Resultados de búsqueda para la etiqueta [Contaminación ] | Arquine Revista internacional de arquitectura y diseño Wed, 04 Jan 2023 16:13:38 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=6.8.2 Zócalo: plancha, gancho, jab y uppercut. De ocupaciones y apropiaciones deportivas https://arquine.com/zocalo-plancha-gancho-jab-y-uppercut-de-ocupaciones-y-apropiaciones-deportivas/ Wed, 03 Aug 2022 06:30:32 +0000 https://arquine.com/?p=66512 El nombre del Zócalo —Plaza de la Constitución, Plaza de armas, Plaza principal, Plaza mayor y Plaza del palacio— se debe a la base de una columna para un monumento conmemorativo por la Independencia de México, jamás construido, resultado de un concurso convocado en 1843 por Antonio López de Santa Ana y que ganó Lorenzo de la Hidalga. La plancha del zócalo ha sido escenario para la manifestación política, la social, el reclamo, la queja, la festividad y el grito, el concierto y el festival, la feria cultural, el performance involuntario, el evento deportivo y recreativo como la pista de hielo y la verbena navideña.

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Todo se lo debemos a nuestros alcaldes y a la virgencita de Guadalupe

paráfrasis de Raúl, el ratón Macias

 

En esta esquina: “hacer la Ciudad de México la más deportiva” de Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México 2018-2024 

Y en esta otra: “es un deporte extremo el ser alcade”, Miguel Ángel Mancera, ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, 2012-2018, en Habitat 3, Quito, Ecuador.

 

1. Casas nuevas de Moctezuma (Palacio Nacional), 2. Columna de Lorenzo de la Hidalga (concurso para la Plaza Mayor), 3. El Parían, el mercado de la Ciudad de México por Diego García Conde, 1765, 4. Zócalo durante la intervención americana por Pedro Gualdi, 1848. 5. Proyecto de remodelación del zócalo, 1999, 6. y 7. Zócalo 1930 a 1950, 8. Zócalo, vista actual, 9. Feria de las Culturas Amigas, 2016, 10. la “revancha”, México vs. Alemania: 1986 y 1998 en el 2017, 11 y 12. Homeless World Cup 2018, 13. Pista de Hielo, 14. FIFA Fan Fest 2010, 15. Función de Box 2017, 16. WRC Rally 2017, 17. F1, Fórmula 1 Show Run 2015, 18. NBA 3x, “las retas” 2014, 19. NFL Fan Fest 2017, 20. Home Run Derby 2015, 21 y 22. Spencer Tunick 2007, 23 y 24. Clase Masiva de Box 2022.

 

Recuerdo que, de niños, cuando jugábamos en alguna de las plazas de la unidad habitacional donde vivía, siempre se acercaba un señor a detener nuestro partido de futbol para prometernos la construcción de una instalación deportiva adecuada en la colonia para que desarrolláramos nuestras habilidades deportivas y no anduviéramos tropezándonos entre jardineras, bancas, registros y juegos de concreto. A ese mismo señor nos lo encontrábamos los domingos cuando íbamos a desayunar en familia en la barra de un restaurante de la colonia tomando café en la barra. Los domingos que iba a desayunar con la familia, mi papá lo saludaba con una reverencia que indicaba un respeto superior al con que saludaba a otros vecinos. Al preguntarle quién era, nos respondía con entusiasmo: ¡es Raul, “el ratón” Macías Guevara, un boxeador profesional quien obtuvo en 1955 el campeonato mundial de peso gallo de la Asociación Nacional de Boxeo (ANB), en su historial cuenta con 41 victorias, 25 por la vía del nocaut y sólo 2 derrotas!.

Raul “el ratón” Macías era nuestro vecino en la colonia Jardín Balbuena. Nunca construyó esa instalación deportiva, pero sí abrió un restaurante bar que cuando alcanzamos la mayoría de edad, visitábamos para ver las peleas de Julio César Chávez. El box era parte de la vida pública de la ciudad y se convirtió en algo habitual verlo y comentarlo como evento deportivo y no como espectáculo.

