comparto conlleva un encargo específico de mi padre. Con motivo de mi asistencia a la Reunión Nacional de ASINEA (Asociación de Instituciones de Enseñanza de la Arquitectura de la República Mexicana) por ahí del 2015, siendo Coordinador del programa de Arquitectura de la IBERO, que se realizaba en Metepec, Estado de México, me pidió que en los ratos libres pudiera darme una vuelta y documentar la evolución que había tenido el conjunto habitacional realizado durante su sociedad en SSN (Serrano, Serrano y Nava) a las afueras del mencionado pueblo mágico. Él ya había realizado un ejercicio similar, con el conjunto que diseñaron para la misma institución gubernamental, en Iztacalco Ciudad de México, generando una profunda reflexión autocrítica que le llevó a cambiar en parte su postura idealizada por la arquitectura moderna, el papel del arquitecto como constructor de utopías sociales, contrastada ante la realidad entre las necesidades de los habitantes y la evolución de las familias.

Así que, con ese contexto, me aventuré a visitar el sitio, registrarlo fotográficamente y compararlo con algunas de las perspectivas dibujadas por mi padre, y utilizadas como herramienta de visualización y prefiguración.

El espacio actual se aleja de la bella perspectiva aérea donde se plasmaba una población moderna que jugaba en su traza con los ejes que la vinculaban a distancia con el pueblo originario de Metepec, el cerro contiguo e importante en el paisaje, y las diagonales que conectaban por carreteras hacia la ciudad de Toluca y hacia Zinacantepec. No porque la traza haya cambiado, sino porque esa idea de la población moderna, con sus mercados, templos y viviendas incluidas que miraba a distancia a la estructura urbana antigua, hoy día ha quedado envuelta, al igual que el pueblo originario, por la conurbación con la capital del Estado.

Sin embargo, una vez identificada la traza de la unidad, y a diferencia de otras existentes a lo largo de la república, el primer punto a favor que le daría a su subsistencia es que no se lee como un gueto cerrado, sus calles se abren y se continúan con los crecimientos posteriores. También es reconocible el juego de las tres escalas: Hacia el exterior y funcionando como como una gran envolvente urbana, los edificios de tres niveles que contenían unidades para un cierto tipo de familias. Las plazas y edificios de mercado, hacia el interior, que utilizaban a manera de torreón, los tanques elevados como hitos de identificación del espacio colectivo, y los dúplex de dos niveles para la segunda tipología de familia. Y finalmente, al corazón del interior, accesibles por calles peatonales y combinando espacio con las otras tipologías, edificaciones de un solo nivel.

Desde luego, entre el ideologizado ambiente que representan las perspectivas y la realidad de las imágenes hay un salto cuántico, pero debo decir que la tipología original se ha mantenido sin grandes alteraciones, eso sí, con pinturita relativamente nueva en algunas secciones del conjunto. Lo que sí ha cambiado es la configuración programática, ya que en la apropiación natural de quien habita el sitio, los espacios pierden su destino originalmente diferenciado entre vivienda y comercio, para abrir paso a reconfiguraciones donde las familias ajustan, ponen rejas o cierran espacios donde unos lo requieren, otro no, abren puertas, asoman negocios nuevos, mezclan el uso.

Esto, desde mi punto de vista, resulta en una simbiosis afortunada que no siempre sucede y hace que la utopía pase del no lugar, el sitio que hay que construir, a la heterotopía de las sociedades y espacios que evolucionan y se transforman constantemente.

La experiencia se completa con la ruptura de prejuicios sociales. Mientras camino y registro por los diversos espacios, diferentes habitantes se acercan a mí —al inicio con no muy buena cara— para preguntar qué estoy haciendo. A fin de cuentas soy un extraño invadiendo su territorio. Pero al explicar la intención y encargo relacionados con mi visita, aparece la empatía. Me ofrecen la mano, me platican su historia donde los viejos hablan de cuando llegaron y sus herederos de que prefieren no salir de ahí, pues es su barrio. Me cuentan cuándo abrieron el taller, la costurera, el cuarto que sobraba, o no, pero que se podía abrir a la calle. Me llevan, me acompañan, se despiden de mí, y me cuidan pasando la voz.

Quizás la modernidad fracasó pues su utopía acabó siendo impositiva, ignorando el valor preindustrial de la producción social de vivienda que al final acaba resolviendo el déficit de este bien inalienable, sin presuponer reglas de funcionamiento inflexibles. Pero es necesario también reconocer en el ejercicio crítico, que no siempre estas utopías han terminado en desastres dignos de ser dinamitados, como el emblemático Pruitt Igoe, que cita Jenks para fechar el inicio de la posmodernidad.