  1. El sábado 18 de junio de 2022 se llevó a cabo una clase masiva de box en la Plaza de la Constitución. Entre sus objetivos, de acuerdo a la página web del Gobierno de la Ciudad de México y el Instituto de Deporte, está incentivar la actividad física —salud en tu vida, salud para tu bienestar— y establecer un nuevo Récord Guinness de la mayor clase de boxeo en el mundo —el récord anterior lo tenía la ciudad de Moscú con tres mil participantes en el 2017. Y uno más, de mayor profundidad como estrategia de comunicación en palabras de la Jefa de Gobierno de la ciudad es “hacer la Ciudad de México la mas deportiva del país y del mundo”. Pero, ¿qué significa hacer a la Ciudad de México la más deportiva? Más allá del slogan y del programa social pienso en tres respuestas básicas posibles: Contar con una buena calidad del aire para poder salir a hacer ejercicio. Durante esta administración la concentración de ozono alcanzó un registro máximo de 155 partes por billón de concentración de residuos, debido al sistema de alta presión sobre el centro del país que ocasiona poca ventilación en el Valle de México, la alta radiación solar y temperaturas superiores a los 29°C que favorecieron la producción y acumulación de contaminantes. Entre las recomendaciones de la Coordinación Ejecutiva de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) se encuentran las de evitar hacer actividades cívicas, culturales y de recreo, así como evitar hacer ejercicio al aire libre entre las 13:00 y 19:00 horas y se recomienda posponer los eventos al aire libre, deportivos, culturales o espectáculos masivos, programados entre las 13:00 y las 19:00 horas. Casi una contradicción entre la recomendación y la estrategia deportiva desde la administración. Agregaría también eliminar la receta del gimnasio urbano en áreas residuales dejadas por las vialidades primarias donde sólo se puede respirar contaminantes y dejar copiar y pegar una solución solo porque resulta fácil hacerla.
  2. Contar con buenos equipamientos e infraestructura deportiva en la ciudad, desde el módulo deportivo, el mobiliario en el parque hasta el centro deportivo, y
  3. Contar con instructores deportivos certificados dentro de las instalaciones escolares y equipamientos de la ciudad, la promoción del día a día.

En resumen: un buen contexto, buenas arquitecturas* y una vinculación gobierno-sociedad dispuestos a trabajar en conjunto la relación ambiental-deportiva.

Ese sábado, el zócalo de la Ciudad de México se convirtió en un gran gimnasio urbano donde 14,299 cuerpos, rompiendo el Récord Guinness, realizaron 30 ejercicios con duración de un minuto cada uno, divididos en cinco bloques con combinaciones de jabs, rectos, bendings, uppers, ganchos, saltos y pasos. Casi como una réplica pero en movimiento de los cuerpos desnudos y estáticos de Spencer Tunick en mayo del 2007, cuando se reunieron 18,000 personas.

 

“Es un deporte extremo el ser alcade”, Miguel Angel Mancera, ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, 2012-2018, en Habitat 3, Quito, Ecuador.

Cuerpos, números y metros cuadrados

El zócalo tiene una distancia de paramento norte a paramento sur de 192 metros y de paramento oriente a paramento poniente de 240, con un área aproximada de 46,080.00 metros cuadrados. Si contamos esas mismas distancias pero restando las vialidades, sólo considerando la plancha estamos hablando de una superficie de 21,600.00 metros cuadrados con dimensiones de 160 por 135 metros. 

Si relacionamos cuerpos, dimensiones y espacio necesario podíamos hablar de una máxima ocupación de 6 personas por metro cuadrado (para eventos masivos y/o manifestaciones) y una máxima ocupación de 1 persona por metro cuadrado haciendo estiramientos de sus extremidades, cuerpos en movimiento o ejercitándose. La cifra con lo que se rompió el récord es bastante coherente con lo experimentado ese día.

 

Zócalo, base, plaza y plancha para concurso

El nombre del Zócalo —Plaza de la Constitución, Plaza de armas, Plaza principal, Plaza mayor y Plaza del palacio— se debe a la base de una columna para un monumento conmemorativo por la Independencia de México, jamás construido, resultado de un concurso convocado en 1843 por Antonio López de Santa Ana y que ganó Lorenzo de la Hidalga. 

En Marzo de 1999 fue fallado el concurso para su remodelación a favor de Cecilia Cortés, Ernesto Betancourt y Juan Carlos Tello, quienes proponían la cancelación de la circulación vial frente a Catedral y Palacio Nacional, así como la incorporación de un grupo de jacarandas plantadas en paralelo al Portal de Mercaderes. 

En el 2018 se realizó un nuevo concurso para su remodelación, que ganaron la oficina de Lucio Muniai y Fundamental. Se realizó una ampliación en un 10% de la superficie del Zócalo para mejorar las condiciones para peatones, cruces seguros, cambios de pavimentos y un sistema para poder anclarse a la plancha sin perforarla que puede soportar las estructuras utilizadas para eventos o instalaciones.

La plancha del zócalo ha sido escenario para la manifestación política, la social, el reclamo, la queja, la festividad y el grito, el concierto y el festival, la feria cultural, el performance involuntario, el evento deportivo y recreativo como la pista de hielo y la verbena navideña.

 

Arena, cancha y otras pistas deportivas

El zócalo desde su última intervención es gimnasio urbano hasta arena de box, un 1º de abril de 2017, cuando la Ciudad de México fue la “capital del deporte”, pasando por cancha de básquetbol con el torneo de tercias NBA 3x, “las retas” un 24 de septiembre de 2014, diamante de béisbol un 14 de junio de 2015 con el Home Run Derby de la Liga Mexicana de Béisbol, pista de carreras un 27 de junio de 2015 con el F1, Fórmula 1 Show Run y el Campeonato del Mundo de Rallyes de la FIA con el WRC Rally el 9 de marzo de  2017, cancha de fútbol americano un 18 y 19 de noviembre de 2017 con el NFL Fan Fest, cancha de fútbol soccer un 9 de julio de 2017 con un par de partidos amistosos de “revancha” entre México vs. Alemania rememorando los mundiales de 1986 y 1998, la edición no. 16 del  Homeless World Cup del 13 al 18 de noviembre de 2018 y el FIFA Fan Fest con motivo del mundial de Sudáfrica 2010, pista para atletismo para diferentes ediciones del Maratón y Medio Maratón Internacional de la Ciudad de México entre muchas otras actividades deportivas como el juego de pelota prehispánico mexica “Tlachtli” el 28 de agosto del 2021.

El sábado 18 de junio de 2022 ocupamos y nos apropiamos del zócalo, calentamos, entrenamos, boxeamos y rompimos un récord pero quién sabe qué respiramos.

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Common Air-rea https://arquine.com/obra/common-air-rea/ Sun, 12 Dec 2021 07:00:53 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/obra/common-air-rea/ En la actualidad, Bangkok y otras grandes ciudades del mundo padecen una mala calidad del aire que ha afectado el sustento de sus habitantes. Esto es causado por contaminantes invisibles. Para aproximarse a este desafío, se le encargó a Cloud-floor que diseñara y construyera Common Air-rea como un espacio donde se mostraran posibilidades para mitigar la contaminación en un espacio público semiabierto.

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En la actualidad, Bangkok y otras grandes ciudades del mundo padecen una mala calidad del aire que ha afectado el sustento de sus habitantes. Esto es causado por contaminantes invisibles.

Para aproximarse a este desafío, se le encargó a Cloud-floor que diseñara y construyera Common Air-rea como un espacio donde se mostraran posibilidades para mitigar la contaminación en un espacio público semiabierto. El proyecto se llevó a cabo como parte de la Bangkok Design Week 2021. El Common Air-rea sirvió como un centro de información, un punto de encuentro y un área de descanso para los asistentes a la Semana del Diseño de Bangkok 2021.

Este espacio estaba rodeado por cortinas traslúcidas que filtraban la luz, las cuales no sólo impidieron que la contaminación del aire ingresara al ambiente interior, sino que también sirvieron como un sistema de filtración para el calor del ambiente exterior. El proyecto estuvo equipado con una tecnología que atrapaba partículas de polvo y hacía circular aire purificado hacia el interior. No hubo puertas físicas que se pudieran cerrar, lo que proporcionó una sensación de apertura. En la estructura del techo, se instaló sistema de energía solar. Ésta se almacenó en baterías para que pudiera combinarse con electricidad de fuentes tradicionales y, así, alimentar el sistema de purificación de aire de Common Air-rea.


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Hacia un nuevo pacto verde en Ciudad de México https://arquine.com/hacia-un-nuevo-pacto-verde-en-ciudad-de-mexico/ Fri, 13 Dec 2019 07:30:48 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/hacia-un-nuevo-pacto-verde-en-ciudad-de-mexico/ Si la arquitectura realmente crea nuevas formas de vida resulta clave que todos los involucrados en esta disciplina actuén si se quiere cambiar la trayectoria de la emergencia climática.