De lo que yo puedo percibir, y aceptando mi inevitable filiación a los tres autores originales de la propuesta (J. Francisco Serrano, Francisco J. Serrano y José Raymundo Nava) es que se acertó en las tipologías formales y en sus escalas, se acertó en las rítmicas de los elementos reiterativos, como escaleras comunes, como parte de la estratificación del espacio colectivo. Se acertó en las dinámicas de vivienda, insuficientes, pero con alternativas. Se acertó también en la configuración interna de los espacios comerciales y de servicio y sus elementos de identidad. 

Al final, el acerito principal fue intentar confeccionar una población completa, y no una unidad de vivienda multifamiliar.

Hoy día, ni mi padre ni yo creemos que ese deba ser el acercamiento. La construcción del espacio habitable debe ser un ejercicio social y ecosistémico. Nuevas urgencias se suman a las injusticias de siempre. Hay que seguir la conversación, hay que seguir caminando.

El cargo INFONAVIT San Francisco Metepec: idea, apropiación y habitación apareció primero en Arquine.

]]>
México, modernidad y obsolescencia planeada https://arquine.com/mexico-modernidad-y-obsolescencia-planeada/ Wed, 05 May 2021 15:14:15 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/mexico-modernidad-y-obsolescencia-planeada/ La economía de escala, capital y global, convierte a todo lo que produce en un juego de obsolescencia planeada. Es decir, para que ésta pueda funcionar, es obligatorio que los productos tengan una característica objetiva, un tiempo de vida limitado, y eventualmente, sean desechados para que la industria pueda seguir ofreciendo nuevos productos “más actualizados” que, desde su gestación, se saben destinados a terminar como deshecho.

El cargo México, modernidad y obsolescencia planeada apareció primero en Arquine.

]]>

Navegaba hace un par de meses por la red, en esa búsqueda inacabable por seguir aprendiendo. En este caso, mi curiosidad era acicateada por un conjunto arquitectónico que, habiéndolo tenido toda mi vida consciente en gran estima, desapareció como por arte de magia durante el 2018. He de reconocer que hay un aliciente sentimental, ya que mi padre cada vez que pasábamos cerca de él, nos narraba con orgullo su participación como colaborador —que no como autor— del edificio ya haciendo equipo con su amigo Pancho Serrano.

El conjunto, constaba de dos edificios, obra de la asociación entre Francisco J. Serrano, Luis MacGregor Krieger y Fernando Pineda, terna que en la década de los 50 del siglo pasado ya había participado haciendo equipo para el edificio de la Escuela de Ingeniería e Instituto de Biología en Ciudad Universitaria. La construcción aquí narrada me parecía en lo personal un bello ejemplo de la arquitectura racionalista a lo Gordon Bunshaft, con sus matices locales relativos a la latitud cultural y al contexto citadino de la capital mexicana.

Se encontraba casi en la esquina de Rio Mississippi y Reforma, en la Ciudad de México. Recién estrenado, y celebrando que su imagen se ajustaba adecuadamente a las aspiraciones que tenía la Regencia —en aquel entonces, no había gobernador— de nuestra capital por proyectar la pantalla de un México Moderno ante la inminente celebración de los Juegos Olímpicos de 1968, el Comité organizador de dicho evento adquirió el conjunto sin dudarlo un momento. Así, se convirtió en una de las múltiples estampas que nuestra ciudad proyectó al mundo en aquella época. Su posición casi en esquina, y la ausencia de edificación en el lote colindante, hicieron que su perfil se dibujara dominando la encrucijada entre las avenidas mencionadas durante varios años.

Narraba mi padre que, ante la importancia del evento y la resonancia del conjunto, una de las perspectivas que él había dibujado, como parte de su colaboración en el mismo, había sido publicada en una revista donde el autor del artículo comparaba el dibujo con una foto de su autoría, tomada más o menos desde el mismo punto, para hablar de la honestidad entre la modelización y la ejecución arquitectónica.

Durante muchos años quedó como anécdota, pues la perspectiva original habría quedado en manos del primer propietario del inmueble, y de la revista, ni el nombre ni el autor se recordaba. Más tarde, en un gesto de cariño para con su amigo de toda la vida, Pancho Serrano le envió a mi padre, junto con un montón de originales, un folleto de aquel edificio y, finalmente, pudimos conocer una versión coloreada de la legendaria perspectiva, impresa en el documento publicitario.

Se imaginarán aquellos lectores que no se hayan aburrido aún con el relato, mi sorpresa al encontrar en Pinterest, una reproducción digital del dibujo narrado, en su original blanco y negro (misma que comparto junto con la colorada del folleto y otras más) No venía con datos, ni ficha de registro, simplemente estaba ahí, entre otras muchas.