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Tratar de influir en el debate acerca de cambio climático —o emergencia climática, como ahora se le llama— desde el campo de la arquitectura y el urbanismo no es tarea fácil, pero sí indispensable. Sabemos del desafío real del cambio climático: el mundo lo esta viviendo. Actualmente el planeta es poco mas de un grado centígrado más caliente que hace un siglo —justo al finalizar la revolución industrial. Los impactos en distintas geografías y en las vidas humanas que los padecen ya son significativos ante el estado del planeta. Si continua el calentamiento, las temperaturas globales podrían aumentar hasta tres o cuatro grados centígrados al final del siglo XXI, con lo cual la fuerza de ese cambio ocasionaría impactos en diversas actividades fundamentales para la vida humana.

Por eso la reunión COP25, celebrada en Madrid este mes de diciembre, es clave para continuar el diálogo entre la comunidad mundial y encontrar soluciones que conlleven a reducir los riesgos y ralentizar el proceso de calentamiento global hasta donde sea posible. México, sin embargo, lejos de seguir sumando esfuerzos —tanto en la formulación de iniciativas globales como poniendo en marcha políticas y proyectos estratégicos que colaboren a mitigar emisiones de C02— aparece como un actor tangencial con poca o nula injerencia en la agenda global y demuestra que incumple parcialmente con sus compromisos adquiridos en el acuerdo de Paris. El documento de posicionamiento del gobierno de México indica su aparente “apoyo” para seguir discutiendo los temas prioritarios emanados del acuerdo, pero deja fuera dos temas claves: la transición energética y la muestra de proyectos estratégicos a escala urbana que efectivamente busquen mitigar los efectos del cambio climático. Este doble discurso de forma y contenido deja en evidencia que las autoridades poco pueden o quieren hacer para afrontar la emergencia climática.

La Ciudad de México es la que más emisiones de C02 genera en el país. Por ello debiese mostrar liderazgo y desarrollar políticas de corto y mediano plazo junto con una cartera de proyectos que apunten a disminuir su huella ecológica y afrontar los efectos devastadores que pueden ocurrir en los próximos años. La transición energética es clave para esto. Durante la pasada administración se desarrolló el Programa de Acción Climática Ciudad de México 2014-2020 (PACC 2014-2020) que no debiese echarse en saco roto. El documento enumera 7 ejes estratégicos para estructurar políticas y proyectos que se alinean al acuerdo de París y que potencialmente colocarían a la ciudad en la vanguardia de la lucha contra esta emergencia. Lamentablemente, una vez mas, las diferencias ideológicas, la incapacidad para reconocer las acciones positivas de gobiernos anteriores y la miopía en aceptar que lo hasta ahora logrado por el gobierno de la ciudad es loable pero muy mejorable, ha hecho que el sector público continúe con el doble discurso de anuncio programas, pero en realidad no hay forma en que se implementen.

Aquí es donde todos los profesionistas involucrados con la “arquitectura de la ciudad” —como la entendía Aldo Rossi— debiesen cerrar filas y ser extremadamente asertivos, tanto en las críticas a las iniciativas del gobierno como para estructurar las soluciones que podrían implementarse para reducir los riesgos reales del cambio climático en la Ciudad de México. Entre ellas destaco aquellas que tienen injerencia directa con la construcción y que por su escala de implementación podrían convertirse en pilares para un pacto verde entre el sector privado y el público:

  1. Incluir en el reglamento de construcción subsidios cruzados de apoyo ante aquellos proyectos mayores a 10,000 metros cuadrados de construcción cuya energía incorporada (embodied energy) sea cero.
  2. Incorporar al Programa de Desarrollo Urbano, dentro de los llamados Corredores Urbanos, un sistema de medición transparente para proyectos inmobiliarios superiores a los 5,000 metros cuadrados en donde los siguientes elementos sean la línea base para evaluar su factibilidad y otorgamiento de licencia: emplazamiento, transporte, energía, fachada, instalaciones, estructura, acabados y situación operacional.
  3. Reforzar la iniciativa Ciudad Solar mediante financiamiento privado o publico-privado para instalar paneles fotovoltaicos en los mas de 300 edificios públicos propiedad de la Ciudad de México.
  4. Reformular el marco legal ante el cual la Ciudad de México realiza la recolección de basura para permitir el cobro del servicio por recolección, reciclaje y disposición final incorporado en el impuesto predial.

Mientras que la gestión urbana continúe actuando en base a clientelismo político y dogmas del pasado y sin entender los efectos de la falta de acción y decisión al plantear una política ecológica asertiva, la mayoría de las iniciativas del gobierno de CDMX son de una brutal fragilidad e inefectividad. La crisis climática no se resolverá dando apoyo económico directo a las personas. Si la arquitectura realmente crea nuevas formas de vida, como decía Lebbeus Woods, resulta clave que todos los involucrados en esta disciplina actuén si se quiere cambiar la trayectoria de la emergencia climática.