Así que, tras pensarlo bien, decidí compartir esa, las del folleto, y algunas fotos previas a la demolición del edificio, para hablar un poco de su arquitectura.

Como platicaba al inicio del escrito, en lo personal encuentro inevitablemente el espíritu del Bunshaft joven —proyectista en jefe durante los años 50 de Skidmore, Owens & Merrill y uno de los primeros Pritzker de arquitectura— aquel que plasmara en el bello prisma montado en un basamento elevado sobre pilotís, en el Lever House Building de Nueva York. 

El Maestro Serrano y sus asociados, propusieron también un prisma bien modulado, como el de Bunshaft, que se remetía del paño de la cinta de Reforma, para dejar un umbral pergolado formando un acceso monumental, pero que tomaba escala adecuada al estar acompañado de un auditorio cuyo volumen ciego se forraba con láminas de cobre. Tras el gesto que, aun siendo monumental, matizaba la dimensión peatonal del acceso hacia Reforma, se desarrollaba el prisma de oficinas, modulado en pies y pulgadas, para ajustar al sistema con que se producían los paneles de cristal y la cancelería de aluminio que formaban la piel. La estructura esqueletal de concreto armado, liberaba al edificio en una planta baja que se abría al peatón como un gran pasaje, formado un basamento comercial que conectaba con el segundo volumen. Éste, otro prisma destinado a departamentos, más esbelto en proporción, pero más bajo de altura, se elevaba en un ritmo de bandas opacas y transparentes, para tomar la escala de una calle secundaria, como la de Río Atoyac, por la cual tenía su acceso particular. Las bandas opacas, forradas de mármol travertino, escondían el sistema de ventilación natural para los departamentos y aportaban en su voladizo la posibilidad de jardinería incluida.

Tras la culminación de los Juegos, el edificio se puso en venta y fue adquirido por la Empresa Aeronáutica que todos conocemos como Aeroméxico, y se hicieron ajustes inevitables, como la película de tono verdoso con que se forraron los cristales de la torre de oficinas, o la sustitución de las láminas de cobre por elementos de color azul, más identificable con los tonos de la empresa. Pero la realidad es que esos detalles no envilecieron en absoluto la calidad del proyecto.

Eventualmente perdió su papel como protagonista de la esquina norponiente de Reforma y Mississippi, al aparecer la construcción de la torre que alberga al Hotel Regis, ante el nuevo boom inmobiliario que sufrió Reforma al ser parte del polo de desarrollo poniente de la ciudad, generando el eje Centro-Santa Fe. Y un día, en el pasado reciente, Aeroméxico, queriendo aprovechar mejor el revaluado costo de suelo de su terreno, anunció la demolición de sus oficinas para albergar la nueva torre corporativa, de la cual aún no asoman ni sus luces y, tras la situación actual, vaya usted a saber para cuándo.

Así, la ciudad ha perdido un buen conjunto de edificios, con el riesgo de que pasen varios años antes de que otro rellene el hueco. Ya veremos.

La economía de escala, capital y global, convierte a todo lo que produce en un juego de obsolescencia planeada. Es decir, para que ésta pueda funcionar, es obligatorio que los productos tengan una característica objetiva, un tiempo de vida limitado, y eventualmente, sean desechados para que la industria pueda seguir ofreciendo nuevos productos “más actualizados” que, desde su gestación, se saben destinados a terminar como deshecho. A veces, la historia le juega una contra el sistema y, como sucedió con el Lever House en su momento, cuando estuvo a punto de ser demolida para dar paso a una edificación de mayor metraje y altura, un grupo de aguerridos protectores de la memoria salta para defender el inmueble y protegerlo. Gracias a ello, podemos seguir disfrutando y analizando el emblemático edificio de Bunshaft. No corrió con la misma suerte la protagonista de este relato, y su memoria irá perdiéndose en el tiempo “como las lágrimas en la lluvia” diría Roy Batty en Blade Runner. Nada es para siempre.

El cargo México, modernidad y obsolescencia planeada apareció primero en Arquine.

]]>
Espacios: Serrano, Serrano y Nava: Manierismo moderno en tres pasos https://arquine.com/espacios-serrano-serrano-y-nava-manierismo-moderno-en-tres-pasos/ Thu, 01 Oct 2020 17:28:32 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/espacios-serrano-serrano-y-nava-manierismo-moderno-en-tres-pasos/ La primera generación de Arquitectura en la Ibero, partió con el sueño de un programa que pretendía tomar los principios de la Bauhaus aplicados a la realidad mexicana. Así, con Augusto H. Álvarez como guía, y una pléyade de maestros comprometidos con la modernidad, surgió un grupo formado en el uso del módulo industrial, la limpieza de la forma, la pulcritud del espacio y el rigor de la composición.