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Emergencia ambiental https://arquine.com/emergencia-ambiental/ Mon, 20 May 2019 10:00:26 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/emergencia-ambiental/ Nombrar la situación en la que nos encontramos como lo que es, una emergencia ambiental, debiera obligarnos a todos, empezando por los gobiernos en turno, a actuar responsablemente entendiendo y atendiendo la gravedad del caso.

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El 17 de mayo el periódico The Guardian hizo público un cambio en su manual de estilo: ya no hablarán de cambio climático sino de emergencia, crisis o quiebra (breakdown) climática; y para hablar del calentamiento global en vez de la palabra warming usarán heating, para subrayar que ese calentamiento se produce por ciertas acciones —y la falta de otras— de un agente preciso, la humanidad: nosotros. La atmósfera terrestre no se está calentando: la estamos calentado nosotros con la manera de producir y consumir y sólo cambiando radicalmente estas formas de producción y consumo podremos, con suerte, frenar ese calentamiento y sus consecuencias para la vida entera en la tierra.

Contingencia, dice el diccionario, es la “posibilidad de que una cosa suceda o no suceda,” es un riesgo de que algo nos toque —la raíz es tangere, tocar—, un peligro pero eventual. ¿Son las contingencias ambientales en el Valle de México un peligro eventual? En una historia larga de la cuenca y, también, en el sentido filosófico del término, las contingencias ambientales son, sin duda, contingentes: pueden suceder o no. Pero dadas las características geográficas y topográficas, así como el tipo de desarrollo urbano que se dió en la zona —una megalópolis extensa, privilegiando al automóvil privado, aunque sea el medio de transporte minoritario— lo que se repite empeorando cada año no podemos seguirlo considerando una contingencia más que si se insiste en ocultar la gravedad del problema con cierto uso del lenguaje. En el 2017, la ciudad tuvo 21 días de aire limpio —es un decir— de los 365, y en el 2018 fueron sólo 15 y tres contingencias. En los 139 días que han pasado del 2019, 7 han tenido aire “limpio” y 125 de mala calidad.

La historia de la contaminación del aire en el ex Distrito Federal no es en absoluto reciente. Ya en 1971 se estableció un “Reglamento para la Prevención y Control de la Contaminación Atmosférica Originada por la Emisión de Humos y Polvos,” que se enfocaba principalmente en la industria. Veintisiete años después, en un artículo publicado en noviembre de 1998 en la Revista mexicana de pediatría, titulado “Contaminación ambiental en el Valle de México, ¿estamos haciendo lo necesario?,” sus autores, Manuel Gómez-Gómez y Cecilia Danglot-Banck, señalando las condiciones geográficas de la ciudad y su zona metropolitana escribían:

El Valle de México presenta particularidades que lo afectan negativamente al respecto de la contaminación: está situado a 2,240 metros sobre el nivel del mar, con 23% menos oxígeno respecto a éste, lo que da por resultado una combustión incompleta; es una cuenca cerrada al estar rodeado de montañas, que forman una barrera física natural para la circulación del aire; con frecuencia presenta inversiones térmicas, lo que provoca un estancamiento de los contaminantes; por su localización geográfica a los 19ª de latitud norte recibe abundantes radiaciones solares, con una atmósfera altamente fotorreactiva, lo que facilita la formación de ozono y otros oxidantes; en la zona se encuentran instaladas más de 40,000 industrias, de las cuales 5,000 se consideran altamente contaminantes y 400 son críticas en cuanto a la producción de contaminantes; el parque vehicular, que se considera el responsable del 80% de la contaminación, es de aproximadamente cuatro millones de unidades, con 60% de ellas de más de diez años de antigüedad y con un incremento anual de 150 mil vehículos; en esta región se encuentra concentrada el 25% de la población.

Y en febrero del 2016, casi dieciocho años después del artículo citado, el Centro Mario Molina presentó un breve reporte titulado “Mejorar la calidad del aire en el Valle de México es urgente y un gran reto para la sociedad.” El informe menciona de nuevo las condiciones físicas, naturales de la cuenca que “dificultan la circulación del viento y la dispersión de contaminantes.” Apunta que, pese a que los “programas para controlar las emisiones de contaminantes a la atmósfera del aire y mejorar la calidad del aire” instrumentados por los gobiernos de la Ciudad de México y del Estado de México “han generado resultados positivos, no obstante, las concentraciones atmosféricas de ozono y partículas exceden de manera persistente los límites fijados por las normas mexicanas e incluso, en el caso del ozono, han aumentado de 2011 a la fecha.” La conclusión era que debíamos “enfocarnos en las acciones de política pública que es urgente discutir e implementar” y que  requerirán “de un esfuerzo considerable de comunicación y concientización de la sociedad.” Y entre “las medidas más relevantes” a tomar “destacan las siguientes”:

1. Expandir considerablemente y mejorar la calidad, seguridad y confiabilidad del transporte público, asegurando su acceso a los segmentos económicos más desprotegidos de la población.

2. Diseñar e implementar políticas para restringir el uso de transporte privado eliminando el subsidio implícito con el que es favorecido, estableciendo, por ejemplo: un impuesto o tenencia asociados al valor del vehículo y a sus emisiones; un precio a los combustibles que refleje los impactos ambientales y en salud; tarifas y límites de espacios para estacionamientos, y cargos por congestión.

3. Regular el transporte de carga intra e inter urbano en lo que respecta a pesos y dimensiones permitidas, rutas y horarios de acceso y circulación, y procesos de inspección físico mecánica y de verificación de emisiones.

4. Impulsar políticas de desarrollo territorial, para contener la expansión de la mancha urbana, fomentando la densificación, usos de suelo mixtos y rescate del espacio público y áreas verdes.

5. Combatir la corrupción y asegurar que los centros de verificación vehicular se ajusten a la normatividad vigente, así como actualizar los límites máximos permisibles de emisiones de contaminantes y calidad de combustibles contenidos en las normas oficiales mexicanas.

6. Incentivar la penetración de tecnologías vehiculares limpias y más eficientes, por ejemplo autos, autobuses y camiones eléctricos e híbridos.

Algunas de esas medidas se han tomado, no con la fuerza que hace falta ante la gravedad del problema. La mayoría, no. Muchas de esas medidas requieren cambios radicales sí, en nuestros modos de producir y consumir y especialmente en la manera como se ha hecho política urbana en México, esto es, en la manera de producir y consumir ciudad —o, quizá, dejarnos de concebir y reclamar no ser pensados como meros consumidores del espacio urbano. No sólo hay que darle la vuelta a la manera como se invierte en movilidad, destinando el mayor porcentaje al transporte público, sino dejar de subvencionar e incluso cobrar a los usuarios de automóviles privados los costos de los efectos negativos que provocan sus vehículos —desde el espacio que ocupan hasta el aire que contaminan. Hay quienes afirman que eso no se puede hacer hasta garantizar “transporte público de calidad”, pero es una falacia que posterga indefinidamente la toma de acciones y que, además, supone que un transporte público de calidad sólo es requerido para la minoría que actualmente usa automóviles privados y no para la mayoría que actualmente utiliza el transporte público padeciendo sus fallas e ineficiencia. Lo mismo puede decirse del tema de la densificación como respuesta unívoca a la descontrolada expansión de las ciudades, pues si no se garantiza un acceso justo y equitativo a las zonas densificadas, construir más y con usos mixtos tiende a generar expulsión de los habitantes con menos recursos a zonas más lejanas, resultando peor el remedio que la enfermedad.

Como advierte el informe del Centro Mario Molina, el problema es complejo y no hay soluciones sencillas. Las medidas a tomar afectarán sin duda las costumbres de muchos y los intereses de algunos. Pero quizá una manera de hacer frente a lo que todos tenemos ante los ojos —aunque tal vez el humo y la irritación no deje ver claramente— sea nombrarlo. Ya no contingencia ambiental como si fuera algo que puede suceder o no: sucede, siempre, y empeorando cada año. Menos aun llamarla contingencia ambiental extraordinaria, como la que recién se declaró como respuesta débil y tardía de los gobiernos a cargo de salvaguardar la salud de los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México —no hay que olvidar que el gobierno del Estado de México es responsable por más de la mitad de esos habitantes. Cambiar las palabras —como lo ha hecho The Guardian— y nombrar la situación en la que nos encontramos como lo que es, una emergencia ambiental, debiera obligarnos a todos, empezando por los gobiernos en turno, a actuar responsablemente entendiendo y atendiendo la gravedad del caso.

 

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Estética de nuestra desaparición: la Ciudad de México https://arquine.com/estetica-de-nuestra-desaparicion-la-ciudad-de-mexico/ Fri, 17 May 2019 10:00:50 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/estetica-de-nuestra-desaparicion-la-ciudad-de-mexico/ Recordemos que, aunque hoy todavía se lean letras necias que reniegan de la condición lacustre de la ciudad, esta es un lago seco que recupera sus aguas en cada temporada de lluvias inundando nuestra necedad territorial.