El cargo Espacios: Serrano, Serrano y Nava: Manierismo moderno en tres pasos apareció primero en Arquine.

]]>
Prefiguración, Figuración y Configuración

La primera generación de Arquitectura en la Ibero, partió con el sueño de un programa que pretendía tomar los principios de la Bauhaus aplicados a la realidad mexicana. No en balde el primer director, Augusto H. Álvarez, se entrevistó con Walter Gropius, ya en Harvard, para configurar el plan de estudios que correría paralelo al obligatorio de la UNAM. Así, con Augusto como guía, y una pléyade de maestros comprometidos con la modernidad, surgió un grupo formado en el uso del módulo industrial, la limpieza de la forma, la pulcritud del espacio y el rigor de la composición.

En ese contexto, mi padre, el arquitecto José Raymundo Nava Requesens, fue acogido en el despacho del maestro Serrano, junto con su gran amigo Pancho, hijo del ingeniero y arquitecto. Tras un tiempo como colaborador, fue invitado a la sociedad que firmó una buena cantidad de proyectos como Serrano, Serrano y Nava. Proyectos de todo tipo, pasando de lo residencial hasta lo social, desde lo comercial hasta lo industrial.

El lenguaje desarrollado evidenciaba la continuidad de los ideales que los grandes maestros del Movimiento Moderno, aquellos definidos por los Mies o Le Corbusier, donde la expresión de la estructura, combinada con la transparencia y aplicación detallada de materiales, marcaban la línea de una estética espacial y constructiva. El proceso era complejo y dialogante, donde entre los muchos formatos de dibujo, se encontraban los cróquices de prefiguración, las perspectivas de figuración, y finalmente, la configuración del edificio a través de su construcción.

Dentro de ese proceso, la mano privilegiada de mi padre aportó una buena cantidad de dibujos de proceso, de los cuales comparto hoy específicamente los relacionados a un bello edificio ubicado en el número 5 de la avenida Juan de la Barrera, colonia Condesa. En su momento, la construcción fue premiada por la “Asociación de Manufactureros de Productos de Aluminio para la Construcción A.C.” en el año de 1968.

Para este edificio en particular, un croquis, una perspectiva del exterior, y otras de detalle, yo aporto fotos del antes y después, para mantener la filosofía de que las imágenes aquí mostradas, son de producción propia en cuanto a las instantáneas se refiere.

Con algo de Mies y de Bunshaft en la composición, y mucho de Paul Rudolf en la perspectiva, el volumen de este edificio de departamentos, parte de un basamento etéreo que da pie al acceso vehicular y peatonal, perfectamente diferenciado, cobijado por una marquesina de mármol blanco que determina la relación entre la escala peatonal de la calle y la acera, y la urbana donde se desarrollan propiamente los departamentos. Para la segunda escala, el volumen se parte en tres cuerpos verticales que enfatizan esa dimensión en altura, equilibrada a partir de los marcos de cristal y aluminio que componen la reiteración de entrepisos. Los dos cuerpos de los extremos, sobresalen del paño con relación al cuerpo central, que funciona como conector, tanto en la composición, como en la distribución de los espacios.

Esta época de la arquitectura mexicana, ha sido olvidada tras el desprecio que se tuvo durante el posmodernismo en los ochentas y noventas, por todo lo que oliera a moderno. Sin embargo, muchos de los edificios siguen cumpliendo una digna función hasta nuestros días, incluso si han tenido inevitables modificaciones durante su proceso de habitarse. Habría que hacer una revisión profunda.

El que hoy se comparte, manifiesta una gran dignidad en su envejecimiento, ratificando aquella frase muy prototípica de mi padre que sigue sentenciando un “no hay materiales buenos o malos, los buenos o malos son quienes hacen la arquitectura”. En su colindancia oriente, se le ha conjuntado un edificio de Enrique Norten, que acertadamente establece un diálogo con los volúmenes verticales, para después desarrollar su propuesta hacia Parque España.

El cargo Espacios: Serrano, Serrano y Nava: Manierismo moderno en tres pasos apareció primero en Arquine.

]]>
La arquitectura se construye https://arquine.com/product/la-arquitectura-se-construye-entrevistas-con-francisco-serrano/ Tue, 14 Jul 2020 21:03:41 +0000 https://arquine.com/?post_type=product&p=68172 Textos: Miquel Adrià
Cubierta: Flexible
Tamaño: 14 × 21 cm
Páginas: 108
Edición: Español
ISBN: 978-607-9489-01-4

El cargo La arquitectura se construye apareció primero en Arquine.

]]>
La arquitectura no existe hasta que está construida. En buena medida, esta máxima de Francisco Serrano contiene la esencia de su modo de ver, pensar y relacionarse con la profesión. La arquitectura se construye y sólo así llega a su fin. El diseño es un primer paso de un proceso complejo, colectivo y a veces enredado, donde los socios y colaboradores, la comprensión de la realidad sobre la que se actúa, las amistades y la capacidad para negociar con con todos estos factores son determinantes. A lo largo de tres años Miquel Adrià entrevistó a Francisco Serrano en siete ocasiones, para compendiar este libro que reúne una suma de anécdotas y recortes biográficos, como complemento a sus obras, para dar a conocer el lado más personal de su propia voz.

El cargo La arquitectura se construye apareció primero en Arquine.

]]>
El andamiaje de Francisco Serrano https://arquine.com/el-andamiaje-de-francisco-serrano/ Tue, 30 Oct 2018 19:19:07 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/el-andamiaje-de-francisco-serrano/ Decía Francisco Serrano que la arquitectura no existe hasta que está construida. En buena medida, esta máxima contiene la esencia de su modo de ver, pensar y relacionarse con la profesión.

El cargo El andamiaje de Francisco Serrano apareció primero en Arquine.

]]>
 

Hoy cumple ochenta y un años el autor de la Terminal 2. Y si el actual aeropuerto continua –al cancelarse el NAIM- su obra en permanente actualización deberá someterse a cirugía mayor para resistir los embates de los próximos años.

Decía Francisco Serrano que la arquitectura no existe hasta que está construida. En buena medida, esta máxima contiene la esencia de su modo de ver, pensar y relacionarse con la profesión. La arquitectura se construye y sólo así llega a su fin. El diseño es un primer paso de un proceso complejo, colectivo y a veces enredado, donde los colaboradores, la comprensión de la realidad sobre la que se actúa, las amistades y la capacidad para negociar con todos estos factores serán determinantes.

La formación de este arquitecto fundamental dentro del panorama contemporáneo mexicano es de una solidez notable. Precoz en sus primeras obras, le tocó ser pionero en varios frentes: estrenó escuela de arquitectura y formó parte de la generación de jóvenes arquitectos que participaron en el proyecto de la olimpiada cultural en 1968. Sin embargo siempre cultivó la prudencia y la perseverancia, más acorde con el corredor de fondo que resultó ser que con el sprinter que pudo haber sido. Un aprendizaje de lujo aunado a su inteligencia cauta y perspicaz, le permitió acumular cierta densidad -de conocimiento y experiencias- que dejó sedimentar. Francisco Serrano ha practicado una continencia medida, a lo largo de más de cincuenta años de carrera. Supo retrasar su madurez: un fraguado lento que le ha permitido abordar las múltiples facetas que se cristalizan en un arquitecto completo.

Nieto e hijo de notables arquitectos-ingenieros, Francisco Serrano vivió de cerca la construcción de edificios y vio nacer colonias. Su abuelo, J. Francisco Serrano, fue un reconocido arquitecto porfiriano, autor de notables edificios como el Paris, sobre la calle 5 de Mayo y La Esmeralda, sobre la calle Madero del Centro Histórico capitalino. Su padre, Francisco J. Serrano y Álvarez de la Rosa, fue auténticamente interdisciplinario. Ingeniero civil y arquitecto a la vez, abordó todas las facetas de la profesión, desde la práctica a la docencia, desde sus estudios sobre los procedimientos constructivos o el desarrollo de proyectos urbanísticos, hasta la construcción del solmetro, un artefacto que diseñó para calcular la incidencia solar. Construyó durante las décadas de los treinta a los sesenta y es quizá el arquitecto más prolífico de la Colonia Hipódromo Condesa y Polanco.[i]