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Proximidad y lejanía

Los cerros más cercanos parecen alejarse ahora que el aire está tan viciado: la naturaleza se aleja y solo restan fantasmagóricas imágenes de las edificaciones. A su vez, al tiempo que el paisaje se aleja, lo único de lo que podemos tener experiencia es de una abrumadora proximidad… parece que el horizonte está perdido, el paisaje de la cuenca del Valle de México está desapareciendo, aunque hay que reconocerlo, ha desaparecido de nuestro imaginario hace tiempo. 

 

El cuerpo

Sin embargo, a través de la tragedia de este aire contaminado, el cuerpo que olvidamos frente al computador, reaparece tosiendo, adolorido, con una cabeza que se hace presente porque estalla. El cuerpo aparece en su miseria y así, nos encontramos todos compartiendo el malestar y el miedo. Al mismo tiempo, el cuerpo de la naturaleza se hace exiguo y la ciudad se muestra poco habitable: es recomendable mejor no salir, permanecer en la casa… de nuevo, frente a la pantalla. 

Así, seguiremos lejos los unos de los otros, lejos también de la cuenca que nos ha dado hábitat, en un simulacro de extrema e instantánea proximidad… mediática. ¿Por qué digo que simulacro? Pues porque aunque nos acerquemos a quienes geográficamente se encuentran lejos, dejamos de estar presentes para aquellos con quienes compartirmos el espacio. Además, esa proximidad mediática está ya “recortada”, digerida y conceptualizada por la red y nos provee de un otro que no podemos sentir en su irreductibilidad, no lo podemos sentir en la amplitud que supone conocer a otro de verdad, en esa experiencia que nos confirma que es imposible limitarlo a unas cuantas de sus características.

Caray, ¿por qué decidimos compartir el miedo y no la capacidad (por lo visto, si no perdida, sí olvidada) para apreciar la grandeza, la infinitud del paisaje? ¿Por qué no podemos ya apreciar al otro próximo, por qué dejamos de recordar nuestro cuerpo y solo podemos hacerlo cuando está abatido y erosionado?

 

De la exteriorización de lo interior

En Hasta el fin del mundo Wim Wenders nos narra los peligros de la exteriorización radical de la interioridad: un científico logra visibilizar los sueños y la gente ya solo desea observalos, así como dormir para capturarlos… el tiempo de vida se ha vuelto a un espejo de narcisismo brutal, hacia una pantalla de autorreflexión asfixiante. Si bien es cierto que las tecnologías que han podido hacer posibles nuestros “sueños” y “fantasías” son fascinantes, también se acompañan de su accidente, como dirá el pensador Paul Virilio. Esto es, todo invento se acompaña de efectos inesperados que más vale anticipar o, de menos, mirar críticamente.

Pues bien, las pantallas que hoy nos “unen” han venido con el accidente de nuestra ausencia, de nuestra incapacidad de conectarnos con el otro que tenemos al lado, incluso de nuestro deseo de mantener lejos, como dice Virilio, “sus ruidos y su presencia”. También han venido acompañadas, junto con las bondades que se aplauden por todos lados, con el olvido del territorio y sus acontecimientos, con el predominio de las imágenes predigeridas de los paisajes, con la anulación del trayecto, de la caminata que se suple hoy con la inmediatez de las reuniones virtuales. 

Y bueno ¿ahora qué hacemos? Vale recordar a John Cage cuando llama a traer el exterior hacia nuestra interioridad, hacia nuestra imaginación, hacer la maniobra inversa de esta imaginería que se ha materializado y devolver a nuestro pensamiento el mundo exterior por medio de la vivencia que se da con el cuerpo, entre los cuerpos y en el gran cuerpo que es el territorio (Virilio). 

 

A la interiorización de lo exterior

Recuperemos la profundidad de los planos, las dimensiones del espacio, pero también las del tiempo: pasado, presente y futuro para hacer frente al aplamiento de un tiempo presente absoluto que fagocita la experiencia: volvamos a la ciudad, a la comunidad e incluso… a nosotros mismos. 

Recuperemos los trayectos olvidados y hagamos de esta ciudad, y de este territorio, otra vez algo nuestro y volvámonos suyos. 