Francisco Serrano estudió con los Jesuitas en la Escuela Patria y a los 15 años un curso de intercambio lo llevó a Praire du chien, Wisconsin. De ahí su inglés fluido y su percepción del mundo sin complejos. Quería ser químico, le irritaba la mitificación del croquis arquitectónico o los virtuosismos temblorosos de los futuros arquitectos, y siempre supo que lo más importante en esta vida son los amigos. En 1954 la UNAM inauguró la Facultad de Arquitectura en Ciudad Universitaria y poco después los Jesuitas abrieron Arquitectura en la Universidad Iberoamericana. Augusto H. Álvarez fue su primer director, y le propuso al ing. Francisco J. Serrano que convenciera a su hijo para que estudiara con él. Así, que a pesar de la tradición familiar en la Escuela Nacional, el joven Serrano siguió abriendo brecha. En el segundo año el mismo Álvarez, convertido ya en tutor, guía y padre profesional, lo invitó a trabajar en su despacho. Aprendió el rigor constructivo y la disciplina del detalle de la mano del más miesiano de los arquitectos mexicanos. A Francisco Serrano no le costó hacerse un lugar en las oficinas de los mejores arquitectos de la época. Trabajó hasta cuarto año con Álvarez y después dos años con Juan Sordo Madaleno. Pero antes, en 1959, con tan solo 22 años, Francisco Serrano terminó la carrera de Arquitectura y realizó junto con su padre el edificio de Nuevo León, detonando el inicio de su carrera. En los años sesenta fue uno de los jóvenes elegidos por Pedro Ramírez Vázquez para coordinar la Olimpiada Cultural. A la par, desde los veintiún años pasó a formar parte del equipo docente de la Universidad Iberoamericana. Éste joven e incisivo profesor impregnó de entusiasmo y marcó las carreras de sus generaciones inmediatamente posteriores.

Quizá por su talante abierto y respetuoso a la vez y sin duda por su sólida formación sin alardes protagónicos, Francisco Serrano ha tenido la oportunidad de desarrollar buena parte de su carrera con colaboradores de altura. A las ya mencionadas con Augusto H. Álvarez y Juan Sordo Madaleno, cabe añadir notables obras con su padre como el edificio del Centro Interamericano sobre la Avenida de la Reforma, que se estrenó como sede del Comité Olímpico en 1967 y que actualmente es la sede de Aeromexico, o el primer proyecto de gran escala para el Infonavit en Iztacalco realizado con su padre y José Nava. Sin socio permanente, son notables las asociaciones simétricas a lo largo de su vida, de las que cabe destacar el trabajo con Teodoro González de León primero, y con Susana García Fuertes y su hijo Juan Pablo Serrano Orozco después. Como apuntaba Kenneth Frampton “Serrano tal vez sea el único por aceptar que toda su carrera ha estado invariablemente pautada por colaboraciones con otros arquitectos, de un modo o de otro; en un principio con sus asistentes, pero también con Teodoro González de León.”[ii] La abstracción y la masividad de las obras de Serrano provienen de estos años de colaboración intensa, donde sus construcciones emanan monumentalidad, desde el dinamismo volumétrico de sus formas contundentes.

La práctica de Francisco Serrano es la acumulación de conocimiento sustentado por el partido y la construcción. Para Serrano la comprensión del proyecto pasa por la toma de un partido en la acepción beauxartiana, donde se establecen las jerarquías entre lo esencial y determinante de cada obra mientras que lo accesorio es el resultado de una lógica constructiva, más que de un lenguaje propio o un estilo predeterminado. El partido permite definir a largo plazo un código genético que se retoma en cada una de las fases de cada proyecto: arco, patio circular, pantalla. El proceso constructivo se adapta a los requerimientos del programa y a los detalles propios de cada material, a la lógica genética definida por el partido intrínseco de cada proyecto.

La Terminal 2 del aeropuerto de la Ciudad de México, respondió al constante incremento de vuelos y usuarios sin ampliar el número de pistas. Un concurso nacional dio como ganador al equipo liderado por Francisco Serrano (con Susana García, Juan Pablo Serrano y Luis Sánchez). El resultado es un conjunto que se lee como un solo edificio y la tarjeta de presentación de la ciudad y del país, para millones de viajeros. La monumental construcción ubicada en el lado opuesto –con respecto a las pistas- al edificio Terminal original, emerge entre la desarticulada periferia urbana. Un gran patio circular de sesenta y cinco metros de diámetro vestibula y organiza las distintas funciones: a un lado el estacionamiento, al otro la Terminal; en nivel inferior las llegadas, en el superior las salidas. Por encima, un hotel de tres niveles corona el gran patio. Todas las áreas están iluminadas de manera natural: en la planta inferior a través de un patio lineal ajardinado; en la superior, la luz entra lateral y cenitalmente. Únicamente las áreas de pasajeros documentados se ventila con aire acondicionado, el resto naturalmente. El área de documentación se subraya con un pliegue en el techo que baña de luz el eje central de todo el edificio. El resto queda perforado por agujeros cilíndricos en paredes y techos que permean todo el espacio con luz natural tamizada, confiriéndole un grado notable de abstracción. Entre ambos, un nivel intermedio al que se accede por rampas, permite separar los pasajeros de llegadas y salidas, distribuyendo el acceso a los ‘dedos’ que conectan con los aviones. La estructura metálica y atornillada, sustenta las fachadas prefabricadas de concreto blanco cincelado. El perforado isomórfico de las fachadas no sólo resuelve la iluminación sino que facilita el control del asoleamiento para cada orientación. Con los años de intenso funcionamiento, la Terminal 2 no solo ha sufrido asentamientos dispares, debido a que la construcción se repartió entre distintas empresas, sino que han aparecido desafortunadas ampliaciones anónimas.

Serrano ha sabido preservar despierta su curiosidad para observar y comprender. Viajador y platicador insaciable ha bebido directamente de las fuentes: de la contundencia  de Kenzo Tange, del talento de Rogelio Salmona y del refinamiento de I. M. Pei. Francisco Serrano ha construido una obra, más que un discurso, en la que la lógica está por encima de todo. Tanto los pórticos de concreto como los planos inclinados de pasto, la columnata de tabique aparente o un escaparate de vidrio, son las distintas facetas del andamiaje poliédrico sobre el que se sustenta una sólida carrera. Felicidades!


[i] Leal, Felipe. Presentaciones. Francisco J. Serrano, ingeniero civil y arquitecto. Facultad de Arquitectura, Facultad de Ingeniería, UNAM México, 1998, página 5

[ii] Frampton, Kenneth. Serrano y asociados: una oficina mexicana. Francisco Serrano, obra completa, Arquine, México 2008, página 12

El cargo El andamiaje de Francisco Serrano apareció primero en Arquine.

]]>
Homenaje a Francisco Serrano https://arquine.com/homenaje-a-francisco-serrano/ Fri, 19 Aug 2016 17:56:08 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/homenaje-a-francisco-serrano/ En una ceremonia celebrada ayer en el MUAC, el arquitecto Francisco Serrano recibió el Premio Noldi Schereck 2016, recordando a los asistentes que la arquitectura "se construye" con base en otras disciplinas que generan ideas básicas, de orden complejo, que albergan funciones generadoras de emociones, " reflejando una cultura que enorgullezca tanto a quienes la hacen, como a quienes la viven."

El cargo Homenaje a Francisco Serrano apareció primero en Arquine.

]]>
Ayer, a las 6:30 pm, se citó en el MUAC para recorrer la exposición Arqueología:Biología explicada por los enlaces del museo; describían la teoría, forma y pensamientos que envuelven a la obra de Anish Kapoor.

La idea de concebir o formar algo que sólo está en nuestro entendimiento, se define como concepto. Palabra determinante en la obra de Kapoor y que abrió la puerta a la serie de eventos que me trajo aquí: el Premio Noldi Schereck 2016 de Glocal design magazine, quien, además, rindió homenaje al Arquitecto Francisco Serrano por ser —en palabras de su editora en jefe, Greta Arcila— el creador del lenguaje de la arquitectura nacional en las últimas décadas.

Juan Pablo Serrano, Ariel Rojo, Juan Manuel Lemus, entre otros, conformaron el jurado que otorgó el galardón al manejo de un buen concepto en distintas áreas de la arquitectura e interiorismo a despachos y talleres como el de Fernanda Canales, LBR + A, ESRAWE, PASQUINEL Studio y MANADA por innovación.

Fue entonces tiempo de observar un video que mostraba formas ortogonales bien definidas. Desde universidades hasta embajadas; triángulos, rectángulos, y cuadrados denotaban las áreas de lo que rápidamente se convertían en  volúmenes revestidos de color y textura  por los distintos materiales que componen la obra de Francisco Serrano.

Captura de pantalla 2016-08-19 a las 12.34.16 p.m.Francisco Serrano. Fotografía vía Glocal Design Magazine

Arquitecto de ideas claras y una creatividad capaz de dialogar con distintos criterios, lo ha ayudado —a medida que construye— a ser más pragmático en sus obras, y lograr un lugar entre sus maestros; comentó Miquel Adrià durante la entrevista del video.

Finalmente, Francisco Serrano nos recordó que la arquitectura se construye con base en otras disciplinas que generan ideas básicas, de orden complejo, que albergan funciones generadoras de emociones. Así como hizo un llamamiento a entender la oportunidad que tenemos de trascender al tiempo en que vivimos, representando nuestra época, reflejando una cultura que enorgullezca tanto a quienes la hacen, como a quienes la viven.

A

Relacionado: La arquitectura se construye. Entrevistas con Francisco Serrano.






El cargo Homenaje a Francisco Serrano apareció primero en Arquine.

]]>
Premio Nacional de Arquitectura 2013 https://arquine.com/premio-nacional-de-arquitectura-2013/ Fri, 14 Jun 2013 18:46:16 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/premio-nacional-de-arquitectura-2013/ Hoy J. Francisco Serrano recibe Premio Nacional de Arquitectura.
La carrera de Francisco Serrano tiene un rasgo dinástico, en tanto que viene de una línea de arquitectos que se extiende hacia atrás por dos generaciones: su abuelo y su padre.