Recordemos que, aunque hoy todavía se lean letras necias que reniegan de la condición lacustre de la ciudad, esta es un lago seco que recupera sus aguas en cada temporada de lluvias inundando nuestra necedad territorial. Recordemos que la naturaleza nos excede pero también, si reconocemos nuestra capacidad para sentir lo infinito, lo sublime (Kant), a pesar e nuestras limitaciones humanas, podremos ser la naturaleza que se refleja a sí misma y no un ser que no ha estado a la altura de su cometido y al que no le quedará mas que sucumbir ante las partículas suspendidas y el ozono.

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De cómo la ciudad asesina 655 ciudadanos cada año https://arquine.com/de-como-la-ciudad-asesina-655-ciudadanos-cada-ano/ Sun, 06 Sep 2015 15:14:44 +0000 https://des.dupla.mx/arquine/migrated/de-como-la-ciudad-asesina-655-ciudadanos-cada-ano/ Cada año mueren 655 personas en la Zona Metropolitana, víctimas de enfermedades directas causadas por la contaminación ambiental. Si consideramos este factor, más los costos humanos causados por todas las molestias y enfermedades no mortales que la contaminación provoca, existirán razones para declarar un estado de verdadera emergencia ambiental.

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La afirmación podría parecer alarmista, aun arriesgada. Pero son datos duros de la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Territorial. Cada año mueren 655 personas en la Zona Metropolitana, víctimas de enfermedades directas causadas por la contaminación ambiental. Si consideramos este factor, más los costos humanos causados por todas las molestias y enfermedades no mortales que la contaminación provoca, existirán razones para declarar un estado de verdadera emergencia ambiental.

Porque todos estos daños a la población y los altísimos costos humanos y económicos que suponen son parte de una inercia urbana que no parece tener freno ni final. Es preciso poner remedios de fondo, y no recurrir a paliativos. La verificación del buen funcionamiento de los vehículos de motor es plausible, pero no ataca una de las raíces principales del problema ambiental: el uso desmedido y desbocado de los automotores a lo largo y ancho de la ciudad, verificados o no. La combustión que producen esos mecanismos contamina irremediablemente la atmósfera.

Así que lo que hay que pensar muy seriamente es en las maneras de abatir sensiblemente los viajes automotores en la ciudad. Esto se pudiera lograr haciendo que cada individuo, cada familia, cada empresa, realice un ejercicio de racionalización de los viajes a efectuar en vehículos de motor. Con una buena planificación, que va de lo doméstico a lo industrial y lo gubernamental, se obtendrían resultados sorprendentes. Muchos viajes se pueden suprimir o sustituir con el transporte público o en bicicleta, otros tantos se pueden ahorrar con la eficiencia en su planeación para cubrir más destinos en un solo trayecto. Centenares de miles más se suprimirían si se hiciera obligatorio el transporte colectivo escolar. Otros tantos haciendo que se compartan los vehículos privados, y premiando –como lo hacen en otras partes- a los empleados de las compañías que utilicen para llegar a sus trabajos la bicicleta o el transporte colectivo. Por todos los medios, hay que reducir el veneno que respiramos a diario.

Obviamente, lo anterior no es nada fácil. Se requiere un convencimiento general de la población, una motivación poderosa que nazca del propio instinto de conservación: porque nos estamos envenenando solos. La gran herramienta para lograr esto son los medios masivos de comunicación, y las llamadas redes sociales. Con campañas permanentes, incisivas, contundentes, podría crearse una conciencia colectiva favorable a la limitación de los viajes automotores. Y en las mismas campañas, orientar con precisión a la gente acerca de cómo, para su propio provecho y economía, planificar todos sus desplazamientos prescindiendo lo más posible de los coches. Es cuestión de voluntad política, de concertación, de talento comunicacional.

Como contraparte, es necesario aplicar la misma fuerza y determinación, y los mismos métodos de comunicación, para que cada familia, cada empresa, cada dependencia oficial se convierta en un foco “verde”. Plantar árboles en todas las casas, locales, banquetas, estacionamientos, en todos los lugares adecuados al interior y al exterior de los predios. Y los Ayuntamientos, apoyados por Extra/Bosque Urbano y Árbol Con/sentido del Iteso, y otras instancias, deberán realizar programas emergentes de forestación intensiva en todos los espacios públicos y privados disponibles. A corto plazo.

655 muertos cada año. Con un solo muerto deberíamos de actuar. La situación es insostenible. ¿Qué esperamos?

El cargo De cómo la ciudad asesina 655 ciudadanos cada año apareció primero en Arquine.

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