El cargo Premio Nacional de Arquitectura 2013 apareció primero en Arquine.

]]>
La carrera de Francisco Serrano tiene un rasgo dinástico, en tanto que viene de una línea de arquitectos que se extiende hacia atrás por dos generaciones: su abuelo y su padre, fueron ambos arquitectos-ingenieros practicantes en los primeros años después de la Revolución.

Nacido y criado en una casa diseñada por su padre, Serrano recuerda que de niño jugaba en el vestíbulo de varios pisos de altura, en una de las obras más queridas de su padre, el  Edificio Basurto. Una pieza de art déco terminada en 1941, en la colonia Hipódromo Condesa de la ciudad de México. Las raíces de Serrano en esta ciudad jardín de construcciones bajas, con una acentrada identidad urbana, aún siguen incidiendo en su práctica cotidiana como arquitecto. Este vínculo se ve reforzado en su actual oficina, un diminuto edificio de tres pisos en la misma zona de la ciudad. En resumen, esta oficina es una manifestación de la mejor factura artesanal mexicana, con ese refinamiento que aún puede obtenerse en los talleres locales.

Serrano tal vez sea único por aceptar que toda su carrera ha estado invariablemente pautada por colaboraciones con otros arquitectos, de un modo o de otro; en un principio con sus asistentes, pero también con el reconocido maestro Teodoro González de León. Con él, Serrano ha colaborado recientemente en la generación de lo que podríamos llamar la nueva monumentalidad mexicana en su acepción más retórica. Sin embargo, los aspectos más sutiles de la producción de Serrano en los pasados veinte años son resultado de la colaboración con su ex alumna y actual socia Susana García Fuentes. También ha habido otros colaboradores, en particular con su hijo Juan Pablo Serrano Orozco y, en una ocasión, Rafael Monjarraz. Este reacomodo constante del equipo puede dar cuenta de cierta fluctuación en el tono y en el cariz de su obra a través del tiempo.

Serrano manifiesta una fuerte preferencia por un enfoque de “mandala” geométrico en el que la forma tiende a evolucionar a partir de una superposición de ejes, cuadros rotados, diagonales, círculos y radios de curvas. Si no fuera por que estas figuras están desarrolladas en tres dimensiones, estaríamos tentados de caracterizar este método como rayando en lo pictórico.

Casi todo el trabajo de Serrano hasta la fecha ha sido construido mediante marcos de concreto reforzado colado in situ, complementados por muros de carga y columnas cilíndricas autónomas al interior. Lo que distingue este tipo de construcción de la precedente arquitectura mexicana hecha de beton brut, es que Serrano fue capaz de lograr un acabado blanco reluciente, mediante la introducción de granos de mármol en la mezcla de concreto. Después, la superficie con apariencia de piedra es sacada a punta de cincel, con el fin de exponer el agregado.

La obra más significativa y terminal de la oficina de Serrano hasta la fecha es, sin duda, la Terminal 2 del aeropuerto Benito Juárez de la ciudad de México. Como en el campus universitario, – de la Universidad Iberoamericana, realizado en Santa Fe entre 1983 y 1988 – este complejo se distingue por el material único con que está construido, un tipo de placas de concreto armado perforadas que se despliegan como una envolvente continua por muros y techos. Aquí, por una vez, contra los dictados de la moda arquitectónica, estamos ante una terminal aérea que no ha sido concebida como una gigantesca máquina. Serrano ha buscado lograr un volumen unificado, animado por el cambio constante de efectos lumínicos.

De cualquier modo, lo que coloca a esta terminal aérea en un lugar aparte es la tranquila intimidad de sus espacios. Hay una modestia compacta y minuciosa en esta obra, que no se encuentra en muchas terminales alrededor del mundo.  El espacio es generoso a la usanza mexicana, pero no excesivo. Es una invención que reconfigura el “tipo” aeropuerto, como lo había hecho Legorreta con el hotel de lujo cuarenta años antes. Habiendo recibido muchos reconocimientos a lo largo de su carrera, J. Francisco Serrano es uno de esos arquitectos cuyo cuerpo de obra, realizado en buena parte con su socia Susana García Fuertes, aún está a la espera de ser reconocida como merece.

Hoy, J. Francisco Serrano recibe el reconocimiento del Premio Nacional de Arquitectura.

* Fragmentos del Texto de Kenneth Frampton en el libro “Francisco Serrano. Obra completa.” 2008. Arquine.

El cargo Premio Nacional de Arquitectura 2013 apareció primero en Arquine.

]]>